Llevó tres semanas sin comer, sin salir de mi habitación,llorando.

Todo gracias a la sociedad y a gente entrometida (sin ofender, tío Jim). Fue una semana pero me dolió lo suficiente.
Tocan a mi puerta, como lo han hecho insaciables veces por un tanto de distintas personas:Dan,Michel,Mamá,Papá,tío Jim...
Saco del edredón color vino que me a acompañado durante las últimas semanas mi mano y le pongo pausa a "Give Me Love" de Ed Sheeran con el control a mi reproductor.
Tocan nuevamente.
Con las pocas fuerzas que tengo me logro levantar de mi cama y ahí lo veo... mis ojos pican de nuevo e incluso duelen por tanto llorar... el pequeño dije con forma de taza de café brilla tirado en el piso de mi habitación, pequeñas lágrimas desean salir de mis ojos.

Lo tomo entre mis manos y sigo mi camino con un paso torpe y lento. Tocan de nuevo.
Con todas mis fuerzas logro hacer lo que no hubiese hecho: le abro la puerta a él.

"¿Comerás?" Pregunta un Daniel preocupado extendiendo un Subway. Mi hermano pasa a mi habitación para luego voltear a verme.

"Tomaré u-una... emm... ducha" digo para después tomar mi toalla meterme en el baño de mi habitación, asegurandome de que mi pijama a rayas blancas y verdes de blusa manga larga y pantalón chandál blanco esté dentro de tal.
La lluvia artificial y el sonido del agua que producida por la regadera se mezclaban y recrean una melodía relajante.
Anoche, mientras me lamentaba por milésima vez escuche a Daniel llorar y hablar con alguien (me imagino que Michel) mientras decia que se sentía en parte culpable por lo que estaba pasandome.
Al salir ya cambiada la imagen que pasó por mis ojos rompió mi corazón: mi hermano sollozando sentado a la orilla del pie de mi cama, abrazando a Peluchín, mi oso panda de peluche. Me acerque a él y en un movimiento rápido cambió a Peluchín por mi a lo que yo me senté en sus piernas y juntos sollozamos en ese día obscuro, lleno de tristeza.