29.<>

Lynette :

Mis pupilas se humedecen, aún no puedo creer lo que acaba de decir ella. No sé cómo reaccionar.

—Soy Ladybug...

Vuelve a repetir y compruebo que efectivamente no estoy sorda, observo a mi madre de pies a cabeza, mis labios entreabiertos delatan lo sorprendida que estoy en este momento.

—Esto sobrepasa los límites de todo lo que pude haber imaginado— susurro más para mí misma.

La superhéroe sonríe levemente, y eso me demuestra un gran parecido con la sonrisa de mamá. Se posiciona más cerca de mi y dice algo que no entiendo.

—Motas fuera.

Observo como un color rojizo se apodera del cuerpo de mi supuesta madre y la envuelve hasta hacer desaparecer su vestimenta de puntos negros. A su lado aparece un pequeño ser volador del mismo color de su traje.

La que veo frente a mi es mi madre.

—¿Eso es...— claudico algo abrumada por ese ser que va volando y se acerca a mi rostro.

—Tranquila, es un Kwami— dice mi madre tocando mi hombro, al ver mi expresión confusa por no entender esa palabra, ríe y decide hablar de nuevo —en pocas palabras, es el ser que me permite transformarme en Ladybug.

Al menos, puedo descartar la hipótesis de que eso eran unos duendes.

—¡Increíble!— chillo con emoción palpando la cabecita del Kwami.

—Yo soy Tikki.

—¡Me encanta! Yo soy...

—Lyn...— murmura Tikki mostrándome tanta ternura en esa carita —te conozco desde que estabas en la pancita de tu mamá.

—¿En serio?

—Claro que sí, aunque no podía estar muy cerca de ti porque tenía que ocultarme de Luka pero...

La emoción que sentía en ese momento se esfuma al escuchar el nombre de mi padre.

¿No sé supone que el debería saber sobre todo esto?

—Espera, ¿Mi padre no sabía que eras Ladybug?— miro hacia mi mamá, quien aparentemente no puede ocultar la incomodidad en su mirada.

—Era un secreto que no podía revelar a nadie...

—¿Ni siquiera a tu esposo?— mi pregunta sonó más como un reproche —no estoy de acuerdo con ello, papá merecía saber la verdad.

—Tranquila hija— mi madre se apresura a decir, sus pupilas se dilatan y busca mi brazo para abrazarme —Luka se enteró de todo el mismo día del accidente.

Eso me deja estática.

—Lyn, no puedes mostrarte enfadada con tu madre, ella vio la forma de mantener a salvó a su familia— habla Tikki acercándose a mi.

Intento no llorar pero a la vez se me hace imposible, pensar que papá pudo ser el mayor testigo de todo esto.

—No te culpo mamá, es más, ahora agradezco que me hayas dicho la verdad— suspiro —al fin puedo comprenderte.

Ella sonríe nuevamente y me abraza con delicadeza mientras Tikki se apoya en mi hombro derecho.

Siento que he ganado una nueva familia.

Lia :

Camino a paso apresurados entrando por el gran portón del colegio Françoise Dupont. Me guío por la hora en mi celular y supongo que Lyn ya está en receso de su clase.

Debo hablar con ella.

Debatí la idea en mi cabeza durante toda la noche, no habían dudas, Kairos no merece estar con mi amiga simplemente es un idiota amargado que solo quiere separar a Lyn de su hermano.

Eso no es para nada justo, debo contarle la verdad a ella antes de que Kairos encuentre una manera de evitarlo.

Realmente me decepciona pensar que aquel chico de cabellos azules tenga tanto rencor en su ser.

Visualizo a varios chicos caminar agrupados en diversas direcciones, no sé por dónde buscar a mi amiga, este colegio es inmenso y no se compara con el mío en Italia.

Busco con la mirada el aula que Lyn había mencionado ayer y me encuentro en un largo pasillo por el cual doy pasos lentamente.

—¿Será por aquí?— pregunto para mí misma en voz baja. Sin embargo él silencio reina en todo mi alrededor.

De repente siento como una corriente de aire pasa por mi brazo y luego unos dedos me sujetan arrastrándome con fuerza, a pesar de mi resistencia no logro safarme y termino dentro de un aula con la puerta cerrada.

—¡¿Qué te pasa?!— grito pero me callo al darme cuenta de quien es.

—No grites— susurra él formulando una sonrisa.

Tremendo imbécil.

Siento como su brazo aún sigue sosteniendo el mío, intento alejarme pero no me lo permite.

—Sueltame o grito aún más— amenazo jalando mi brazo, el peliazul ni se inmuta.

—Tranquila Lia, yo solo quiero hablar contigo— dice bajando su mirada hacia mi altura —Solo déjame...

Siento como va relajando el agarre de mi brazo y termina por soltarme.

—Ya sé que quieres y déjame decirte que no me callaré— suspiro debido a lo exaltada que estoy —Lyn sabrá sobre toda tu farsa.

—No puedes hacer eso— ordena arrugando las cejas.

—Pues quédate y observa como lo hago— digo para luego empujarlo con mis manos.

Al principio no se deja y va retrocediendo hasta llegar a topar la puerta con su espalda, lo sigo golpeando para que se aparte aunque es inútil, él no me hace caso.

—Deja de golpearme— dice de nuevo en un aludido.

—¡Entonces apártate!— vocifero enardecida.

—No lo haré.

—¿Qué harás entonces? Solo déjame decirte que nada de lo que intentes podrá...

Mucho antes de lo pensado, algo calla completamente mi voz, siento como mi cuerpo se paraliza nuevamente, mis manos quedan estáticas y no se defienden, el brazo derecho de Kairos sujeta mi cintura apretándome contra él mientras sus labios me besan apasionadamente, mantengo los ojos cerrados y simplemente no sé que hacer.

Kairos ya me ha besado dos veces en tan solo dos días.

—Eres increíble...— susurra entre mis labios, sus dedos acarician mi cabello —te pareces demasiado a Ada, ¿Será que ella besa igual que tú?

Eso golpea a mi corazón. Inmediatamente me alejo no importandome el agarre en mi cintura.

—¿Estás loco? ¿Cómo puedes decirme eso?— grito sintiendo un nudo en mi garganta —solo me estás utilizando y yo como estúpida no hago nada en contra tuya.

—Yo no quise decir eso... Yo— intenta tomar mi mano pero doy pasos hacia atrás.

—Tu eres un maldito egoísta, solo piensas en ti y disfrutas con la infelicidad de tu hermano— lo apunto y busco acercarme para salir por la puerta —Lyn debe saber de todo esto.

—Yo no quiero dañar a Lyn, solo a mi hermano— me mira fijamente —y respecto a lo de Ada...

—Entiendelo, yo no soy Ada, puedo ser un poco parecida pero no lo soy— hablo entre dientes —si buscas olvidarte de ella usandome a mi, desiste, no soy tan imbécil para aceptar algo así.

—Voy a ser sincero— relame sus labios, la discusión se torna aún más tensa —tú me atraes mucho, y eso ocurrió desde la primera vez que te ví.

—Eso paso hace tres días— digo incrédula.

—Por eso no puedo explicar lo mucho que me gusta verte y aún más, besarte.

—Solo estás confundiendome con la chica que realmente te gusta— afirmo sin importarme lo que diga —yo no te gusto.

¿Cómo me metí en este enredo? Tal vez es porque Kairos me atrae un poco.

Pero es un idiota.

—¿Tú qué haces aquí?

Escucho el reclamo de una voz femenina invadir el aula y acercarse a nosotros.

Es ella.

La miro detenidamente y no puedo evitar sentir un pequeño cosquilleo en mi pecho, el parecido es innegable, aunque ayer quise mentirme a mi misma, hoy no puedo hacerlo, Ada es muy parecida a mi en todo.

El tono pelirrojo del cabello, las pecas, el color canela de nuestros ojos y hasta la proporción de nuestras narices.

Kairos tiene un poco de razón. Pero...

¿Por qué nos parecemos tanto?

—Yo vine a hablar con Lyn— digo marcando distancia entre el peliazul y yo.

El rostro de la pelirroja se arruga de tal manera que se vuelve roja, está furiosa. Sus pupilas se dilatan.

—¡Esa maldita me quitó a Ayrus!— grita con enojo mientras dirige su mirada hacia Kairos —tu novia logró meterse en mi relación. Por su culpa Ayrus terminó conmigo.

El peliazul abre los ojos sorprendido, intenta hablar pero lo interrumpo al instante.

—¿Qué dices? Los dos están enamorados— defiendo indignada —los que sobran aquí son ustedes dos, Kairos por usar a mi amiga y tú por no darte cuenta de que Kairos está e...

Mucho antes que logre decir la última palabra, el peliazul me jala del brazo y obliga a caminar hacia la puerta.

—Yo te llevo con Lyn...

—¡No!— me resisto —Lyn y Ayrus merecen estar juntos mientras que ustedes deberían hablar y arreglar sus diferencias.

—No comprendo— se acerca Ada con una mirada confusa.

—¿No te das cuenta?— inquiero ya cansada de la situación —Este idiota está enamorado de ti pero no se atreve a decírtelo y al parecer le sale mejor usarme a mi para olvidarte.

Lo último se me sale de la boca sin avisar, la verdad me duele de cierta manera, Kairos me empieza a gustar, por más imbécil que sea.

Ada me mira asombrada y luego conecta sus ojos con el peliazul. Yo decido huir y no escuchar su posterior conversación.

Ayrus :

Salgo del aula después de tener una larga conversación con Ada, tengo mi cerebro súper cansado de tanto discutir con ella.

Juro que no quise lastimar sus sentimientos. Pero fue imposible al ver su reacción; quiso golpearme e incluso golpear a Lyn.

Algo que no pienso permitir.

Guío mis ojos hacia la dirección por dónde huyó Ada, no puedo dejar que escape y vaya a pelear con Lyn. No puede hacerle daño a mi Lyn.

—¡Buhhhhh!— alguien grita en mi detrás y provoca que salte del susto.

Giro al instante y al ver esas pupilas celestinas, cambio de expresión, una sonrisa perfecta se refleja en mi rostro y la atraigo hacia mi.

La pelinegra me sonríe tiernamente mientras se acerca para besar mi mejilla.

—No vuelvas a hacer eso— pido susurrando a su oído —Casi se me sale el corazón. Además aún no podemos demostrarnos cariño.

—¿Por qué?— pregunta ella arrugando las cejas —¿Es por tu hermano?

Asiento soltando un largo suspiro, aún tengo miedo a saber su reacción cuando Lyn termine con él y luego salga conmigo. Sin dudas temo que me odie para siempre.

—Terminaré con él después del segundo receso— dice la ojiazul con un rostro temeroso —después podremos estar juntos, como lo deseamos hace mucho.

Sonrío y sostengo sus manos, ella me deja acercarla y busco la manera de besar delicadamente sus labios procurando que nadie nos vea.

—Es lo que más quiero, mi chica del ascensor— susurro con mis labios aún pegados en los suyos.

—Aún no puedo creerlo— susurra abrazándome —hasta hace unos días no podíamos ni vernos a la cara sin sentirnos mal, y ahora...

—Ahora sabemos que nos amamos demasiado como para ignorarnos— digo por ella mientras acaricio su precioso cabello.

—Haces que mis mejillas se sonrojen.

—Asi te ves más hermo...

Mis palabras se callan al oír los pasos de una persona hacia nosotros, la observamos al mismo tiempo y caemos en cuenta de que es la pelirroja Lia.

—Lyn, por fin te encuentro— exclama respirando de manera alterada.

—¿Qué te pasó? ¿Por qué luces cansada?— pregunta Lyn con un rostro confundido.

La pelirroja parece recuperar el aire que le falta y luego de unos segundos responde —te estuve buscando, y luego...

Se queda en silencio por unos segundos, sus ojos viajan hacia mi y después hacia su amiga, parece meditar lo que va a decir.

—Siento mucho lo que estoy a punto de decir pero...— se pausa —Kairos...

—¿Qué sucede con él?— inquiero preocupado.

—Kairos nunca estuvo enamorado de Lyn, solo la utilizó para hacerte sufrir— sus palabras me toman por sorpresa —para que ustedes no puedan estar juntos, quiere que Ayrus sufra lo mismo que él por no poder estar con Ada.

Todo lo que dice se queda en mi cabeza repitiéndose una y otra vez, mi corazón comienza a doler y mi pulso se descontrola. Observo a Lyn que también está impresionada.

Me siento muy mal.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top