37. Noche mágica y rescates exitosos (S/)
[CAPÍTULO SIN EDITAR]
Steve coloca sus manos sobre los muslos de la chica para alzarla y poder llevarla a la habitación. Elizabeth queda muy cerca de la cama, pero se mantiene de pie, la pareja separa sus labios para observarse con cierta adoración y deseo.
─Lizzie... ─la voz de Steve es aún más ronca.
Él con delicadeza para las yemas de sus dedos por toda la longitud de los brazos de su novia hasta colocar sus manos en su cadera. Ella se limita a brindarle una pequeña sonrisa y a acariciar su rostro con sus manos, se entretiene más tiempo en sus mejillas disfrutando de las nuevas sensaciones que experimenta al tocar su barba.
─Te ves muy diferente ─afirma en un susurro.
Sus manos acarician los labios de Steve que ahora se encuentran ligeramente hinchados, continúa hasta recorrer su cuello y trazar sus clavículas. Elizabeth hace contacto visual con Steve quien sonríe cuando ella acaricia sus pectorales y luego baja hasta su abdomen marcado, lo escucha jadear.
Podría decirse que Elizabeth era una gran conocedora de la anatomía del hombre, los años en la carrera universitaria habían dejado frutos en ella, pero nunca había estado con uno. El miedo a que las personas descubrieran sus maravillosos dones o que ella pudiera lastimarlos, la hicieron alejarse de muchos chicos, tuvo citas y algunos besos de por medio, pero no más. Y ahora, motivada por la confianza que su novio le está brindado, se atreve a explorar su cuerpo.
Steve parece leer su mente cuando ella se detiene en el borde de su camisa, la observa dudar y es él quien se la retira.
La joven lo observa unos segundos antes de que repita el mismo patrón de caricias ahora en el torso descubierto de Steve. Los músculos de Rogers se contraen ante su tacto y ella lo disfruta.
Elizabeth detiene sus movimientos y vuelve a buscar su mirada, los ojos azules y brillantes de su novio se ven más profundos y cargados de deseo. Olvidando su timidez e igualmente, dándose valor por la intimidad tan perfecta que disfrutan en ese sitio y la confianza que entre ellos existe, lleva sus manos hacia los tirantes del vestido para bajarlos por sus hombros y luego hacia sus brazos, haciendo que este caiga hasta el suelo.
Su respiración parece cortarse, es la primera vez que tiene a una mujer así frente a sus ojos. Su mirada pasea de manera descarada por el cuerpo de la chica, quien se sonroja por la atención nueva que recibe. Él lo nota y la atrae hacia su cuerpo para besarla.
Esta vez no hay vergüenza o alguna limitante, sólo son ellos en el lugar correcto en un momento en que sólo desean amarse y fundirse en un solo cuerpo.
Elizabeth se acuesta en la cama con Steve encima, no sin antes soltar el broche de su sujetador. Steve parece dudar antes de llevar sus manos hacia los tirantes y retirarlo con nerviosismo. Los pechos de la chica quedan expuestos ante él e inmediatamente siente que su cuerpo reacciona al punto del dolor, el pantalón parece apretarle como nunca. Se deja guiar por sus instintos y la besa con pasión, ella le corresponde de la misma forma. Los besos de él bajan por su cuello y hombros, para entretenerse algunos minutos en sus pechos donde se permite explorar el nuevo territorio al que tienen acceso sus labios.
─Ah...Ste-Steve... ─jadea la chica cuando el nombrado encuentra un punto placentero en esa parte de su cuerpo.
Con manos temblorosas la chica busca el broche de los pantalones de su novio para que luego termine retirándoselos con su ayuda. Siente el miembro de Steve, con el bóxer aún puesto, rozar su entrepierna y ambos gimen de ansiedad, él busca un nuevo roce que hace que la chica pase sus uñas por su espalda descubierta causándole un escalofrío.
─Ste-ve... yo...yo nunca... ─murmura ella separándose esporádicamente de sus labios.
─Yo tampoco ─responde en un susurro mientras se sonroja un poco. Elizabeth sonríe como muestra de su nerviosismo antes de besar cariñosamente su mejilla.
Los besos, jadeos, caricias y dulces palabras continúan por varios minutos; cada segundo que pasa hace que el calor invada su cuerpo y la necesidad por el otro crezca. Con manos temblorosas Steve le logra quitar las bragas, dejando una suave caricia a lo largo de las piernas de su novia y él mismo se retira su última prenda antes de acomodarse de nuevo sobre ella.
Luego de un rápida pero profunda mirada, él se comienza a hundir en la chica en un tortuoso y lento movimiento. El dolor que la chica siente es diferente, pero hasta cierto grado molesto, acostumbrarse a la nueva intrusión la llena de nuevas sensaciones. Él siente cómo el cuerpo de su novia se acopla alrededor de él y aprieta con cierta fuerza sus caderas. Ella es la primera en moverse, buscando encontrar un ritmo que le permita ir suprimiendo la nueva molestia. Steve la observa antes de ser él quien toma la pauta y da estocadas lentas y profundas, ganándose los suaves jadeos de la boca de su novia.
─¿Te sientes bien? ─le cuestiona controlando su impulso para moverse con más rapidez.
─Sí, aunque... quiero intentar algo ─afirma ella con una pequeña sonrisa.
Steve alza la ceja sorprendido por el atrevimiento de su chica. Ella hace que él se acueste con la espalda sobre el colchó y sin separarse, ella se coloca por encima. Pone sus piernas a cada lado de cuerpo de Rogers quien la observa con adoración y lentamente empieza con la suave intromisión.
Ella, una vez segura, asiente y él la mira esperando a que se mueva, para que sea la chica quien lleve el ritmo. Elizabeth se deja guiar por sus instintos y comienza a balancearse, para luego, con ayuda de Steve, subir y bajar levemente. Disfruta de aquella maravillosa sensación que comienza a formarse en la parte baja de su abdomen y la rapidez de sus movimientos aumenta. Rogers se siente enloquecer por el momento, de sus labios escapan jadeos y sus manos recorren el torso de la chica hasta colocarlas sobre sus caderas y dar suaves caricias.
Los gemidos de la chica aumentan de tono y sus ojos se cierran por algunos segundos, siente que cada vez que se mueve está más cerca de alcanzar el cielo, hasta que lo logra. El ansiado orgasmo inunda su cuerpo y mientras ella se recompone de aquel inmenso placer, Steve llega de igual manera soltando un gruñido y aumentando más la fuerza con la que la toma.
Elizabeth ronronea un poco cuando él sale de ella, siente sus piernas temblar y se acurruca sobre el fuerte pecho de Steve quien la cubre con las sábanas y la observa con amor antes de besar su frente.
─Te amo, Lizzie ─le dice manteniendo su voz ronca.
─Te amo más, Steve ─responde y besa su mejilla.
─Amor, no es el mejor momento... sé que nosotros no nos cuidamos y... ─ella lo interrumpe colocando su dedo índice sobre sus labios.
─Por cosas de mujeres y conociendo mi cuerpo sé que esto es improbable en este momento. Sé que no es el momento de tener un bebé y lo entiendo ─susurra.
─No me molesta la idea, pero quiero tener estabilidad y aún no la conseguimos ─responde mirándola a los ojos ─. No pensemos en eso, que pase lo que tenga que pasar. Por ahora descansa que tenemos una misión mañana.
─Sí, Capitán ─afirma en tono de broma.
Steve deja salir una suave risa antes de atraerla hacia su cuerpo desnudo y besarla, ella le corresponde y lo abraza con más fuerza. Apenas es de noche, ya que han vuelto temprano del cementerio, pero necesitan esas horas de sueño para estar listos.
A la mañana siguiente, cuando Elizabeth escucha el despertador, nota que está sola en la habitación. Escucha ruido en la cocina y sonríe al recordar lo que ha pasado la noche anterior. Vuelve a darse un baño y se coloca un pantalón oscuro y una blusa de manga larga de color azul marino, se pone unas botas de piso y las abrocha, deja su cabello suelto en espera de que se seque. Cuando vuelve al a sala-comedor, encuentra que la mesa ya está puesta.
─Buen día, Steve ─saluda percatándose por la ventana que aún no amanece. Ambos llevan una radiante sonrisa y saben que su relación ha cambiado para bien.
─Buen día, linda ─se acerca y deja un suave beso en sus labios. Él ya está igualmente listo usando unos jeans y una sudadera negra, además de que se ha rasurado.
Desayunan lo que Steve ha preparado y luego de lavar todo y dejar limpia la casa, van a la habitación de la chica a acomodar las últimas cosas. Ahí es donde Elizabeth le muestra lo que ha traído de las instalaciones de los Vengadores, él al observar sus materiales de arte sonríe agradecido y los guarda en su mochila. Elizabeth le da a Steve un botiquín de primeros auxilios y él también lo introduce en su mochila.
Una hora más tarde ya se encuentran en la nave con destino hacia la prisión, les toca presenciar el amanecer estando en el aire, cosa que ambos disfrutan. Elizabeth se amarra el cabello en una coleta alta cuando faltan pocos kilómetros para llegar, luego coloca su computadora cerca del tablero y verifica algunos artefactos que vienen en la nave, comienza a trabajar por varios minutos.
─¿Te das cuenta que es la primera misión que tenemos juntos? ─cuestiona Steve en el asiento de piloto.
─Es verdad, nunca te gustaba salir conmigo ─se mofa sin dejar de teclear en la computadora.
─No es eso, pero me daba miedo estar contigo y que algo te pasara, ser culpable de algo y perderte ─confiesa y ella sonríe ─. Por eso me gustaba mandarte con Pietro, ese chico entendía tus tácticas y solía escucharte.
─Ya está ─dice con una pequeña sonrisa ─. He desactivado las cámaras que cuidan los alrededores de la prisión y los sensores de movimiento, aun así, mantén en modo sigiloso a la nave.
─¿Las cámaras internas?
─Desactive sólo algunas, pero he trazado una ruta para dirigirnos primero al centro de comando, necesito inhabilitar sus alarmas para que tengamos tiempo.
─Está bien ─afirma una vez que ante sus ojos aparece la prisión flotante.
Ya dentro de aquellas instalaciones, Steve sigue a Elizabeth cubriéndole la espalda. La joven se mueve siguiendo el mapa que carga en el pequeño dispositivo que lleva en sus manos, por suerte no encuentran ningún guardia, hasta que llegan al pasillo del cuarto de comandos.
─Cuento seis ─susurra Steve muy cerca de su oído.
─¿Sólo noquearlos, verdad? ─cuestiona con fingida desilusión.
─Sí, no quiero causar más daños. ¿Tienes un plan?
─No precisamente, sólo sígueme.
Ella camina hacia ellos ante la sorpresa de Steve que no tiene de otra más que seguirla. En ese momento recuerda lo dicho por Natasha acerca de la manera de actuar de Elizabeth en las misiones: actuaba sobre la marcha. Aquellos guardias se percatan de su presencia y antes de que puedan llamar por apoyo, la chica los desarma con sus poderes, y el Capitán se acerca a ellos para dejarlos inconscientes sin problema.
─¿Lista? ─cuestiona antes de abrir la puerta y que ella asienta con la cabeza.
Apenas entran algunos hombres se lanzan contra Steve quien los noquea en segundos, Elizabeth pelea con algunos antes de apresurarse hacia la computadora principal y comenzar a trabajar mientras el Capitán termina con el resto. Él les quita las armas y las esconde, para luego sujetarlos a los mismos muebles. Ella logra desactivar las alarmas personales y del cuarto donde tienen a sus amigos, así como la señal que se envía a la sede principal donde se encuentra Ross. Además de eso, cierra el resto de los accesos dejando sólo despejado los pasillos que los conducirán a la nave. Se toma su tiempo para realizarlo sin fallas.
─Vamos, tenemos 15 minutos antes de que se den cuenta de que la imagen se ha congelado ─le dice Elizabeth tomando uno de los controles en su mano.
La pareja corre hacia el lugar donde tienen a sus amigos. Las instalaciones se oscurecen salvo por una débil iluminación roja que es señal de alarma, es necesario que Elizabeth mantenga una esfera de energía entre sus manos para poder ver en lugar y no perderse en el camino. Ella encuentra junto a la puerta uno de los controles y lo desactiva para que Steve entre primero.
Los héroes, a excepción de Wanda, se levantan al ver el cambio de la iluminación, se mueven ansiosos sin saber qué hacer. Escuchan que la puerta se abre y alguien camina hacia ellos, Sam se acerca a la reja de su celda y sonríe cuando ve a Steve, pero su sonrisa se ensancha cuando una tenue luz celeste lo acompaña y al ver que se acerca más, distingue a Elizabeth. Pietro la mira compartiendo esa alegría al igual que Clint, Wanda alza la mirada encontrándose con su amiga y sonríe.
Elizabeth mueve un poco sus manos antes de separar aquella esfera y lanzarla en forma de rayos de energía hacia los seguros de las puertas haciendo que estas se abran con facilidad. Sam corre a abrazar a la chica quien lo recibe con una sonrisa.
─¿Qué debo hacer para que me perdones? ─le cuestiona mientras la abraza.
─Ser mi esclavo por un mes ─se burla ella y besa su mejilla.
─Lamento dudar de ti ─murmura arrepentido ─. Y lamento llamarte traidora.
─Te entiendo, me comporté como una ahora. Aunque ahora debemos irnos, no tenemos mucho tiempo ─murmura la joven acercándose a Clint quien la abraza y besa su frente.
Ve que Scott se acerca a Steve y sonríe.
─¿Eres la Chica América? ─cuestiona el sujeto de cabello negro ─. Sam lo dijo.
─Entonces sí.
─¿Tú eres Scott, no? Steve me habló de ti y la ayuda que les brindaste, fue una gran sorpresa lo que hiciste en el aeropuerto.
─¡Por fin alguien me reconoce! ─exclama emocionado.
Luego Elizabeth camina hacia los gemelos quienes se abrazan dentro de la celda de Wanda.
─Sabía que me escucharías ─murmura el gemelo cuando la chica toma sus manos y examina los aparatos sobre sus muñecas y luego los de sus tobillos.
─¿Puedes desactivarlo? ─le cuestiona Wanda quien se siente inútil al no poder utilizar sus poderes.
─Probablemente, pero por ahora necesitamos al chico veloz ─responde ella antes de colocar sus manos con la niebla celeste saliendo de ellas sobre los dispositivos que Pietro lleva en sus muñecas, estos sacan chispas y caen. Hace lo mismo con los de que Pietro lleva en sus tobillos ─. Trabajaré con el tuyo en la nave, no quiero dañarte.
─Gracias ─responde la chica Maximoff cuando su hermano la toma en brazos dispuesto a correr.
Elizabeth y Clint van al frente, mientras Pietro con su hermana sobre sus brazos, Sam y Scott los siguen, y Steve los cubre. Llegan sin problemas a la nave y emprenden el viaje a Wakanda.
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¡Gracias por leer! <3
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De verdad, quiero saber su opinión acerca de este capítulo, sobre todo de la primera parte :p No quería poner el momento tan dramático, pero ellos dan ternura :3
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