Capitulo 4


SECRETOS

–¡Rápido, alguien viene!

Se escondieron rápidamente en uno de los salones al escuchar pasos acercándose, pertenecientes a uno de los soldados que vigilaban durante las noches la academia para asegurarse de que ningún estudiante se saliera. Al escuchar que los pasos se hacían más lejanos, salieron del salón cerrando la puerta con sumo cuidado, y siguieron su camino a la oficina del Director Brickland.

–Eso estuvo cerca– dijo el de mechones celestes, pasando una mano por su cabello.

–Por tu culpa casi nos descubren, Jousting– dijo la peliazul, mirando molesta al nombrado.

–Claro que no.

–Claro que sí.

–Cállense los dos– ordenó Shia, mirándolos sin dejar de caminar –No quiero que arruinen mi plan por andar de peleones.

–¿Y cuál se supone que es tu plan?– preguntó Chris, puesto que Shia sólo les había dicho que iban a ir a buscar algo a la oficina del cascarrabias a buscar algo.

–Ya lo verán– fue lo único que contestó.

Chris, Brickney y Jousting se miraron, algo confundidos por la actitud de su amigos, más no le prestaron mucha atención porque sabían que era a causa de cierto chico con emblema de Halcón.

Llegaron a la oficina del director y el primero en entrar fue Shia, mirando a sus amigos que entraron después.

–Jousting, vigila que nadie venga– dijo, a lo que el castaño asintió y se quedó en la puerta –Ustedes ayúdenme a buscar.

Brickney y Chris asintieron, encaminándose hacia las estanterías que había a los lados de la oficina. Había un completo desastre ahí, pero eso no impediría que dejaran el plan para después. Estuvieron diez minutos buscando, cuando Brickney abrió uno de los cajones del escritorio y sacó una carpeta de éste; la abrió, y una sonrisa apareció en su rostro para luego mirar a Shia.

–Shia– le llamó, a lo que el chico la miró –Ya lo encontré.

Él sonrió al escuchar eso, y su sonrisa no hizo más que aumentar al agarrar la carpeta y ver el nombre del alumno en ésta.

Clay Moorington

–Se acabaron tus secretos, Moorington.

·········································

Eran las 12:00am cuando Clay escuchó unos golpes en su puerta. No se asustó, porque ya estaba despierto debido a que no había logrado conciliar el sueño. Se levantó con dirección a la puerta, la abrió, más no había nadie afuera. Confundido, miró al suelo encontrándose una hoja de papel doblada con su nombre ahí.

–¿Qué rayos...?

Recogió la nota, mirando hacia ambos lados del pasillo para ver si lograba ver a alguien que podría haber dejado esa nota, pero no se veía rastro de nadie que no fuera el soldado que estaba a punto de pasar por ese pasillo, por lo que Clay entró a la habitación y cerró la puerta con el mayor silencio posible.

Escuchó los pasos del soldado pasar justo frente a su puerta, así que se mantuvo lo más callado posible. Respiró tranquilo cuando escuchó los pasos alejarse, luego nada. Volvió a su cama luego de encender la lámpara para leer lo que decía la hoja. Al abrirla y leer lo que decía, su corazón comenzó a acelerarse.

SABEMOS TU SECRETO MOORINGTON

Y NO CUENTES CON QUE LO OCULTEMOS COMO TÚ, COBARDE

No reconocía la letra, pero estaba seguro que habían sido Shia y sus amigos quienes hicieron eso.

Es imposible que se enteren. Merlok es el único que lo sabe, y él es incapaz de decírselo a alguien a mis espaldas, especialmente cuando se trata de alguien como Shia LaBlade.

Arrugó la hoja y la tiró al cesto de basura, para luego acomodarse en la cama. Se durmió pensando que sólo eran juegos de los bravucones.

Pero estaba tan equivocado.

·····································

Salió de su habitación con su bolso colgando de su hombro derecho, dispuesto a ir a la cafetería a esperar a sus amigos como todos los días. Tenían libre a la primera hora por la falta del profesor de Física, lo que alegró a muchos.

Y con muchos me refiero a Aaron y Lance, que no entienden ni j de esa materia.

Lo que le pareció raro fue que cada vez que muchos se le quedaban viendo de manera extraña cuando pasaba, algunos hasta se ponían a murmurar mirándolo; lo que era más extraño todavía era que todos ellos tenían hojas en sus manos. Decidió ignorarlos, pero algo en su cabeza le decía que tenía que ver con la nota de anoche.

Debería dejar de ser tan paranoico a veces.

Se dirigió primero a su salón para dejar el bolso. Frunció el ceño al ver que Shia y su grupo iban saliendo de ahí con unas sonrisas de esas que dan cierto miedo, más cuando pasaron junto a Clay ni siquiera lo miraron, lo que lo alivió bastante; aun era bastante temprano como para aguantarse las ganas de darles una paliza. Entró al salón, dándose cuenta que ahí estaban sus cuatro amigos, viendo algo que Macy tenía en sus manos.

–Hola, chicos– los saludó él, dejando su bolso en uno de los escritorios.

Ni siquiera se voltearon a verlo. Para quitarse la curiosidad de saber qué estaban viendo, se aceró a ellos dándose cuenta que era la dichosa hoja que de seguro todos en la academia estaban viendo.

Eso no era lo peor, sino lo que estaba escrito ahí.

"¿El mejor alumno de la academia o un maldito huérfano que sólo quiere llamar la atención?" decía la hoja, junto a una fotografía de él cuando tendría por lo menos nueve años.

En el orfanato.

–Así que eres huérfano– habló Lance.

Los cuatro voltearon a ver a Clay, quien ahora se encontraba pensando en cómo explicarles eso a ellos.

–Y-yo, bueno...

Suspiró derrotado.

No le quedaba de otra que decir la verdad.

–Sí– murmuró, ni tan bajo para que lo escucharan.

Pasaron algunos minutos de silencio incómodo, en especial para Clay, hasta que uno de ellos por fin habló.

–¿Por qué no nos dijiste nada?– preguntó Axl.

–No lo sé; simplemente no pude– contestó Clay –Decir algo así no es tan fácil para cualquiera.

–Pero tú no eres cualquiera– dijo Aaron –Tú eres Clay Moorington, el futuro caballero más necio y valiente de todo Knighton.

Por supuesto que no podía faltar que él dijera "necio". Cada vez que alguien iba a referirse a Clay esa palabra era la que resaltaba.

–¡Creíamos que eras nuestro amigo!– continuó el pelirrojo, ya algo molesto.

Clay sólo bajó la mirada; no le gustaba verse débil, mucho menos frente a ellos. Tenían todo el derecho de estar molestos con él, en especial ahora que su cabeza no le permitía explicarles nada.

No era capaz de contarles todo el sufrimiento que había pasado toda su vida en ese maldito orfanato.

–¿Saben? Shia tiene razón– dijo Lance –En ningún momento debimos confiar en ti, Borington.

El rubio tiró el papel al suelo hecho una bolita, para que luego él, Aaron y Axl salieran del salón sin dirigirle la mirada a Clay, quien aun estaba con la mirada baja. Sin embargo, Macy no se fue. Algo no le permitía irse de ahí aunque quisiera; y tampoco quería irse.

–Macy yo...

–Sólo respóndeme– le interrumpió la princesa. Él la miró –¿Por qué no nos contaste? No íbamos a juzgarte.

–No pude, ¿ok?– dijo el castaño y la miró –No pude porque estoy intentando borrar esa parte de mi vida. Fueron 10 años de malos momentos para mí– trató de parecer fuerte, cuando en realidad por dentro estaba a punto de desmoronarse.

–Todos pasamos por malos momentos en nuestras vidas, Clay– dijo Macy –Justamente para eso están los amigos, para apoyarse cuando más lo necesitemos.

Clay sólo se quedó callado. Ella tenía razón. Siempre tenía la razón.

Macy, en cambio, pasó junto a Clay, acercándose a su bolso y él se volteó a verla. Abrió su bolso y sacó de ahí, aquel libro que siempre llevaba a todas partes así fuera para entretenerse en los recreos.

–El Código de los Caballeros dice que hay que ser honestos ante todo, hasta en las peores situaciones– ella lo miró con el libro en sus manos –Tú no fuiste honesto con nadie, Clay, ni siquiera con tus propios amigos.

Se podía notar desde lejos el dolor que le causaba decir aquello en sus ojos verdes; en esos ojos que a Clay le encantaban desde hacía bastante tiempo. Le tiró el libro, a lo que él lo atrapó torpemente para luego mirarla otra vez.

–Nunca estuviste sólo. Tal vez éramos el grupo más disfuncional del reino entero, pero siempre estuvimos contigo a pesar de todo; tenías una familia.

Tenías.

Ahí estaba el punto.

–Que mal que no te hayas dado cuenta antes– y con eso, Macy salió del salón, dejando a Clay sólo con el silencio que lo rodeaba.

Clay miró el libro, recordaba el día que el director Brickland se lo había regalado. Dijo que él tenía el potencial suficiente para ser el mejor caballero del reino si se lo proponía. Luego, miró al suelo, y vio la bolita de papel, así que la agarró y la abrió.

Mientras veía el papel, recordó la frase que les decían a todos los niños del orfanato cada día, cada noche y cada vez que hacían enojar a los encargados.

Siempre estaré solo.


¡Aun no es momento de matar a Shia! ¡Pueden ir preparando las armas, pero aun no es momento de matarlo! ¡Esperen un poco por favor!

NOTA IMPORTANTE SOBRE LAS DEMÁS HISTORIAS QUE NO HE ACTUALIZADO EN SIGLOS: La inspiración para esas historias como El Halcón y El Dragón, Nexo Knights (Al revés), Mi Fuego (Vaury) y todas esas está pero es que por alláaaaaaaaa lejoooooooooooooooooooosssss y no le da la gana por veniiiiiiiiiiiiiiiiiirrrrr pero es que ni por cincooooo minutoooooosss.

El punto es: lo más probable es que las ponga EN PAUSA a TODAS (a excepción de esta porque al parecer a mi imaginación le gusta hacer sufrir a nuestro querido Clay T^T XD y La Princesa y El Hechicero) para tener tiempo de agarrar mi cuadernito y poneme a escribir porque al parecer se me hace más fácil escribir en cuaderno y después pasarlo a compu XD.

Otra cosa: no se extrañen si ven que actualizo capitulos ya publicados, porque es que tengo unas ganas nada normales de editarlos, entonces me wa poner pilas con eso.

¡Ya les dije! ¡Preparen sus armas para matar a Shia y a todos los Tighty Knighties (ya ni me acuerdo como se escribe XD)! ¡Preparense mentalmente para recibir a la quinta temporada de Nexo Knights XD! ¡Y nos vemos a la próxima! *se va volando*

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top