Capítulo 5 ~ La psquiatra

Día 09 de marzo del 20XX, 5:20pm

Apenas iban a salir del auto, pero él seguía insistiendo con fuerza y gritando e incluso, si podría, golpearía algo. No dejaba de repetir que él se había portado bien, que no tenían que hacerle esto.

Él no quería ir, actuó para que pensaran que sería bueno esta vez, si. Mintió, lo hizo a su comveniencia, aguantando la ira acumulada desde el desayuno y ahora representada en una terrible migraña que no parecía tener final.

-Me duele la cabeza -dijo entonces Freddy-.

-Ya casi llegamos tesoro, ya casi.

Él no quería conocerla y no querian que lo conociera, no iba a soportarlo, pero si era necesario saldría, gritaría y lo rompería todo. Le haría la vida imposible, no iba a revivir nada denuevo, no esta vez.

Llegaron al piso cuatro del hospital donde ya se les esperaba para su cita de las cinco y media. Sólo debian esperar unos minutos más en la sala de espera, sólo debía aguantar unos minutos más.

-Vámonos -seguía diciendo la voz en su cabeza-.

Se le oía muy enojado, pero parecía que ahora Freddy lo seguiría ignorando, él no iba ha ser escuchado, al menos no hasta ahora.

* * *

Silencio, era una habitación acogedora, donde sólo se oía la brisa del viento ingresando con suavidad por la ventana. Él se había sentado sobre un cómodo sofá, si. Definitivamente era una pequeña sala en una oficina médica, sin mucho alrededor más que un librero y el escritorio de la doctora Jull, quien ahora se encontraba fuera hablando con la madre de Freddy, pues ella no estaría presente en esta sesión.

Todo lo que ocurra dentro de estas cuatro paredes quedará sellado en la misma habitación, ni tus más cercanos sabrán nada de lo que pasó aquí y nadie va a juzgarte. Todo lo que se te pida lo dirás sólo si tú decides comentarlo, nadie te obligará a cambiar y ni te forzará a hacer algo que no desees. Este es un ambiente seguro y de confiamza donde se buscará darte la ayuda necesaria y de manera profesional, el tiempo que necesites te lo daremos al igual que una serie de ejercicios que te ayudarán a mejorar.

Buscamos tu bienestar y velamos por tu salud mental. Aquí te vamos a ayudar.

Si... ¿así será, cierto?

Sonó como un comercial totalmente descabellado pero familiar a su vez, o al menos fue así como escucho la sombra a la doctora hablar durante los primeros minutos.

Para él, el discurso de bienvenida de todos siempre era igual, una forma de venderte una falsa alianza. No se creía absolutamente nada, pero ya estaba atrapado en esa sala y se negaba rotundamente a coperar, trató de calmarse y a lo mejor así ya no levantaría más sospechas pero ya estaba empezando a aburrise y eso que recién había empezado la sesión.

-Bien Freddy, vámos a empezar con algo básico, te haré unas preguntas para conocernos mejor, ¿bien?

-Si claro -contestó-.

-Bien, la última vez que nos vimos estabas con tu mami, por lo que ella respondió casi todas las preguntas, ahora que tenemos más tiempo me gustaría que por fín pudieces contarme de tu própia experiencia que es lo que estás experimentando, ¿cómo esto te afecta en tu día a día?

-Pues...

Cállate

-Es extraño, -empezó a explicar Freddy- la mayoría de veces muy molesto, no puedo comportarme como desearia en situaciones cotidianas porque aveces está él... Y si no le gusta algo se... molesta. Ya vió como pasó la última vez, no deja de causarme dolor de cabeza. Es y ha sido así durante... los últimos años.

-¿Los últimos años?

-Si es que él antes...

Deja de hablar sobre mí, ¡BASTA!

-¿Él antes?

Pero Freddy no podía responder otra vez, no dejaba de dolerle la cabeza, el dolor le obligaba a derramar lágrimas.

-N-No puedo decirlo... No...

-Si no te sientes listo podemos cambiar la pregunta.

-Es que... no quiere que... hable de él.

-Ya veo... ¿Por qué no hablamos sólo de tí entonces? Dime Freddy, ¿puedes hablar de como es tu familia? O ¿hablame de tus amistades?

-Pues... -el dolor empieza a disminuir- sólo vivo con mi madre y aveces nos visita mi tía Elvira.

-¿Y tus abuelos, tienes abuelos?

-Sólo mi abuelo, pero vive con mi tía y su esposo. Y mi abuela falleció antes de que yo naciera así que no sé nada de ella.

-¿Y qué hay de tu padre?, ¿Tienes papá?

-... Yo... tenía... Él falleció cuando tenía cuatro, no recuerdo cómo y mamá casi no me comenta nada al respecto, dice que es para que no me sienta mal pero... no puedo sentirme mal si casi ni lo recuerdo.

-Entonces no sabes de qué falleció.

-No...

Una pequeña sensación a mentira quedó en su conciencia, sin saber un porque si muy en el fondo sentía que no recordaba nada al respecto.

-¿Tus abuelos por parte de tu padre?

-No eh visto nunca a su familia o... talvez si, pero creo que no aparecen desde que murió mi papá.

-Bien... -escribe en su libreta- ¿Y tienes amigos o mejores amigos?, ¿alguno sabe por lo que estas pasando?

-Yo tenía... creo. Es que... mamá siempre está viajando o cambiando de casa así que casi nunca estoy en la misma escuela, pero no me quejo, nunca logré tener amigos cercanos así que no soy capaz de extrañalos con fuerza. Tampóco es que extrañe mis antiguas escuelas, tampóco me sentía muy cómodo en ellas.

-¿Por qué no?, ¿por qué no podías sentirte cómodo en ellas?

-Pues... a la voz de mi cabeza no le gusta... No le -empieza a dolerle la cabeza- gusta que... se burlen...

-¿Te molestaban en la escuela?

-Se burlaban de mí por hablar... solo...

-¿Siempre ha sido por ese motivo?

-No... Sólo al principio pero... Hubieron quienes se hicieron amigos míos hasta que pensamos que sería bueno que lo conocieran a él y... nunca más se me acercaron y si lo hacian sólo se... burlaban de mí. Y luego nos ahorramos las presentaciones y sólo no hablamos del tema pero los demás me preguntaban que porque era tan callado y luego hablaban a mis espaldas, creo que perdí la capacidad de hablarle a los demás sin tener un peso de miedo dentro de mí. Una vez tuve un grupo pero... sólo me manipulaban a su comveniencia, me engañaban y se reian de mí y yo... no decía nada porque quería encajar y aún así... no me funcionó. Una vez tuve un buen amigo pero... mi voz interna le insultó y lo alejó de mí así que... Deje de intentar tener amigos desde... segundo de media más o menos.

Esos no eran tus amigos, sólo unos idiotas que pretendian serlo.

-Él no confía en nadie y tampóco quiere que yo... confie.

-¿Confía él en mi?

No.》

-No, él no confía y tampóco quiere estar aquí.

-Odia mucho estar en un hospital, ¿no es así?

-Si... Creo que por malas experiencias con otros doctores.

-Bien, no sé que es lo que hayan hecho los otros pero recuerda que no somos todos iguales. Yo no quiero hacerles daño, tu madre me contó que hubo uno al que visitaron con más frecuencia y los sometió a practicas dudosas para intentar "curar" tu problema. Pero yo pienso que lo que tú tienes no es algo que se pueda curar.

Eso lo desconcertó un póco pero al ser la primera visita a lo mejor el resultado podría cambiar.

-No te asustes, a lo que me refiero es que no es algo que se cure con medicamemtos y todo desaparesca como si de un simple resfriado se tratase pues no es algo físico es algo -señala con su lapicero su cabeza- mental. Algo psicológico que sólo puede tratarse a travez de terápias, necesito que empieces a conocer esa parte de tí que quieres rechazar. Esto ayudará a que puedas volver a tener una vida tranquila u ordinaria como los demás pero esta vez todos tus pensamientos estarán tranquilos. Lo primero que hay que hacer es entendernos y entender que es lo que desea esa tu voz interior. Así que tú no eres mi único paciente presente en esta sala, necesitaré hablar con ambos para ayudarles a que puedan cooperar y entenderse, deben encontrar un equilibrio para que finalmente puedan avanzar. Porque esto se trata de los dos, no de uno.

-Doctora pero... No sé si él quiera cooperar, es algo... agresivo.

-Bueno, tú me has dicho que él no se fía de la gente, es entendible que quiera ponerse a la defensiva conmigo pero sé que con el tiempo vamos a empezar a entendernos, tampóco pido que confien en mí ciegamente por ser el primer encuetro, póco a póco nos iremos conociendo mejor, ¿bien?

-Esta bien.

-También me gustaría hablar con tu voz interior algún día que por cierto, ¿Tiene un nombre?

-Pues.. no lo tiene. Siempre nos referimos a él como una sombra o un... parásito.

-Ya veo... ¿Y por qué es que lo nombran así?

-Pues...

Porque ambos son unos idiotas que sólo quieren que tenga un ridículo título que represente una amenaza.》

-Le solía decir a mi mamá, cuando pequeño, que veía a alguien que vestía de negro y estaba a mi lado todo el tiempo, como una sombra y lo de parásito fue porque... Así es como lo llamó uno de mis... psiquiatras.

Eso le disgustó a Jull, ¿cómo alguien podría llamarle así a un problema tan serio como este? Tenía sentido que la sombra le tuviera tanto odio a los doctores, a lo mejor era este mismo el psiquiatra que la madre de Freddy ya le había comentado, si. Hablamos del mismo Wiliam.

-Freddy, no vuelvan a llamarlo asi, ¿ok? Esa voz interna es parte de tí y llamarlo como lo has llamado es como decirle a tu cerebro que no sirve. Es como insultarle a tu própio sistema, y a nadie le gusta ser insultado de tal manera. ¿No es así?

Freddy sólo asintió con la cabeza, dandose cuenta de a que se refería la doctora.

-Voy a dejarte dos tareas, la primera es que comprarás un cuaderno, uno donde sólo tu puedas acceder, un diario es como lo llaman, en este vas a escribir tu día a día y no, no vas a mostrarmelo pero necesito que hagas esto ¿bien?

-Esta bien.

-La segunda tarea será hablar con tu voz interna y le vas a tener que llegar a un acuerdo con el mismo para darle un nombre.

-¿Un... nombre?

-No podemos seguir llamandolo como una sombra ¿verdad?

-¿Por qué no? A él no le importa.

-¿Estas seguro? Yo creo que merece tener un nombre, al menos así podré yo referirme a él de alguna forma. Tengo entendido que es un él por cómo te refieres al mismo.

-Si... y lo voy a... bueno -mira a la sombra- lo vamos a pensar.

-Bien, creo que con esto podemos concluir la sesión de hoy, de aquí nos veremos el viernes por la tarde, ¿bien?

-Esta bien.

-Y no olvides tu tarea, necesito que la haga.

* * *

-¿Qué le ha dicho mi hijo doctora?

Luego de un rato de haber hablado con Freddy, este se quedó fuera esperando ya que su madre deseaba hablar con Jull en privado.

-No puedo proporcionarle esa información señora, todo lo que hable con mis pacientes queda en privado.

-Bueno, ¿podría hacer una ecepción? Es mi hijo y los otros psicólogos que eh visto si me contaban lo que ocurría en la sesiones. Digame, ¿dijo algo malo?

-Señora Martha, -habló la psiquiatra algo molesta- no sé con que especialistas habrá usted lidiado pero me temo que son estos mismos parte del problema actual que una supuesta solución para su hijo, yo prometo lo ayudaré a que pueda vivir en su condición y juré guardar todo lo que este me diga en la sesiones. No puedo brindarle esa información pero si me gustaria hablar con usted también.

-Si claro.

-Sería una cita para el jueves, vamos a hablar un póco sobre usted y como es su vida con su hijo. Esto lo hago con el fin de ayudar no sólo a su hijo, sino para también ayudarla para que esté capacitada en poder ayudarle. Así podré entender mejor que es lo que está pasando.

-Eh... esta bien... Pero doctora, ¿usted sabe que tiene mi hijo?

-Eso se lo comentaré en su respectiva sesión, ¿bien? A Freddy le dejé unas tareas, por cierto. Necesito que las haga.

-Si, ¿cuáles serian?

-Comprele un diario para que pueda escribir en este y porfavor, prometame que usted no leerá nada de lo que su hijo escriba ahí.

-Si, si lo prometo.

-Lo segundo, es que debemos empezar a entender a esta voz interna y para ello vamos a empezar a llamarlo por un nombre ¿bien?

-"Esa voz" es un parásito. ¿Por qué habría de ponerle un nombre?

-Señora, esa voz no es un parásito, o un demonio o una posesión, ni nada de esas cosas ¿bien? Esa voz es parte de su hijo y el hecho de insultarla es como insultar en parte a su mismo hijo.

-Esa voz no es mi hijo.

-Sé que es complicado de entender, por ello es que también quiero una sesión para hablar con usted. Por esta semana no lo llame parásito, ¿bien? Eso es todo lo que le pido y porfavor respete la privacidad de su hijo. Buenas tardes.

Día 09 de marzo del 20XX, 7:00pm

* * *

Día 09 de marzo del 20XX, 11:00pm

Ya estaba en casa y traía consigo un cuaderno que venía dentro de una caja con un lazo, un lapicero negro que usaría para escribir en el mismo y ahora lo tomaba en manos sin saber que hacer a continuación.

-¿Escribirás tus tonterías del día a día en esa cosa? -le preguntó la sombra-.

-Así parece.

-Ella dijo que no lo leería así que no entiendo por qué debes hacerlo.

-Supongo que es algún ejercicio -dijo mientras sacaba el cuaderno de su caja y lo miraba detenidamente-.

-¿Pondrás en él tus ideas para mi nuevo nombre? Recuerda que esa es tu otra tarea -dijo en un tono molesto-.

-¿Tú quiéres un nombre?

-Me da exactamente igual, de hecho.

-Yo te ví algo entusiasmado por ello.

-No sé que es entusiasmo, ni siquiera puedo sentirlo así que no sé a que te refieres.

-Y... ¿te molesta que te llamemos parásito?

La sombra sólo se quedó en silencio. Entonces Freddy abrió su nuevo diario en la primera hoja en blanco.

-Lo tomaré como un sí -para luego empezara a escribir algo-.

La sombra le daba la espalda y sin responder aún.

"Día 09 de marzo, se supone que debo escribir un diario de todo lo que pasa en mi día a día, así que seré breve. Mi nombre es Freddy Alfonzo Venegas Andrade, tengo 16 años y mi cumpleaños es el 11 de junio... Si debo empezar con mi día primero explicaré cual és mi mayor problema, uno que no puedo contar con libertad a nadie y que ahora puede quedar grabado en estas páginas. Empezando con... "

-Un nombre... podría ser... ¿Sombra?

-Ridículo, además no me gusta.

-Sebastián.

-Muy largo.

-¿Rodrigo?

-Igual de largo.

-Hmmm... ¿Pablo?

-Que asco, ¡No!

-¿Y si te pongo igual que mi segundo nombre?

-¿Tu padre no se llamaba Alfonzo?

-... Si. Es cierto... pues... ¿Alguna sugerencia?

-La tarea era tuya.

-La tarea es de los dos.

-Bien, si quieres una sugerencia, ¿por qué no me prestas el cuerpo y te lo escribo en tu estupido diario?

-Mientras no lo arruines.

-¿Y bien?

-Que sea rápido.

Entonces la sombra giró y se apróximo a Freddy y en un instante ya tenía el contról del cuerpo.

-Veamos... ¿qué has escrito? -habló en voz alta- Ah, ya sé.

Entonces él empezó a escribir, con una letra difícil de entender pues, él no sabía escribir, o al menos nunca practicó para ello. Sabía la forma de las letras pero no a la perfección así que ocupó dos lineas para escribir una "e".

Cuando Freddy recuperó el cuerpo y observó su cuaderno sólo se llevó una broma de mal gusto. Pues lo que estaba escrito decía.

"Empezando con que soy un estupido :D"

No sabía si estar enojado, pero si que estaba decepcionado, tachó lo que la sombra acababa de escribir y dejó su intento de comprenderle a un lado sólo para enfocarse en lo suyo.

"Empezando con ...... que tengo una extraña y molesta voz en mi cabeza a la cual llamaré Parásito."

La sombra no volvió a presentarse esa noche.

* * *

Día 11 de marzo del 20XX, 06:00am

Lunes, en una mañana común, donde el sol iluminaba un nuevo amanecer en donde un jóvem apresurado tomaba su desayuno a toda prisa y salia de casa corriendo.

-¡¿Cómo pude quedarme dormido?! -pensó en voz alta mientras cerraba la puerta de casa de un golpe y emprendía un rumbo apresurado a la parada del autobus-.

El autobus ya estaba por partir, de no ser porque Freddy gritó que lo esperaran y subió rápido al mismo.

Estaba algo despeinado y con la corbata mal puesta y ni siquiera estaba seguro de si había traído los apuntes correctos para las clases del día pero no pensaba llegar tarde, no siendo esta su segunda semana.

Tomó asiento e intentó calmarse tras tal agitada carrera contra el reloj, se ordenó el cabello y acomodó su corbata, sintió algo de vergüenza al repetirse la idea de lo mal que se había visto al subir al autobus, todo desarreglado y despeinado.

-Pero si dormí a las nueve como siempre, -pensó- ¿Por qué me siento tan casado...?

Sentía que luego de tanto correr, una fuerte sensación de cansancio y sueño lo empezaron a invadir, sólo miraba la ventana mientras oía música cuando sus parpados se empezaron a sentir pesados y la cabeza empezaba a caerse a pesar de apoyarla con su mano. Por un momento se perdía entre la realidad y el mundo del sueño hasta que una mano tocó su hombro y al tal tacto finalmente él reaccionó.

-Parece que alguien se quedó despierto hasta muy tarde -comentó finalmente aquella persona que lo había tocado-.

Él giró algo desorientado por el sueño y finalmente encontrandose con la mirada de Joy, quien se había sentado a su lado.

-No, yo sólo... yo sólo no dormí bien pero... Eh, ¿qué tal Joy? -preguntó aquello último para cambiar de tema-.

-Pues bien, si. Todo bien, ayer me quedé hasta tarde haciendo algunas tareas, ser parte del comité realmemte pone mucha responsabilidad sobre tus hombros, ¿sabes?

-Ya veo, ¿Qué has hecho para el comité?

-Pues, dejame recordar...

Pasó un rato más para que finalmente llegaran a la escuela. Por el momento todo parecía tranquilo.

Freddy y Joy se separaron en el camino y cada quien fue a su respectiva clase, las primeras horas transcurrieron con normalidad hasta que llegó el primer descanzo.

El sol había salido finalmente por lo que el ambiente era agradable, antes de salir Freddy decidió quitarse la casaca negra que llevaba encima desde la mañana. Había salido tan rápido de casa que en vez de ponerse el sueter del uniforme sólo llego a alcanzar esa casáca, por suerte nadie le había dicho nada al respecto.

-¿Nos acompañas al salón de computo?, -preguntó Bon- Fox debe entregar su tarea de la vez pasada.

-Si, claro -respondió Freddy mientras se quitaba la casáca y la dejaba sobre la silla-.

Fox se acerca entonces a donde ellos dos pero él nota algo distinto en Freddy algo de lo que el chico no parecia preocupado en lo absoluto.

-Oye Freddy -comentó Fox entonces-.

-¿Qué sucede Fox?

-¿Qué te pasó en el brazo?

-¿El brazo? -se preguntó Freddy entonces, para luego fijarse en ambos brazos-.

La ira.

La ira de la sombra se manifiesta de distintas formas, aveces son gritos, aveces rompe cosas y otras veces... hace daño.


Freddy se asustó derrepente y ocultó su brazo izquierdo, colocandolo sobre su pecho de tal manera que no se viera la fea marca de intenso color rojo que se hacía de notar por su gran tamaño en el antebrazo.

Disimular, no podía reaccionar así, no frente a ellos, tenía que disimular.

Mentir, ni siquiera sabes por qué está ahi pero tienes que mentir.

-No sé en qué momento pasó, wow -dijo mirando aquella marca de nuevo- Recien me eh fijado... debió...

Y con fuerza trataba de evitar temblar, trataba de evitar esa fea sensación de una extraña combinación entre el miedo y la vergüenza. Vergüenza de que ellos piensen que hay algo malo en él y miedo porque la sombra lo había atacado nuevamente y a sus espaldas.

-Debió ser cuando ayudé a mi mamá a limpiar el garage, debí... de seguro... Seguro que algo debió ocasionarme esto y no... No lo había notado -respondió finalmente-.

-Que raro, parece que debió ser algún fierro porque esa cicatríz es grande -comentó Bon-.

-Si, seguro fue algún fierro -dijo Freddy-.

-Bueno, ¿y no te duele?

-Creo que lleva un tiempo ahí así que no siento nada de hecho.

-Oh, en ese caso. -Habló Bon- ¿Nos vámos ya a la sala de computo?

-Si, porfavor. -pidió Fox- Antes que el profe decida ponerme cero.

-Si, vámonos ya.

Freddy sólo asintió con la cabeza y cuando ellos dieron media vuelta a la salida, Freddy tomó su casáca y volvió a colocarsela.

-Ahora, ¿por qué lo hiciste? -se preguntó en su cabeza- ¿Fue por lo del sabádo? No has hablado desde esa noche. ¿Qué quiéres ahora?

Día 11 de marzo del 20XX, 11:16am

* * *

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