Extra 3: Nuevo hogar (S/E)
[CAPÍTULO SIN EDITAR]
Seis meses han pasado desde la pequeña, pero hermosa boda de Steve y Elizabeth. Respecto a su búsqueda de su primer bebé, no han tenido mucha suerte, por lo que, al segundo mes, optaron por tomarse un tiempo y disfrutar entonces su vida como esposos.
─Tengo una sorpresa para ti ─murmura Steve rodeando la cintura de Elizabeth por detrás y dejando algunos besos sobre su cuello y hombro.
─¿Más comida? Porque lo que cocinaste hoy me encantó ─responde ella manteniendo una sonrisa. Así es como ellos tratan de dividirse tareas, uno cocinaba y el otro se encargaba de limpiar. Realmente son un buen equipo, y no sólo en las pequeñas misiones que tienen en servicio de Wakanda.
─Nope ─responde Steve cuando su esposa se comienza a secar las manos ─, necesito llevarte a un sitio.
─¿Me vas a raptar, Capitán? ─cuestiona Elizabeth con una pizca de diversión.
Él ríe y la gira para encerrarla entre el fregadero y su cuerpo, ganándose una risa de su esposa.
─Algo así, cielo ─musita antes de besarla con tranquilidad y de manera dulce, sin embargo, deja sin aliento y con ganas de más a la chica ─, ve por tu bolso.
Ella le sonríe en respuesta antes de escapar de sus brazos y correr a la habitación por sus cosas. Minutos más tarde, Steve maneja hacia una dirección desconocida para la chica, se detiene veinte minutos después de que han salido, un poco alejados del centro de la ciudad.
─¿Qué hacemos aquí? ─cuestiona Elizabeth entrelazando su mano con Steve mientras él la conduce hacia una bonita casa donde sólo observa una gran barda y la parte de arriba de aquel hogar, la puerta principal está abierta y ellos entran.
─Te presento a nuestro hogar ─responde el rubio con una sonrisa llena de orgullo.
La chica se queda seria por unos segundos, antes de observar la bonita casa frente a ella. Por la parte delantera, es muy sencilla, con un pequeño patio y espacio para autos, pero nada más.
─¿De verdad es nuestra? ─insiste la chica con emoción.
─Lo es, preciosa ─responde entregándole un juego de llaves que ella recibe con gusto.
La casa está totalmente amueblada con una decoración muy hogareña, sencilla y hermosa, algunos muebles y utensilios aún están en su envoltura o caja.
─Pensé que tardaríamos un poco en amueblarla, pero ayer que vine a limpiar, llegaron varios carros que trajeron todo eso ─explica con ternura su esposo.
─¿Stark?
─Es lo más seguro, aunque creo que hay ayuda de T'Challa con respecto al patio trasero ─afirma ─. Sólo que la de él llegó poco después de que la adquirí.
Elizabeth lo mira confundida antes de que él la conduzca hacia el lugar indicado. Se permiten caminar lento para que ella observe las cosas dentro de la casa, pero una vez que llegan a la puerta que los conduce al patio de atrás, su rostro se llena de sorpresa.
Es un patio enorme, tal vez duplica el tamaño de la casa, que a decir verdad es grande. Lo que T'Challa contribuyó fue con una perfecta piscina en el centro del jardín y un lugar techado para descansar con sus respectivos muebles y asador. Elizabeth camina en el mismo jardín, observando los árboles que los rodean, el hermoso clima y el lugar de descanso. Se imagina a sus amigos disfrutando de una bonita tarde y a algunos niños corriendo felices por toda el área verde, y lo mejor, a Steve a su lado.
Elizabeth mira con una sonrisa a su esposo quien le corresponde, ella corre hacia él para lanzarse a sus brazos y rodear su cintura con sus piernas.
─¡Te amo! ─exclama emocionada antes de besarlo.
Luego de algunos minutos, Steve se da cuenta de lo agitado que lo ha dejado aquel beso y el lugar en donde se encuentran. Con dificultad logra bajar a su esposa quien se sonroja al ver lo que ha pasado. El Capitán Rogers sonríe y toma la mano de su chica, conduciéndola hacia adentro de la casa.
─¿Podemos ver nuestra habitación? ─cuestiona ella sonrojada.
─Claro, está en la planta alta.
En total silencio caminan por las escaleras hacia el lugar mencionado, no sin antes inspeccionar las otras tres habitaciones, una está semi amueblada mientras que las otras se encuentran vacías. Elizabeth es quien abre la puerta, encontrando todo perfectamente ordenado y la cama hecha.
─Aquí estaba ─dice caminando hacia un mueble donde reposa una de sus fotos de la boda donde ellos posan juntos.
─Pensé en traerla antes, para que diera el toque hogareño ─responde Steve ─. Esto fue lo único que ordené, aún faltan todas nuestras pertenencias, pero será nuestro hogar.
─El hogar de nuestra familia ─menciona ella acercándose a su esposo quien la abraza.
Elizabeth acaricia con las yemas de sus dedos el rostro de Steve quien de manera inmediata cierra los ojos disfrutando de su tacto. Ella se pone en puntas para capturar sus labios en un nuevo beso en el que se entregan si mesura.
─¿Quieres inaugurar nuestra casa? ─cuestiona Steve al sentir como Elizabeth comienza a desabotonar su camisa.
─Tu pregunta me ofende, amor, ¿acaso no es lógico? ─menciona antes de quitarle aquella prenda a su esposo.
─A veces no eres muy clara con tus palabras ─se burla mientras también le retira la blusa a su chica.
Steve es quien se retira el cinturón antes de acomodarse encima de Elizabeth quien lo mira ansiosa por sus besos y su toque.
En este tiempo que han compartido juntos como pareja, el medio año de casados y el año comprometidos, ha aumentado su confianza en muchos aspectos.
Han pasado una maravillosa luna de miel donde no pierden tiempo para entregarse y demostrarse lo mucho que se aman, sin perder el recato de Steve, pero al menos su departamento, ha sido testigo de varios encuentros de ese tipo.
Los labios de Steve parecen haber memorizado cada parte del cuerpo de Elizabeth quien responde ante su tacto con suaves gemidos que estimulan al super soldado. Ambos saben cómo deleitar al otro con simples caricias y besos, conocen los lugares adecuados para estimular y buscan experimentar cosas nuevas, aunque esto no sucede con mucha frecuencia.
Los besos entre la pareja transcurren con tranquilidad y pasión, al igual que las caricias que recorren el cuerpo de ambos obteniendo varios jadeos de satisfacción.
Steve retira con facilidad el sujetador rosa palo que su esposa usa, lo arroja a alguna parte de la habitación antes de deleitarse con la piel de la chica quien inmediatamente jadea al sentir los suaves labios de aquel hombre sobre uno de sus pechos, mientras que el otro recibe caricias de parte de una de las manos del Capitán.
─Amo cómo tu cuerpo responde a mí ─murmura con voz ronca Steve, quien se ha levantado de la cama y ahora se encuentra deslizando el pantalón y las bragas de Elizabeth por sus piernas, dejándola totalmente desnuda.
Se permite observarla de manera descarada y con el deseo emanando por sus poros, su miembro duele por la necesidad de alojarse en ella.
─Esto es injusto, tienes más ropa que yo ─murmura ella gateando hacia él.
Steve le sonríe de manera coqueta antes de levantar las manos en señal de que ella debe hacer el trabajo. Elizabeth sonríe antes de desabrochar el botón del pantalón de su esposo y deslizar la cremallera, baja, al igual que él, el pantalón y sus boxer en un solo movimiento.
Ella se levanta y siente el miembro de Steve chocar con su vientre, él aún se sonroja ante esos episodios, así que de manera descarada la chica envuelve su mano sobre aquella erección brindando suaves caricias de arriba abajo que hacen que él suelte roncos gemidos.
─Cielo, para por favor ─murmura visiblemente agitado.
Ella lo ignora y continua mientras besa su cuello y pecho, dejando algunas pequeñas mordidas. Steve logra separarse de ella y camina hasta sentarse en el centro de la cama, mirando a su chica con deseo. Elizabeth entiende el mensaje y sube a la cama para sentarse encima de Steve, haciendo que él la penetre.
─No traje condón ─musita él cuando ella realiza en primer movimiento causando que ambos jadeen.
─Que pase lo que tenga que pasar ─responde la chica cerrando los ojos.
Él no responde con palabras, pero sí con un ronco gemido de placer cuando la pareja encuentra un ritmo perfecto que los acerca a la gloria. Steve acaricia el cuerpo de su mujer con adoración mientras unen sus labios en besos cargados de pasión y amor.
En la habitación sólo se escucha el movimiento del colchón, así como el choque de sus cuerpos y los gemidos que se escapan de sus labios. Ahora Elizabeth se encuentra acostada en la cama con Steve encima a quien le rodea su cintura con sus piernas, dejándole un ángulo perfecto para que se mueva con total libertad dentro de ella.
Su ansiada liberación llega de manera abrazadora que los deja sin aliento y totalmente exhaustos. Steve es quien se levanta por un poco de papel para limpiarlos a ambos, para luego acurrucarse con Elizabeth en la cama.
─Supongo que fue una buena inauguración ─musita la chica acariciando su pecho.
─La mejor de todas, no puedo imaginarme una mejor, Lizzie ─responde él mientras le sonríe.
─¿Cuándo podemos mudarnos?
─Ya es nuestra, así que cuando tú desees.
─¿Te parece mañana?
─Me parece perfecto.
Sin embargo, a la mañana siguiente ambos tienen demasiadas ocupaciones que sólo les permiten llevan un par de maletas de ropa. No quieren pedirles ayuda a los chicos, ya que consideran que es una tarea de ellos, como pareja. Steve recibe una pequeña misión que lo hace viajar a un lugar cercano por 10 días, retardando aún más toda la mudanza.
Al cabo de poco más de un mes, la casa ha tomado su estilo y se ha convertido en un hogar. Hay fotos colgadas en las paredes y sobre algunos muebles, incluso un par de dibujos que el pequeño Nathaniel de casi 3 años ha hecho para ellos.
Ya que se sienten cómodos con el resultado, invitan a sus amigos a una parrillada a la que ellos no se niegan. Además de los Vengadores que viven en Wakanda, Natasha y Bruce también los acompañan, Tony no pudo llegar debido a un compromiso que le surgió por sus patrocinios; los Barton tampoco debido a lo apresurada de la invitación, pero han establecido una vídeo-conferencia con la familia que los acompaña en la distancia.
Luego de comer, Sam sugiere un brindis por la pareja y su nuevo hogar, así también como por la amistad que entre ellos existe. Luego es Steve quien toma la palabra mientras Pietro sirve algunas copas con champán.
─Yo quiero decir algo ─se apresura a decir mientras toma la mano de su esposo ─. Quiero agradecerles por estar aquí, por ser parte de nuestra vida y de nuestra familia, porque eso son para nosotros, nuestra familia.
Pietro está a punto de repartir las copas, pero la chica le señala que se detenga.
─Aunque ahora esta familia va a crecer ─murmura haciendo que Laura Barton se pegue a la pantalla y Clint "pelee" con ella por poder escuchar y ver lo que sucede, Natasha jadee y Wanda sonría orgullosa al saber lo que dirá ─. Estoy embarazada ─dice sonriendo.
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¡Habemus capítulo! Ya sé que es corto pero hay "fondue" que les debía desde el compromiso y la noche de bodas, no es taaaan explícito pero espero que les guste.
¡Gracias por leer, votar, comentar y agregar esto a sus listad de lectura! Igual a ustedes: "eternas lectoras fantasmas". :D
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