El humo del café se extendía mientras el amargo y dulce aroma del café penetraba mis fosas nasales.

— ¿Extasiándote con el café como siempre?— Preguntó Álvaro al pasar con una bandeja, llevaba un pedido a la mesa justo al lado de la ventana.

Genial, me han arrebatado una vez más mi sitio favorito.

— Es algo de lo que pienso no aburrirme jamás. — Confesé.— Mientras los demás se obsesionan con el chocolate, la pizza o las patatas fritas, yo decido siempre colocar mi cafeína en primera plana.

— ¿Sabes que el café es una droga no?— Preguntó acercándose.

— Si, lo sé.— Me senté en la barra.

— Entonces significa que eres una drogadicta. — Dijo entre risas.

— Ja, muy gracioso.— Respondí sarcásticamente.— ¿Por qué mejor no vas a prepararme un caramel macchiato? Lo tuyo es la cocina, no el humor.

Café Caramel Macchiato☕: Espresso, leche, caramelo, espuma de leche y jarabe de caramelo.

— Enseguida lo traeré, debemos hablar sobre algo.

Cuando se retiró a la cocina me quedé pensativa. ¿De qué podría estar hablando? Había comenzado su relación con Fanny, además habíamos dicho todo lo necesario.

Unos minutos después tras poner el café sobre la barra y tomar su botella de leche como de costumbre, agarró mi mano.

Oh no, no, no, no.

— ¿Ya le has contado a Steve?— Preguntó mirándome a los ojos.

— ¡No!— Exclamé sorprendida. — ¿Cómo crees que voy a contarle eso? De cierta forma lo traicioné. ¿Imaginas si perdiera mi matrimonio en este momento? Solo faltan 4 días para el casamiento.

— No creo que algo tan simple como eso signifique que lo traicionaste. Y tampoco es algo tan grave como para que se rompa el matrimonio.

— ¿Te gustaría que Fanny hiciera eso?

— Si ella lo desea, pues... Por supuesto, la apoyo, que lo haga cuantas veces quiera.

¿Qué? ¿Álvaro te estás escuchando? ¿Cómo crees que haberte besado no es una traición para Steve? ¿Cómo dejarías y apoyaras que Fanny besara a otro?

— Pero...

— Es tu pasión Kate.— Me interrumpió. — Que hayas hecho lo que amas aunque a él no le agrade la idea, no quiere decir que lo traicionaste. Las novelas son lo tuyo, creo que Steve debería apoyarte, y mucho más ahora que... Bueno...— Hizo una pausa y miró hacia la barra.— Que van a casarse.

— ¿Estabas hablando del concurso? ¿Me preguntabas si le había contado a Steve sobre eso?— Pregunté confundida y avergonzada.

— Pues claro. ¿De qué mas podría estar hablando?

— Pues no... De nada... También me refería a eso.— Le mentí descaradamente.

Kate, eres un fiasco.

— No he olvidado que me prometiste que si pasabas la primera fase eliminatoria, le contarías a Steve que enviaste la novela al concurso. Ustedes deben comenzar un matrimonio sin mentiras.— Me aconsejó.

Era increíble, como todo había cambiado de la noche a la mañana, Álvaro estaba con Fanny y me daba consejos para mi futuro matrimonio.

— Le contaré justo esta tarde, iremos al teatro.

— No tenía idea de que te gustaba el teatro.

— No me agrada realmente, pero a Steve le gustan mucho, así que debo fingir que si.

— ¿Por qué no le dices la verdad y ya está? — Preguntó algo molesto.— Aunque mejor olvídalo, hemos tenido la misma conversación muchas veces, te doblegas a los gustos y las decisiones de Steve, y no cambiarás.

— Eso sonó algo hiriente.— Le reproché frunciendo el ceño.

— ¿No ves que te hieres tú misma? ¿Cómo te sientes acomodándote a sus preferencias y olvidando las tuyas?

— Steve me compra cualquier cosa que desee, no olvida mis gustos.

— No se trata de solo lo material, Kate. Pero supongo que es algo que nunca entenderás, las personas más especiales son así. Así como las mariposas: Son bellísimas, pero no son capaces de ver sus alas, por lo que no tienen idea de lo hermosas que son.

Dejé el pago sobre la mesa mientras ambos nos encontrábamos en silencio, y al mirar el reloj noté que debía marcharme a la editorial, y sería lo mejor, sin percatarme ya me encontraba discutiendo con Álvaro otra vez.

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