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c u a t r o

Flash.

Bokuto la miró apenas escuchó el sonido de la cámara. Lo había tomado desprevenido.

— ¡Conejita-chan, no me tomes fotografías desprevenido!

No era la primera vez. Tampoco sería la última. Ella consideraba que Kotaro era un excelente modelo, y las desprevenidas eran las que mejor salían.

—No te preocupes, Bokuto-san, nunca fotografío cosas que no valen la pena.

El peliblanco se sonrojaba, pensando que realmente, no le molestaba demasiado ser el modelo personal de Usako.

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