Capítulo 8 ~ Incurable
Terminada la sesión algo cambió dentro de la mente de Freddy, había una extraña calma cuando volvió a tener el contról.
La doctora Jull le dijo que todo estaba bien y que había terminado la sesión, pero aún así le dejó otra tarea.
-¿Por qué no hablas con Gris?, preguntale qué le pareció la historia que le conté hoy.
¿Gris?
Freddy no sabía si burlarse o tomarlo en serio.
Esperó a su mamá para que lo recogiera, una vez ella llegó se fueron juntos a casa. No hubo mucho de que hablar, ella tenía llamadas sobre su trabajo y llegando a casa ella fue a su oficina mientras que Freddy fue a su habitación.
-¿Gris?, ¿quiéres que te llame Gris? -le preguntó a quien habitaba en su mente-.
-No, -respondió él- ahora que lo pensé mejor, eso suena ridículo.
-¿Y por qué escogiste Gris como apodo? -le preguntó Freddy mientras se disponia a hecharse en su cama-.
-Miré mi mano, vi que mi piel era gris y le dije que me diga Gris.
-Mejor te llamo Cris.
-Agh, no. No me gusta.
-Pues como tú digas... Gris.
-No me llames así.
-Tú lo elegiste Gris.
-Vasta, -dijo algo enojado- suena raro.
-Esta bien. -se levantó y tomó su diario que dejaba en su mesa de noche- ¿Y... de qué hablaste con Jull?
-... Me contó una historia aburrida sobre que una vez se fue a un campamento.
-¿Y estaba interesante?
-No lo sé, apenas si oí su historia, estaba ocupado en otra cosa.
-¿Otra cosa?
-¡Ya! Vasta de preguntas, ¿Qué es esto, un interrogatorio?
-Sólo pensé que querrías contarlo.
-Sólo estabas cumpliendo con la estupida tareita que te dejó Jull.
-Bueno, ella dijo que a lo mejor te gustaría hablar.
-Sólo hablarás conmigo porque te dijeron que hablaras conmigo, cláramente no quieres hacerlo siempre me has mantenido en silencio, incluso tomando esas pastillas con tal de no oirme denuevo...
Freddy no dijo nada, talvez sentía ¿lástima?
¿Sintió lastima por el parásito?
-Lo siento, ¿si? -se disculpó entonces- Ya no volverá a pasar.
Pero la sombra no respondió y Freddy sólo se dispuso a escribir todo lo que había pasado ese mismo día.
* * *
Día 30 de marzo del 20XX, 08:45 am
Parecía un día tranquilo, el sol iluminaba aquella mañana y todo a su alrededor estaba en completo silencio.
Freddy empezó su rutina entonces, se levantó, fue a darse una ducha y al terminar fue a ponerse ropa para el día. Se colocó un polo de manga corta, sólo para volver a apresiar aquella cicatriz en su brazo.
Si que era una fea marca que se negaba a desaparecer.
-¿Freddy? -llamó su mamá entonces-.
Parecía acercarse a su habitación, en una rápida reacción, tomó su casaca, que ya hacia colgada en la silla de su escritorio, y se la colocó rápidamente.
Entonces su mamá tocó la puerta.
-Voy a pasar -habló entonces-.
-Si, claro -respondió Freddy-.
-Te traigo tu ropa limpia, la voy a dejar aquí -procedió a dejar una cesta sobre la cama- y tú la ordenas.
-Si mamá.
-Ahora baja a comer tu desayuno que ya van a ser las 10.
-Cierto, -se percató Freddy entonces- voy al comedor.
Entonces Freddy se retiró de su habitación dejando a Martha sola dejando toda la ropa limpia a la vista, sin embargo, cuando ella planeaba retirarse, se percató de algo.
El diario, estaba ahí, sobre la mesa de noche, sólo y sin ninguna guardia. A ella sólo le entraba curiosidad.
"¿Qué pensará de mí?"
"¿Debería averiguarlo?"
"Soy su madre, sólo quiero conocerlo mejor."
"Quiero ayudarlo, sólo... quiero saber si..."
La tentación, aquella que la orillaba a acercarse cada vez más a ese cuaderno, a simple vista y aún sin abrirlo, se le quedó observando, percatandose de que este cuaderno no se veía para nada nuevo. Había cinta en zonas que parecian haber sido cortadas o arrancadas, como si se hubieran peleado con el mismo cuaderno.
-Sé que me escondes algo hijo... -pensó en voz alta- Últimamente hablas menos y no te vez animado, pero no...
Sólo era acercar y alejar su mano de aquel cuaderno, tratando de convencerse a sí misma de que lo que planeaba hacer no era malo. Esto sin poder si quiera percatarse de que estaba siendo observada y que quien la observaba no iba a quedarse de brazos cruzados.
La sombra, podía si quería estar lejos de Freddy, pero no se iba. ¿Por qué te alejarías de la única persona que puede oirte? Bueno, él tampóco sabe porque no se ha ido.
Por alguna razón que desconocía, estaba completamente enojado por tan sólo ver lo que Martha pensaba hacer, así que, rápidamente fue a donde Freddy y sin si quiera darle alguna explicación, decidió por la fuerza tomar el contról.
-¡¿Qué te pasa?! -gritó Freddy- ¡DÉJAME!
Ese grito alertó a Martha y dejó lo que pensaba hacer por ir a donde Freddy, quien estaba ahora sobre el suelo tomandose de la cabeza.
-¡No!, -gritó ella aterrada- ¡Déjalo, déjalo porfavor!
Trataba de levantar a Freddy pero cuando lo tocó este reaccionó de manera brusca y la alejó.
-¡YO TE VÍ! -Le gritó entonces-.
Martha se asustó y se apartó al instante.
-Sé lo que pensabas hacer. -replicó- Y no te dejaré hacerlo.
-¿De... De qué estás hablando? -preguntó Martha-.
-Hablo de que intentaste leer su diario.
Ella no sabía que responder, pero tampóco iba a aceptarlo.
-¿Qué dices? No, no lo hice.
-Te vi tratando de abrirlo.
-Pero yo... ¿Y si lo hiciera?, ¿qué te importa? No iba a hacerlo pero... ¿Por qué te importa?
-Freddy escribe muchas cosas ahí, cosas que yo personalmente no estoy deacuerdo en que escriba. Cosas que nadie debería saber -la señala- Y menos tú, sobre todo tú.
-¿Por qué?, aunque no fuese a irrumpir en su privacidad, yo sé que él confiaría sus secretos a mí.
-Yo no confio en tí.
-Tú no eres Freddy. ¿O es que acáso tu has escrito cosas ahí?
-A diferencia tuya, yo ni siquiera eh intentado ver esa cosa, ni siquiera cuando Freddy escribe en la misma.
-¿Y cómo sabes tú que él escribe sobre tí?
-Es algo muy obvio, escribe todo lo que pasa en su día a día, además, de cierta forma e indirectamente puedo recibir algo de información sobre sus pensamientos... aveces.
-Eres conciente de que eres una molestia para él.
-¿Eres conciente de que a lo mejor eres una madre horrible Martha?
Eso hizo que ella se preocupara un póco.
-Él no piensa eso de mí.
-¿Qué, ahora resulta que sabes perfectamente lo que piensa Freddy, no es así?
-Conosco a mi hijo mejor que tú, sucio parásito que sólo busca arruinarle la vida.
-Ah, entonces no te importará saber que su vida es miserable por culpa tuya.
-¡Mientes!
-¡Claro que no! Lo has tratado como a un paciente sin remedio durante toda su vida, tanto así que no es capáz de confiar en si mismo.
-¡No es capáz de confiar en si mismo porque te tiene a tí!
-También te tiene a tí... Pero para tí... soy el único problema.
-Desde que llegaste lo sabes perfectamente.
-Yo siempre eh estado ahí, -mira a un cuadro de la pared- tengo recuerdos ¿sabes? Recuerdos de una vida donde formé parte de un simple pensamiento, uno tranquilo... -gira a verla denuevo- Luego sólo oigo gritos y llanto. -se aleja al comedor- Finalmente, sólo hay enojo. Conciencia y... odio, en medio de eso sólo te veo a tí. Sólo a tí.
-¿Eso que significa?
-No lo sé, pero ya me cansé de gritarte. Sólo no veas ese diario, es todo. De lo contrario, a la próxima vez -se quita la casáca que traia puesta, la tira al suelo y muestra su brazo izquierdo- a Freddy le podría ir peor.
Cierra los ojos y al abrirlos Freddy vuelve a tener el control. Apenas retoma la conciencia sólo ve a su pobre madre asustads, quien se acerca a él rápidamente y toma su brazo izquierdo.
-Máma...
-¿Cuándo te hizo esto? -preguntó una vez analizó la fea cicatríz del brazo-.
-Má yo...
-Ya lleva tiempo, ¿cuándo te hizo esto?
-Es... de hace... dos semanas...
-¿Y por qué no me lo dijiste?
-No quería preocuparte.
-Es una cicatriz grande. Pudo habérsete infectado, tambien se ve que fue grave. Por favor hijo, dime ¿qué tan grave fue?
-No fue nada.
-Freddy, por favor.
-Es que... Si él, se molestó y... no fue grave sólo-
-¿No repitió lo mismo de el año pasado o si?
-No... llegó a ese extremo.
-Freddy -se aleja aún más preocupada y se pone a pensar-.
-Pero no fue tan grave como el año pasado, lo juro no-
-Te pudo cortar una vena, tu pudo haber matado. -Ahora está al borde de las lágrimas- Tienes que decirme de estas cosas, te pudo haber pasado algo peor...
-No quería preocuparte.
-¡Mi preocupación no importa! Sólo quiero que estes a salvo, sólo...
De sus ojos ahora caen lágrimas, tal vez de angustia o tal vez de rábia. ¿Impotencia?
¿Cómo salvarlo?
¿Cómo puedes salvar al ser que criaste con todo tu amor de si mismo?
¿Qué más se puede hacer? Todos los expertos ya le han respondido lo mismo.
No es algo que se pueda sanar.
Freddy sólo se acerca a ella y la abraza.
-Lo siento -dice entonces Freddy-.
-No me vuelvas a ocultar cosas porfavor, quiero ayudarte.
-Lo sé.
-Te prometo que te salvaré, cueste lo que cueste.
* * *
Día 31 de marzo del 20XX, 09:12 am
Era una cita de emergencia, ella iba a dejar de postergarlo finalmente, quería respuestas y las quería de inmediato. Ya no más juegos o estupidos secretitos, iba a hacerla hablar ahora y no iba a aceptar un no como respuesta.
Estaba parada en frente de la oficina de la doctora Jull y detrás suyo tenía a su hijo con un feo dolor de cabeza. Ella no estaba enojada, era lo siguiente.
Finalmente la puerta de la oficina se abre para recibirlos.
-Señora Andrade, buenos días. Pasen por favor, ya los estaba esperando.
-Buen día -respondió Martha mientras ingresaba a la habitación, algo seria-.
-Bien, -habló Jull luego de que todos tomaran asiento- ¿A qué se debe que finalmente haya aceptado venir a la cita que lleva postergando semanas y por qué era de suma importancia que se diera esta cita hoy?
-Usted, -repondió de inmediato Martha, tomando el brazo izquierdo de Freddy y remangandole su manga del brazo izquierdo- ¿sabía algo de esto? -preguntó enojada.
Esto a Jull la tomó con algo de sorpresa.
-Señora, no tenía idea en lo absoluto.
-¿Qué?, ¿Acáso su trabajo no es ayudar a mi hijo a mejorar?, ¿Acáso le dijo que me escondiera cosas? Él nunca me había escondido algo así antes.
Jull miró a Freddy, lo vió muy apenado y luego miró a la madre aún sosteniendole el brazo como si fuera un niño pequeño.
-Señora, suelte el brazo de su hijo.
Ella lo suelta de inmediato.
-Freddy, ¿puedes esperar afuera hasta que vaya a llamarte? Quiero hablar a solas con tu mamá.
-Si, -respondió él poniendose rápidamente de pie y mirando a su madre esperando ver una mirada de aprovación por parte de su madre, la cual obtuvo- claro.
Freddy se retira de la habitación, dejando atrás un tenso silencio entre ambas mujeres que espaban a punto de tener una muy seria conversación.
-Señora Andrade, Freddy es un buen chico, de todo lo que me ha contado en estos días puedo concluir que es alguien bastante tranquilo y amable. Noté mucho que se preocupa por los demás y no quiere incomodar a nadie. Más también noté que es bastante nervioso en ciertos casos, no puede fijar la mirada en una conversación y tiene este miedo a cometer algo cuando socializa.
-Es claro que no puede comunicarse como otros chicos, ya lo sabe, tiene un parásito.
-Por favor, llamemosle "Gris"
-¿Y por qué habría de llamarlo así?
-Por que ese "parásito" al que usted se refiere no es un intruso en la mente de su hijo.
-Claro que lo es, desde que llegó sólo causó problemas a mi hijo.
-Y digame, -saca su libreta para apuntar- exáctamente cuando es que este "intruso llegó"
-Ya se lo había contado, más o menos por sus cinco años.
-¿Esa era la edad de Freddy cuando el señor Venegas falleció?
-Pues... mi esposo falleció cuando Freddy recién cumplió los cinco... Al principio Freddy dejó de hablar, como si se hubiera... apagado. Pero luego empezó a hablar con él y se le veía tan feliz a pesar de todo lo que había pasado pero... pensé que sólo era un amigo imaginario. Digo los niños tienen amigos imaginarios, es lo normal hasta cierto punto supongo.
-Si... No me contó con exactitud cuál fue la causa del fallecimiento de su esposo.
-Si se lo dije, lo asesinaron.
-¿Por qué?
-Pasabamos frente a un banco cuando decidieron asaltarlo... Nos tomaron de rehenes. Es una situación muy extraña ¿sabe? Nos utilizaron para amenazar a quienes estaban adentro del banco, nos hicieron entrar mientras apuntaban a mi esposo a la cabeza con un arma...
-¿Freddy estaba ahí, cuando su padre falleció?
-¿Freddy?... Lo tenía tomado de la mano y se soltó de mí. Él quería... salvar a su padre... No me dejaron tomarlo, no pude... detenerlo, -su voz empezaba a quebrarse- talvez si... lo hubiece tomado con más fuerza, talvez nadie se hubiera alterado y... y...
-Entonces si lo vió.
-Yo no pude... No pude taparle los ojos.
* * *
A lo mejor pasó una hora para terminar con los detalles y que Martha lograra calmarse finalmente.
-Lamento mucho, que haya tenido que vivir algo así -concluyó Jull-.
Martha sólo pasaba a secarse las lágrimas, ese recuerdo sólo la destrozaba cada que lo revivía.
-¿Entonces usted creé que... este... acontesimiento pudo hacerle algo a Freddy?
-Crearle un trauma a una corta edad, si.
-¿Y eso que tiene que ver con la sombra?
-Está en su cabeza, pero no es algo que él haya decidido imaginar de la noche para la mañana. Es más, no es algo imaginario, tampóco es que algo se le haya metido a la cabeza. Es como un... mecanismo de defensa.
-¿Defensa?
-Si, ante un acontesimiento tan fuerte en una edad vulnerable, la mente se vió grávemente afectada. Es un recuerdo que debe causarle un inmenso dolor, algo que al recordar podría terminar desatando un atáque epiléptico.
-Santo cielo...
-Para evitar sentir o recordar este suceso, su mente creo este mecanismo de defensa donde terminó disociandose.
-¿Diso... Qué?
-Hablo de que Freddy tiene un transtorno de identidad disociativo.
-¿Y eso qué significa?
-Que tanto Freddy como "Gris" siguen siendo la misma persona, es la misma mente, sólo que... Bueno, para que usted lo entienda, es como si -toma una hoja de papel- esta hoja fuera la mente de Freddy -la rasga por la mitad- y ahora está partida en dos pero sigue siendo la misma hoja. Por eso a lo mejor Freddy es bueno en ciertas cosas y en otras no, pero a lo mejor "Gris" puede hacer las cosa que Freddy no, aunque "Gris" probablemente no pueda hacer lo que Freddy si. Porque, son el mismo -junta las hojas- pero si no aprenden a comvivir, será dificil para ambos tener la información que el otro necesita.
-Pero... ¿Cómo... sanas eso?, ¿Cómo puedes unirlos denuevo?
-Lamento decirle que eso es imposible, yo sé que vino aquí buscando la mamera de "eliminar" a Gris pero, eso es imposible, -vuelve a mostrar la hoja- podrás pegar ambas partes pero -señala la parte rota- ya no es una sola pieza, son dos piezas juntas, que en armonia funcionan bien, -separa las hojas- separadas, puede causar un fuerte conflicto.
-¿Cómo qué?
-Olvidar cosas de sus vidas, peleas constantes, lesiones como las que mostró e incluso la poseción no deseada puede causar que un de las dos partes quede inconciente perdiendo así parte de la capacidad de una. Imagine que este pedazo -muestra un pedazo de la hoja- sabe leer -muetra el otro pedazo- y este no. O que un pedazo sabe cómo caminar y el otro no, y el que sabe caminar no tiene buena coordinación pero el otro pedazo si. Su vida sería mucho más sencilla si ambas partes logran llevarse bien. Si tratan a "Gris" como un ser que debe desaparecer sólo generará un conflicto interno en su hijo. Es como si le dijera que lo ama pero no completamente. Gris dice que no sabe sobre las emociones, pero la única vez que hablé con él pude notar, que sólo no ha tenido la oportunidad de experimentar las mejores emociones. Tiene que darle esa oportunidad y empezar a aceptar ambas partes. Sólo así puede ayudarme a que la terápia mejore. ¿Entiende lo que le digo? Sé que es mucho que procesar, pero por ahora sólo le puedo decir esto, puedo ayudarla a entender mejor la condición de su hijo, pero necesito que venga a unas cuantas citas más antes de poder conceder una cita para los dos a la vez.
-Yo... necesito un momento, estoy tratando de... entenderlo es que... Es la primera vez que me dicen esto.
-Entiendo, no se habla mucho sobre el TID en estos días, sigue siendo un caso que no muchos especialistas creen posible, pero es una realidad. La mente humana es tan compleja e increíble, puede hacer cosas inimaginables.
-Otros decian que era posible esquizofrenía pero los tratamientos no servían y el doctor William... él decia que había un modo de borrarlo... que era un parásito. Fue el único que me dió algo diferente... Pero a la vez, sabía que estaba equivocado... pero no quería aceptarlo...
-Entiendo, como madre haría lo que sea para ayudar a su hijo. Yo prometo que lo ayudaré pero necesito que me ayude usted también.
-Haré lo que sea, pero digame, si ambas partes se llevaran bien, entonces...
-Si ambas partes se llevan bien, serian capaces de coordinar, compartir información y aumentar su comunicación crearía menos conflicos internos, ayudaría a evitar futuras autolesiones e incluso evitar swiches violentos. También existen algunos medicamentos para distintas cosas pero prefiero estar segura de si los necesitará ahora o luego, quiero conocer mejor el caso, eso si. Todavía no le diga a su hijo que es lo que padece, decirselo directamente podría crear una reacción negativa en Gris.
-¿Por qué lo haría?
-Él piensa que es otra persona, un individuo a parte. Decirle directamente que es sólo una disociación lo confundirá y a lo mejor decida negarlo con fuerza. Él tiene que entender primero el por qué está aquí y cuál es su función antes de saber la verdad, sólo así le será más sencillo aceptarlo. Todo a su debido tiempo.
-Entonces, cuando salga de aquí, tomaré a mi hijo y... debo aprender a... aceptar a su otra mitad.
-Exactamente.
-Yo... haré mi mejor esfuerzo. De cierta manera eh... ¿le debo decir Gris?
-Por el momento, si.
-Bien, Gris. Va a costarme, realmente yo no le agrado... Conmigo él es como si fuera... un niño malcriado.
-Su comportamiento actual es resultado de su crianza, entiendo que será dificil pero, es tiempo de aprender, comprender y cambiar. Y yo sé que ustes podrá, ha hecho todo lo posible por ayudar a su hijo después de todo, ¿cierto?
-Si, yo... daré mi mayor esfuerzo. Así que... ¿cuándo será la siguiente consulta?
Día 31 de marzo del 20XX, 11:28 am
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