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Lynette :
Coloco el delantal por encima de mi cuello y amarro las cintas a mi cintura, recojo mi cabello en una bola deformada y lo cubro con una gorrita para evitar que caigan mechones; desinfecto mis manos y estoy lista para preparar el pan.
Así comienza mi primer fin de semana en París.
Ayudando a los abuelos en su negocio, la abuela Sabine me ayuda con los ingredientes mientras el abuelo me enseña su táctica legendaria para hacer la más del pan más ligera y esponjosa; ambos trabajan arduamente; entre tanto mamá atiende la panadería.
—Lo haces muy bien Lyn— se admira el abuelo —eres una digna Dupain—
—Obvio, soy la hija de mi madre— bromeo en un pleonasmo.
Todos reímos.
—¿Cómo te ha ido esta semana en el colegio mi niña?— Sabine corta el ambiente risueño.
Esa pregunta me agarra desprevenida; pues no sé que exactamente responder. Primero que nada, pasé tremenda vergüenza al ponerme nerviosa ante mis nuevos compañeros y hablar en italiano, como si todos me fueran a entender; segundo, no le entendía casi nada al maestro, creo que debo practicar más mi francés y por último, me dejaron un trabajo grupal con Kairos, el hermano del chico que apenas conozco.
Son muchas cosas para tan poco tiempo.
—Muy bien, el colegio es bastante bueno— miento.
—Y lo mejor es que tu tía Juleka es la directora, eso nos facilitó el traslado e integración a esa clase— menciona Tom mientras busca el rodillo de amasar.
—Si— digo sonriendo —aprovecho para decirles que tengo trabajo en grupo con un compañero, en un par de horas; iremos a la biblioteca del colegio para investigar a fondo sobre la desaparición de Ladybug y Chat Noir—
Los abuelos dejan de preparar los panes y me prestan atención, sus rostros denotan una eminente autorización.
—Seria bueno que supiéramos que pasó con ellos, después de derrotar a Hawk Moth solo desaparecieron— enfatiza la abuela mientras enciende el horno.
Mis manos forman los círculos de pan, también me hago la misma pregunta ¿Qué pasó con esos famosos superhéroes?, papá me hablaba mucho de ellos y halagaba demasiado a Ladybug, la llenaba de elogios que hasta pienso que era su amor platónico.
Me gustaría saber más de sus vidas.
[...]
Mis pies recorren la entrada al colegio con apuro, me tardé demasiado haciendo pan; llevo los libros y algunos cuadernos en mis manos mientras busco las gradas para así encontrar la biblioteca que mi aún despistada mente no logro grabar, en la tarde este colegio luce más vacío y solitario. Me paseo entre los rincones y al parecer me desubico totalmente, porque entro a un salón lleno de casilleros azules, este lugar me es completamente desconocido, no había entrado aquí todavía.
Supongo que es el vestidor de varones. Lo bueno es que a estas horas no hay nadie.
Al menos eso pensé.
Aunque a los pocos segundos, una figura masculina se hizo presente a una corta distancia, verlo me dejó perpleja, mi respiracion se detuvo por un instante y el corazón me saltó. Un rubio caminaba con los cabellos revoltosos y mojados debido a las gotas que caían en su piel descubierta, ciertas gotas llegaron a mi en una sacudida, cuando el blancon me vio sus pupilas se desorbitaron.
Su cuerpo estaba cubierto por una toalla gris debajo de su ombligo, mi mejillas enrojecieron sin esfuerzo alguno, parpadee varias veces esperando a que esa imagen de borre de mi cabeza pero nunca paso.
—Lyn ¿Qué haces en el vestidor de varones?— su voz sonó ronca y camino hacia mi.
—Yo—yo iba a mirar la biblioteca, digo estudiar tu cuerpo ¡No!— ¿qué rayos estoy diciendo?— estoy un poco despistada es todo—
Ayrus levanta una ceja dudoso pero al final sonríe de lado, cruza sus brazos y pasa a mi costado abriendo su casillero. Me quedo estática aferrada a mis libros, es como si el tiempo se hubiera detenido, mientras sigo teniendo en mi cabeza el reflejo de su cuerpo y sus ojos mirándome.
Escucho como la puerta del casillero se cierra y es ahí cuando su voz me dice algo que me deja como estúpida.
—¿Cuándo piensas irte? Éste no es un lugar bueno para ti, a menos que quieras ver como me visto— detecto ese tono de picardía en sus monólogos.
Trago saliva y giro para enfrentarlo.
—O-obviamente no, ya me voy sólo...—
¿Por qué me pasan estas cosas a mi?
El mal movimiento de mis manos provocó que mis libros caigan al suelo desparramados, me inclino rápidamente para recogerlos, Ayrus imita mi accionar y va tomando los libros entre sus manos y me los entrega.
—Ten más cuidado— sus manos rozan las mías en un intento de darme los libros.
Siento la piel tercia y fría de sus dedos y me estremezco aún más; él lo percibe y sonríe mostrando su dentadura perfecta. Nos levantamos de inmediato.
—¿Qué haces en el colegio a estas horas?— cambio de tema evitando sentirme extraña.
Él sonríe mientras arregla algunos mechones de su cabello, muerde su mejilla por dentro y me dice.
—Hace media hora acabó mi entrenamiento de esgrima, me quedé para darme una ducha pero alguien interrumpió mi privacidad— arquea sus cejas —te digo ¿quién es?—
—¿Sabes dónde está tu hermano?— esquivo su indirecta y me centro en encontrar de nuevo la biblioteca.
El rubio me mira confundido, entre tanto sus brazos cruzados se deshacen y apoyan en su cintura.
—¿Para qué quieres verlo?—
—Es mi pareja de trabajo— digo con simpleza —Tenemos una investigación súper importante por realizar—
—Debe estar esperándote en la biblioteca— Ayrus alza su playera de la banca y se la coloca.
—Entonces me voy— suelto y giro sobre mis pies para dirigirme por fin a la salida del vestidor.
—Nos vemos luego, chica italiana—
Kairos :
Lynette entra por la puerta de la biblioteca con sumo apuro, deja sus libros en la mesa en menos de un segundo y se sienta en el sillón café, acomoda su cabello desparramdo con las dos manos y me observa temerosa.
—Lo siento mucho, soy tan despistada que me olvide donde es la biblioteca— farfulla —espero no haberte hecho esperar demasiado—
—Casi nada, solo me hiciste esperar media hora—
Lyn no entiende mi sentido del humor y se manifiesta apenada, trato de evitar ese sentimiento en ella, porque en realidad la esperé ese tiempo, en realidad llegué hace un par de minutos.
—¡Es una broma!— grito comenzando a reír.
—No es gracioso— refuta la pelinegra ocultando una pequeña sonrisa —En fin, iniciemos la investigación, tenemos el título de "La desaparición de Ladybug y Chat Noir" ¿alguna sugerencia para comenzar?—
—Primero que nada, la fecha en que fueron vistos por última vez; fue el 2 de marzo de 2019, 3 días después de derrotar a Hawk Moth, cuya identidad secreta nunca fue revelada— mi voz parece documental de National Geographic.
—¿Por qué no se reveló la identidad de Hawk Moth?— Lyn duda —Además la desaparición fue hace aproximadamente 18 años, es sorprendente—
—Ladybug y Chat Noir prefirieron dejarlo en secreto y nunca se supo nada más— informo —Bueno, eso es lo que dicen los libros de historia, nosotros ni habíamos nacido para esa época—
—Muy cierto— la pelinegra ríe y así comenzamos a anotar la investigación, mezclando un poco de nuestra imaginación.
Por instantes puedo verla tan ensimismada en escribir lo que dicto que no se percata que la observo disimuladamente, sus gestos al analizar la información son únicos, provocan destellos de risas en mi boca, ella simplemente es muy diferente a todas las personas que conozco.
Comienza a caerme demasiado bien.
—¿Ladybug y Chat Noir eran pareja?— su pregunta me distrae.
Leo el libro página por página buscando algún indicio para responder esa pregunta, pero no hay datos precisos, solo información entre cierta.
—La fuente no es cien por ciento confiable, pero existieron rumores de que eran una pareja más allá de lo profesional, se coqueteaban y todo lo que puedas imaginar entre unos enamorados— ella se sorprende como si una idea hubiera venido a su cabeza.
—¿Y si escaparon juntos para vivir su amor lejos de París?—
—Has visto muchas novelas ¿cierto?— enfatizo burlesco —realmente no creo mucho en eso—
—¿Entonces dame tu hipótesis?— recalca —y apúrate porque ya se acaba mi hora de estudio, debo volver a casa—
—Yo digo que ellos desaparecieron debido a una batalla interna, se pelearon y ya no coincidieron en ser superhéroes, por eso cada uno siguió con su vida y pueden ser cualquiera de los habitantes de París— hago un ademán con las manos —pienso que mi hipótesis tiene un poco más de lógica y fundamentos—
—Puede ser— la ojiazul lo piensa un poco —me parece una muy buena hipótesis para el planteamiento, bueno entonces tú lo imprimes y lo traes para presentar el lunes—
¿Cómo?
—¿Por qué yo?— me quejo, también tengo cosas que hacer.
—¿Podrías hacerlo?— suplica acomodando sus lapiceros y cuadernos —es que tengo que regresar a casa no más antes que las seis; mi madre ha estado un poco aletargada últimamente porque no encuentra trabajo—
—¿Qué tipo de trabajo está buscando?— interrogo.
—Algo relacionado con la moda, ella es diseñadora, de hecho tenía un buen trabajo en Italia; muy pronto abriría un casa de modas propia pero eso no fue posible debido a la muerte de mi padre— su voz baja la intensidad, tornándose en un tono melancólico.
—¿Por qué no la inscribes en el concurso de diseños por el día de la mujer?— sugiero pensativo —mi padre también es diseñador y tiene una empresa, contratará a la persona con el mejor diseño de París, anímate—
Ella esboza una sonrisa de emoción, sus hoyuelos comienzan a marcarse y pestañea varias veces, agarra mis dos manos y las eleva de arriba hacia abajo con agitación.
—¡Me parece una excelente idea, además podría inscribirla en secreto para que así sea una sorpresa!— grita —Muchas gracias por avisarme, no tenía idea del concurso—
—No hay de qué, sólo necesitas el formulario con al menos 5 de sus diseños, el currículum con sus datos personales y mucha suerte para ser la ganadora— la animo.
—Estoy segura que tu serás mi Portafortuna— me regala una sonrisa mostrando su perfilada dentadura.
[Amuleto de la suerte]
Sin decir más, salimos a pasos lentos del colegio mientras conversamos de ciertos temas triviales, por ejemplo ahora sé que Lyn ama la pintura y también la literatura, le encanta leer novelas; no comparto ese gusto pero si me agrada la pintura, creo que tenemos algunas cosas en común.
—No te olvides en lo que quedamos— advierte la pelinegra mientras se desvía del camino para ir a su casa.
—Para nada, nos vemos el lunes Lyn— me despido.
Observo llegar a mi chófer mientras ella camina rápidamente, su cabello se tambalea a ambos lados y forma ondas, voltea hacia mi una vez más y agita la mano derecha en señal de un adiós.
Es súper tierna.
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¿Qué les parece la historia? Dejen sus comentarios y una estrellita.
Tiene una ilustración de Kairos el hermano menor de Ayrus, que bella la descendencia Agreste.
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