Capítulo 3: La vida y la maldad humana


La propia busqueda de un propósito es un sendero lleno de caminos distintos. Algunos caminos te llevaran a lugares desagradables, pero algunos otros, te llevarán a lo que necesitas y a tu máximo potencial como persona.

Y Bruce Banner, aquel hombre tan condenado por su "segunda cara" buscaba uno. Ya habían pasado 4 años desde que obtuvo dicha segunda cara, y al no poder morir, solo podía estar sufriendo sus propio caos y destruyendo todo con esa segunda faceta de su personalidad. El "hombre lobo" de aquellas famosas historias que le encantaba leer de niño, no era algo tan lindo o en esa niñez, "cool" como se le pudo pasar por la mera cabeza.

Perjudicaba su vida, y su propia cara era demasiado poderosa e influyente sobre él. Quien solo era un humano normal, contra la fuerza de un demonio verde. Obligando a lastimar gente, o incluso a algunos a matarla.

¿Qué podía hacer con su vida?¿qué camino podría elegir? Se preguntaba, cada vez que se acostaba a dormir. Solo en esos momentos lo hacía. Ya que el resto del día solo se dedicaba a pensar en:" ¿Dónde puedo dormir?".

Últimamente evitaba mucha a las personas, solo iba a por los lugares más poblados a la hora de conseguir información sobre si los militares le seguían o comida para almorzar. Sin embargo, hoy no fue por ninguna razón en especifica. Tal vez solo ¿quería sentirse humano?. Llevaba mucho tiempo huyendo, sintiendo miedo y temiendo a su propio ser. Por ello, sin importar que sea riesgoso, quería dar una vuelta por una ciudad, donde según escucho. Era la ciudad más segura desde que un hombre con capa azul y traje amarillo se hizo su protector: Metropolis.

La ciudad, revosaba de una hermosa iluminación por las noches, y un gran bullicio por los días. Aparte de ser categorizada como una de las ciudades más seguras del mundo.

El lugar ideal para que él puede caminar tranquilo, por primera vez. Aunque tendría que ir bien vestido para que no le descubran la identidad. Con unas gafas y una peluca, llegó a la ciudad, caminando por sus calles y gozando de una gran libertad en aquellos momentos.

Su corazón se mostraba feliz, aliviado por tales gestos ligeros que la ciudad lograba darle. La gente era bastante tranquila y amable, ayudando y informando a todo turista que pusiese un pie ahí.

-(Que relajante es esto...)- pensó Bruce Banner mientras caminaba tranquilamente. Se tomo un lujo al estar cansado, y gastando algunos centavos, se subió al metro. Queriendo ver otra parte de la ciudad donde supuestamente daban comida a la gente en problemas.

Se agarro de un barandal, respirando tranquilamente ante el aire pasible del sitio. Sin embargo, las risas de unos señores y señoras más adelante le llamaron la atención.

-¡Largo de aquí, Arabe de mierda!- gritó un señor calvo y blanco a un sujeto moreno que iba con su hija.

-¡No soy Arabe, soy indio y nací en Estados unidos!- le respondió el mismo con un inglés bastante fluido.

- Puff, mentiroso. ¡tu piel neeeeegra te delata!- le dijo una, mientras se reía de la cara del arabe. De una manera bastante estúpida.

Esos señores y señoras olían a que se pasaron con el alcohol. Y eso que apenas eran las 5 PM.

- Vámonos hijita- le dijo su padre a su hija, que pese a eso, se quedo quieta donde estaba- ¿hija?-

-¡no! No dejemos. El bullying es malo, y ellos no lo entienden- le dijo a su padre la niña de tal vez 7 años, para luego dirigirse a los mayores- Ustedes son muy malos, y si siguen así, les acusaré con el héroe Sentry por malos-

Las risas de los mayores aumentaron ante ello, que al instante, respondieron con insultos y blasfemias en contra de una niñita, palabras que una joven a su edad no debería escuchar. El padre molesto, salió del vagón cargando a su hija que empezó a llorar ante los feos insultos que le soltaron a ella.

Bruce mientras tanto, sujeto fuerte la barandal donde se sujetaba en el metro. Su cuerpo estaba lleno de ira, pero no iba a soltarlo. No iba a dejar salir su segunda cara. Porque él no quería lastimar a ninguna persona, aún con la rabia que le daba la situación.

-(Ningún lugar es perfecto...)- pensó el científico, mirando hacia otra parte para su pesar.

...........

Tras haber ido a ese lugar donde daban comida gratis, Bruce Banner ya podía darse por servido. Ya estaba contento, y pudo disfrutar de una experiencia que nunca antes experimentó tras haber adquirido su segunda cara. Estaba alegre, y debía de estar contento sobre todo porque el causante de esta premisa de ciudad, fue porque aquel héroe de capa azul y ropa amarrilla la vigilase.

No lo conocía del todo, solo oyó rumores del mismo una vez y sin duda le intrigó. Un sujeto que parecía ser sacado del mismísimo Panteón olímpico entre humanos, ¿quién lo diría?. Se oía tan fantasioso que parecía ciencia ficción.

-(Pero, todo es posible en esta vida)- pensó el científico, teniendo experiencia de sobra para saber que eso es un hecho-(Muy bien, tengo que buscar donde dormir hoy. Mañana me iré de aquí)-

Bruce Banner se dirigió hacia los callejones más oscuros de la ciudad, para que no lo molestasen ni lo encontran, donde las personas normales no iban. Sería la ciudad de la luz, pero toda luz proyecta una gran sombra como resultado, siendo esta grande o pequeña.

Y en ese instante, la sombra era mediana. Lo suficientemente grande como para provocar un peligroso acontecimiento.

Bruce, caminaba tranquilo buscando a lo mejor un banco o algunos periódicos que usar para dormir. Pero por azares del destino, se encontró con algo peor.

Ahí, justo donde caminaba, en una esquina de un parque bastante viejo, un señor sujetaba del cuello a una niña. Mientras a esta le estaba bajando la falda.

-¿?- el sujeto logró ver a Bruce, quien se quedo helado ante esto- Desgraciado, me has visto-

Bruce se quedo paralizado. Estaba presenciando una violación infantil. Eso le repugnaba demasiado, y...le enojaba mucho.

Esa escoria, se atrevía a hacerlo eso a una niñita indefensa. La cual, tendría 9 a 11 años aproximadamente. Una niña que tenía inocencia en sus ojos, y lágrimas de terror y miedo totales.

- Me has visto, jeje. Lo siento colega, pero no puedo dejarte- saco el sujeto un arma con silenciador de manera apresurada, apuntando en la cien a Bruce Banner. El científico apenas pudo moverse, cuando había recibido el disparo ya, cayó al suelo por el impacto de la bala.

- Pobrecito, que mala suerte caminar por aquí. ¿En donde nos quedamos? Ah, sí...- el sujeto bajó las bragas de la niña también. Teniendo una mirada psicópata en su semblante.

- S-señor Walley- dijo la niña asustada, pavorosa. Ese hombre era su padrastro, que le había dicho a su madre de forma amistosa que solo iban a "Comer helado".

-Nadie nos oirá, así que puedes gemir todo lo que quieras con esa sucia banda en tu boca, jaja- dijo el hombre, mientras se bajaba a su vez el pantalón.

La bajeza humana, hay quienes creen que el propio potencial humano para hacer maldad, y motivo para hacerlo, es infinito. Es el único monstruo que se destruye a sí mismo, y que se reconstruye como tal. Cada individuo elige un camino en su vida. Ya sea un camino de racismo, un camino de egoísmo, de miedo, o de perversión.

Y eso, es igual de cierto en todos los humanos. O más bien, en todos los seres pensantes.

Sin embargo, también hay individuos que utilizan el camino de la justicia, de la bondad y de la ayuda mutua. Cuyas semblantes, siendo pocas en el vasto universo, eran lo bastante fuertes para mostrarse inquembrantables ante todo.

- No te muevas- dijo un sujeto resplandeciente, antes de que el hombre pueda hacer lo que quería con la pequeña niña.

-¡¿S-S-sentry!?- gritó el hombre despavorido al verlo- I-imposible, no deberías habernos escuchado-

- Tú silenciador, está lejos de ocultarse ante mis oídos. Maldito degenerado- le dijo Sentry, quien dio un pequeño golpe con su meñique al sujeto para estrellarlo contra la pared. Se acercó a la niña, asegurándose de su estado-¿estás bien?-

La niña, lagremeaba mucho, sujetándose al héroe dorado que la salvo de un acontecimiento tan horrible.

- Vístete pequeña, te llevaré a casa- le dijo a la niña, y esta hizo caso-(Fue difícil encontrarla, el sujeto se aseguraba de callarla cuanto podía. Pero ya había escuchado los berrinches desde antes, pero no me fue posible hallarlos hasta que disparó. ¿quién había sido?)- Sentry dirigió su mirada hacia otra parte, buscando a quien probablemente sufrió el disparó. Debía llevarlo al hospital urgentemente. Fue casi un milagro que él estuviese ahí, y gracias a él, que lograse encontrar al violador y a la niña.

Pero tras ver donde debía estar, algo extraño apareció. Un sujeto de aspecto verdoso, con gran musculatura, que crecía cada instante, se hallaba de pie donde debía estar el mismo sujeto. Mostrando una furia indescriptible en su rostro. Que parecía estar, mostrando la faceta de un demonio. Con unos dientes rechinando, anunciando una gran destrucción.

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