5| Papa, ayudame
Sentado en el sofá observó atentamente a todos en sus respectivas actividades, según mi pronóstico han pasado ya cinco días de mi muerte.
Mi madre se encuentra cepillando el pelo de todos los gatos sin mirar a nada, mis dos abuelos hablan en voz baja en la cocina sobre algunas cosas del ministerio, mis hermanos no están abajo y miro atentamente a mi padre quien mira la ventana atentamente.
Más de una vez me gire a ver que veía paro no había nada de interés.
Frunzo el ceño y me tiró al sofá mirando al techo, jamás había intentando con hablar ¿Que pasaría si lo hago?
-El está aqui- habla mi abuelo sin mirar a nadie, pero todos los mayores lo miran- Lo se, siento otra presencia entre nosotros.
Mi madre lo mira por unos segundos, aparta su vista de el y regresandola a los gatos a quienes les acomoda a cada uno un moño,estos hacen una fila esperando a mi madre sin desesperarse, algunos ya se durmieron de tanto esperar.
Mi padre mueve la pierna izquierda con rapidez como si tuviera nerviosismo pero no quita nunca la vista de la ventana. Respiro profundamente y miro atentamente a cada uno, tal vez me pueda escuchar o tal vez no, pero si no lo intento nunca lo sabré.
Me siento al lado de mi padre y lo miro fijamente, suelto un suspiro y hablo.
-Papa- suelto, luego veo a todos pero nadie se alteró ante mi voz, y mi padre solo sigue mirando la ventana.
Estiro mi mano y lo tomo del brazo, abre sus ojos de golpe y mira hacia mí, para el, la nada.
-Papa, ayúdame-hablo con desesperacion
Las miradas de todos se posaron en nosotros, mi padre se safa de mi agarre con temor y se arrincona en el mueble mirando a todo lado.
-¿Quien dijo eso?-hablo Narcissa entrando a la sala seguido de mi madre y mi abuelo, estos últimos tienen la cara pálida de terror.
Mi padre respira con dificultad y miro de un lado a otro.
-Yo no fui- susurró mi padre mirandolos.
Se endereza lentamente del sillón y los mira atentamente. Para mí sorpresa en la sala ya se encuentran mis hermanos quienes miran sin entender la situación.
-Escuchamos la voz de Hyperon- solto mi abuela explicando.
Estos frunce el ceño.
-¿No están tomando droga?-pregunto Scorpius.
-No,no,no- solto rápido mi padre- Hyperon esta aquí.
Mis hermanos rudan los ojos pero no hablan.
-Eso es imposible- hablo firmemente Jean.
-No el...
-Papa...
-Esta aquí
-Papa...
-¡No hay nadie!- exclamo Phoenix sobresaltadome.
La miro atentamente y mi hermana menor aleja las lágrimas que amenazan por salir.
-Papa, Hyperon esta muerto- solto con voz quebrada
Mi padre la mira fijamente y mecanicmaentr asiente, esconde su rostro entre sus manos y luego las aleja con frustración.
El silencio reina en la sala y yo solamente puedo ver a mi familia frunciendo el ceño mirando a mi padre.
Lentamente cada uno comenzó a alejarse dejando únicamente a mis padres sentados en el sofá sin hablar.
-Se que lo extrañas, yo también lo hago- susurro mi madre.
Frunzo el ceño y me recargo en el barandal de la escalera, iba a ser más difícil converse a mis padres que estaba vivo.
Necesitaba una persona que encerio me creyera.
-¡Bajate de mi cama asqueroso ser!- grito desde la planta al Phoenix, miro hacia arriba y frunzo el ceño.
Mis padres no dicen nada ante el comportamiento de mi hermana ignorandola por completo.
-¡Scorpius, la contaminas!- grito está y comienzo a subir las escaleras,al llegar a la planta alta miro a mi hermana menor sacando a Scorpius del cuarto y cerrando la puerta con enojo, a mi lado pasa mi hermano riendo y se encierra en su habitación.
Phoenix era la única que podía ayudarme.
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