Extra 1: Primera vez (retrospectiva) (S/E)
[CAPÍTULO SIN EDITAR]
─Buen día, Peggy ─saluda Elizabeth entrando a la habitación de aquella mujer.
─Buen día, Lizzie ─dice con una dulce sonrisa ─. Te ves muy bonita esta mañana.
─Me siento halagada, una de las mujeres más hermosas de este planeta me lo ha dicho ─afirma.
─Querida, no queda mucho de esa chica, sólo esta vieja carcaza ─murmura con cierta melancolía, pero luego recobra su sonrisa.
─Ayer mencionaste que deseabas que te ayudara a bañarte ahora y no en las tardes como es costumbre, ¿se debe a algo en especial? ─cuestiona mientras corre un poco las cortinas para que la luz natural entre en la habitación.
─Hoy vendrá alguien muy especial y quiero verme bien ─responde con una sonrisa.
─Siempre te ves preciosa, pero hoy nos esmeraremos más ─aclara la joven enfermera mientras toma algunas prendas de ropa limpia.
Una hora más tarde y luego de un cálido baño, Elizabeth se encuentra secando y peinando el cabello gris de Peggy quien usa un bonito camisón blanco, sus ondas naturales se hacen notar y la chica se encarga de acomodarlo para que enmarque su rostro.
Le da su desayuno y las respectivas medicinas que le tocan, verifica que la cama esté en correcto estado y que todo esté en orden para recibir la visita del misterioso invitado.
─Ayer Lucy, la chica del aseo, dijo que un chico vino por ti en tu tiempo libre ─murmura Peggy con una pequeña sonrisa.
─Es un amigo ─responde bajando la mirada.
─Un amigo que se preocupa por ti.
─Está casado, Peggy ─ríe ante la afirmación.
─Entonces no. Debes buscar a alguien que valore lo maravillosa que eres y que te entregue su corazón. Tú más que nadie se merece vivir una historia de amor ─afirma.
─Eso espero, una historia de amor ─responde seguido de un suspiro.
Los minutos pasan rápido y la chica termina de acomodar algunas prendas dentro del closet, poco después es llamada por una de las encargadas.
La joven se disculpa con Peggy y sale para entrar a un pequeño vestíbulo donde se reciben a los visitantes y se les explica la condición de los adultos.
─¿Pasa algo? ─cuestiona confundida la joven.
─Es probable que la señora Carter le haya mencionado de una visita que tendrá. Es complicado y no la obligo a entenderlo, pero ¿ha escuchado del Capitán América? ─le pregunta aquella mujer.
─¿El héroe que ofreció su vida por su país? Peggy habla mucho de él, su gran amor ─completa con una pequeña sonrisa.
─Él la visita.
─Él murió en combate.
─Es un supersoldado y ahora ha pedido licencia para verla ─afirma con visible angustia ─. Debido a la condición de la señora Carter, le suplico que se mantenga cerca para cualquier eventualidad. Sé que ella tiene una idea de lo que pudo haber pasado y al parecer sabe que fue sacado del hielo, sin embargo, será la primera vez que lo vea y será un gran impacto para ella.
─Supongo que es normal encontrarse con amores del pasado.
─No cuando tienes alrededor de 90 y el sigue pareciendo un hombre menor de 30 ─le explica y la chica asiente sorprendida ─. Mantente alerta. Todos lo estaremos.
─¿Llegará pronto?
─Poco menos de una hora.
Elizabeth, en ese trabajo, es conocida por Elizabeth Williams, una misteriosa enfermera americana que fue recomendada por la familia de la misma Peggy Carter. La chica tiene excelentes referencias y un amplio curriculum que respalda su carrera, a pesar de su juventud.
Es el único personal de enfermería que no rota por otros pacientes, que no sale de vacaciones, que duerme en una habitación contigua y apenas si sale en su tiempo libre. Cuando lo hace, es acompañada de un hombre que la lleva a comer a un restaurante cercano o en las ocasiones que la familia Carter visita a Peggy los fines de semana, ella desaparece hasta el día lunes a primera hora. No suele hablar con sus compañeras, y por lo general, se la pasa dentro de la habitación de Carter o en la suya.
Su cabello oscuro es reemplazado por una peluca más clara que está recogida en una coleta, utiliza maquillaje para marcar sus facciones y darle otro aspecto a su rostro, además de unos lentes de contacto que le quitan el color miel a su iris y lo transforman en un gris oscuro.
El tiempo pasa casi volando y cuando menos se da cuenta, se encuentra a la encargada quien viene acompañando al gran Capitán América.
─Señorita Williams quiero presentarle al Capitán Rogers ─le dice la mujer mayor con una sonrisa.
─Un gusto, Capitán ─lo saluda Elizabeth estrechando su mano.
─El gusto es mío, señorita Williams ─responde con cortesía.
─Ella es la enfermera personal de la Señora Carter, puede llamarla en caso de que lo necesite ─explica antes de retirarse.
─¿Ella está bien? ─cuestiona Steve antes de ingresar a la habitación.
─La edad no pasa en vano, Capitán; Peggy tuvo una vida muy activa que ha comenzado a cobrar factura. Suele sufrir episodios donde olvida lo que estaba haciendo en los últimos minutos. Referente a su medicación, está libre hasta las seis de la tarde, hay agua en una mesa y yo estaré aquí por cualquier cosa que se lo ofrezca ─explica Elizabeth con seriedad.
─¿Podría entrar conmigo? Ella puede impresionarse mucho cuando me vea, no sé si piense que me voy a presentar de esta forma ─dice señalando su aspecto.
─Está bien.
Elizabeth toma un largo suspiro antes de entrar con Peggy, le acomoda un poco sus almohadas mientras le comunica que su esperada visita ha llegado.
Cuando Steve Rogers entra, aquella mujer comienza a llorar de la emoción y extiende sus brazos para que el Capitán la abrace. La joven enfermera permanece unos minutos observando la conmovedora escena antes de salir y quedarse a unos metros de la puerta.
Cuando sale, le envía un mensaje al mismo hombre con el que ocasionalmente sale a comer, él le responde haciéndole una llamada.
─¿Sólo me hablas cuando me necesitas? ─le reclama apenas la joven contesta ─. ¿Nunca será para la saludar
─Hola ─bufa la chica y lo escucha reír ─. Ahora, lo que pedí, por favor.
─Niña, no necesito investigarlo, trabajé con él cuando pasó lo de Nueva York, no es falso y puedes confiar en él ─se mofa ─. Supongo que todos necesitamos una conexión con nuestro pasado, él la encontró con tu amiga.
─Bien, pero lo mantendré vigilado.
─Créeme, si él supiera quien te ha entrenado, dudaría en retarte.
─Tal vez ─dice con una sonrisa de lado ─. Gracias, Barton.
─Nos vemos luego, Elizabeth ─le responde antes de colgar.
Pasa poco más de 30 minutos antes de que el Capitán salga y se despida con educación de la joven enfermera. Cuando Elizabeth entra a la habitación, encuentra a su amiga con una sonrisa y llena de emoción porque Steve Rogers está vivo.
Los días pasan y hay momentos en los que Peggy le cuenta parte de su conversación con el Capitán y otros donde le cuenta anécdotas del valiente hombre que pereció dando su vida por su patria.
Cuando el Capitán suele visitarla, una vez cada mes, la reacción de la señora Carter es casi igual: lo recuerda por episodios y en otros lo olvida.
La relación de Elizabeth y Steve se ha tornado en un saludo y despedida de cortesía, puesto que el Capitán ya muestra confianza al estar con Peggy. Aunque poco después de la primera visita, hubo un largo tiempo en el que el Capitán se ausentó, pero tiempo después estas se reanudaron.
***
─Lucy dijo que era tu cumpleaños ─murmura Peggy con una pequeña sonrisa ─. ¿Puedes darme aquella caja? ─pide señalando una que está sobre su tocador.
Elizabeth sonríe y hace lo que ella le pide, se siente apenada por aceptar algo de Peggy y sabe que no es lo correcto.
─Antes de que te niegues, esto lo tengo desde hace años y quiero obsequiártelo. Me lo regaló Howard poco después de que perdí a Steve, fue una maravillosa coincidencia que este pedazo de piedra fuera del mismo color de sus ojos ─murmura acariciando la bella joya que cuelga.
─No puedo aceptarlo, tiene mucho valor sentimental. No lo hagas Peggy.
─Quiero que lo tengas, yo ya no puedo lucirlo como antes, aunque pocas veces lo usé. No quiero que se quede en el olvido y cuando yo muera tenga otro destino, prefiero que lo tengas tú. Acéptalo como un regalo de cumpleaños.
La chica asiente y lo toma, se lo coloca ante la mirada de emoción de Peggy, quien, sin saberlo, es la persona que pone la primera piedra en la relación de dos seres muy importantes para ella, y cuya pareja, tendrá por siempre muy presente a la querida Agente Carter.
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