೬𐇵☕Café #29: Tiramisu☕ຼ້ೂ
Atravesé el umbral de la cafetería acompañada de Fanny al encontrarnos en la esquina.
El aroma a café me envolvió, me sedujo, me provocó. Las humeantes tazas de los clientes solo me hacían pensar en una cosa: Necesito.
Me encontraba nuevamente en Café contigo, pero esta vez como clienta y no como trabajadora... Había vuelto a mi realidad.
Mi mesa favorita estaba ocupada, por lo que me ví en la necesidad de ocupar otro sitio.
— ¿Has visto a Álvaro en estos días?— Pregunté a sabiendas de que la había visitado el día anterior.
— Si, ayer me visitó y conversamos un rato... Ya sabes, videojuegos, básquet, música.
— ¿No sucedió nada más?— Cuestioné imaginando que no estaba contando toda la verdad.
— Pues... Si, solo eso. ¿Por qué te lo escondería? Ojalá y hubiera pasado algo más.— Se sinceró.
Es cierto. ¿Por qué Fanny me escondería algo de Álvaro a mí? Después de todo no somos rivales.
— Descarada...— Dije entre risas.
— ¡No hablo de cosas sucias!— Me aclaró.
— Buenos días a mis clientas favoritas. ¿Qué llevan sus órdenes de hoy?— Nos saludó Álvaro.
— Buenos días... Me llevaré un pastel de fresa a la editorial y tomaré un tiramisú.— Añadí.
Café Tiramisú☕: Mezcla de espresso, kahlúa (licor de café) y cacao en polvo
— Yo...— Intentó pedir Fanny.
— Un azteca y unas galletas, ya se. Enseguida les traigo sus pedidos.— Álvaro la interrumpió.
— ¿Cómo es que?...— Cuestioné.
¿Por qué sabe lo que va a ordenar Fanny y no lo que ordenaré yo?
— Fanny desayuna lo mismo la mayoría de las veces.— Respondió Álvaro como si hubiera escuchado la pregunta que me hice en la mente.
Álvaro se retiró y Fanny aún permanecía en silencio.
— Estoy tan emocionada... — Expresó ella mientras me encandilaba el brillo de sus ojos.
— Tu mirada brilla más que los carnavales de brasil.— Dije, algo seria.
— ¿Estás bien Kate? ¿Por qué estás tan rara? ¿Sucedió algo con Steve?— Preguntó Fanny desconcertada.
— Conmigo no sucedió nada Fanny. — Se presentó Steve ante nosotros.— Si Kate está rara no es mi culpa.
— No amor... Es imposible que sea tu culpa. — Aclaré.
— ¿Entonces qué sucede?— Preguntó él.
— Sus órdenes.— Colocó Álvaro nuestros pedidos sobre la mesa.— Steve, ¿vas a ordenar algo?
— Un café normal por favor.— Respondió él serio, como de costumbre.
— ¿Sucede algo? Siento una tensión extraña aquí.— Se percató Álvaro.
— Es que Kate está un poco rara.— Respondió Fanny.
— ¿Rara? ¿Pasa algo Kate? ¿Necesitas ayuda? Yo...— Preguntó preocupado.
— Si necesita ayuda aquí estaré yo para ayudarla, que soy su prometido, y Fanny que es su mejor amiga. — Lo interrumpió Steve arrogantemente.
— Steve...— Intenté calmarlo.
— No Kate.— Me interrumpió Álvaro.— Steve tiene razón, los tienes a ellos, tu prometido y tu mejor amiga. No necesitas nada más.— Hizo una pausa para suspirar.— Enseguida traigo tu café Steve.
Álvaro se retiró con una expresión rara en el rostro, nunca imaginé que podría decir algo así, sobre todo porque sabía lo importante que él era para mí, y si lo había olvidado, ahí estaba yo para recordárselo.
— No debiste ser tan idiota, idiota.— Le insulta Fanny.
— Siempre está metido en cosas que no le incumben.— Respondió Steve.
— No debes ponerte celoso.— Aclaró ella. — Ellos son amigos, sabes que el interés amoroso de Álvaro soy yo, no Kate.
Inmediatamente una electricidad corrió por mi cuerpo y me levanté del asiento de golpe.
— ¿Kate?— Preguntó Fanny algo asustada tras ver mi repentina reacción.
— Voy al baño, enseguida regreso.— Me excusé.
Mientras me dirigía a la cocina sintiendo una gran impotencia, choqué con Álvaro en el pasillo que estaba a punto de llevarle el café a mi novio.
— ¿Vas al baño?— Preguntó él, continuaba con esa expresión en el rostro.
— ¿Podrías recuperar tu expresión facial?— Pregunté ignorando su pregunta.
— ¿Qué?— Confundió entreabrió los labios.
— No quiero volver a ver esa rara expresión en tu rostro, quiero ver tus hoyuelos... Quiero verlos siempre. Y vine a recordarte que si necesitara ayuda, tú fueras la primera persona a la cual acudiría, puede parecer una locura, pero es así. No quiero que desaparezcas porque sí y ya está. Te necesito en mi vida, Álvaro.
— Kate...
— No.— Lo interrumpí colocando mis dedos sobre sus labios.— No quiero escucharte si vas a contradecir lo que acabo de decirte. Y si no lo entendiste entonces lo repito. Necesito ver tu sonrisa, necesito que estés a mi lado. Tú cambiaste... Muchas cosas. Evitas que mi mundo se desmorone sin que te des cuenta. ¿Estás seguro que quieres quitarme eso?
Álvaro tenía clavadas sus pupilas ámbar en las mías mientras dibujaba en su tu rostro una sonrisa nuevamente, de esas que amaba, de esas con hoyuelos en las mejillas.
— Tu hermosa sonrisa... No me quites eso. — Susurré.
¡Te estás volviendo loca Kate Winner! ¡Tu prometido y tu mejor amiga están a unos metros de distancia!
Álvaro dejó la taza de café sobre un pequeño estante, y comenzó a acariciar mi rostro con sus manos, mientras no apartaba su mirada de la mía.
Y entonces pasó. Nuestros labios se unieron en un beso que no debía ser.
Dentro de mí sentí tantas emociones fuertes que no sabría explicar, pero en medio de ese torbellino de sentimientos la voz de la razón apareció, y reaccioné.
— Esto...— Lo aparté. — Disculpa...
— No... Discúlpame tú a mí, no se en qué estaba pensando...
— Yo... Tú solo... Debo irme.
Cómo de costumbre solo huí, me dirigí a la mesa donde se encontraban Steve y Fanny y dejé el pago a pesar de no haberme terminado nada de lo que pedí, excepto el café.
— ¿Por qué demoraste tanto? ¿Fuiste a hacer del dos?— Preguntó Fanny entre risas.
— Yo... Yo... Debo irme. Voy tarde.— Les dije nerviosa mientras el sudor corría por mi espalda.
— Kate...— Me llamó Steve mientras corría hacia la salida.
Ya fuera de la cafetería, en medio de la acera, las lágrimas comenzaron a aparecer en mis pómulos y mi maquillaje comenzó a correrse.
— ¿Qué rayos acabo de hacer?— Pregunté en voz alta sollozando, mientras todos en la calle me observaban.
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