16. Primera misión (S/E)

[CAPÍTULO SIN EDITAR]

*3 semanas después*

Elizabeth está en su habitación descartando algunas imágenes que ha guardado de los envíos de Sam, cada día que pasa sabe que están más cerca de descubrir el paradero de Bucky, sin embargo, le preocupa ser más lento que el gobierno o peor, que HYDRA.

─¡Sala de juntas! ─le grita Pietro del otro lado de la puerta, antes de que salga corriendo en búsqueda de su hermana.

Ella guarda todo y desaparece todo rastro de su trabajo, acomoda bien todo antes de salir de su habitación. Cuando llega a la sala de juntas, todos están ahí, incluyendo a María y Sharon.

─Ya que estamos todos, quiero decirles que al parecer HYDRA está emergiendo, las misiones que Steve,  Rhodes y Natasha han hecho, nos han dejado en claro que aún hay actividad ─explica Hill observando a los presentes ─. Por ello necesitamos enviar una nueva misión, sólo que esta incluye a Pietro y a Elizabeth.

─¿Nosotros? ─pregunta incrédulo el sokoviano.

─Sí, ya es el momento ─responde ella mirando a Elizabeth ─. Luego de lo de Ultrón decidieron utilizar lo menos posible los dispositivos electrónicos, ahora lo plasman en papel, que luego destruyen. Detectamos actividad al sur de la ciudad, queremos que ustedes se infiltren, consigan esas carpetas y salgan ilesos del lugar.

─¿Por qué no va Natasha o Wanda? ─se atreve por fin a pregunta la Agente Miller.

─Natasha ya está identificada, por el momento; Wanda aunque posee habilidades excepcionales, aún debe mejorar su entrenamiento físico, los poderes no lo son todo, Elizabeth; tu estás más que preparada y de no tener tus habilidades, puedes accionar un arma o tomar otros caminos. Partirán en 3 horas, Natasha te ayudará ─sin decir más, Hill se retira seguida de Sharon.

─Prometo cuidarla, Cap ─le dice Pietro antes de salir de la sala en compañía de su hermana.

─¿Estás asustada? ─él se acerca a la joven que aún sigue sentada en su asiento.

─¿Qué pasa si todo me sale mal? ─lo mira con angustia.

─No saldrá mal, tenemos confianza en ti, ahora debes tenerla tú. Como dice María, de fallar tus habilidades, puedes defenderte de otras maneras ─la anima antes de que ella lo tome por las mejillas y lo atraiga para besarlo.

─Tiene tiempo que no voy a una misión y mis tácticas son un poco arriesgadas, esperemos que todo salga bien ─termina de decir la chica.

*

Natasha le ha dado un pantalón negro entallado hasta la cintura, una blusa con brillos y un par de botines de tacón grueso. Elizabeth se mira incrédula en el espejo, ni cuando fue al club con los chicos se sentía así. La pelirroja la maquilla dejando muy marcadas sus facciones y le recoge el cabello en una coleta alta. Se encuentra con Pietro en la salida del edificio, él va con un look casual, pero adecuado para un bar por la noche; Steve se acerca a ella.

─Ahora me arrepiento de darte ánimos para ir ─confiesa sonrojado observando lo hermosa que se ve su novia.

─Lástima, Capitán, prometo que la misión será todo un éxito ─afirma y le da un corto beso en los labios antes de entrar con Pietro al auto.

─¿Llevas armas? ─cuestiona el gemelo mientras conduce a la dirección indicada.

─No, veré que puedo conseguir en el camino ─le contesta con una sonrisa.

Aparcan fuera de un abarrotado club y antes de bajar se colocan un par de antifaces de color negro, tardan un poco en entrar, pero lo logran. Aunque las calles aledañas dan una mala pinta de esa zona, el club está lleno de gente con gustos ostentosos, ven lujos en muchos sitios y a personas adineradas. A pesar de que todos llevan un look informal, las máscaras que muchas personas llevan son muy elaboradas y poseen detalles exquisitos.

─Necesito que vayan a la barra y observen el lugar, cada detalle sospechoso que encuentre, estamos seguros que existe algo en la parte trasera ─escuchan la voz de Natasha por el auricular que llevan que apenas si es visible.

Pietro le ofrece su brazo a Elizabeth quien lo toma y caminan hacia la barra. Piden algo ligero para poder sentarse y conversar. Él le cuestiona cosas sin sentido, mientras discretamente pasan su mirada por el lugar, notan que muchas personas entran por un pasillo y son muy pocas las que salen.

─De frente a la barra a las 3:15, ¿pueden ver algo más? ─murmura Elizabeth con discreción mientras toma un trago de su bebida.

─Al parecer son los baños, aunque, un momento ─Natasha parece ver algo y se toma su tiempo, está observando todo por medio de uno de los tantos dispositivos que dejó Stark ─. Un par de metros después de la entrada hay un pasillo, pero no veo alguna puerta.

Pietro la ayuda a bajar del banco alto, caminan lentamente hacia ese pasillo, cuando llegan al lugar dicho por Natasha, él comienza a dar suaves golpes por la pared hasta que suena hueco; está listo para empujar cuando la "puerta" se comienza a abrir. Con su rapidez acostumbrada, aleja a Elizabeth y la acorrala entre su cuerpo y la pared, simulando besarla.

─No uses tus poderes, Pietro, no en su máximo potencial ─le susurra la chica al oído ─, es el factor sorpresa.

─¿Entonces no debí hacerlo?

─Este es el momento adecuado, después será pelea cuerpo a cuerpo, de ser necesario; busca algo con qué defenderte. Si estamos en apuros, usaremos el factor sorpresa. Por ahora, cuando se marchen lo suficiente, entraremos.

Salen un par de sujetos de la compuerta, dirigen su mirada hacia la pareja que se está abrazando en un rincón, los observan por unos segundos y luego se marchan. En un rápido movimiento del sokoviano, él  y Elizabeth se encuentran dentro del nuevo pasillo.

─¿Y ahora? ─cuestiona.

─Sólo camina y no hagas ruido, busca esas carpetas, no sabemos dónde se encuentren.

─Ustedes no, pero yo ya las encontré ─les afirma la pelirroja ─. No hay cámaras en al menos 10 metros a la redonda, pero tengan cuidado. Las carpetas se encuentran 2 habitaciones más al fondo, son de color rojo, si la imagen no falla.

Pietro toma la delantera y la chica lo sigue, logran llegar al primer cuarto, pero se encuentran con la puerta cerrada que corresponde a la habitación de las carpetas. Elizabeth levanta suavemente su mano botando el seguro, cuando se encuentran listos para entrar, 6 sujetos entran por la otra habitación y 6 más salen de la que han abierto.

─Mala elección, niños ─los saluda un hombre mayor ─. ¿Quién los envía?

Los jóvenes no responden y se limitan a observar a las 11 personas restantes que los observan listos para atacar, pueden notar que llevan armas entre su ropa.

─Les hice una pregunta y no me gusta repetir las cosas ─dice aquel sujeto, los mira unos segundos más hasta que se acerca decidido a darle un golpe a Elizabeth, ella está lista para repeler la agresión, pero Pietro es más rápido y se interpone, 4 hombres se abalanzan sobre él volviéndose una pelea, sin hacer uso de su rapidez el sokoviano puede con algunos de ellos, pero cuando el resto de los hombres se acercan para golpearlo lo someten en poco tiempo, dos se ellos toman Eliza por cada brazo ─. No quieras hacerte el valiente, niño ─se burla al verlos desarmados.

La joven mira a Pietro, está agitado y un hilo de sangre baja por su barbilla, tiene los puños apretados y su rostro refleja frustración. Esposan al gemelo a una tubería con las manos hacia atrás, mientras que a Elizabeth la sujetan a una mesa fija de metal.

─El jefe ya les hizo una pregunta, ¿qué buscan? ─el sujeto que termina de esposarla le pregunta, ella mantiene un semblante tenso y hace contacto visual con Pietro.

─No sé qué busquen, pero sé que encontraron y eso fue su final ─el hombre mayor saca un arma de su saco y le quita el seguro, apuntándole primero a Elizabeth ─, primero las damas, es una lástima, tienes una mirada muy linda y puedo apostar que detrás de esa máscara hay una belleza ─ella lo mira con repulsión.

─Elizabeth, deja de jugar y actúen ─le pide Natasha tensa por el auricular.

─¿Qué se hace en este lugar? ¿Venta de droga, tráfico de armas, trata de blancas? ─cuestiona por fin la joven ante la mirada atónita de Pietro, intenta ganar tiempo mientras mueve sus manos botando el seguro de ambas esposas; el joven sokoviano siente la libertad en sus muñecas, pero no se mueve.

─¿Sí hablas, niña? ¿De dónde son? ¿De la CIA?

─Ubicación exacta de las carpetas, Nat ─le pide Elizabeth en ruso, ante la sorpresa de Pietro y la mirada curiosa de los presentes.

─Está en el librero del fondo, detrás del libro de pasta dura color azul ─le dice la chica en el mismo idioma.

─Ya me cansé de intentar ser bueno ─el hombre accionar el arma.

─¡Pietro! ─grita Elizabeth creando un campo de fuerza celeste que arroja a los que se encuentran cerca y al hombre que ha disparado, también repele la bala, el sokoviano en unos cuantos movimientos noquea a los hombres que habían quedado en pie.

─Definitivamente estás loca, serás mi mejor amiga de ahora en adelante ─le dice bromeando, causa una sonrisa en la joven quien camina decidida al lugar especificado por Natasha, saca las carpetas y Pietro las guarda en un compartimiento en su chaqueta.

─Salgamos de aquí...

─O tal vez no ─responde el gemelo, ahora hay la misma cantidad de hombres, la diferencia es que están armados.

─¿Iban a alguna parte? ─cuestiona un hombre con una sonrisa socarrona.

─Vamos a correr ─responde Elizabeth moviendo discretamente sus manos, la niebla que emana apenas es visible y con sólo bajar sus dedos, los cartuchos de las armas caen al piso ante la mirada de los presentes ─. Corre, Pietro.

El sokoviano no lo piensa y toma entre sus brazos a Elizabeth, rápidamente atraviesa el club saliendo de este, suben al auto de manera apresurada y huyen hacia las instalaciones. Apenas llegan le entregan los documentos a Hill y a Romanoff.

─No recordaba lo nerviosa que me ponen tus planes en las misiones ─le dice Natasha observándola.

─Lo lamento, quería ver si podía conseguir algo más ─se excusa la joven.

─Iba a enviarte a la enfermería para que te checaran los golpes, Pietro, pero veo que estás bien ─menciona María apartando por unos segundos la mirada de los papeles.

Él le sonríe, en ese momento entra Wanda a la habitación y se acerca a abrazarlo, luego de un par de minutos los gemelos se marchan. Las chicas hablan un poco, para que luego Natasha y Elizabeth se vayan hacia la cocina por un café y charlen, mientras María retome sus últimas actividades antes de ir a descansar.

─Pensé en llamar a Steve ─le confiesa la pelirroja.

─Que bueno que sólo lo pensaste, me hubiese puesto ansiosa escucharlo dentro de mi cabeza, sé que estaba nervioso por la misión y que escuchara todo lo que pasó, lo iba a poner peor.

─Lo imaginé, por eso me contuve ─dice sirviendo café en cada taza ─. ¿Tienen algo que hacer este fin de semana? ─cuestiona de la nada.

─No, creo, ¿por qué?

─Pensaba ir a visitar a los Barton, sólo ir por dos días para no dejar la ciudad sola. Se quedarían Rhodes y Visión, Sam vuelve el sábado, Tony está enterado y dispuesto a ayudarles si algo sucede. Los gemelos ya aceptaron el viaje, Clint quiere que vayan; sólo quedan tú y Steve.

─Por mí está bien, necesito conocer a ese pequeño, Steve posiblemente diga que sí.

Entonces es un hecho, porque es obvio que ya hablé con él, pero me dijo que tú tendrías la última palabra ─le dice levantándose y caminando hacia la puerta ─. Nos vamos a las 10 ─anuncia y sale de la cocina.



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