17. Nathaniel Pietro Barton (S/E)

[CAPÍTULO SIN EDITAR]



Elizabeth se duerme cerca de las 3:00am preparando su ropa para la tarde del viernes, sábado y domingo; aunque sólo son dos días y medio, sabe lo que es estar en esa granja y que un cambio de ropa no durará todo el día.

A la mañana siguiente, luego de aumentar cinco minutos más su alarma en tres ocasiones, despierta cuando el reloj marca las 9:00, se levanta corriendo para darse un baño, se coloca ropa cómoda y guarda las últimas cosas. Midiendo el tiempo y conociendo la puntualidad de Natasha, va hacia la cocina por algo para desayunar: cereal con leche. Cuando está dejando todo el su lugar una vez que ha terminado, Steve entra a la cocina.

─Buen día ─la saluda con una sonrisa, ella se acerca y besa su mejilla.

─Buen día, Cap ─responde.

─Te estaba buscando, anoche María me pidió que checara unos documentos y ya no te pude ver cuando volvieron, pero supe que fue un éxito la misión ─la felicita mientras caminan hacia la habitación de Elizabeth.

─Sí, ya no recordaba lo que es estar en una misión ─confiesa con una sonrisa.

Él se ofrece a ayudarla con su maleta, ya que Steve ya ha dejado la suya en el jet. Él la espera mientras Elizabeth se lava los dientes y luego juntos se dirigen a la nave que los espera, Wanda ya está sentada hablando con Natasha, segundos más tarde se les une Pietro, quien está emocionado ya que la pelirroja le ha dicho que recibirá una sorpresa.

─Buen viaje, chicos ─les desea Hill antes de que se cierre la compuerta.

Natasha pilotea el jet junto a Steve, esta nave está diseñada para ser imperceptible por los radares, como casi todo lo que hace Stark. Los gemelos permanecen atrás con Elizabeth, con quien platican animadamente.

─¿Qué creen que sea mi sorpresa? ─les cuestiona Pietro con ansiedad.

─Espero que sea algo que te mantenga callado por un tiempo ─se burla Wanda y escuchan la sutil risa de Natasha.

Elizabeth también ríe antes de levantarse y ponerse detrás del asiento de Steve, él al verla toma su mano y le da un beso sobre el dorso, la joven sonríe y se recarga sobre el reposabrazos de donde se encuentra sentado el Capitán.

─¿Quieren que los reemplace? ─cuestiona y Natasha sonríe al ver a la pareja.

─Yo quiero ─dice la pelirroja y se levanta, inmediatamente Elizabeth corre a sentarse tomando los controles ─, no se distraigan con sus muestras de cariño, por favor ─dice mofándose.

Ambos se ríen por las palabras de la espía y continúan con el viaje. Luego de unas horas de vuelo por fin aterrizan en la granja, Clint es quien los recibe y saluda afectuosamente a cada uno. El arquero se ve más tranquilo, la vida fuera del estrés de ser agente le sienta bien, y la vitalidad de sus hijos se le transmite.

─Gracias por venir ─les dice Clint una vez que los ha saludado y toma parte del equipaje de la espía.

─Gracias a ti por invitarnos ─responde Steve, quien ayuda con sus cosas de su novia.

Los Maximoff sólo le dedican una sonrisa llena de agradecimiento por tomarlos en cuenta en su invitación. Les hace señas para que comiencen a caminar, negándose a que Pietro se adelante, así que se resigna a caminar a la par de todos.

Cuando entran a la casa, los gemelos permanecen juntos observando todo a su alrededor. Están en un hogar con una familia. Ven al par de niños que corren a saludar, aunque son de diferentes edades, los hermanos se cuidan tal como ellos. Los pequeños quedan maravillados cuando les muestran sus poderes e inmediatamente entablan una amistad.

─¿Dónde se encuentra el pequeño traidor? ─cuestiona Natasha sentada en el sillón individual.

En ese instante entra la esposa de Clint con un pequeño y regordete bebé en brazos, la pelirroja se apresura a cargarlo y mirarlo fascinada. Elizabeth y Steve lo miran con una sonrisa, mientras el pequeño hijo mayor de Clint se acerca a Rogers para expresarle su admiración como el Capitán América.

─Natasha te mencionó que teníamos una sorpresa para ti, ¿o me equivoco? ─Laura Barton dice mirando al sokoviano.

Él asiente ansioso ante la pregunta, pasea sus ojos por toda la casa emocionado en busca de aquella sorpresa.

Natasha se levanta y camina hacia él, Pietro observa como curiosidad al bebé que sostiene la Viuda Negra.

─Te presento a Nathaniel Pietro Barton ─dice la rusa acercándole al pequeño.

Pietro lo toma con cuidado y un poco de miedo, está sorprendido. Wanda ahoga un grito de emoción y sus ojos se llenan de lágrimas, se acerca rápidamente a su hermano para observar al bebé.

─¿Acaso no lo viste venir? ─se burla Clint y Pietro alza la mirada ─. Elizabeth lo vio y luego todos fuimos testigos que estabas dispuesto a dar tu vida por la mía, a pesar de que nuestra amistad no comenzó del todo bien. Eso hacen los héroes, Pietro.

Una genuina sonrisa aparece en el rostro de joven, sigue maravillado por el pequeño que sostiene en sus brazos. Wanda toma una de las manitas del bebé entre su mano. Ambos hermanos se han quedado sin palabras.

─Hola Pietro, serás tan guapo como yo ─susurra el sokoviano con una sonrisa.

─Espero que lo odioso no venga en el nombre ─se burla Barton y Wanda ríe.

─No, pero será todo un rompecorazones, a menos que se parezca a ti ─le regresa la burla y Laura suelta una discreta risa.

Pietro le pasa el bebé a su hermana, quien ahoga un grito de emoción al cargar al pequeño quien la mira con curiosidad. El sokoviano se levanta con duda y en un parpadeo, abraza a la pareja de esposos.

Varios minutos más tarde, Clint los conduce a la habitación donde dormirán. Wanda, Natasha y Elizabeth se quedarán en el cuarto más grande donde se encuentra una cama para cada chica; lo que significa que Pietro y Steve compartirán habitación.

─¿No te sientes triste al hacer esto sin la compañía de Tony? ─le pregunta Elizabeth a Steve cuando se acerca y lo observa cortar la leña.

─Tal vez, no tengo a alguien que me motive con palabras llenas de sarcasmo ─responde el Capitán ante las palabras de la chica.

─Te traje un poco de agua ─ella le ofrece el vaso con el líquido que desaparece en unos segundos cuando él lo toma.

─Gracias, cielo ─dice y continúa cortando más leña ─. Se supone que Pietro me ayudaría.

─Clint pensó que era mejor idea que sembrara y cosechara ─le explica ella sentándose cerca, Steve deja de cortar leña para acomodarse a su lado ─, por eso vine a supervisarte.

─Entonces me alegra que ese chico no esté ─dice tomando la mano de su novia ─. Es lindo esto.

─¿La naturaleza?

─Aparte, la familia, la tranquilidad que todo esto nos brinda. A veces he pensado en que en algún momento de mi vida buscaré una tranquilidad similar ─le confiesa dirigiendo su mirada a un punto desconocido.

─También lo he pensado, aunque sé que este no es el momento. Cuando viví con ellos, me gustaba la sensación de tranquilidad que me brindaba no ser asechada o estar siempre al asecho ─murmura recargando su cabeza en el hombro de Steve.

─Yo nací en tiempos de guerra y actualmente me la vivo en medio de una ─afirma, suelta la mano de Elizabeth para poder pasar su brazo sobre sus hombros.

─Las guerras no son eternas, Steve ─afirma buscando su mirada para darle consuelo ─. Algún día todo esto terminará y seremos libres, ya no tendremos la gran responsabilidad de cuidar el planeta.

─Espero que cuando ese día llegue tú te encuentres a mi lado.

Ambos sonríen antes de unir sus labios en un delicado beso, Steve la abraza mientras se atreve a dejar una suave mordida en el labio inferior de su novia, ella le responde de la misma manera. Elizabeth acaricia el rostro del Capitán con ternura, deseando que nada termine con este momento, aunque no tardan en interrumpir.

─Es hora de comer ─anuncia Pietro antes de alejarse.

La pareja se separa y sólo ve el borrón azul platinado que se aleja. Steve se levanta y ayuda a la chica a incorporarse, juntos caminan de la mano hacia la casa, luego de lavarse las manos entran a la cocina donde el resto ha comenzado a comer.

Clint y Pietro lideran la conversación con bromas, comentarios sarcásticos y cosas sin sentido. Los niños ríen ante las ocurrencias de ese par, y la manera en que Natasha los logra controlar con un par de palabras. Wanda permanece en una discreta plática con la esposa de Clint, mientras Elizabeth y Steve comen en silencio lanzándose algunas miradas furtivas.

Una vez que todos termina, Elizabeth se ofrece a lavar los trastes y acomodar todo, Steve va a hacer lo mismo, pero Clint le pide ayuda en otras cosas. Los gemelos van con Natasha a jugar con los niños y el pequeño Nathaniel.

─Te dije que había algo entre ustedes ─le murmura Laura a Elizabeth mientras acerca los platos faltantes. Ella sonríe y continua con su labor ─. Hacen una bonita pareja.

─Gracias. Creo que lo que me dijiste me hizo abrir los ojos para ver lo que estaba naciendo en mí, o en nosotros ─explica.

─¿Cuándo comenzó exactamente? ─cuestiona emocionada por las palabras de la joven, a la que ve como una hermana pequeña.

─Antes de la batalla con Ultrón, fue a buscarme y me besó. Desde ahí todo ha pasado como si estuviese planeado. Realmente lo quiero, Laura.

─Me alegra, me gusta verte feliz. Por cierto, tengo el collar que me diste guardado, si gustas podemos ir por el.

─Antes de irme me lo entregas ─le pide.

Una vez que terminan, se dirigen a la sala donde la joven se aproxima para tomar al bebé en sus brazos. Pasan varios minutos jugando, antes de que el pequeño Nathaniel se acomode entre sus brazos y se quede dormido. Clint la conduce a la habitación para que lo acomode en su cuna, Laura los alcanza acompañada de los niños que se irán a su habitación, mientras Elizabeth vuelve al a sala y se sienta al lado de Steve.

─¿Seguros que un robot no saldrá de tu granero en cualquier momento? ─le cuestiona la chica a Clint cuando vuelve con su esposa luego de unos minutos.

─No, yo no soy un científico loco, niña ─responde sentándose con Laura en los asientos libres ─, ¿Quieren algo de beber? ─ofrece.

─¿Qué ofreces? ─cuestiona Natasha.

─No mucho, pero tengo algunas botellas ─hace el ademán por levantarse, pero Elizabeth lo detiene.

─Yo puedo traerlas ─le dice. Discretamente, con sus poderes, saca las botellas de donde están resguardadas y las lleva hacia la mesa. Clint la mira en espera de que se levanta, pero se sorprende cuando ve que los licores llegan levitando y se colocan sobre la mesa.

─¿Lo hiciste tú? ─cuestiona Laura sorprendida.

─Han vuelto y ya los controlo ─murmura con una sonrisa.

Clint la felicita y va por unas copas y vasos. Beben un poco, pero no lo suficiente para terminar ebrios, se pasan hasta altar horas de la noche bromeando por diferentes cosas, como el amor-odio de Pietro y Clint, la timidez de Wanda, y la relación de Elizabeth y Steve. Hasta que por fin todos se van a sus respectivas habitaciones.


.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.

¡Gracias por leer! <3

No olvides votar y dejar tu comentario :D

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top