Yoongi estaba con el ceño bastante arrugado mientras husmeaba por la ventana de su casa.

En el pequeño jardín se encontraba Jimin, quien estaba conversando muy, muy, pero muyyyyy sonriente con un híbrido de perro que, por las grandes orejas caídas, peludas y de color marrón, Yoongi intuía que se trataba de un san bernardo.

Bufó sintiendo su colita tensa en enojo porque aquel can prácticamente estaba babeando ante la presencia de su ratoncito.

Yoongi quería salir y gruñirle, enseñarle sus colmillos mortales y sus garritas limpias y filosas, pero no quería que el roedor marrón se enterara de su nivel extremo de maldad.

Al menos no aún. Hasta que tuvieran una camada de gatitos y ratoncitos para que ya no pudiera irse.

Sonrió malévolo cuando recordó su meta principal. Sin embargo, esa sonrisa desapareció apenas escuchó las carcajadas horribles del perro, con la tierna de su traicionero ratón.

Sus orejitas se movieron inquietas para tratar de escuchar algo de aquella interminable conversación, pero era inútil. Si quería averiguar lo que estaba sucediendo tendría que acercarse, y Yoongi no era ningún chismoso.

Eso se lo dejaba a los canes que no tenían elegancia ni educación.

Estaba dentro de sus pensamientos narcisistas cuando una nueva carcajada proveniente del omega le llamó la atención. Yoongi miró lo que estaba pasando, y simplemente fue demasiado para él...

—¡MIAUUUUUU! —el maullido estridente sacudió cada pelito que componía a su cola, los bigotes se le tensaron en enojo y los colmillos salieron amenazantes.

Aquel perro le había besado la mejilla a su ratoncito, ¡y el omega parecía bastante feliz con traicionarlo!

El híbrido alzó el mentón en porte orgulloso y decidió apartarse de la ventana, ya que había recordado que tenía asuntos mucho más importantes que atender.

Como por ejemplo afilar sus garras y colmillos, sólo por si acaso.

Jimin dio un brinquito en su lugar, asustado.

Luego de hablar con su amigo Taehyung, el omega entró a la casa y lo primero que miró fue a un gatito angora sentado en el respaldo del sillón, mientras le miraba con aparente inocencia; sin embargo, el ratoncito podía ver más allá, y rápidamente notó los ojitos juzgones que seguían cada uno de sus movimientos.

—Me asustó horrible, señor bigotes —acusó Jimin, caminando hasta la cocina para comer una rodaja de queso.

Yoongi lo miró caminar en silencio, y tres segundos después cambió a su forma humana.

El híbrido se vistió con el pijama que tenía bajo el almohadón del mueble y cuando estuvo completamente vestido caminó hasta donde estaba el omega.

—Los gatos somos mejores que los perros —comentó casual, pero sus bigotes lo delataron al agitarse inquietos.

Jimin dejó el queso a medio comer y le miró con una mueca acusadora.

—¿Me estabas espiando?

El híbrido miró sus uñas desinteresadamente. —Los gatos no espiamos.

—Siendo así, ¿por qué hiciste el comentario de los perros? —interrogó el omega.

—Es para que lo sepas —dijo Yoongi con marcada obviedad—. Por ejemplo: mira al perro del vecino y mírame a mí —se apuntó—. Obviamente soy más lindo, los gatos somos mejores.

—¿Por qué estamos teniendo esta conversación? —indagó el castaño, ladeando la cabeza en verdadera confusión.

El híbrido enrolló su colita alrededor de su cintura, sonrió hasta mostrar sus blancos colmillos y finalmente dijo:

—Los gatitos bebés son más bonitos también.

Y luego se fue, dejando a Jimin más confundido que antes.

Cumplido. 😼🫶🏻

Yoongi esperando a Jimin luego de ver cómo lo traicionaba tan descaradamente:

🐭Tita.