Convivencia conflictiva
Eridan P.O.V
A partir de aquel día, Sol y yo vivimos una temporada en la residencia de los Megido. Aradia era muy simpática y su madre, la señora Handmaid, nos acogió a ambos con alegría. La única que daba algo de cosilla era la hermana mayor, Damara. Pero al final todo bien, pero sentía que tendríamos que mudarnos lo antes posible para no causar más molestias.
Después de unas semanas, Sol encontró por Internet, un piso en el barrio ideal. El alquiler no era muy caro y estaba cerca de todas las instalaciones que necesitábamos. El problema vino... el día en el que llegamos al apartamento. Íbamos cargados con nuestras maletas y llegamos al segundo piso:
-¿Qué puerta es, Sol?- le pregunté
-La 8, está al final de este pasillo- respondió y al llegar abrió la puerta. Era un piso bastante pequeño, pero acogedor. Nada más entrar encontrábamos un salón con un sofá pequeño y una mesita de té ridícula. Siguiendo por la derecha había una cocina y al frente, el único baño completo. A la izquierda del salón, había una habitación de matrimonio y eso era todo. ESO. ERA. TODO:
-Emm... ¿Sol?- reclamé su atención ya que él estaba analizando la cocina
-¿Qué quieres?- respondió
-¿Dónde está la otra habitación?- pregunté aun mirando la cama de matrimonio. Él vino hacia mí y miró la cama. Estuvimos un rato en silencio:
-¿Me estás vacilando no?- dijo
-Sol, te juro que no hay más habitaciones- respondí
-¿¡Pero cómo!?- gritó fastidiado
-¡No lo sé! ¡Has sido tú quien ha mirado el piso por internet!- le grité
-¡Allí ponía para dos personas!- volvió a exclamar
-¡Se referían a una puta pareja!- le exclamé yo
-¡¡JODEEER!!-
-¡Esto es tu culpa!-
-¿¡Mi culpa!? ¡¿Quién me pidió que buscara rápido un piso porque le daba grima la hermana de Aradia?!-
-¡Yo solo quería irme lo antes posible de esa casa! ¡No te puse ninguna prisa!-
Y nos estuvimos peleando durante media hora hasta que asumimos que tendríamos que dormir juntos. Había pasado de dormir en mi propio cuarto, con mi propio baño y armario a compartir cama con ese tipo. Todavía no entiendo porque no me dejó tirado en la calle, él me odiaba y me sigue odiando, aunque solo estamos haciendo esto por nuestros problemas económicos es algo extraño.
Sol estaba hablando con el gerente del alquiler en el pasillo y yo estaba en el sofá. En ese momento me puse a pensar en mi padre. Aún recuerdo su mirada de menosprecio al mencionar que me gustaban los hombres y con el ceño fruncido y la mirada fija en mí me dijo las palabras más duras de mi vida "Coge tus cosas y fuera de mi casa" Aún recuerdo como todo se distorsionó a mi alrededor. Oía los gritos de Cronus defendiéndome y de mi padre insultándome. En ese momento deseé por enésima vez no haber nacido.
Mierda... estaba llorando. No, no, no, ¡NO! Otra vez no. No quería mostrarme débil. Me sequé las lágrimas y me fui a deshacer la maleta. Eso me calmaría los nervios
Sollux P.O.V
No arreglé nada con el gerente. Tendría que dormir con Eridan. Lo que uno hace por estudiar. El resto del día estuve con el portátil en el sofá y ED estaba deshaciendo sus maletas. En cierto momento salió y cogió algo de lo que habíamos comprado para comer de la nevera y se puso a trastear cosas en la cocina:
-¿Qué cojones haces?- pregunté
-Cocinar, ¿o no vas a cenar?- respondió
-¿Sabes cocinar?-
-Aradia y su madre me enseñaron lo básico...-
-¿Y qué harás?-
-Una ensalada-
-¿Solo eso?- contesté con cierto desacuerdo
-¿Es que acaso no sabes que por la noche hay que comer poco?-
-¡Venga ya! ¡Las noches son para comida basura ED!-
-¡Pues pídete una pizza y no me toques más los cojones!-
Y vuelta a pelearnos. Al final cenamos cada uno lo suyo. ED una triste ensalada y yo una sabrosa pizza cuatro quesos. Al terminar limpió su plato y se fue a la habitación. Yo me quedé unas horas más con el portátil hasta que ya eran las doce pasadas. Realmente no quería ir a dormir con él. Por un momento pensé en quedarme al sofá, pero era súper incómodo; tenía bultos y la tela picaba además de que no había almohada.
Me armé de valor y entré al cuarto. Como supuse, ED ya dormía. Estaba de espaldas a mí por lo que imité su misma postura. Estábamos ambos de espaldas al otro. Agradecía que por lo menos la cama era suficientemente grande para que hubiera espacio de sobra entre los dos. Esto era muy estúpido pero tendríamos que acostumbrarnos. Echaba de menos a mi hermano, él siempre hace que este tipo de problemas sean mucho más insignificantes. Mituna y yo nos llevamos de dos años, él será el único de los Captor que seguirá con el negocio de la apicultura. Me hubiera gustado despedirme de él, todo pasó tan deprisa que no tuve tiempo a nada.
Iré actualizando semanalmente, estad atentos :))
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