El color de tu piel durazno tenía un dulce olor a frutos rojos, siempre me pregunté que fragancia usabas para encantar mi olfato con tanto cariño.

Sin embargo, preferí jamás hacerlo, me animé a imaginar que así es como realmente podía llegar a oler el amor verdadero.

Hoy, la palidez de tu rostro me recuerda a los cientos de errores que cometí contigo, las veces que te lastimé, las veces que lloraste por mi culpa.

Todo contrasta con el color azul de tu hermoso cabello.

Recuerdo cuando te empujé hacia la orilla de una vía de tren en un ataque de irá, siendo sincero, ni siquiera recuerdo porqué estaba enojado.

De seguro fue una ridiculez.

Cómo siempre.

¿Cómo es que eso no fue suficiente para alejarte de mi?

Soy una mierda.

Y tú eres un Ángel.

Todo tenía una solución, todo estaría mejor si no hubiera sentido tremendo orgullo que ahora te está matando.

¿Por qué tenía que pasar esto para darme cuenta de que te quiero en mi vida?