Capítulo 9 - Amabilidad

Día 31 de marzo del 20XX, 10:26 pm

El chico sólo terminaba la tarea del día, cerrando aquel libro de historia y viendo por última vez en el día su celular.

Nada en particular, sólo los mensajes caóticos del grupo del salón, había una discusión entre Meg y Fox, nada nuevo en realidad. Esos dos siempre tenian roses y no sólo eso, todos tratan de evitar ese tema entre ellos dos, cómo una historia prohibida de contar, ni siquiera Bon se atreve a explicarle la historia detrás de esos dos, sólo se sabe una cosa en concreto, estuvieron juntos y algo salió muy mal, eso es todo.

-Esos dos denuevo, ya te decia yo que tu compañero se traía problemas desde el principio.

-A lo mejor ella fue quien le hizo algo primero, eso no lo sabes -le respondió Freddy mientras se disponía a apagar las luces-.

Él ya estaba vestido y aseado, sólo había sido un repaso matutino, realmente se esforzaba en estar al día en las clases, sabía perfectamente que no siempre recordaba todo lo de la clase y repasaba. Si, él era responsable pero no por ello se podría decir que tuviese las mejores calificaciones.

-No lo sé, tiene la fama de pelearse con la gente.

-Creí que ya habíamos hablado de esto.

-Oh, si que lo hicimos. En esos segundos antes de que te mandaran a la maldita terápia, que por cierto. ¡¿Por qué Martha nos llevó hoy?! Nos ha hecho perder el tiempo.

-¿Y de quién crees que es la culpa? -le contestó algo enojado-.

-Pues de ella. Creo que hasta Jull se dió cuenta de que quien necesita terápia es ella por que un buen de horas pasaron mientras esperabamos a que terminaran de hablar.

Freddy se quedó pensativo un momento frente a su cama.

-¿Crees que le haya dicho todo lo que le conté? -se preguntó entonces-.

-Todos los otros nos han hecho lo mismo. "Puedes confiar en mí, yo no le diré nada a nadie" -dijo aquello fingiendo una voz aguda- y luego ¡BAM! ¡Se lo cuentan todo a Martha y luego nos recetan pastillas, nos mandan a análisis y a un posible cuartito en blanco donde nos mirarán como unos dementes por horas! Y no olvidemos la vez que te quicieron abrir la cabeza, eso fue... muy extremo.

-¿No dije nada malo de ella, verdad?

-¿De Jull?

-De mamá... No eh dicho nada malo de ella ¿o si?

-¿Eso es lo que te preocupa? ¡¿En serio?!

Freddy se dispone a sentrase sobre su cama.

-Es que ella siempre me preguntaba por mamá y...

-No Freddy, nunca has dicho nada de Martha. Aunque deberías, creo que merece saber sus verdades. Al menos las que tu tienes en mente, claro.

-No, ella no se merece eso.

-Claro que sí.

-No.

-Oh, claro que sí.

-Ya tiene suficiente conmigo, ella no necesita lidiar con... lo que aveces pienso de...

-De que es muy protectora y se entromete mucho en tu vida al grado en que hubo un tiempo en el que literalmente te vigilaba.

-Lo hace para protegerme.

-No, claro que no. Es raro y... No, ella no... Mira, literalmente la vez pasada intentó leer tu diario ¿Por qué crees que hice lo que tuve que hacer?

-Por que te gusta hacerla sentirla mal todo el tiempo.

-... Claro... Si, bien. Pero ella se lo buscó, ella de verdad que-

-¿Freddy? -se olle como toca la puerta de la habitación-.

-Eh... si, adelante.

Era su mamá, quien abrió la puerta trayendole a Freddy algo de agua y unas pastillas.

-¿Tienes problemas para dormir?

-No, no. Estaba a punto de irme a dormir de hecho.

-Ya son más de las dies de la noche. ¿Seguro que no quiéres tomar una de estas para ir a dormir?

-Estoy seguro má, sólo estaba... -miro su cuaderno- repasando una clase pero, ya iba a irme a dormir, en serio.

-Bien, igual las dejaré aquí -dijo dejando el agua y las pastillas en la mesa de al lado-.

-La... psiquiatra dijo que... ¿debia seguir tomando esas pastillas?

-No, pero aún nos quedan algunas de las anteriores recetas, creo que no viene mal tomarlas de vez en cuando.

-Y... ¿No te hablo hoy de algo más?

-No... Sólo... Mira hijo, ya me contó un póco de su análisis y algunas cosas de tu situación, pero me pidió que no-

-¿Ya te lo contó todo? -preguntó Freddy, ahora preocupado-.

-¿Todo? Bueno me conto sólo un póco pero, es una conclusión muy distinta a las anteriores.

Ella habló, ya le habló, lo sabe todo.》

Fue lo que le dijo la voz en su cabeza.
Una voz que resonaba y golpeaba con fuerza su pensar.

Empezaba a doler.

-Te- ¿Te dijo lo que ya le eh contado entonces?

-¿De lo que tú has contado?

Era un dolor insoportable que trataba de ocultar.

-No, no de eso fue casi... nada, creo que es la primera vez que-

Él cerró sus ojos con fuerza y luego tomó aire para seguidamente interrumpirla con un comentario más.

-Sólo contestame directamente esta pregunta, ¿Te dijo Jull alguna sóla cosa de lo que le contamos?, ¿Si o no?

Ese cambio repentino en el tono de voz de Freddy era de notarse y Martha lo sabía. Ya lo tenía en frente, podría intentar cambiar las cosas, talvez tratar de conectarse, tratar de comunicarse, aunque una parte de ella aún se resistía, pero no por odio... nunca fue odio. Ella siempre le ha tenido miedo.

-No. -contestó- Es la primera vez que un psicólogo o psíquiatra me niega a brindarme esa información. Si eso es lo que querías saber... tú -entonando ese "tú" para darle a entender que ella sabía de su presencia-.

-¿Y qué te dijo? Pasaron muchas horas hablando.

-Es algo que no puedo decirte.

-Oh... ¿No? -levantó la mirada para verla fijamente- ¿Y por qué no?

-Sólo sé que me pidió que no lo comentara, mucho menos a tí. Me dijo que no estás listo para saberlo.

-¿Listo?, ¿Cómo estar... listo?

-Para oirlo, no estas listo como para saber-

-¿Qué?... ¿Acáso... ya tiene ella el resultado de su... experimento?

-¿Y eso te preocupa?

-No lo sé Martha, ¿Acáso ella te dijo algo que querías oir?

-No exactamente. Sólo me dijo que te llamara de otro modo y que no existe forma de desaparecerte. Pero eso ya lo sabías, ¿cierto?

-¿Tu quiéres desaparecerme?

-Yo sólo quiero lo mejor para mi hijo.

-¿Y eso significa?

-Que haré lo que sea con tal de que él este bien. Incluso si no me gusta la idea. Y esto es parte de... Yo... sé que no nos llevamos bien y desde que sé de tí, lo único que busqué fue... eliminarte. Y nos hemos peleado una infinidad de veces pero... eso no va a cambiar nada, ¿cierto? Yo no gano nada peleandome contigo y tú tampóco. Talvez... podríamos dejar de pelear y talvez podríamos llevarnos bien. ¿Qué dices?

-¿Eso fue lo que te pidió Jull? Ahora que sabes que no existe forma de deshacerte de mí piensas que así de fácil puedes... ¿cambiar? -rió sarcásticamente- Que bajo has caído.

-Gris.

-No me llames así.

-Jull me dijo que-

-¿Ella te habló de mí?

-Ella me dijo que tu nombre temporal era Gr-

-¡NO ME LLAMO ASÍ! -gritó para luego ponerse de pié, a la misma altura que Martha- Yo... no tengo... un nombre... Y no me importa... No lo necesito...

-¿Y cómo podría yo dirigirme a tí?

Eso lo dejó en silencio.

-Entiendo que... no te gusta el modo en que... te llamamos y-y lo entiendo a mí tampóco me gustaría y yo...

Hizo una pausa, realmente era una palabra que costaba decirle, mucho más a este ser a quien le costaba aceptar, pero lo estaba intentando, realmente lo hacia.

-Yo lo siento... Nunca debimos apodarte con todos esos nombre... Y dejarémos de hacerlo. Pero para no cometer denuevo ese error yo quiciera saber-

-Basta...

Él empezaba a tener problemas para respirar, no lo entendía.

¿Por qué?

¿Por qué derrepente ella, la persona a quien más odiaba, quería cambiar?

¿Era eso lo que él había estado esperando?

Realmente sus palabras lo estaban desubicando.

¿Es ella realmente la Martha que conoce?, ¿Por qué le dice todas esas cosas?

¿Por qué ese cambio tan repentino y a su vez tan comprensivo no le dejaban pensar con claridad?

Estaba molesto, quería gritarle, quería pelearse a gritos con ella y no podía. No podía por que ella empezaba a estar de su lado. ¿Qué sentido tendría gritarle si ella no le llamaría de las formas que él odiaba ser llamado? Si ya no le dirá aquellas palabras que lo hacian enojar entonces ¿Por qué iba a enojarse?

Si ella lo empieza a llamar por un nombre y lo trataze como a un chico normal, ¿qué sentido tendria?

¿Cómo se... sentiría?

¿Qué es sentirse como alguien ordinario?
¿Es él capáz de sentirse como un chico ordinario?

-No es... normal... Tu no... Tu me... -la miró fijamente- ¡MIENTES!

Ese grito repentino la sustó e hizo que se alejara un póco, algo que él notó.

-Es falso... Lo sabía...

-No, no, claro que no. Esto puede ser difrente, ¿lo ves? Puede ser diferente.

-Pero tú no quieres que sea diferente -dice esto último para luego cerrar sus ojos-.

-No, no. Espera -ella se acerca a él- No...

Pero era tarde, él le había sedido el contról a su dueño, el cual estaba ahora completamente inconciente. Sólo su madre pudo tomarlo en brazos antes de que este cayera desmayado al suelo y acostarlo en su cama.

-Ay, hijo mio... -le habló mientras este ahora dormia en su cama- Aún tengo mucho que aprender pero... seguiré intentandolo por tí.

Dicho eso, ella lo tapó y dió un beso en su frente, dejandolo dormir.

Día 31 de marzo del 20XX, 11:00 pm

* * *

Día 15 de Abril del 20XX, 10:20 am

Ese día él tenía sueño
Era uno de esos días comunes, nada inusual. Sin embargo, y por alguna razón, Freddy no había dormido bien. Estaba en medio de una clase de historia todo soñoliento, mientras el profesor no dejaba de hablar y escribir en la pizarra sin parar, sus cuerpo se tambaleaba a delante y hacia atrás, mientras que sus ojos luchaban por mantenerse abiertos y sin darse cuenta, ya no estaba escribiendo. A lo mejor Bon podría pasarle los apuntes luego, solo para girar y ver a Bon completamente cómodo y dormido en su mesa. Bueno, parece que el sueño no era solo no haber dormido bien. La clase entera se dormía, excepto por Meg, ella si qué estaba atenta a la clase. ¿Pero eso sí quiera importaba?

Ya se estaba dando por vencido en esa lucha y solo se dejó caer sobre sus brazos tendidos ya sobre la mesa, para luego volver a acomodarse y colocar las manos bajo su barbilla e intentar tener la cabeza en alto aunque sus ojos, sus ojos ya estaban sediendo.

Físicamente agotado y mentalmente era igual. Pero su otro yo, su otro yo no sentía sueño en lo absoluto.

Se levantó entonces su cuerpo y empezó a cambiar las páginas en las que escribía, solo para irse al final de las hojas y garabatear en ellas. Derrepente la clase dejó de ser una clase, derrepente todo al rededor ensordecia y oscurecía, como si se encerrara dentro de una caja negra aislado del mundo a su alrededor.

Un trazo y dos trazos. Aquel de los ojos curiosos no dejaba de crear lineas sin sentido sobre la hoja. Tres trazos y cuatro, las líneas formaban un lenguaje qué sólo él podría entender. Cinco y seis, ¿Por qué dibujaba aquellos trazos de manera tan violenta? Siente y ocho, eran personajes, ante sus ojos los trazos eran dos personas. Nueve y diez, ¿Por qué hacer esto le hacía sentir un vacío en su interior?

No había tomado el control desde la noche que discutió con Martha.

Incluso Jull preguntaba por él, el día anterior a ese en la cita.

¿Dónde está gris? Y ¿Por qué te hizo daño?

Se enfocó en su dibujo entonces, dos personas tomadas de las manos, o eso parecía a simple vista. Ambas personas con ojos y narices pero sin bocas. Sin palabras, pensó.

Arrancó la hoja y la arrugó, eso hizo ruido en el silencioso salón.

La caja oscura donde se encerró desapareció de golpe al oír a Bon hablar, ya que lo había despertado.

-¿Eh? -luego observó a la pizarra- Oye Freddy, ¿Eso lo has copiado?

Pero el chico no le respondió, él estaba ocupado arrugando un papel de una forma bruca y decidida. Bon, al ver que no le respondió, este solo saco su celular y tomó una foto. Ante esta acción, el celular sonó lo que provocó qué el profesor girará un momento.

-Y por ese celular, que acaba de sonar, es que voy a revisar los cuadernos con todo copiado o si no, no salen al receso.

El salón solo se quejó, algunos dormidos despertaron. Ya se oían murmullos en el salón.

Ahora había ruido, demasiado ruido. Eso solo molestó al chico. El profesor dejo la tiza y se fue a sentar a su lugar.

-Les doy 10 minutos para terminar de copiar.

La clase sólo se quejó, pero siguieron escribiendo.

Entonces el chico se puso de pie y fue a donde el profesor estaba sentado, solo para pedir el permiso de salir con la excusa de que iría al baño, lo cual no era cierto. Solo quería salir del aula.

Y ahí estaba él, paseando en los pasillos del colegio mientras todos los demás estaban dentro de las aulas.

Todos en un día ordinario, de una vida ordinaria, con sus estúpidas clases y conversaciones tan... Ordinarias.

¿Por qué tan solo pensar en ello le generaba molestia?

Ni él lo sabia, solo estaba irritado. Aun con aquella bola de papel arrugada en su mano, la cual tenía agarrada con fuerza, como si lo odiará, odiara ese dibujo y el pensamiento que paso por su cabeza por haber hecho ese dibujo. Solo no lo entendía, odiaba no entenderlo. ¿Acaso quería entenderlo?

Fue al baño, qué por suerte estaba vacío, se miro al espejo y se vio cansado.

¿Por que Freddy estaba tan cansado hoy? Pues el sabia la respuesta a ello. Él no durmió, llevaba ya un par de días donde Martha preguntaba por el, como si se oyera preocupada, como si realmente le importara.

Él nunca hacia esto pero decidió arreglar la hoja de papel arrugada qué traía en su mano. Solo para volver a ver el dibujo.

Dos personas tomadas de la mano.

Los garabatos, sus garabatos, eran meros pensamientos que rondaban en su cabeza y se plasmaban en el papel. Algo que muy en el fondo era un deseo inalcanzable.

Se apoyo sobre una pared a observar mejor el papel.

-Tu me odias. -susurró entonces-Tú... Me odias... Me odias, me odias, me...

Entonces rompió el papel en dos, de esta forma separando a estos dos personajes del dibujo. Tan inexpresivos y ahora separados.

Solo se detuvo a ver, mientras que su respiración se empezaba a acelerar. Derrepente sintió enojo y empezó a romper el papel denuevo, varias veces hasta hacerlo trozitos tan pequeños qué fueran imposibles de unirse denuevo. Terminando en tirar todos esos trozos al suelo y el sentado sobre este tratando de recordar como respirar, mientras sostenía con fuerza su cabeza tratando de salir de ahí, de ese extraño sentir que no podía entender.

Otra vez, algo que no podía entender.

Así es, no era la primera vez que experimentaba algo así. Simplemente cuando algo se sentía tan molesto hacia cosas sin razón, estas cosas siempre terminan lastimando a Freddy. Él lo sabe, lo sabe perfectamente, anoche casi vuelve a herirlo y ahora en el otro brazo, pero no lo hizo, pero tampoco pudo ir a dormir por pensarlo demasiado y hoy, hoy solo estaba intranquilo.

Salió del baño y busco otro lugar donde esconderse, sabía que estando ahí tarde o temprano alguien entraría y no quería que lo vieran, solo quería estar tranquilo.

Por mucho tiempo finalmente tenía el control del cuerpo y ni eso lo dejaba tranquilo. Entonces siguió caminando por un camino específico y ya conocido, terminando finalmente cerca del salón de música. Pero estaban en clase y fue ahí cuando se cuestionó. ¿Qué rayos hacia él ahí?

Derrepente el timbre del receso sonó y las personas empezaron a salir de sus aulas. Fue cuando vio que el salón quedo vacío que decidió entrar. Solo para quedarse ahí con los instrumentos pensando que tal vez la música lo podría calmar.

* * *

Solo habían pasado unos minutos en lo que se oyó como la puerta se abría derrepente.

-Uy, la profesora debió olvidar cerrar la puerta, dame un momento, no. Mejor ve adelantandote, ya te alcanzaré -dijo ella a alguien de fuera del salón- Voy a revisar que todo esté en orden, sólo ve. Bien. Ahora que-

Cuando ella giró solo vio a un chico que estaba en un esquina con uno de los tambores y una bagueta.

-¿Freddy? -le preguntó-.

Pero él estaba tan cansado como para contestarle, como no esta lo, si el cuerpo no había descansado en lo absoluto. Además, ella llamó a Freddy, no a él.

-¿Qué haces aquí? -insistió en preguntar mientras se acercaba a él-.

Él solo desvío la mirada, como si no quiciera verla a los ojos.

-Oye, es enserio, no puedes estar aquí. Además... No pensé que siquiera querrías volver a hablarme... Aún no entiendo muy bien porque me evitabas últimamente pero... Oye... ¿Estás bien?

Pero el chico solo seguía en silencio y mostrando desinterés.

-¿Qué haces a estas horas en el salón de música Freddy? Respondeme por favor.

Entonces finalmente él logro mirarla a los ojos. Un rostro de alguien que estaba preocupada y confundida.

-Realmente no tengo una respuesta para eso -fue lo que dijo-.

-Entonces... ¿Sólo te dio por venir acá en el descanzo? ¿Cómo es que entraste si quiera?

-La puerta estaba abierta.

-Cielos , la miss siempre se olvida de las llaves. Bueno pero eso no es excusa para colarse en el salón de música, ¿qué pensabas hacer acá?

-No lo sé.

-¿Cómo no lo vas a saber?, ¿Qué haces aquí?

-No lo sé...

-Hablo en serio, -dijo un poco más en calma- ¿Por qué estás aquí?  Y me refiero a, estar solo en un salón cerrado, en una esquina del suelo sentado, tocando un... Un tambor.  Algo pasa contigo, la última vez que hablamos no querías acercarte a mi y ahora...

-No es que no quiciera -contó-.

-¿Y por qué has estado evitandome entonces?

-Es complicado - respondió-.

-Bueno, tengo tiempo para escuchar y comprender.

Él la miró fijamente y lo pensó un rato, pero se retracto.

-Supongo que no... querría hacerte daño -dijo aquello pensando en lo que diría y pensaría Freddy-.

-¿Daño?

-Si, es que... Aparentemente no soy... alguien... Sólo... sé que aveces puedo ser cruel. Si, suelo lastimar a quienes están cerca de mí.

-Pero Freddy, eso no es cierto. De las veces que hemos interactuado me has parecido bastante divertido y muy amable, ¿por qué piensas eso?

-No lo sé, supongo que es porque me lo dicen muy seguido.

Ese pesar, ese sentimiento, volvía y era insoportable.

-¿Te lo decían en tu anterior escuela? -pregunto aquello mientras se arrodillaba frente a él-.

-No, eso me lo dijeron dos personas en especifico y nunca dejaban de repetirmelo.

-Oh, lo lamento, pero yo creo que esas dos personas se han de equivocar. Yo no pienso eso y creo que tu tampoco deberías pensar así de tu persona.

-Eso ya no importa.

-Claro que importa. No es bonito que personas anden diciendo cosas feas de ti.

-Esas personas... Ahora quieren ser amable conmigo, es como si... quicieran cambiar y...

-¿Y?

-Es molesto... Eso me... molesta. -confesó- Creo que mienten, su amabilidad es... es falsa, siento que es falsa. Toda mi vida me han tratado así y ahora... Ahora quieren ser buenos... Y eso es... Es muy confuso, no lo entiendo... Y odio eso, odio que sean amables, ¿qué es eso?

Tomo con fuerza la bagueta entre sus manos, las cuales ahora le temblaban, su respiración volvía a acelerarse pero de cierta forma le agradaba poder decir aquello a alguien, a alguien que no era freddy para ser exactos. Aunque de por si, tampoco era capás de decirle eso a Freddy. Solo se sentía tan extraño qué sentía que debía de escupir un par de palabras.

-Bueno, las personas cambian, a lo mejor se dieron cuenta de lo mal que te han tratado y verdaderamente quieren hacer las pases contigo y supongo que temes qué te vuelvan a hacer daño, ¿cierto? Por eso no confías y eso está bien. Creo que si realmente ellos lamentan haberte tratado así y de verdad buscan demostrártelo lo harán, puedes darles la oportunidad, solo si tu así lo deseas. Pero esta bien desconfiar también, aveces las personas mienten, pero yo no podría darte una respuesta concreta, pues no sé cómo son estas personas.

-Es tonto, un conflicto tan tonto.

-No es tonto, ¿OK? ¿Has hablado de esto con alguien a parte de mi?

-No.

-Tal vez deberías consultar con alguien que si conosca a estas personas, a lo mejor te puede dar una solución y aclare tu pensar.

-Tal vez...

-Hey, Aunque sé que no te estas sintiendo bien, no puedo permitirme qué te quedes aquí. Necesito que salgas de esta aula, no quieres que un profe te llame la atención.

Él dejo el tambor de lado y se puso de pie.

-Supongo que regresaré a clases.

-Aún te quedan unos cinco minutos, ve a comer algo, ¿si?

Él solo asintió y se dirigió a la puerta, mientras que ella fue a por algo en un casillero de ahí, pero él se detuvo ahí mismo solo para girar y verla.

-Oye Joy.

-Dime -hablo ella para luego tomar del agua qué traía en la botella qué sacó del casillero-.

-Gracias.

-No es nada Fred-Freddy.

Por un momento ella corto el nombre y lo repitió, simplemente porque trago agua. Pero fue ese momento en que cortó el nombre que al chico se le ocurrió algo, pero solo salió del salón para regresar al suyo y devolverle el control al dueño del cuerpo.

Día 15 de Abril del 20XX, 11:20 am

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