Capítulo 2 ~ Una opinión distinta

Día 04 de marzo del 20XX, 02:10 pm

La hora del almuerzo, la hora favorita de todos, presentando el descanzo más largo de todos los descanzos.

Freddy se levantó de su asiento a penas sonó la campana. Sabía que debía llevar su dinero para el almuerzo, no sólo eso, había prometido verse con el grupo de Towntrap esa misma hora.

-¡Oye Freddy! -le gritó Bon- ¿Vienes a comer con nosotros?

Aunque a Freddy le gustaba la idea, no pensaba dejar al otro grupo de lado.

-Me temo que en esta ocación no podré acompañarlos.

-¿Por qué? -preguntó bon-.

-De seguro lo aburriste, eso pasó -comentó Fox, mientras se acercaba a Freddy y Bon, con un tono sarcástico y burlón-.

-En realidad ya había quedado para verme con alguien -respondió Freddy a la pregunta de Bon-.

-¿Con quién, se puede saber?

-Towntrap.

-¿Towntrap? -preguntó Fox- ¿En serio? Y ¿qué quiére?

-Ah, no es nada, es solo que me presentó a sus amigos en lo que ibamos por el recorrido de la mañana y... bueno...

-Entonces ya conoces al comité estudiantil -comentó Bon-.

-¿No era consejo estudiantil? -preguntó Fox-.

-Da igual como se diga Fox, so-sólo los chicos encargados de los clubes.

-Y bueno me dijeron algo de un evento y otras cosas -contó un póco, Freddy-.

-¿La semana artistica?, ¿el baile de primavera?, ¿las olimpiadas?, ¿la semana de los juegos florales? O ¿el día de la comida? -preguntó este imaginandose el festival de la escuela que se daba en el "día de la comida", donde por su mente sólo pasaban imágenes de los mejores platillos q podría probar ese día-.

Fue entonces cuando Bon se perdió en sus pensamientos


-... ¿Bon? -preguntó Fox al ver que este no respondía- ¡Bon!

-¿Q-Qué qué, qué pasó? -reacionó ante el grito-.

-Te perdiste pensando en comida,... otra vez.

-Ah... jajaja, si... Aveces me pasa.

Algo que le causó gracia Freddy pero se aguantó la risa.

-¿Y sabes cómo llegar al comedor Freddy? -preguntó Fox cambiando de tema-.

-Yo,... bueno...

Freddy trataba de recordar el recorrido que le dió Towntrap pero seguía perdido, confundiendo los recorridos mostrados en su cabeza.

Te volviste a confundir con las direcciones, ¿no es así?

Comentó aquella voz en su cabeza

Eso lo sacó de sus pensamientos

-... Creo que no -repondió Freddy finalmente-.

-Bueno te acompañamos -dijo Fox-.

-Si, así no te perderas con nuestra guia -dijo Bon-.

-Pero si tu siempre te pierdes idiota -comentó Fox sobre Bon-.

Pues resulta que Bon tiene la mala suerte de perderse a cada momento, a pesar de estar vários años en esa escuela, nunca se ha logrado memorizar bien los recorridos, al grado de que cuando se dirige a algún lugar termina confundiendo el ir a la derecha por la izquierda y así. Suerte que en la escuela hay muchos carteles con direcciones y por ello siempre logra recuperar su camino. Algo que Fox se dió cuenta de su compañero en póco tiempo.

-Sólo vamos al comedor -dijo Bon sin nada que decir en su defensa-.

Sin duda alguna a Freddy le estaba agradando la compañia de estos dos chicos.

Sentía que había tenido suerte esta vez

No como en las otras escuelas.

Ya habian llegado al comedor, los tres chicos formaron en la fila para comprar su almuerzo, fue cuando una chica de cabello rubio y teñido de rosa en las puntas se acercó a el grupo, especificamente a Fox para ser exactos.

-¡Fox! -le gritó mientras se acercaba-.

-¡Ann!, perdón por no ir a buscarte a tu salón en el anterior descanzo -le habló Fox a penas esta chica llegó a su lado-.

-No te preocupes. -dijo esta mientras se acercaba a él y lo abrazaba- Fox, me contaron que te metiste en una pelea.

-No fue una pelea, sólo estabamos jugando -contestó mientras acariciaba el cabello de la rubia-.

Pues la chica era bajita y él era muy alto.

-Si, si "jugando" -comentó Bon sarcásticamente-.

-Hola Bon, -le saludó ella- Espera, ¿ustedes dos se pelearon?

-No fue la gran cosa -dijo Bon-.

-Y... -pero en eso se fijó en Freddy- ¿quién es? -lo señaló-.

-Ah, -Bon mira a Freddy- él es Freddy, es nuevo. Freddy ella es Ann, la enamorada de Fox desde... ¿el año pasado?

-Son 4 meses y 20 días -repondió Ann mientras dejaba de abrazar a Fox y ambos se tomaban de la mano-.

-Vaya, un gusto conocerte Ann -le saludó Freddy amablemente-.

-El gusto es mio. -le sonrrió Ann- Y dime Freddy ¿cómo así los conociste a estos locos?

-Cursamos en el mismo salón -respondió el castaño- aunque la primera impresión no fue... ¿la mejor?

-Nos vió "peleando" -contó Bon-.

-Este par de idiotas siempre peleando. -comentó Ann- En serio chicos, deben ya dejar de estar haciendose daño entre ustedes dos, son amigos.

-Así jugamos -le contestó Fox-.

-No sean violentos. Y el regaño va también para tí Bon.

-Yo sólo me defendía -dijo poniendo una cara de inocencia-.

-Par de locos. Bueno, pero ¿ya se disculparon?

-Ya me compró unas papas -le respondió Bon-.

-... ¿Me compras un chocolate? -preguntó a Fox haciendole ojitos para comvencerle-.

-Ustedes dos me van a dejar pobre, en serio -comentó Fox-.

La fila avanzó y todos finalmente obtuvieron su almuerzo.

-Oye Freddy, usualmente Towntrap y sus amigos se sientan en una de esas mesas. Buscales por ahí y los encontrarás y si no, nosotros estaremos por allá -le indicó Bon-.

-Esta bien, muchas gracias -le respondió Freddy con una sonrrisa-.

* * *

No había pasado mucho, Freddy finalmente logró visualizar a Towntrap y todo su grupo. Él se acercó tímidamente a donde este se encontraba, parecian reirse de algo y sólo hablaban entre ellos.

Todo normal, nada que temer.

Ya a unos pasos de la mesa, él empezó a dudar y esa voz en su cabeza...

¿Recuerdas cuarto grado, cuándo ese tal Ennard te invitó a su mesa sólo para burlarse de tí?

Freddy maldijo muy en el fondo, hoy las pastillas sólo surgieron efecto por muy póco tiempo.

Da la vuelta, no vayas. Pues va a volver a pasarte

"El parásito", como Freddy le llamaba. Él no tenía un nombre y no habría caso si quiera darle uno.

Era como una sombra que iba siempre detrás suyo y siempre interfería en sus pensamientos. Este era su peor pesadilla, siempre a su lado y siempre atento.

Al principio era "alguien" neutral, no hacía comentarios y no actuaba para nada.

Por años, sólo pensó que talvez era un amigo imaginario pero eso no podía ser cierto por mucho tiempo.

¿verdad?


"Los amigos imaginarios nunca tratarían de hacerte daño"

-Cállate... -susurró Freddy, con la voz tan baja que nadie más que él mismo pudo oirle-.

Entonces el "parásito" no comentó nada más.

Pero Freddy sabía que este se estaba molestando.

-¡Hey, Freddy!, -fue aquella voz que le quitó aquel miedo en ese segundo, trayendole devuelta a la realidad- ¡aquí estamos compañero!

Fue Towntrap quien le llamaba desde donde estaba sentado. Freddy alzó la mirada y sonrrió algo aliviado y a la vez nervioso.

¿Parásito?, ¿qué parásito?
quitar ese pensamiento de su cabeza era mejor que nada.

Freddy se acercó a Towntrap, quien le había dejado un lugar libre al lado suyo en esa mesa. Aún así, para Freddy era algo incómodo.

Sentarse en una mesa con muchas personas que no conoces, pero que entre ellos si se conocen... Eso es estar fuera de lugar ¿correcto?

Y aunque Freddy se sentía una molestia y que su presencia incomodaba al resto, los demás no lo pensaban así.

-¿Y a parte de la música, sabes bailar, dibujar o algo así por el estilo? -preguntó Usagi, quien estaba muy intrigada por conocer al nuevo compañero-.

-¿O practicas algún deporte? -le preguntó Puppet-.

La comversación tranquila pasó a ser como un interrogatorio para Freddy, siempre es algo molesto e incómodo pero esta no era la primera vez que se encontraba en una situación así. No es como si en las otras escuelas sus compañeros no hubiecen hecho lo mismo.

Pero después de tanto pasar por lo mismo, algo en él era muy claro.

"La primera impresión es muy importante"

Trató de calmar los nervios y responder con naturalidad a las preguntas que le empezaban a hacer. Y derrepente la conversación empezaba a fluir con tranquilidad nuevamente.

Todo seguía siendo bastante bueno en ese primer día.

Demasiado bueno para ese primer día.

. . .

-A todo esto, ¿puedo preguntarte por tus bandas favoritas?

Luego de hablar un rato con vários en la mesa, terminó perdido con una sola persona.

El almuezo había acabado y todos iban de regreso a sus aulas.

-Me encanta esa banda, en especial la voz de el cantante. Se oye tal cual cuando canta en vivo.

-Eso es verdad.

Los temas musicales eran lo suyo. Amaba la música sin duda, pero era un gusto que reprimía, nunca encontraba a nadie con quien hablar de eso.

Pero esa chica parecía estar deacuerdo en todo lo que él le contaba.

Hablando de más, realmente no has aprendido nada

Ya le había ignorado los comentarios unas cinco veces.

-Me toca cursar en esta aula.

-Vaya, está al lado de la mia -se sorprendió Freddy-.

-Pues claro, somos del mismo nivel. Tu salón es el C, ¿correcto?

-Si, así es.

-Pues este es el D. Y ahí a la derecha están el A y el B. ¿Towntrap no te explicó lo de los salones?

-No recuerdo que lo haya mensionado.

-De seguro sólo se le olvidó. Bueno, supongo que te veré en el autobus de regreso.

-Oh, es cierto. -recordó Freddy- Tomamos el mismo bus.

-Eso es genial, al menos ya tengo con quien hablar de buena música de camino a casa.

-Si, igualmente... ¿Joy,... cierto?

-Sip. -le respondió ella con mucha alegría al saber que no habian olvidado su nombre- Nos vemos a la salida Freddy.

* * *


Podría ser una nueva amistad, aunque tener los mismos gustos músicales sería sólo el comienzo.

Las clases continuaron con normalidad en los primeros minutos. Pero esa voz dentro de su cabeza...

No le dejaba concentrarse. Él solo cerró sus ojos con fuerza, sólo un momento mientras el profesor sólo escribía en el pizzarón.

El dolor era insoportable, ahora se sentía como si estuviera enfermo.

Pero no era la primera vez con ese mismo sentimiento.

Cuando él se aburría, su cuerpo se sentía asi de mal, sentía un frio recorrer por su espalda que le hacía temblar, su cabeza dolía como si tuviece una fuerte migraña.

Se sentía débil por algunos instantes y muy cansado.

-Estoy aburrido.

Demonios, ya le estaba hablando con aquella voz otra vez.

Ahí en su mente, se creaba un vacio donde era capaz de ver al dueño de aquella estrezante voz en su cabeza.

Vestía una sudadera y jeans negros, un par de zapatillas de color rojo. Su piel era tan gris cual muerto, su cabello era mucho más oscuro que toda la ropa que llevaba puesta.

Pero siempre hubo algo a lo que Freddy más temía de este "parásito" dentro de sí.

Sus ojos

tan únicos, verlos fijamente sólo daban temor y escalosfrios.

Las retinas tan oscuras que parecian un eterno vacio y las pupilas tan blancas que hasta brillaban en plena oscuridad. Y esa sonrrisa, tan siniestra y segura.

Toda una pesadilla que no tenía un final.

-Ahora no -fue lo que le respondió Freddy-.

Aúnque en el fondo de sí estaba temblando de miedo, trataban de que la voz con la cual le hablaba en sus pensamientos sonara tan segura.

Pero "el parásito" sabía y sentía el miedo que provocaba.

-Has estado ignorandome todo el día, aceptalo. Y por cierto, tus ridículas pastillas no sirven para nada.

-¿Qué es lo que quiéres ahora?, estoy a mitad de clase, no debería si quiera prestarte atención a tí.

-Pero decidiste hacerlo finalmente, ahora mismo. Oh Freddy, necesito que me des el contról un momento.

-Que no se te ocurra.

-Vámos, es como todos los años. Siempre habrá tiempo para mí en un primer día de escuela.

-Yo nunca te dejo salir en el primer día. No es que yo planee que todo me salga mal cada año. -le contestó Freddy algo molesto- Pero esta vez es diferente, nada malo ha pasado, parece que son buenas personas.

-El sujeto de rojo no me comvence.

-Por favor, ya sólo quedan dos horas más, sólo guardatelo ¿si?

-Pides demasiado.

-Si no arruinas este día... talvez... Talvez pueda ofrecerte algo a cambio.

-¿Algo a cambio?, -preguntó algo sorprendido y molesto a la vez- ¿Y se puede saber por qué derrepente tratas de llevar las cosas de forma pacifista conmigo?

-Mira, este día a sido perfecto y no quiero que se arruine ¿bien? Puede que haya conseguido amigos en el primer día y compañeros que son conocidos e importantes. Miralo de esta forma, temes que Fox sea malo conmigo, pero si crees que él es el problemático de la escuela, ¿ser amigo suyo no nos mantendría a salvo de otros que tengan malas intenciones?

-¿Eso planeas?, ¿hacerte amigo de los brabucones? Oh, ya veo. No no, no me comvence del todo. Aunque... -se lo piensa un momento- creo que si me ofreces algo puedo dejar pasar esto.

-Si, claro.

-¿Y qué sería eso?

-Eh...

Muy en el fondo temía aquella respuesta que podría recibir y realmente no quería ofrecerle algo que al "parásito" no le gustaría.

-Tú... -empezó algo inseguro- ¿qué es lo que deseas?

Eso lo sorprendió

-Freddy Venegas diciendome qué es lo que deseo. Vaya, pero vaya sorpresa.

Ahora este tenía una sonrrisa pintada en el rostro, algo que atemorizó a Freddy. "El parásito" era libre de flotar por aquel vacío en la mente de Freddy. Se acercaba y alejaba amenazantemente mientras flotaba dando vueltas a su alrededor.

-Bueno, -prosiguió a decir- ya que tú lo que quieres es un día sin mí en ella. Seamos justos, un día por un día.

-¿Disculpa?

Freddy no le entendía.

-Que tú tienes este día y mañana me dejarás tener el cuerpo.

Si, exactamente esa era la respuesta que temía escuchar Freddy.

-Pero será un día de escuela -replicó-...

-Exacto, ¿no será divertido?

-No, no... -suspiró- Puedo darte un día.

El parásito volvió a sonrreirle y le prestó atención.

-Pero.

Eso hizo que su sonrrisa se fuera de apocos.

-No de escuela, puedo darte el sábado.

-¿El sábado?

El parásito no quería esperar, el parásito no lo entendía.

¿Qué es el miedo?
¿Qué es estar preocupado?

¿Qué es no sentirse aburrido en su estupido vacio o el maldito hospital?

Si, como odiaba el hospital.

-No tendrías que asistir a clases y podrás ir a donde quieras... Bueno te haré una lista de a lugares donde no puedes ir y cuanto dinero puedes gastar pero-

-Nada, alto -le interrumpe a Freddy-. Dame el viernes.

-No pued-

-Desde la salida de la escuela el viernes y sábado hasta la tarde.

Un momento de silencio, un debate interno.

¿Por qué pensar en algo tan simple como decir "si" o "no" costaba tanto?

Pero estaba hecho, finalmente un acuerdo después de tantos años.

-... No te atrevas a salir cuando ando en la escuela esta semana y entonces... Si, viernes y sábado son tuyos.

-Me parece un buen trato -dijo volviendo a sonrreir el "parásito"-.

No, aún aquel acuerdo no iba a dejar en paz a Freddy.

Finalmente volvió a abrir los ojos, sólo para notar que había hecho rayones en su cuaderno en vez de escribir y cómo una compañera de al lado suyo se giraba para fingir que no había visto lo que había hecho.

Garabatos

A el "parásito" le encanta hacer garabatos.

* * *

[Te estaré esperando en el estacionamiento a la salida. Es importante.]

Ese fue mensaje que llegó a su celular a los 30 minutos de la hora de salida.

¿Por qué su mamá se daría el tiempo de dejar su trabajo e ir a buscarle?

Freddy ya tenía sus dudas en cabeza y el "parásito" sabía que algo, que no le gustaría para nada, iría a suceder.

* * *

-Bueno, nos vemos mañana Freddy.

-Si claro, hasta mañana.

Se había despedido de sus dos nuevos amigos, Bon y Fox.

Una despedida amigable antes de ir al auto de su madre a escuchar aquello importante que debía oir.

Ahí estaba, un auto color azul platino, cruzando la pista del estacionamiento de la escuela.

¿Por qué?
¿Qué tan grave debía ser como para que vayan a recogerle?

Ella nunca le iba a buscar a la escuela a menos que sea por...

Bien, Freddy ya había decubierto la razón.

Respiró profundo y luego trató de relajarse antes de subir al auto.

Abrió la puerta e ingresó al vehículo, su madre estaba en el asiento del pilóto, mirandose al espejo arreglando su maquillaje. Ella vestía su uniforme del trabajo y se notaba que había salido muy rápido de el mismo.

Dejo el maquillaje a un lado y observó a su hijo.

-Hola hijo mio, -lo recivió con un beso en la mejilla izquierda- ¿qué tal el primer día?

-Bien mamá, -respondió este cerrando la puerta del auto- oye no tenías que molestarte en venir a buscame.

-Para nada fue una molestía. Quería verte, además tengo algo muy importante que decirte.

-¿Qué es? -preguntó-.

-Abrochate el cinturón, -dijo encendiendo el motor del auto- ahora te cuento de camino.

Salieron del estacionamiento de la escuela y una vez de camino a un destino desconocido para Freddy, inició la conversación.

-El doctor Wiliam.

-¿Está aquí?

-¿Eh? No, no. Pero le dije sobre aquellos medicamentos que mandó a tomar antes de mudarnos.

-Si, ¿le dijiste que me causaban muchos problemas?

-Por supuesto. Y el respondió, que si no los tomabas la situación empeoraría.

Eso hizo sentir mal a Freddy.

-Y yo le dije, que a pesar de todos los medicamentos que has tomado y yo eh gastado, para que mejores, la situación no ha cambiado y le dije que tal vez nada de lo que decia estaba funcionando y que talvez está equivocado.

Pararon frente a un semáforo.

-Pero... ¿entonces?

-No estás loco, he visto locos de verdad y sé que tú no lo eres. Los medicamentos que te daban son muy fuertes y son para locos. De verdad que son para locos, era obvio que no darian resultado. Aunque también te había diagnosticado de esquizofrenia pero... no das con todo lo necesario para tener algo así... Así que... le dije que buscaría otra opinión, además -suspira- ya no podía seguir pagando por medicamentos que sólo te estan haciendo daño.

-Lo siento...

-No, no cariño. Esto no es culpa tuya, debí saberlo, sé que debí buscar otra opinión hace mucho. Lo bueno es que en el puesto que tengo puedo pedir unas cuantas horas libres y tengo una colega que me dijo que a lo mejor debía intentar consultar con una psiquiatra aquí. Ella ha tratado con casos muy póco comunes, talvez tenga una solución para tí.

Volvieron a avanzar cuando la luz se puso en verde.

-La razón por la que vine hoy a buscarte fue porque pude ponerme en contacto con esta psiquiatra, doctora Jull. Me dijo que hoy tenía pocas citas y podría analizar tu caso sin problema.

-Estamos llendo para ¿un hospital?

-Si, exactmente.

Se tomó la cabeza con ambas manos, un intenso dolor atacaba fuertemente.

-Hey, adelante en la cajuela, toma una de las pastillas. Y -ella buscó su botella de agua y se la entregó- anda, ayudará a que no te moleste por un rato.

"El parásito" odia los hospitales y definitivamente odia más a los psicólogos y psiquiatras.

《¡NO!》

Como si le gritaran al odio con un megáfono encendido.

Pero luego de tomar la pastilla no lo podría oir más y el dolor sólo disminuiría un póco, eso no significa que se iba a sentir mejor. Pero al menos podría tolerarlo.

* * *

Día 04 de marzo del 20××, 5:37 pm

-Freddy Venegas Andrade.

Llamaron a su nombre luego de unos minutos de espera. El dolor en su cabeza era como una montaña rusa super violenta, llena de subidas, bajadas y vários risos.

Aún así, se lo aguantó y entró al consultorio de la doctora Jull junto a su madre.

-Así que dices tener un caso póco común. -empezó a decir la doctora luego de las introducciones- veamos, necesito que me cuentes un póco de tu caso, sólo así podré decifrar que es lo que realmente tienes. Eh estudiado muchos casos de sindromes e incluso transtornos psicológicos, si tiene que ver con algo de la mente yo siempre le encuentro la solución. Así que puedes confiar en mí, te ayudaré.

Tal cual como el otro, no le cuentes nada.》

En su cabeza había un gritón tratando de desconcentrarlo a cada momento, era simplemente insoportable.

Aún así trató de ignorarlo y concentrarse.

-Son muchas cosas. -prosiguió a responder Freddy- Pero lo más importante que tiene que saber de esto es que...

El dolor de cabeza aumentaba con cada palabra, dolía tanto que ya hasta le estaban entrando ganas de llorar por el dolor.

-Hay... Yo...

-Lo lamento doctora. -dijo la madre de Freddy en cuanto notó que su hijo tenía otro de esos malditos dolores de cabeza- Esto suele pasar muy amenudo.

-¿Dolores de cabeza? -preguntó mientras anotaba en una hoja-.

-Si. Freddy, ¿quiéres que continue yo?

NO, QUE NADIE DIGA NADA

-... Yo... -prosiguió a intentar hablar Freddy- puedo oir a alguien hablar dentro de mí.

《¡CALLATE!》

Con cada grito que este daba, el dolor de cabeza aumentaba.

Nunca entendió porque a su parásito le molestaba tanto que le conocieran, antes no le importaba. Pero cuando se dió cuenta que cada vez que alguien conocía de su existencia no creían.

Burlas, molestias y horas en el hospital.

Realmente era algo que quería evitar, era algo que le empezó a molestar demasiado a tal grado que debía siempre prohibirle a Freddy hablar de él. Y si no le escuchó cuando sólo le hablaba, entonces gritaría.

-¿Como voces en tu cabeza? -le preguntó la doctora-.

-Si,... si exácto -le respondió Freddy-. Y no sólo eso... Yo puedo verlo, aveces puedo sentirlo. Me dice cosas que yo nunca pensaría, aveces hasta logra hacer cosas que yo nunca haría.

-Logra hacer cosas... -seguía escribiendo la doctora- ¿qué tipo de cosas?, ¿y cómo logra hacerlas?

-... Es extraño, pero puede...

Era demasido, ya no podía soportarlo más.

-Creo que no puede con tantas preguntas, siempre le duele la cabeza cuando trata de hablar de su caso -habló la mamá de Freddy muy preocupada-.

-Lo veo, en ese caso Freddy, dejemos que tu mamá hable por tí y tú complementarás algunas cosas ¿vale?

Freddy sólo asintió con la cabeza.

* * *

El inicio de este problema nunca se supo con exactitud, pero Freddy recuerda a este "parásito" desde siempre. Sin embargo, su mamá recuerda el día en que conoció al "amigo imaginario" de su hijo.

Como hubiera deseado que realmente fuece su amigo imaginario y nada más.

El señor Venegas había fallecido, a los cuatro años de Freddy, en un terrible accidente. Donde la señora logró salir viva junto a su hijo de por suerte. Fue un suceso terrible y muy lamentable, vários muertos y muchos heridos.

Desde entonces la señora Venegas tuvo que trabajar y hacerse cargo de su hijo por cuenta própia, al principio con ayuda de su hermana y ya un tiempo después, empezaron los cambios de ciudades.

Abogada, ese es su trabajo. Siempre con sus clientes en cada momento, es muy buena en lo que hace.

Aunque no vámos hablar más de ella, queremos saber más de Freddy y su caso.

A la corta edad de los 5 años, un niño se acerca a su madre con unos dibujos en mano.

Uno era muy adorable y colorido y el otro llevaba únicamente color negro y rojo.

El amigo, la sombra.

Al principio no tan presente, pero a medida que pasaban los años se hacía cada vez más insoportable.

Segundo grado de la primaria.

<<Su hijo acaba de golpear a un par de sus compañeros>>

Tercer grado

<<Su hijo empezó a tirar todo al suelo, molesto porque un compañero suyo se había reido de algo que dijo>>

Cuarto grado

<<Le rompió la nariz a uno de sus compañeros dandole un golpe, también trató de herirlo con unas tijeras, no sabemos por qué empezó la pelea>>

Quinto grado

<<Es una llamada de emergencia, su hijo no deja de gritar>>

.  .  .

<<Llevelo a que lo vea un especialista>>

<<Llevelo con el doctor Wiliam Afton, seguro él puede ayudarle>>


¿Lo que más entristecia a la señora?

Recordar como su hijo acudía a ella por ayuda y ella sin poder hacer nada.


<<Mamá, me está hablando>>

<<Es la sombra, ¡es la sombra!>>

<<La sombra me dijo que no quiere que haga amigos porque ellos me harán daño>>

<<No se calla mamá, ¡no lo soporto, quiero que desaparesca!>>

<<Mamá, aveces olvido. No recuerdo lo que hice esta mañana, ¿acáso hice algo esta mañana?>>


Un día, no fue al trabajo. Se tomó el día libre.

Era un sábado y su hijo empezó a actuar extraño.

Evitaba hacer contacto visual con ella a toda costa. Finalmente se acercó a él y lo sostuvo de los hombro y lo vió fijamente.

Retinas oscuras y ojos blancos.

<<¿Freddy?>>

Una sonrrisa.

<<No, lo siento. Este no es Freddy>>

* * *


Día 04 de marzo del 20XX, 7:20 pm

-Ya veo, dolores de cabeza, medicamentos que no sirven, voces y visiones de un ser que está en su cabeza. Gritos repentinos, un pequeño cambio en el color de los ojos. Vaya, creo saber que es lo que pasa, pero necesitaré hacer unos cuantos análizis para confirmarlo.

-¿Qué cree que es doctora?

-Bueno, no es ezquizofrenia. Ay algunos sintomas que no cumple como para diagnosticarlo de ello. Yo creo que tiene algo que ver con un evento en su vida que haya provaco esto. Pero viendo a Freddy no creo que sea buen momento para preguntarselo. -miró a su reloj- Tampóco tenemos mucho tiempo para hablarlo, mi siguiente paciente tiene cita en unos minutos, así que le pediré verlos en otra ocación donde tendré todo listo para empezar con unos exámenes.

-Muchas gracias doctora.

-Sólo no recomendaría que tome los medicamentos que le hacen daño y ya en nuestra siguiente cita te diré exactamente lo que necesitas. Mientras, si quieres puedes tomar esas pildoras que calman los dolores de cabeza.

-Esta bien -respondió Freddy-.

-Bueno, nos vemos el el 9 de marzo.

Finalmete se despidieron y dejaron el hospital.



Día 04 de marzo del 20XX, 7:30 pm

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