10. <>
Marinette :
—¿Me podrías pasar un sacapuntas?— le pido a Tikki mientras me coloco los lentes.
Arrimó a un lado mis mechones sueltos entre tanto mi vista se aclara gracias al vidrio de los lentes que uso hace más de dos años, sostengo con mi mano derecha el lápiz de grafito y así comienzo a diseñar una de tantas prendas de ropa para la marca Gabriel's.
Mis trazos son concisos y específicos, la concentración es clave para lograrlo.
—¿Esto es lo que quieres?— el kwami rojo me muestra varias cosas menos lo que necesito.
—Un sacapuntas Tikki, no una goma para borrar—
—Al aparecer no hay más en la caja— dice ella con esa vocecita chillona característica.
—¿Ahora en dónde encuentro otro?— dejo de dibujar y me levanto en busca de uno en alguna parte del escritorio.
—Tal vez debería ir al escritorio de Adri...
—Ni se te ocurra Tikki, sabes muy bien que quiero mantener una rotunda distancia con él— regaño —además puedo ir a buscar una nueva caja en el departamento de depósitos, por favor nos salgas de aquí hasta que vuelva—
Ella asiente y yo salgo del escritorio con prisa, mis pasos se aceleran hasta llegar al departamento, abro la puerta entre tanto busco el interruptor para encender la luz. Mis ojos se abren más de lo normal al ver quién se encuentra allí.
—Buenas tardes, Marinette— dice con la misma voz ronca imposible de no reconocer.
Mis labios se separan al intentar hablar pero a la vez no dicen nada, está sensación es extraña, tener a Gabriel Agreste en frente de mi después de tantos años me deja estupefacta. El famoso Hawk Moth aún conserva el rostro de esos años pese a que ahora tiene más canas que adornan su cabeza.
—Gabriel— susurro finalmente saliendo de mi trance.
Aquel hombre canoso termina de colocar unos documentos en el armario de expedientes y gira hacia mi.
—¿Cómo has estado?— se pausa —Ladybug—
—No tengo la más mínima intención de tener una conversación contigo Gabriel— me dirijo al montón de paquetes y saco una caja llena de sacapuntas.
—Me alegra que hayas aceptado trabajar con nosotros; mi hijo está muy feliz—
Calma Marinette...
—Solo lo hice por necesidad pero en cuanto mi situación mejore, ten por seguro que renunciaré— recalco con la mirada seria.
—Tal vez cuando llegue ese momento ya estés nuevamente con Adrien— sus ojos me miran con cierta seguridad —él no ha dejado de amarte, por más que se casó con Kagami—
—¿Quién me asegura que eres sincero?— dudo —le mentiste a todo París con tu vida de villano sufrido, causaste mucho daño—
—Sabes muy bien porque quería hacerlo— la intensidad de su voz disminuye —Emilie lo era todo para mí, y quería traerla de vuelta a cualquier costo—
—¿Sin importar el daño que hacias a personas inocentes?—
—Tarde me di cuenta que estaba haciendo lo incorrecto, pero ahora quiero remediar el amargo pasado— hasta cierto punto puedo pensar que sus palabras son sinceras.
—¿Cómo podrías?—
—Cásate con mi hijo—
—¿Qué?— grito con sorpresa —Estas loco, Adrien ya está casado—
—Muy pronto se divorciará; y todo esto es por ti Marinette—
Trago saliva, jamás debí aceptar este empleo, estoy viendo las consecuencias más antes de lo pensado. Ignoro completamente lo dicho por el hombre y giro para marcharme.
—No lo tomes a mal, su matrimonio fue un fracaso desde el inicio, sólo se casó por el hijo que Kagami esperaba—
—¿Se da cuenta de lo que me está insinuando? Yo enviudé hace no menos que un año y no quiero nada con Adrien— digo entre dientes —Ya no lo amo—
—¿Qué haces papá?—
Volteo hacia el origen de esa voz y confirmo mi sospecha, el rubio se encuentra frente a nosotros con un rostro serio, al parecer si escucho mis últimas palabras, sus nublados ojos me lo reflejan.
—Creo que fue una muy mala idea trabajar aquí— respondo y camino hacia él —apenas pasaron tres días y ya me arrepiento de haber aceptado—
—¿Pero qué pasó?— su voz suena consternada.
El ojo verde observa a su padre quien de mantiene en silencio y levanta las manos en señal de falsa inocencia. Esto le comprueba que un villano como él, nunca dejará de ser un villano.
—Preguntale a tu padre, él siempre quiere controlar todo— dirijo mis pasos hacia la puerta.
—¿A dónde vas?—
—Me voy de aquí, ya no quiero trabajar contigo— declaro y salgo de inmediato.
Aceleró mis pies y camino hacia mi escritorio para recoger mis cosas, una vez dentro Tikki comienza a llenarme con preguntas, sin embargo primero tomo mi bolso y algunos cuadernos de diseño.
—Tikki no puedo responder ahora, solo te digo que ya no trabajaremos en Gabriel's—
Ella asiente y se adentra en mi bolso con rapidez. Estoy por salir cuando nuevamente el rubio impide mi paso.
—Marinette no puedes irte así nomás— reclama —Tienes un contrato firmado—
—Tranquilo, te mandaré mi carta de renuncia lo más pronto posible— intento esquivar sus brazos pero él se aferra a la puerta.
—Pues me niego a aceptar esa renuncia—
Sus ojos verdes me miran fijamente como si en ellos me dijera que no cederá con facilidad, lo que no sabe es que yo no soy la misma y que haré lo imposible para salir por esa maldita puerta.
—Me vale lo que hagas con ello— lo empujó y no sirve de nada —¿Me dejas pasar o...
—¿O qué?—
—Te lo advertí—
Mi pie derecho se extiende para propinarle una buena golpiza en la parte débil de todo hombre, veo como Adrien cae reprimido de dolor al suelo y de rodillas, mi expresión seria se esfuma al notar que el rubio retiene su sufrimiento y pausa su hablar por unos segundos.
—Eres... Muy diferente a como eras antes— sus palabras se alargan —y eso ...me empieza a gustar—
Me sorprende enormemente lo que dice, es irónico que me alague en vez de maldecirme por lo que hice. Me acerco hacia él poniéndome de rodillas y lo encaro.
Sus ojos chocan conmigo, y sonríe el muy cínico.
—¿Por qué simplemente no puedes olvidarme Adrien?—
—Por la misma razón que tú no puedes olvidar a Luka; eso es amor— relame sus labios —pero sé que no debo mencionarlo, por eso te pido que sigas trabajando, no hay nada que lo impida—
—Tu padre me pidió que me case contigo—
—Él cree que aún tú y yo podemos retomar nuestra relación, pero yo tengo en claro que no es así— sus manos se respaldan en mis hombros —lo único que importa es lo que sepamos nosotros dos ¿No?—
Lo pienso un poco, y es cierto, solo importa nuestras desiciones.
—Si, tenés razón, quizás me exalte un poco—
Adrien :
Llego a mi casa y lo primero que hago es sacarme el abrigo largo para sentirme más cómodo. Desato mi corbata y la extiendo para que mi cuello se sienta más liberado.
—¿Hay alguien en casa?— pregunto al sentir un enorme silencio en todo alrededor.
Es inusual.
Nadie responde, por lo cual decido caminar hacia la habitación de Ayrus, quizás el se encuentre escuchando música y no haya notado mi llegada. Subo al segundo piso y tocó la puerta un par de veces hasta que escucho un 'adelante' por parte de él.
—Buenas noches hijo— saludo una vez adentro y me acerco —¿Qué haces?—
—Dibujando— responde el pelirrubio.
Miro con detenimiento cada detalle que le pone a ese dibujo, aún no comprendo que es pero poco a poco la imagen se va revelando, una hermosa chica de cabellos oscuros y ojos muy grandes.
Se parece tanto a Marinette. Ahora que lo pienso bien, es su hija.
—¿Ella es la chica con la que estabas en dirección?— dudo en cuanto veo esos mechones tan oscuros.
—Si— Ayrus suspira.
—¿Debería tomar ese suspiro como indicio de algo?— inquiero alzando las cejas en cuanto el gira hacia mi.
—La estoy dibujando sólo porque no tengo nada más que hacer— recalca levantando su dedo índice derecho.
—Es muy bonita— susurro encurvando los labios —Se parece mucho a su madre—
—Son idénticas para ser sincero— declara él.
—¿Enserio no te gusta?—
Sé que puede sonar absurdo preguntarle eso a mi hijo, y que no debo meterme en su vida pero si ese fuera el caso, estoy seguro que tendría muchísimos más problemas con Marinette. Ella no querrá a Ayrus.
Él me mira con el rostro sorprendido, como si lo que preguntará fuera algo ridículo, hace gestos que no logro entender y finalmente responde cruzado de brazos.
—No— exclama —Es muy linda y todo, pero no es de mi edad, prácticamente le llevo tres años—
—¿Eso es un impedimento?— arqueo una ceja.
—Para mi si, ella es menor— mantiene firme su argumento —Ademas, es sólo una amiga—
—¡No!—
—¿No que?—
—No digas esa frase— ordeno con recelo.
Increíblemente esa frase dicha por mi muchas veces se ha convertido en mi tormento por años, ahora no puedo creer que yo le decía eso a Marinette, cuando ella en realidad era Ladybug, la mujer de mis sueños.
Que infelizmente solo fue mía en sueños.
—A veces no entiendo lo que dices— Ayrus deja el lápiz en la mesa —Pero bueno, ya dejé en claro que Lyn es mi amiga y nada más—
—Si es lo que dices, no insisto más— alzo mis manos en señal de rendición y me encamino hacia la salida —¿Sabes dónde se encuentra tu madre?—
—En el salón de artes, como siempre— dice neutro.
—Voy a hablar con ella—
—Espero que no la hagas sentir mal papá— el rubio endurece su rostro y me mira amenazante.
[...]
—¿Qué haces aquí?— cuestiona la japonesa en cuanto me ve cerca de ella —Sabes muy bien que tienes prohibido entrar a mi Salón—
Sus ojos se mantienen expectantes mientras su mano suelta el pincel que tenía y lo deja en un recipiente. Miro hacia el lienzo que hacía estar manchado por varios tonos oscuros, formando un cuadro abstracto que aún falta completar.
—Vine por un motivo en específico— aviso y me siento en uno de los asientos disponibles —Hablé con mi abogado y...
—No me interesa Adrien, yo no quiero divorciarme y lo sabes— respira profundo —No quiero que todo esto termine—
—Kagami, yo...
—Nuestras vidas aún pueden tener un final feliz— ella se acerca, sus pasos son marcados por el sonido de los tacones —solo tienes que intentarlo—
La japonesa toma el control de mis manos y las une a las suyas, sus iris avellanas me observan con cautela. ¿Ella realmente quiere seguir con esta vida?
—Lo intenté por más de 17 años— la miro —Ahora siento que esto es insostenible—
—Es por ella ¿Cierto?— suelta mis manos.
—¿Quién?—
—¡No me veas la cara de estúpida!— levanta el tono agrio de su voz —Supe que Marinette volvió a París y que además esta trabajando en Gabriel's— se pausa, intento calmarla pero ella no cede —¿Qué quieres? ¿Correr a sus brazos en cuanto firme el divorcio?—
—Ella no tiene nada que ver— digo con sinceridad.
—Si tiene que ver, nunca la olvidaste, nunca la sacaste de tu maldita cabeza— Kagami aprieta los dientes y comienza a preocuparme.
—Eso nunca fue un secreto, cuando te casaste conmigo sabias que amaba a Marinette— reafirmo lo dicho por más que eso le duela.
Me acerco poco a poco y busco la manera de calmarla, Kagami siempre ha sufrido de los nervios por lo cual no debe exaltarse.
—Por años mantuve la esperanza de que te enamoraras de mi, tal vez con la llegada de Ayrus y luego con Kairos— sus ojos se cristalizan —Jamas te importó, igual quieres irte con esa—
—No es así...
—¡No me voy a divorciar Adrien!— se aleja de mi —¡no te daré el gusto de volver con ella, serás mi esposo hasta que yo decida terminar con esta farsa de matrimonio!—
Cuando menos lo siento, una mano se estampa contra mi mejilla provocando que un ardor reine en ella y dejándome completamente atónito. Kagami se marcha y me deja con la misma respuesta.
No quiere divorciarse.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top