Capítulo 3 ~ Un viernes
Día 08 de marzo del 20XX, 2:30pm
-Agh, que póco tiempo, esto es terrible.
-Aún no entiendo como es que terminamos haciendo grupo los seis.
-Deja de quejarte y escribe más rápido ¡¿quiéres?!
-Ves, es por esa actitud que nunca podemos llevarnos bien.
-¡Ya cállate Fox!
-Ustedes dos dejen ya de gritarse.
-Pues yo creo que se merece esos gritos Bon, digo. Oh sea, que asco de letra tienes. Y tú ¿puedes dibujar mejor? Ay, oh sea, nos quedan como unos 15 minutos y este... ¿cómo se le llama?
-Es una infografía Toddy y tu tampóco estas haciendo nada.
-¿Disculpa?, yo escribí la información de aquí.
-Podemos sólo...
-¡TÓMAS MI ESPÁCIO, HASTE A UN LADO!
-¡Tu hazte a un lado, Fox!
Era viernes
una tarde de trabajo en clase de historia.
Todos los alumnos del aula B habian formado sus grupos para hacer unas infografías, al ser grupos de seis, Freddy y sus nuevos amigos Fox y Bon necesitaban unirse a tres personas más. De muy mala suerte para ellos, no les quedó de otra que trabajar con Meg y Toddy. El sexto compañero sólo trabaja en silencio mientras los demás se quejaban por todo.
Digamos que la química entre Meg y Fox da como resultado una gran explosión.
A Freddy las paleas le hacian sentir ansioso y no le gustaba para nada oir a las personas gritandose entre sí, pero sólo se quedó callado mientras trataba de dibujar una imagen del libro en la cartulina. Pero dibujar no era su fuerte, así que hizo lo que pudo. Mientras todos gritaban a su alrededor, en su cabeza también se estaba peleando con alguien más.
《Vaya fracaso de arte, está horrible. Si te soy sincero, si el trabajo sale aprobatorio no será por ese dibujo.》
-Es lo de menos -murmuró Freddy, tan bajo que su comentario se perdió entre los gritos de Meg y Fox-.
-No te angusties, me voy topando con ellos en el mismo salón cada año, te acostumbras a verlos gritar -comentó el otro compañero que estaba escribiendo parte de la información en la cartulina-.
Un chico bajito pelimorado que llevaba puestas unas grandes gafas algo rotas.
-Son muy gritones -le comentó Freddy-.
-Si, supongo que fue por eso que su relación no duró tanto.
-¿Qué dices?
-¡IDIOTA YA LA CAGASTE CON TU HORRIBLE LETRA!
-Carajo, esta letra sería perfecta si dejáras de ser tan pesada.
-Ah, ¿ahora es culpa mia? Jodete Fox.
-Suelta ese plumón ahora. -le ordenó Toddy- Parece que tendré que arreglar tu desastre en cinco minutos.
Fox de mala gana le entrega el plumón a Toddy, quien empieza a remarcar sobre lo que ya estaba escrito.
-Está quedando bastante bien ese dibujo Freddy -le comentó Bon-.
-No es la gran cosa, sólo copié lo del libro.
《¿Bien?, yo diría bastante espantoso. Me sorprende que nadie te lo diga.》
-Bueno, al menos copias mejor que yo.
《Ni se parecen》
-Ok ok, faltan los nombres. Así que apurate en pintar eso y ya para entregarlo. El grupo de Abby ya nos ganó. Agh, esa pesada.
-Le gusta restregarnos todo en la cara, que odiosa. Bueno, ¿ya terminaron ahí?
-Esta hecho -dijo el chico pelimorado-.
-¿Freddy?
-Ya casi... -dijo terminando de pintar los detalles lo más rápido posible- listo.
Toddy apartó todos los colores y marcadores de la cartulina y la tomó.
-¡Hey, no tires las cosas! -le gritó Meg-.
Toddy sólo ignoró el comentario y se llevó la cartulina.
-Bueno, esperemos obtener un ocho -comentó Bon-.
Entonces sonó la campana del descanzo.
-Bueno, hasta nunca -se apartó Fox del sitio-.
-Lo dices molesto como si la discución hubiece empezado conmigo -le recordó Meg-.
-Lo hizo -le respondió Fox y se marchó a su lugar para tomar algo de su mochila-.
Eso último lo dijo con un tono algo triste, o eso fue lo que notó Freddy.
Ya era la hora de salida, así que Freddy se puso de pie y fue a por sus cosas para salir de una vez.
《Es mi turno》
Es ocho de marzo y...
es un viernes por la tarde.
Freddy dejó de guardar sus cuadernos en la mochila a penas oyó esa voz en su cabeza. No podía estar pasando, lo había olvidado.
《Un día por un día, ese era el trato》
Le recordó esa voz en su cabeza.
-Espera un rato -le susurró-.
-Oye Freddy -le llamó y se acercó Bon-.
Freddy reaccionó y rápidamente guardó los cuadernos que tenia en manos en su mochila.
-¿Qué sucede Bon? -le preguntó-.
-Nada, que ya es salida. ¿Nos vámos?
-Oh, cierto. -se levanta de su lugar- Sólo estaba guardando mis cosas. Bueno, ya hay que irnos.
-¡FOX! -llamó Bon al otro chico-.
-Ya te oí, ya te oí, -respondió este mientras ponía su mochila sobre la espalda- vámonos.
Una vez que todos estuvieron listos, fueron a la salida de la escuela.
-Iremos a por unas pizzas, ¿te apuntas? -le preguntó Bon-.
El simple hecho de oir que irian a por pizzas hizo que Freddy casi se olvidara de su trato. Pero al oir a su parasito internos respirar de una forma algo molesta, no tuvo más opción que mentir.
-Me encantaría pero... ahora no puedo, le prometí a mi mamá que llegaría temprano hoy así que...
-Oh, esta bien. -le respondió Bon- Entonces nos vemos el lunes.
-Si, claro.
-En fin, parece que aquí nos despedimos -acotó Fox-.
Fox y Bon fueron por su camino y Freddy caminó unos cuantos pasos en otra dirección sólo para perderlos de vista.
-Dime que al menos piensas caminar a casa -susurró él con algo de miedo-.
-¿Casa? -le preguntó la voz en su cabeza-.
Su voz se oia tan clara que incluso parecía que realmente estuviece parado en frente suyo y en un simple parpadeo incluso era capáz de verlo parado en frente de él. Con ese cabello de un tono oscuro y esa piel tan pálida que parecia del mismísimo muerto, tan visible antes sus ojos pero a la vez no. Se podría decir que "el parásito" era un tanto... transparente, como si vieces a un fantasma de película.
-Me parece que hoy no llegarás a casa temprano.
-Sólo... -observó a su alrededor para asegurarse de que nadie lo oyece- no hagas algo estupido.
-Hmmm... Él único que hace de estupido aquí eres tú, ahora dejame controlar el cuerpo, un trato es un trato. Si lo rompes sabes bien que vas a lamentarlo.
Eso último lo dijo en un tono amenzante, mirando fíjamente a Freddy con esos ojos espeluznantes suyos.
-Recuerda que no puedes pasear por ahí hasta muy tarde y-
Pero ya estaba hecho, el parásito o, también llamado por Freddy, la sombra estaba tomando el contról, Freddy quizo negarse al principio pero finalmente sólo lo dejó.
Las personas cruzaban de lejos sin percatarse de aquel chico parado en una esquina quieto y sin generar ni un sólo movimiento, con los ojos cerrados por un buen rato. Finalmente los abrió y aquellos espelusnantes ojos oscuros brillaron tras presenciar la luz de el sol en el atardecer.
-¡JA!, ya empezabas a aburrirme con tus advertencias absurdas. Estará todo bien Freddy, relajate, ¿cuándo hemos salido lastimados en alguna de mis salidas, eh? Sólo quiero divertirme un póco, eso no hace daño a nadie... a menos claro, se lo meresca.
Miró a su alrededor en busca de un nuevo rumbo a tomar, la única vista por el momento era la de cruzar la auto pista hacia la calle para tomar el autobus.
-Creo que tomar el contról sin tu concentimiento hizo que te quedarás dormido denuevo, será bueno no oirte por un rato, ya empezaba a estrezarme, en serio. Y ahora... ¿a dónde iré primero?
El chico ahora no tenía un plan fijo en la cabeza, parece que su prioridad ante todo fue conseguir el contról del cuerpo.
-Ya sé que hacer.
Dió media vuelta y regresó a la escuela, aún habian estudiantes caminando por los corredores y algunos comprando comida en la cafetería. Siguió caminando buscando un salón en específico, buscaba y buscaba observando los números de salón con los que se cruzaba, pero aún así parecía estar perdido y así fue hasta que...
-Con el cantar de un ruiseñor~
《Esa voz...》
Pensó.
Era música, de fondo de oía la melodía de un teclado y lo que para él sonaba como una voz tan tranquila y melodiosa.
-Parece que el salón que buscaba no estaba tan lejos después de todo -pensó en voz alta-.
Ya por estos lares no habian tantos estudiantes, pues por estos salones raras veces hay personas sobre todo si no hay ensáyos ni eventos de por medio.
Exactamente, la sombra no buscaba cualquier salón, él estaba buscando
-El salón de música -dijo cuando finalmente lo hayó-.
¿Y cuál era el gran plan?
Bien, así como habían cosas que odiaba también habian otras que él disfrutaba. Una de esas cosas era la música, realmente ni Freddy sabe muy bien porque ese gusto por parte de su parasito, sólo tenía entendido que la música tambien ayudaba a mantenerlo tranquilo, fue en parte por eso que Freddy le tomó gusto a la música en sí, le ayudaba a calmarlo. Pero había algo peculiar en el parasito, que cuando Freddy tocaba alguna melodía este aveces tarareaba la canción.
La melodía que salia de aquel salón de musica continuaba, el chico realmente no esperaba que alguien estuviece ahí, así que trató de asomarse por la puerta, pues esta estaba medio abierta, pero mientras oia la empujó accidentalmente permitiendo que esta se abriera.
Entonces quien cantaba dejó de hacerlo.
-Eh... ¿Hola?, ¿hay alguien ahí? -preguntó la cantante-.
Ahora tenía dos opciones, la primera era probar si el salón de al lado estaba abierto para ocultarse y la segunda opción era presentarse y decir que se había confundido de aula lo cual no tendría mucho sentido porque... es la salida.
Entonces el chico tomó la opción uno y para su mala suerte el salón de al lado estaba cerrado.
En un intento de irse, escuchó los pasos muy cerca de la puerta del aula ahora abierta, muy tarde para si quiera intentar correr y pretender que no fue él, es decir, no había nadie más que él ahií en ese momento.
En fin, ¿qué tan malo podría ser?
Entonces la persona se asomó para ver quien estaba afuera y el chico se giró sólo para decir su escusa y fue en ese momento donde cruzaron miradas, la conocía, nunca le ha hablado pero la conocía, ella no pero... a Freddy si.
-¿Freddy?, -preguntó sorprendida pero luego le sonrrió- ¿qué haces aquí?
-Eh, bueno pues... -trataba de buscar una respuesta el chico y a su vez desviaba la mirada- digamos que...
-¿Te perdiste?
-Algo así, digo... Si. Quiero decir, estaba buscando a alguien y... creo que tomé el camino equivocado porque -mira a su alrededor- aquí no hay nadie o eso pensé hasta que... oí tu voz.
-Oh, vaya. -se rie nerviosamente- Bueno, ya sabes que yo pues, veo lo del club de música y... estaba afinando la guitarra y bueno la quice probar y supongo que me perdí en la melodía,vaya que vergüenza.
-Cantas muy bien -le dijo el chico-.
-No,... bueno si pero. No es que quiera decir que canto super bien pero me gusta cantar... y se supone que no hay nadie a esta horas y... La cosa es que estaba ordenando el salón.
-Y debe ser por eso que no fuiste ayer al autobus en la salida.
-Si, verás Freddy, el primer evento que se aproxima es el de la semana de los juegos florales, habrá poesía y actuación y también canto. Y me gusta planear todo antes de tiempo así que ayer y hoy eh estado con un grupo y la maestra de musica para planificar las cosas y bueno me ofrecí a limpiar el aula ya que a mí me pueden venir a buscar, no tengo problema con ello.
-Y... ¿necesitas ayuda para ordenar?
-¿No llegarás tarde al autobus?
-Puedo ir a casa por mi cuenta.
-Bueno, en ese caso,...me podrías ayudar a empujar un piano, es que lo movieron en la práctica, puedo empujarlo yo pero supongo que sería más fácil con ayuda... Bien, puedes ayudarme.
Y uno se diría, el parasito es amable?, incluso si Freddy estuviera conciente diría que eso no se lo esperaría de él. Pero bien se sabe que el plan inicial era ingresar al salón de música.
Una vez dentró, el chico quedó maravillado con todos los instrumento, la última vez que vió tantos fue cuando le compraron una guitarra a Freddy. La diferencia entre esa tienda de música y el salón es que ahora podía tocar los instrumento.
-Vaya, este salón parece preparado para hacer una gran orquesta.
-¿Tu crees?
-Son muchos instrumentos. -dijo observando a su alrededor- Y tienen una batería -dijo dirigiendose a esta y sentandose para tocarla con las manos, pues no encontró las barillas-.
Eso le causó algo de grácia a Joy.
-¿Nunca había tocado una?
-No, sólo la había visto -le respondió-.
-Bueno, parece que es tu día de suerte.
-Si, ¿verdad? Se podría decir que hoy si que es mi día. Por cierto, -dijo para luego girar y observar detenidamente al piano- ¿realmente pensabas mover eso sola?
-Pues... -gira a ver el piano- Lo iba a intentar. Pero no creas que soy débil. Te sorprendería saber que llevé clases de karate, soy mucho más fuerte de lo que crees.
-Con que karate.
Fred no tenía ni idea de que se trataba el karate o si quiera lo que esa palabra significaba. Pero debía aparentar que ya lo sabía todo, tampóco pensaba quedar como un completo ignorante frente a esa chica cuyo nombre aún no recordaba.
-Así es, pero bien. Vámos a mover ese piano.
-Bien, -estira un póco los brazos- hagamos esto.
Ambos se acercan al piano e intentarán levantarlo.
-¿Listo?
-A tu señal.
-Ahora.
El piano era pesado, muy pesado, casi no lograron levantarlo mucho. Freddy, según el parásito, era un debilucho, pero ¿por qué no iba a hacerlo? El chico ni se ejercitaba, no tenía una dieta buena y mucho menos una mínima pisca de fuerza de por medio. Es de aquellos que nunca logran abrir una misera lata de pepinillos si quiera. Aún así y con mucho esfuerzo y cuidado, lograron mover el piano a su lugar.
-¿Los pianos no suelen tener ruedas o algo así para transportarlos? -preguntó entonces el chico algo cansado y sentandose en el suelo, pegandose a la pared debajo del pizarrón del aula-.
-En algún tiempo las tuvo pero hubieron quienes no supieron cuidarlo bien y se le rompieron, no se las volvieron a colocar. Ojalá algún día lo hagan porque en verdad es algo agotador. -Toma asiento al lado del chico- Sobre todo si haces el trabajo sola.
-Entonces no es la primera vez que haces esto.
-Nop, ya te lo dije, soy fuerte. -dijo eso último embozando una sonrrisa- Bien, ese era mi último encargo, podemos irnos ya.
-¿Irnos? -se levanta- Espera, tienes todos los instrumentos del mundo a tu disposición y sólo deseas dejar este sitio?
-Pues si, ¿por qué? ¿Tienes algo en mente?
-Pues... -se acerca a una trompeta que ya hacia ahí sobre una mesa- Podemos pasar el rato e improvisar.
-Eso estaría entretenido Freddy pero... Es algo tarde y debo cerrar el salón.
-Vamos, sólo será un rato. -empieza a tocar la trompeta sólo por jugar, pues no sabía como tocar alguna melodía con la misma en realidad-.
-¿En qué piensas?, ¿harás el tonto y ya?
-El tonto o más bien, -deja la trompeta y toma un tambor pequeño- una improvisación.
Era extraño pero a Joy se le hacia muy curioso.
¿Realmente este era el chico con quien empezó a hablar en el autobus por las mañanas? Derrepente le entró un aire de seguridad y atrevimiento, talvez despertó su lado gracioso o algo molesto, pero de una forma buena. Pero fue ahí donde notó una cosa muy interesante en Freddy, parecía un niño pequeño jugando con un montón de instrumentos al azar, como descubriendo un nuevo mundo.
Ella no pudo abstenerse por mucho tiempo, el chico no dejaba de insistirle que se uniera a su tonto juego. Al final decidió tocar alguna melodía en el piano, lo que hizo que el escandalo de andar tocando instrumentos al azar sesara.
Se podría decir que... "al parásito" le gustaba mucho la música, tenía una gran curiosidad por los instrumentos pero nunca aprendió a tocar ninguno, no se lo permitieron o más bien, nunca se le permitió si quiera tocar o acercarse a ninguno, el único instrumento que había logrado tocar había sido la guitarra de Freddy y no, nunca logró aprender alguna melodía, nunca lograba concentrarse o tener las manos en las posiciones correctas de las cuerdas. Simplemente empezó a odiar el simple hecho de intentar aprender a tocar guitarra, ese fue el único instrumento, a parte del teclado, que ni siquiera tuvo una mínima intención en intenar tocarlo, es más, ni lo miró.
Y Joy sabía que Freddy sabía tocar guitarra, pues ya se lo había contado, por lo que tambien el hecho de que ni siquiera intentara ahora improvisar con la misma fue algo extraño.
La melodía de una canción empezó a sonar al compás del golpeteo de las teclas del piano. Era Joy quien empezaría a tomar un póco más enserio la "improvisación". Como el escandalo ya habia sido cayado, sólo se podía oir esa melodía, lo que no se esperaba el chico era que la misma Joy empezace a cantar.
-Con el cantar de un ruiseñor...
Pero luego sólo tarareaba.
-¡Hey!, -la interrumpió- si empiezas a cantar entonces no deberías de interrumpirte sola.
Ella deja de tocar el piano, se quedó en silencio al notar que se había dejado llevar por el momento.
-Sólo improvisaba, además no me sé la canción completa, -dijo ella avergonzada- aún debo practicarla.
-Oh, bueno eso lo explica.
Ella mira la hora en su celular.
-¡Cielos, es tarde!, debo cerrar ya.
-Pero-
-No, Freddy. Fue divertido pero ya debemos salir de aquí.
-Esta bien... -contestó desanimado-.
Ambos se dispusieron a abandonar el salón de música y luego Joy lo cerró con llave.
-Bueno Freddy, si quieres volver a jugar con los instrumentos vente el lunes a ayudarme a la salida y si vienes más temprano esta vez, a lo mejor y si nos dá más tiempo.
-¿El lunes?
-Eso dije, bueno. ¿Vámos para la salida?
-Si, no es como que me quede otra opción.
-Ays, ya no andes desanimado, tienes todo el año para venir a practicar música cuando gustes, andando.
Él lo sabía, necesitaba que Joy se quedace con él ya que era quien poseía las llaves de ese salón, de otro modo no hubiera podido tener dicha experiencia. Tenía curiosidad por lo que le habían prohibido, desafortunadamente para el lunes, del que Joy había mencionado, él no tendría la oportunidad de llegar.
De camino a la salida sólo se le ocurrió una cosa, así que cuando los caminos de ambos estaban a punto de separarse y daba inicio a la despedida, él habló.
-Iré por ese camino.
-Oh, bien. Supongo que aquí nos despedimos.
-Si... Por cierto, soy algo olvidadizo así que no estaría de más si me recuerdas lo del lunes.
-¿Te hago recordar el lunes temprano para ir al salón de música el mismo día a la salida?
-Si, de verdad. Creeme cuando te digo que soy muy olvidadizo, que no te sorprenda si olvido algo de hoy.
-Eh... muy bien. Entonces nos vemos el lunes.
-Si, hasta el lunes.
Y luego se despedirse, Joy sólo caminó hacia donde la esperaba un auto negro y se subió para luego simplemente desaparecer a la lejanía.
-Demonios. -se dijo a sí mismo- Y ahí se fue mi chance de quedarme en el salón de música. Bueno, supongo que buscaré con que más entretenerme.
La calle era silenciosa y el colegio ya estaba vacio, el atardecer era lo único que podía contemplar en ese momento de tanto silencio y de tanta... soledad.
-Demasiado silencio, a lo mejor recorrer un rato la ciudad nueva no vendría mal, ojalá y de suerte me cruzo un acarde o un lugar de comida rápida. Veamos Freddy, -revisa su mochila en busca de dinero- a póco no le vendría mal a tu estupido cuerpo comer algo distinto a lo que prepara mamá todos los días. Hoy daremos un paseo y no compraré tu mierda de pizza, estoy cansado de eso.
Y asi empezó a caminar sin un rumbo aparente y hablando en voz alta.
Aunque Freddy no podía escucharlo, pues estaba inconciente y lo estaría por un buen rato pero si algo había que saber de "el parásito", es que odiaba el silencio.
Día 08 de marzo del 20XX, 4:50pm
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