೬𐇵☕Café #17: Irish☕ຼ້ೂ
Me encontraba sentada en una de las mesas que quedaban cerca de la entrada, estaba leyendo en Facebook los detalles sobre el concurso. Dentro de 19 días, descontando el día anterior ya que era un plazo de 20, saldría a la luz la lista con las 500 novelas seleccionadas entre las 1000 que fueron aceptadas. Álvaro estaba atendiendo a otros clientes porque uno de los meseros había sido despedido por mal manejo de la caja registradora, y se encontraban en una situación compleja sin uno de los empleados.
— ¡Buenos días amor! ¿Me extrañaste?— Interrumpió Steve mi tranquila espera.
— ¡Por supuesto que te eché de menos! ¿Quién soportaría estar tres días separado del amor de su vida?— Me levanté del asiento y lo abracé fuerte... Pero sin algún motivo, o por alguna razón desconocida, busqué el aroma a café de Álvaro, y por supuesto, no lo encontré en el cuerpo de mi novio.— ¿Qué es ese olor?— Pregunté apartándome de él.
— Es mi olor de siempre... ¿Hay un problema con tu olfato? Nunca te había resultado desagradable...— Explicó Steve.
Al percatarme de lo que había dicho, debía disimular el hecho de que había titubeado con algo así.
— Tienes razón, es tu olor de siempre... Olvídalo.— Respondí.
— Hola Steve... Buenos días Kate. ¿Qué van a ordenar?— Se presentó Álvaro ante nosotros salvándome de aquella situación.
Sin embargo, tristemente me delaté yo misma, al inspirar fuertemente cuando Álvaro se paró a mi lado, para embriagarme de su aroma a café...
— Hola... Álvaro.— Le saludó Steve serio al notar lo que había hecho. — ¿Por qué has inhalado así?— Me preguntó.
— Es que... Me gusta mucho el aroma del café, lo sabes... — Intenté explicar.
— Eso sucedió... Cuando me oliste esperabas inconscientemente que ese fuera mi aroma. ¿No?— Preguntó cruzándose de brazos y frunciendo el ceño.
— No... No es eso...
— ¿Te desagrada mi olor? ¿Ahora es este el que prefieres? ¿El aroma de él?— Preguntó cambiando el tono de su voz a uno más desagradable.
— Steve... Por favor, olvida eso, ordenemos.— Sugerí.
— Es que me causa demasiado esta situación... — Respondió.
Finalmente, tras pensar y pensar como resolver el problema en medio de la tensión, se me ocurrió una idea.
— Estoy reconociendo olores... No quería decírtelo y molestarte antes de... Asegurarme.— Insinué.
— ¿Estás insinuando qué...?— Steve no terminó la pregunta.
— ¿Estás embarazada?— Continuó Álvaro la interrogante, su rostro se tensó y su bolígrafo cayó al suelo.
— ¿Hablas enserio? ¿Cómo sucedió? — Preguntó Steve disgustado, sabía que él no deseaba tener niños... Pero decir algo así fue la única salida que encontré, aunque resulte inmaduro e infantil.
— Creo que olvidé tomar mis píldoras... No lo recuerdo.— Mentí.
Álvaro permanecía en silencio boquiabierto.
Steve se levantó de la mesa sin decir una palabra y abandonó el lugar.
— Debe estar muy enojado... Me contaste que odiaba a los niños.— Me recordó Álvaro.— ¿Enserio crees estar embarazada?
— No lo sé, debo asegurarme con una prueba.— Continué mi trabajada mentira.— Olvida eso, ya hablaré con Steve esta tarde, ¿podrías traerme un Irish?
Café Irish☕: Espresso, whiskey y espuma de leche, en ese orden de manera ascendente.
— ¿Un café Irish? ¿Y si estás embarazada? —Cuestionó.
— Un poco de alcohol no le hará daño a la criatura que no sabemos si existe o no... — Le recordé.
— Ve al baño ahora mismo.— Dijo Steve entregándome una prueba de embarazo.
— Creí que te habías marchado por el enojo... — Le dije.
— Enojado estoy... Pero no me fui, solo visité la farmacia de la esquina y compré esto.
— Traeré tu Irish... ¿Steve deseas algo?— Interrumpió Álvaro.
— Si, deseo que esa maldita prueba no resulte ser positiva.— Respondió furioso.
Álvaro se retiró sin decir una palabra más.
Steve se sentó de nuevo a la mesa y yo me dirigí al baño.
Al principio pensé en simplemente botarla a la basura, pero luego decidí probarla enserio por si en verdad había olvidado alguna píldora.
Por suerte la prueba era negativa, como esperaba.
¿Pero ahora como justifico lo de los aromas?
Salí del baño y corrí hasta la mesa, ya Álvaro había dejado mi café allí, pero estaba tomando los pedidos en otras mesas.
— ¿Y?— Preguntó Steve ansioso.
— ¡Negativo!— Exclamé mostrándosela.
— Qué alivio... Si estabas embarazada hubiéramos ido ahora mismo al hospital para liberarnos de... Eso.
Escuchar esas palabras de Steve me molestaba mucho, pero después de todo, era un chico bueno... ¿Qué mas podría pedirle?
Listo, ahora hará la pregunta que me matará al final.
— ¿Está bueno ese café?— Preguntó.
Supongo que olvidó el asunto de los aromas tras la alegría que le provocó saber que por suerte no será padre.
— Aunque no eres de beber café se que este te gustará... Se llama Irish, y contiene whiskey.— Respondí aprovechando que había olvidado el tema en cuestión.
Unos minutos después, Steve se marchó al trabajo, y yo a la editorial, sin poder despedirme de Álvaro, y también disculparme por el rato incómodo que le había hecho pasar... Ni siquiera había podido preguntarle cómo había ido todo en la cita que había tenido con Fanny la tarde anterior.
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