004

Para ninguno era sorpresa ver a Timothy Nate en el hospital, ingresando por alguna herida provocada por su torpeza extrema, lo único que sorprendía a los medicos era la forma tan estúpidamente unica con la que se lastimaba.

En este caso, con una pequeña pieza de un tablero de un juego de mesa, en concreto, de Monopoly.

El muchacho era llevado por su mejor amigo casi a rastras, porque en su opinión, estaba herido y no podía caminar, y en opinión de Edward; no lo veía tan herido cuando le pidio y compro un helado a medio camino al hospital.

El cobrizo tenia uno de sus brazos en la cintura del menor mientras el otro sostenía una de sus manos, la que estaba en su hombro izquierdo por haber pasado su brazo alrededor de su cuello, Nate apoyaba complemente su peso en él de forma dramática haciendo a su amigo bufar a la vez que lo arrastraba hasta una de la alas de emergencia donde lo sentó en una camilla esperando a la llegada de algún medico.

── ...todo esto es tu culpa, si no me hubieras robado

──yo no te robe, tú no sabes jugar

──¡si me robaste, el banco siempre roba!──levanto sus brazos exageradamente──¡y los del pueblo somos los que pagamos! Asi estan las cosas país──suspiro con decepción viendo el suelo cómo si este hubiera cometido la peor traición existente.

Edward volteo los ojos mientras trataba de localizar a un doctor, ¿dónde se habían ido todos de repente?

──mal perdedor, eso es lo que eres──le respondió tranquilo, acostumbrado a sus arrebatos de perdedor.

──¿hoy en dia querer luchar por la justicia es ser un "mal perdedor"? Yo lo que quiero es justicia, ¡justicia por mi, justicia por mi patria, por donde mis piecitos caminaron cuando estaba chiquito!──grito subiendose en la camilla, llamando la atención del resto de gente herida en urgencias.

──ay no....no de nuevo...

──¡no aceptare nada que no me merezca y yo me merezco la verdad, todos merecemos la verdad para ser libres de estas cadenas opresoras que llamamos sociedad! ¡¿Si o no, mi gente?!──se escucho un coro de "si" en lugar.

──Tim, bajate de ahí antes de que te rompas el otro pie──trato de acercarse y razonar pero fue golpeado por una muleta en la cara. Dos veces.

──¡lo estás oprisionando!──vocifeo fuertemente un hombre con un brazo y una pierna quebrada──¡si él se quiere quebrar la pierna, que lo haga!

──¡asi se habla, hermano!

──¡todos podemos hacer lo que quieramos!

──¡esa palabra niquiera existe!──bramo desesperado el vampiro, queriendo detener toda esta locura por las buenas.

──¡pero ahora si!──le respondió Tim──¡ya nadie nos oprisionara, hermanos!

Un grito en común donde todos decían "¡basta de oprisiones!" se escucho por toda el ala de emergencias, atrayendo a otros pacientes igual de idiotas o drogados que el resto, comenzaron a hacer una barricada con todas las camas cerrando la entrada al ala, todas las camas excepto en la que el Nate estaba parado gritando y dando órdenes a diestra y siniestra.

Edward no entendía que carajos estaba pasando, sólo veía incrédulo cómo su amigo exclamaba cosas, en lo que creyó que era, alemán.

Trato de oír si los doctores o algunas personas cuerdas, se daban cuenta de lo que sucedía aqui pero no oyo ni a uno, ni a su padre.

Sin embargo, lo que si oyo fue que tomaron bandos o partidos, tres para ser exactos.

El bando de Tim era llamado "La primera orden", no supo en que momento su amigo ordeno ser llamado "Führer" pero tomo con mano de hierro aquel apodo, habia nombrado sus segundos al mando siendo estos; una mujer embarazada de cinco meses llamada Natalia que que buscaba la paz por su hijo que no hacia más que sacarse los mocos, el mismo hombre llamado Bruce de brazo y pierna rotas que lo golpeo-y lo golpea- cuando trato de acercarse a Tim en primer lugar y por último pero no menos importante, un ex-combatiente de guerra llamado Giuseppe que tenia los pantalones mojados de un liquido de procedencia dudosa pero según él, es limonada.

Estaba otro bando conformado por los que quedaron de los salidos de cirugía-puesto que la mayoria se habia ido al bando de Tim- y los que iban por chequeo medico, estos se oponían a La primera orden, afirmando que la violencia no era la solución para todo este problema que no sabian de donde habia salido, se llamban a si mismos "La resistencia", muy soberbio, ¿no? En fin, La resistencia era liderada por dos personas, un hombre adulto llamado Óscar que habia salido de una cirugía dental por lo que no se le entendia ni un carajo lo que hablaba pero tenia unos ojos muy expresivos, asi que no podias evitar llorar conmovido cuando se ahogaba con su propia su saliva o su lengua, y luego estaba Jennifer, habia ido para un chequeo mensual pero terminó operada del pie por un practicante, todo salio bien pero estaba muy drogada por la intravenosa, difereria mucho con sus sentidos y agregandole que era dislexica y daltonica, estaba difícil la cosa.

Y luego estaban "Los espectadores" siendo ellos los que habían ido a acompañar o visitar a sus amigos o familiares al hospital, ellos sólo veian el caos desde las sombras, observando cómo posiblemente se habia formado una tercera guerra mundial a causa de un orgullo herido. Él se encontraba en este grupo, ellos estaban sentados en la sala de espera.

Ahora se esperaba la lucha que se libraria en la entrada principal del hospital que era lo suficientemente grande para que cupiera un arbol de navidad gigante de esos que ponen siempre en los centros comerciales.

La primera orden contra La resistencia.

Si, lo sé, pelea de inválidos, ¿verdad?

Los lideres de los respectivos bandos caminaron hasta el centro, Tim iba a la cabeza con su trio de generales detras de él, Óscar y Jennifer iban lado a lado, esta última siendo guiada de la mano por su co-lider.

Timothy miro desafiantes a sus adversarios, quienes le miraron de la misma manera, el hombre perdiendo saliva en el proceso.

──hdksbziqjsjkaiajs──declaró.

──entiendo pero tengo que diferir

──kanqidoqhsuqkwh──puntualizó.

──¡no es asi y lo sabes!

──ajhsoqjsusiqhdisbajab

──¡no acepto tus términos!

──Óscar ya ha hablado, si no aceptas, vamos a la guerra──desafío la renga.

──¡la guerra será!──miro a sus generales quienes le asintieron de acuerdo.

Dicho asi, Edward bebio de su botella negra de sangre animal que habia robado de la oficina de su padre, viendo cómo los lideres de cada bando iban hacia su territorio a informar la decisión a su pueblo.

──intenso... ──dijo el niño come mocos a su lado.

──Seeh

Los minutos pasaban y en treinta exactos, cada bando esta de un lado, dispuestos a luchar por sus creencias aun si mueren o les tiran pipi, en el intento.

Hubo un silencio sepulcral hasta que con un grito eufórico Timothy Nate llamo a su gente; ──¡a la carga, mis valientes!

Gritando, ambos bandos fueron corriendo hasta el centro siendo liderados por sus respectivas tiranías, sólo que no llegaron ni a tocarse ni un pelo cuando un grito femenino y severo se oyo en todo el lugar.

──¡¿qué carajos esta pasando aqui?!

Era una enfermera, una enfermera vieja y de mal caracter, de esas que no queres que nunca te saquen sangre porque te revientan quince venas.

── ...drogas──balbuceo la mayoría.

Y asi fue cómo todo volvio a la normalidad. Resulta que los medicos, doctores, enfermeros y demas, estaban en una reunión de personal en el edificio de al lado.

El misterio de; ¿cómo mierda no los escucharon? Quedará en duda.

Edward miraba divertido, narrando todo lo que habia pasado en lo que su padre terminaba de vendar el pie de Tim. Al parecer sólo era un esguince de grado menor, nisiquiera estaba cerca de estar quebrado.

El patriarca Cullen solto un gran suspiro cuando su hijo mayor dio por finalizado su relato, fijo su vista en el humano que tenia la cara gacha cómo perro regañado.

──¿otra vez perdiste en el Monopoly?

── ...si

──¿otra vez hiciste trampa?──esta vez le pregunto a su hijo.

── ...si

──¡lo sabia, eres un maldito tramposo!

Y asi terminó un buen dia, uno común desde la llegada de Tim a la vida de los dos Cullen.

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