Cap.3 Traumas

—... Carlotta.–la llamo aquella funk troll naranja de rojizo liston alrededor de su frente y entre sus cabellos naranjas rizados y gruesos, mirando hacia la ventana mientras sostenia aquella carta morada, arrugada y manchada.

—¿si, Ciaro?...–respondió finalmente aquella funk troll azulada de trenzas de tonalidades moradas.

—nesecito papel y una pluma, debo escribirle algo a alguien bastante importante.–afirmo.

—Espera,¿no estaras pensando en ir a...?.–su compañera analizó la situación,con sus ojos bien abiertos por la sorpresa,fue interrumpida por la mayor.

—¿ir a verla?.–termina el su pregunta.–asi es...

—C, no creo que sea buena idea, ya sabes que ellos estan pasando un muy doloroso duelo...puede que en sus conciertos se vean bastante tranquilos y hasta felices, pero todo es una cortina de humo para ocultar su sufrimiento... Nadie sabe lo mucho que estan sufriendo nuestros reyes detrás de esos papeles de monarcas.–Carlotta explicó jugando nerviosa con sus manos.

—...–se escucho un suspiro de la funk troll naranja, quien se vio la vuelta para verla a la cara por completo.–Y es por eso mismo que debo ir.

—...los instintos de dama de compañía, ¿eh?.–con una calida sonrisa la acompañó a su escritorio.

—estuve ahí siempre para ella, no le voy a dar la espalda ahora...—confirmo con orgullo.

(...)

Dejar de comer, comer poco, comer en exceso y luego escupir el veneno, era su nueva rutina para hacerse sufrir,nueva manera de permitirse sentir como su piel apretaba sus huesos hasta desgarrarse.

"Es mi culpa,Es mi culpa", lo único que se repetía en su mente dia tras dia, cada vez siendo abatida por la tremenda pena y los recuerdos de su pequeño querubín perdido, a su segundo hijo, quién tenía bastantes probabilidades de estar muerta y la idea de que lo estuviera, le quebrantada mas su frágil corazón.

Ahí en su trono se encontraba sentado junto a su esposo, escuchando las palabras de uno de sus subordinados, tenía algo que ver con sus instrumentos y el concierto que darían esa noche o en ese caso... Sobre un cumpleaños... En este caso, el suyo,pero a este punto ella se había perdido entre sus pensamientos mientras entre sus manos, sobre su regazo, ella seguía aferrando y acariciando esa mantita que alguna ves fue de su huevito perdido...desde la noche que lo perdió, era la única cosa con la cual se aferraba, no porque se fuera a caer, sino solo porque quería algo, cualquier cosa con la cual se pudiera sostener,ella se había mantenido calmada la mayoría del tiempo y mostrando una sonrisa, pero entre más se dio cuenta de que su subordinado ya no la veía a los ojos, bajo su guardia, Quincy miraba de reojo como las manos de ella jugaban nerviosa con esa manta.

Estaba tan cansada de fingir, de sonreírle a los demás, de mantener su frente en altoy daba orden, de seguir con su rutina de monarca madura y sabía, de enseñarle a todos lo que debían saber, a expresarles libremente lo que era el amor y la importancia de este...de reír y cantar,cuando detrás de esa máscara, ella solo deseaba temblar, gritar hasta que sangre saliera de su boca al desgarrarse la garganta, que sus mejillas empezarán a arder al sentir sus grises lágrimas quemar su piel.

Nadie más que sus subordinados, músicos y ayudantes y sobre todo, su esposo sabían de esto, Quincy era quien de manera explícita y dolorosa la veía en ese luto y habían ocasiones donde se le olvidaba ser fuerte y se unía a ellos, juntos desahogando la pérdida de su hijo.

Pero siendo sinceros, a Esencia ya poco le importaba seguir viva, estaba dispuesta a vomitar y undirse en lo mas profunda hasta que el cuerpo aguante, pero no lo hacía, lo único que la detenía de tirarse de su nave, era su amado esposo, Quincy y su futuro hijo. Por ellos dos ella aun trataba de mantenerse firme y seguir adelante, desde ese día que dio todo para traerlo al mundo y sus lágrimas que en ese entonces fueron de Alegría, ella dijo que esperaría para tan solo ver sus lindos ojitos y sentir como sus pequeños príncipes se acomodaban entre sus brazos buscando protección y de ver como Quincy había caído por su ahora familia, los adoraba a los tres, queriendo dar todo por ellos...el saber que una de las cosas que la ayudaban a ser fuerte se había ido para siempre la había asesinado en vida...saber que ya no vería sus ojitos al quebrar su cascarón, que había perdido a uno de los motivos de su felicidad sin siquiera haberlo pedido.

¿Acaso había hecho algo tan profano que sus ancestros le dieron ese castigo tan cruel? Hubieron noches donde no dejaba de pensar en eso sin no tener ganas de llorar o vomitar

Las sombras se habían quedado en los lugares que su bebé había de dado atras,en este caso:en su corazón,su mente estaba perturbada y abrumada por el vacío que había dejado... De la perfecta entrada hasta la meta final.

Y otros estaban respirando, pues eran de los afortunados, porque algunos como ella ahora respiraban por pulmones corruptos, sus recuerdos sobre ese pequeño e inocente infante le prendía fuego a su interior por diversión, coleccionando el nombre del amor que le había salido mal, sus imaginaciones donde ella vería sus dulces ojos y su pequeña sonrisa era todo lo que recordaba... Esos suaves sueños mesclados con su inestable mente y esa necesidad de buscar a su esposo por protección, quien era él quien la ayudaba a mantenerse de pie, con sus besos cargados de ternura y amor que la hacían suspirar, con sus brazos morados que le daban calor cuando su corazón estaba frío...el de mechones morados y rosados entre mas la veía mas grande ese agujero en su corazón se hacía...viéndola derramar lágrimas mientras el se moría.

Buscar justificación de lo sucedido lo estaba matando, pero matar no estaba justificado.

"que paso con mi hijo?"... De verdad estaba aterrado,quería susurrarle algo para hacerla levantar su mirada, pero solo se limitó a acariciar su mano de manera maternar, la reina pronto volvería a mirar a sus subordinados, que llevaba con ellos una pisarra e iba dibujado y apuntando todo lo importante en la estrategia,nuevamente mostró su rostro de atención ante sus planes, aunque aun seguía sin entender lo que ofrecía,solo podía asimilar que tendría que ver con el siguiente concierto, con dificultad mostró una sonrisa pequeña.

—Y por eso creo que deberíamos volver a acomodar a la banda para la próxima vez que toquen al público.–finalmente su subordinado hablo.

—mmmm, si, aja, aja, me parece super genial tu argumento,pero ¿hay alguna forma que todo siga en orden sin el factor que cuenta con que tenga que estar lejos de la reina Esencia?.–cuestionó Sarah, una de las bajistas.–juntas hacemos los coros finales.

—pero  eso solo sucede cuando cantan "Atomic Dog", habíamos quedado que ibamos a cantar "I want you back" para la próxima junto con las nuevas que aún no habíamos tocado en vivo.–Irwin,uno de los bateristas explicó.

—hey, se que aun falta casi un mes y medio, pero creo que deberíamos enfocarnos en lo que le tocaremos a nuestra bella lider para su cumpleaños.–una funk troll con trenzas africanas de colores arcoiris que sostenia un teclado levantó su mano en el cielo, tratando de llamar la atención.

—ay no molestes con eso Audrey,aun tenemos un mes para eso.–rodo los ojos Sarah,bastante irritada.

—pues mira Sarah, que si se trata del cumpleaños de nuestra bella reina, si vale la pena ya estar organizados y con una idea fija de lo que deseamos para la celebración.–exclamo Quincy con una calida sonrisa.

—si mi rey, tiene razón, lo lamento.–la funk troll de cabello azul celeste comentó con todo respeto junto con una reverencia rápida.

—se que hemos estado pasando por tiempos difíciles y que es difícil sobrepasarlo, pero tampoco quiero dejar las cosas asi.–Audrey confeso mirando su instrumento.–ella y usted han sido unls de los mejores líderes que hemos tenido el júbilo de conocer, si algo aprendí yo sobre el amor es gracias a ustedes, han prosperado a nuestro reino con felicidad y ahora nos toca a nosotros devolverles la gratitud.

Mientras aquella musica hablaba, la funk troll azulada por última vez desvio su mirada a aquella manta entre sus manos y la fue acercando lentamente a su pecho, aferrándose con nesecidad, y su Nariz presenció que aquella manta aun olía a lindas y suaves rosas, de esos perfumes que le pones a las ropas de tu bebé,la monarca del funk solo dejo ir un pequeño chillido, mientras de uno de sus ojos corría una lagrima, esa mantita era la única cosa que tenía para recordarlo y sentir su presencia(al menos, la espiritual)

—...Cooper...–lucho por hablar, pero entre segundos de silencio cuando Audrey terminó su expresión, entre murmuro de dolor se hizo escuchar... Sorprendiendo a todos los presentes y causando que, sumamente extrañados, voltearan a ver a su reina.

Estaba claro que el príncipe del funk se llamaría Darnell,pero nunca nadie supo como se iba llamar su primogénito perdido, muy pocos en Vibe City sabían su nombre...y desde entonces, la pareja real prohibió mencionar su nombre.

Sarah,quien le estaba dando la espalda a la reina, en el momento que la escucho hablar y pronunciar ese nombre,se dio la vuelta, muy confundida e inclinando su cabeza de lado, arqueando sus cejas levemente. —Mi reina...¿"Cooper" has dicho?.

—¿Quien es él?.–cuestionó uno de los tamborileros bastante perdido en la situación.

Pero no obtuvieron respuesta alguna,solo sollozos inquietantes, que entre todos basto para hacerlos bajar la cabeza y sentir miedo nuevamente, muchos de aquellos músicos presentes con solo ver esa reacción supieron con que asociarlo, la otra mitad sabían a quien le pertenecía pero respetar una orden se les era mas importante que explicar la verdad y la minoría solo miraban a sus reyes sin entender la situación.

—Cooper...–menciono ella nuevamente, sin miedo a la oscuridad o a la tristeza.–Cooper...–con ardor en su garanta nuevamente lo dijo y ahora solo sentía las manos de su amado, también teniendo contacto con esa mantita.

—...nuestro hijo...–Quincy confeso a lo bajo, limpiandose una pequeña lagrima entre sus ojos, los aromas suaves de esa manta sólo le traían melancolía.

(...)

—Muy bien su majestad, vamos a prepararla para esta bella noche y no vamos a ponerte los clásicos moños.–aquella maquiñadora afirmó con alegría y emoción mientras sacaba su rizadora de cabello y un peine morado.

—Aw,pero me gustan los moños que me haces.–Esencia hablo mientras se sentaba con las piernas cruzadas sobre su cama frente a su espejo,su cabello estaba suelto y hecho un desastre, se había descuidado en todos los sentidos de la palabra, sus horas de dormir, como debía comer, las marcas debajo de sus ojos por la falta del sueño y también su cabello, ya no se peinaba, ya no se arreglaba,lo tenía suelto cayendo en todas direcciones hasta abajo.

Ahora ella era una reina de colores azules oscuros, mascas grises que asmilaban sua lágrimas, ojeras oscuras debajo de sus orbes azules en su rostro y un cabello suelto debajo de su corona amarilla en forma de estrella,pero esta noche, su diseñadora, Marcy, decidió hacer algo diferente.

—No,no,tenemos que dejarla bonita para su siguiente concierto, que todos sus súbditos queden con la quijada abierta  y que las chicas le tiren rosas.–sonrio emocionada mientras preparaba sus tijeras.

—¿Quieres que mi marido pierda los estribos, eh?.–pregunto arqueando la ceja mientras acomodaba entre sus patas delanteras a su huevito, acariciado su cabellito azul.

—no, solo quiero lucirme con mi talento de estilista, no todos los días puedo atender a alguien tan bella como lo es la brillante, la única y toda poderosa reina del funk.–con orgullo admitió haciendo una elegante reverencia y poniéndose detrás de su reina y finalmente pasando su sepillo por sus lindos cabellos azules con mucha delicadeza y lentitud, sabía que al ser de cabellos rizados, debía tener cuidado de no lastimarla en ningún momento,sobre todo si se trataba de su lider, Esencia cerró sus ojos, buscando relajación y tranquilidad por un rato, de cierta manera le encantaba que peinaran el cabello, era divertido y hasta causaba mucha curiosidad en su persona, saber que usaban para domar esa melena salvaje que ella ha tenido desde que era una niña,muchas veces en su niñes tuvo a diferentes estilistas peinando su cabello o también a cierta dama de Compañía que estuvo a su lado durante su juventud, una chica bastante especial de cabellera naranja y lazo rojo alrededor de su frente... En ése momento un vago recuerdo vino a su mente...

"que habrá pasado con Ciaro?"...

Hace un año no volvió a verla mas que entre la gran multitud de sus súbditos.

—de acuerdo, veamos que podemos hacer.–finalizando de peinar su cabello, aquella funk troll se quedó pensativa, idealizando lo que pondría ser el peinado en cuestion.—¡Oh!, ya se, ¿que tan unos bellos bombones a cada lado de tu cabello?, parecerán unos gigantes algodones esponjoso y ademas, el cabello recogido se ve mucho mas brillantes.–afirmo emocionada.

—¿osea moños levatados?.–pregunto la reina.–no lo se, ya lo he intentado en el pasado,nada es capas de mantener mi cabello fijo de esa manera,es misión imposible.

—lo único imposible aquí es lo imposible mi reina y para mi, lo imposible no existe.–preparo una lata de laca.–así que empecemos entonces.

Aquella estilista se centro en su cabello, con dedicación y completa concentración uso sus palilos de cabello junto a un peine para recoger los mechones y luego enrrollarlos entre aquellos palillos y unirlos gracias a unas ligas y prensas bastante fuertes y resistentes, incluso usando un pequeño trapo para limpiarse el sudor de su frente por la intensidad de su trabajo.

Esencia por otro lado se quedó quieto, dejando a su subordinada hacer su trabajo, pero su mirada se concentró completamente en su hijo, quien descansaba entre sus patas, cubierto con su manta mientras acariaba sus cabellos, ahi de su voz un pequeño canto salió, dirigido a su pequeño, tratando de transmitirle cariño y seguridad.

—te vamos a amar y cuidar, tanto tu papá como yo... Te amo y mucho.–confeso a lo bajo.

—que huevito mas lindo.–confeso aquella estilista con alegría, asomandose a ver a quien sería el futuro príncipe de Vibe City.

—se que sera el niño mas bonito que existe...–acaricio sus pequeños mechones azules con ternura.

—hmm,pues le digo de una vez que me fascinaria ser yo quien lo ponga bien guapo cuando tenga reuniones y presentaciones.–divertida rio, poniendo un poco de fuerza mientras trataba de colocarle una de las ligas.

—Estaría encantada de verdad.–confeso Esencia con una debil sonrisa.

Escucho como agitaba una lata y la esparcia sobre su cabellera azul en diferentes lugares de este.—Y...Vio-la!.–con orgullo se aparto,dejando que la reina se viera al espejo.

Esencia se observo desde diferentes angulos con aquellos lindos moños sobre su cabeza que curiosamente se asemejaban a dos corazones, decorados con dos listones azules neon a cada lado, dejo ir una pequeña carcajada, se veía bastante bonita a decir verdad.

—buen trabajo, gracias.–afirmo Esencia con una calida sonrisa hacia su estilista.

—es un honor de verdad, su público la va a adorar. Ay, me muero por que el rey Quincy la vea, tendrá las mejillas rojas y no sera por rubor.–entre risas comento y puso aquella corona sobre su cabeza con lentitud y cuidado.

Pero fue justamente en ese momento que aquellas ligas se rompieron, aquellas prensas y listones salieron disparados en todas direcciones, haciendo que el cabello de la reina se soltara nuevamente, pero ahora parecía una nube espumosa de de color azul.

—debi esperarlo...–confeso Esencia ahora mirando su loca afro azulada en el espejo.–aunque también tiene su encanto.

—...ah...que descanse en paz mi trabajo duro.–con una sonrisa nerviosa habló aquella estilista.–bueno, tranquila, tranquila, asi tampoco quedó tan mal...de hecho.–descanso su mano sobre aquella melena azul.–esta bastante comodo y esponjoso...perfecto para cargar A un bebé. De hecho, si me lo permite.

En el momento que la vio acercarse a su niño y tomarlo, llevándolo lejos de ella, Esencia puso una cara que solo reflejaba horror y parecía que su corazón se había estrellado contra la pared con mucha violencia, quería decir algo pero quedó paralizada... Y un horrible sentimiento se apoderó de ella en el momento que sintió como ponían a su hijo sobre su cabellera.

En pocos segundos, sintió como la respiración se escapaba de sus pulmones y cada centímetro de elma temblaba con miedo...habían regresado esos recuerdos... Esos malditos y desagradables de cuerdos de hace meses atras,la última vez que había cargado a su hijo perdido fue teniendole descansando sobre su cabeza.

—Se ve bastante lind-

—¡ALEJALO DE AHÍ!.–grito con desesperación y con fuerza quitándolo de inmediato de su cabeza y arrastrándose en la cama torpemente hasta caer al suelo de golpe, raspandose sus rodillas, trató de levantarse, pero estaba entrando en pánico, la garganta le empezaba a arder por el aire que se le había atascado ahí, las lágrimas empezaron a nublar su vista y su mente colapso junto con esos abrumantes recuerdos, sentía que el cualquier momento sus pulmones, los cuales la forzaban a buscar aire desesperada, iban a explotar, se extremecia mientras se pegaba contra la pared aterrada, empezando a llorar, entrando en un pánico puro.

—¿M-mi reina, e-esta bien?.–pregunto su estilista dando pasos hacia adelante, buscando tomarla de sus hombros, pero solo a centímetros sintió como su lider la empujaba.

—N-no, n-no... M-mi bebé... Mi B-bebé...–nego repetidas veces con la cabeza, empezando a golpearse la parte trasera de su cabeza contra la pared.

—Oh santa madre funk...–asustada porbla situación, aquella funk troll con torpeza y miedo salio de la habitación y cerro fuertemente la puerta, buscando alguien que pudiera ayudar.

Esencia se quedó ahí, llevando sus brazos a su cabeza, ese simple rose que tuvo con su hijo siendo posado sobre su cabellera, ese reflejo en el espejo,ese momento donde le habían quitado a su bebé de los brazos, la hizo revivir en un abrir y cerrar de ojos lo que paso esa tarde, como con apagar su visión fueron capaces de arrebatarle no solo a su hizo, sino una parte de ella, esa tarde fue la que empezo a sufrir el peor de los infiernos... Y el causante de esto lo había vuelto a proyectar, causándole ese sentimiento de miedo, de asco, de querer morir de inmediato,solo pensar que podría volver a pasar, jamas volvió a sostener a Darnell entre su cabellera, solo entre sus piernas.

Sus gritos y llantos se escucharon por toda la habitación, mientras seguía respirando violentamente mientras lloraba y temblaba, quería vomitar, quería que su tortura parara, quería a su hijo, a su principito devuelta, estaba segura que en cualquier momento la Demencia la iba a controlar.

No fue hasta que entre esa oscuridad y perdición, una voz la hizo reacciónar.

—¿Esencia?.–se escucho la voz de Quincy entrar de inmediato a la habitación junto a aquella estilista, la divizo en una esquina, solo  con segundos de verla sintió terror y no tardo en ir hacia ella, caer sobre sus rodillas y tomarla de sus muñecas.–¿mi amor?, mi amor, estoy aqui.

—n-no, no, no, no...–siguió negando entre lagrimas.

—¿que pasa,que ocurre?.

—D-Darnell, D-darnell, él, él, él, es-esta, ca-casi...n-no q-quiero que... Que...–aún ahogándose en el pánico, se sacudía con pavor, no quería tener contacto con nadie.

—Esencia, mi amor, mi amor, mirame...–la tomo suavemente de sus mejilas, haciendola mirar sus ojos, no la interceptó ni la restringió con fuerza, solo la sostuvo de las mejilas mientras le daba suaves caricias, indicándole con su lenguaje corporal que intentará respirar con tranquilidad, hasta que lo logro, pero siguió llorando y temblando.–aquí estoy...

—Q-Quincy...–Esencia decía, luchando por hablar,ya que sentía la garganta seca de aquellas lágrimas y hasta gritos.

—no pasa nada...–beso su frente tiernamente.–no pasa nada, estoy aquí por ti...

—...–apreto una de sus manos con fuerza, terminando por dejar sus ultimas dos lágrimas, lentamente inclino su frente con la de su amado esposo, quien no dudo ni un segundo en aceptar esa unión y darle suaves caricias sobre su pecho.

—estaras bien, estaremos bien...–le recordó.–ya paso, ya...

—l-lo siento...–rogó ella ahora con sus ojos cerrados.

—N-no es tu culpa...ya,ya te lo he dicho muchas veces...

—...

—Ten...M-mira...–le susurro a lo bajo,sacando de su capa dorada una pequeña foto y aquella manta amarilla que le perteneció alguna vez a su hijo, la acercó a ella para que pudiera sentirla,para que pudiera buscar calma.–es de nuestro pequeño...¿Recuerdas?.

Aquel recuerdo guardado en una foto la hizo silenciarse, ver algo tan tierno como eso hizo que su corazón volviera a la dura realidad y aquella suavidad que ahora ambos sostenían, la ayudó lentamente a apagarse. Lentamente se aferro a su marido y Quincy no tardo en cubrirla con sus morados brazos, se dejo a si misma llorar mientras le daban protección.

Aquella estilista, junto con varios subordinados que se asomaron al escuchar de la situación, solo se limitaron a observar en silencio como en una esquina de aquella habitación, los reyes se había que hecho una bolita, uniendo sus mejillas dulcemente y aferrandose a esa tela de color amarillo, podían desde ahí escuchar a aquella reina llorando,pero no de atrevieron a nada.

—Te amo Esencia... Te amo, p-por favor no lo olvides jamás...–le recordó el mayor,mientras una pequeña lagrima corría por su mejilla.

—Q...¿te p-puedo confesar algo?.

—lo que ses mi vida, no dudes de eso.

—... Yo... Yo nunca hubiera querido saber que siente una madre cuando buscan a su hijo para matarlo...

Esas simples palabras fueron lo suficientemente directas y dolorosas para hacer al rey del funk abrir sus ojos como platos y sentir como si miles de navajas atravesarán su corazón... No se atrevió a decir nada, por un momento olvido esa falsa idea de ocultar su dolor...incluso frente a ella, no la solto, al igual que su amada esposa, solo buscaba consuelo...

Porque en realidad, de nada le servía usar la máscara para ocultar su sufrimiento... Ese sentimiento de tristeza y de agonía de saber que había perdido a uno de los seres a los que mas adoraria en el mundo,ya no le iba servir fingir que él seguía en una sola pieza.

Porque si... Quincy tenía un hijo que posiblemente estaba muerto, pero consigo una parte de su corazón también había muerto.

—a veces pienso,¿hasta donde soportare?.—Esencia se dejó caer sobre su pecho.

Y él, entre lagrimas, entre esas ganas de gritar y en ese grueso deseo de morir, hablo a lo bajo:

—...también me lo preguntó... Mi amor... 

CONTINUARÁ

Pronto aparecerá alguien bastante especial.

Los que se leyeron She will be loved... De seguro saben de quien hablo.

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