6 ♡

Hyunjin

La mañana siguiente llega y Hyunjin se siente como si fuese la primera después de llegar aquí... con un jet lag pesado, apagado y disperso, como si su cuerpo, mente y alma ya no estuviesen en el mismo lugar.

Es el primero en despertar cuando el sol está a punto de colarse a través de las cortinas. Se encuentra desorientado por un instante, pues la vista de la habitación del hotel le resulta familiar pero sus cosas no estaban donde las había dejado, y es entonces que se da cuenta de quién está durmiendo a su lado e inmediatamente la noche anterior se rebobina en su mente como cassette rayado.

No estaba en su habitación y esta no era su propia cama.

Felix yacía a una buena distancia enterrado en las blancas sábanas pero acurrucado hacia su dirección con la mano debajo de la barbilla. Sus pecas se veían más prominentes bajo la luz del sol, decorándole divinamente las mejillas y la nariz como si el mejor artista hubiese tomado un pincel con pintura dorada y se lo hubiese pasado por la cara. Hyunjin ha estudiado ese etéreo rostro tantas veces para mejorar sus retratos de él y aún así vuelve a descubrir un punto que no había visto antes... la forma en que las pestañas de Felix se abren sobre sus pómulos.

Hyunjin se acerca al menor antes de que pueda pensar en ello y sólo se detiene cuando ya puede sentir el calor de su piel a través de sus dedos. Su mano tiembla una vez como protesta cuando no roza la mejilla de Felix con sus nudillos y se retira en su lugar.

En poco tiempo y en silencio se sale de debajo de las sábanas y encuentra su teléfono y la tarjeta llave de su propia habitación en la mesita de noche contigua a la cama. Una vez que se asegura de que Felix no se mueve y sigue durmiendo, cierra la puerta detrás de él tan suavemente como puede y sólo entonces toma una respiración profunda para así recostarse contra la puerta por un momento.

Su cabeza da vueltas y no tiene nada que ver con la resaca de anoche o con la prisa por levantarse, nada de eso tiene que ver con el hecho de que el suelo sigue moviéndose bajo sus pies y no sabe cómo detenerlo. Su mundo se siente diferente esta mañana, con todo volando en el aire y en peligro, a pesar de que está tratando de convencerse de que nada ha cambiado en realidad y que lo que pasó anoche no significa nada en lo absoluto.

¿Pero qué sucedió? ¿Qué fue lo que lo hizo tocar a Felix de esa manera y sentirlo temblar debajo de su mano?

—Huh? ¿Hyunjin? —una voz grita a lo lejos cuando el mencionado está a punto de abrir la puerta de su propia habitación. —¿Son mis ojos o tú acabas de salir de la habitación de Felix? —pregunta Jisung, caminando hacia su habitación que estaba justo enfrente de la suya mientras llevaba una botella de agua y algo en una bolsa de plástico blanca.

—No.

Aquella risa escandalosa lo sigue hasta adentro. —¿Quieres intentarlo de nuevo? Acabo de verte salir a escondidas de la habitación de Felix. —se ríe de nuevo, de una manera que insinúa que no está seguro si realmente encuentra divertido que esté mintiéndole.

Hyunjin se ocupa de hurgar en su bolso en busca de ropa interior limpia y se irrita cada vez más. Se siente atrapado. —No pasó nada. —contesta y por el rabillo del ojo ve a Jisung mirándolo boquiabierto.

—Bueno, no había pensado en nada parecido hasta que me dijiste eso.

Hyunjin no responde, en su lugar se levanta y tira la ropa sobre la cama para luego irse de nuevo, buscando su cargador para enchufar su teléfono que se encontraba casi muerto. Caminaba por la habitación como un loco de un lado a otro, lo que le hacía sentir como si estuviese tratando de huir de algo pero de alguna manera no estaba llegando a ninguna parte.

Una mano lo detiene de su caminata en bucle, apretando su antebrazo, hasta que mira la cara de Jisung, quien tenía el ceño fruncido, ahora luciendo preocupado.

—¿Qué está pasando entre tú y Felix?

Por un momento, Hyunjin piensa en decírselo. Toda la verdad, todos sus pensamientos confusos, y luego preguntarle qué pensaría él... lo cual significaba todo. Tal vez Jisung pueda decirle, tal vez pueda hacer que todo tenga sentido dentro de su cabeza.

Sin embargo, el miedo es más rápido al final y aprieta las palabras en su garganta.

—Nada. —miente y retira la mano contraria de su cuerpo. —Absolutamente nada. —vuelve a mentir y se aleja de Jisung, sintiendo aún sus ojos arder contra su espalda.

—¡Tú eres el que insiste con que yo muestre más amor y haga más contacto físico! —continúa como si su compañero hubiese dicho algo, y en algún lugar de su mente sabe que está cavando su propia tumba, pues ahora que ha comenzado no puede encontrar la manera de detenerse. —¿Y ahora que lo estoy haciendo se supone que significa algo? —su voz se torna más fuerte y la puerta de la habitación del hotel sigue abierta. —¡Eso no significa que de repente me estoy metiendo con un chico! ¡No todos en este jodido grupo se enrollan con otro miembro!

Sabe inmediatamente que no fue lo correcto y se arrepiente cuando ve la cara de Jisung caer.

—Wow... —da un paso hacia atrás y se frota el rostro. —No puedo creer que tú acabas de decir eso. —mira a todos lados menos a Hwang, mientras ambos están asimilando las palabras que aún persisten en la habitación, resonando entre ellos.

—N-No, yo... ¡Joder, lo siento! No quise decirlo de la forma en la que acaba de sonar. —replica arrepentido y se sienta en el suelo en el mismo lugar en el que estaba de pie anteriormente, enterrando su cara entre sus manos. Es la primera vez desde que se despertó que su mente se detiene en seco. —Joder, lo siento mucho.

El menor se da la vuelta y se aproxima a la puerta, y Hyunjin sabe que se merece que Jisung lo abandone.

No obstante, éste sólo cierra la puerta y luego regresa, sentándose frente a él en el suelo. Le da un momento, uno largo y angustioso, pero luego suspira y golpea levemente su rodilla. —Felix no es un chico cualquiera, ¿de acuerdo? —Hyunjin se sorprende de que eso sea lo primero que menciona.

—Lo sé. —gruñe a la vez que recuerda el lindo rostro durmiente de Felix en la cama frente a él, una naturaleza que cuenta una historia más grande de la que Hyunjin puede comprender pero que todo su cuerpo anhela capturar. En el camino de la habitación del chico a la suya, él ya lo había pintado cien veces, había elegido todos los colores, el estilo y las líneas en cada pincelada. Y luego piensa en el aspecto que tenía Felix la noche anterior, con los ojos increíblemente oscuros y los labios entreabiertos. —Yo lo sé. Lo lamento, de verdad que no quise decir eso.

—Tienes suerte de que Minho no te haya escuchado. —bromea suavemente y Hyunjin se queja.

—Estaría tan enojado conmigo.

—Oh no, ni siquiera estaría enojado. Él estaría tan decepcionado de ti y eso es mucho peor, créeme. —vuelve a tocar su rodilla, y esta vez deja que su toque se prolongue. —¿Quieres intentarlo de nuevo y decirme qué te está pasando?

Ahí estaba de nuevo la oferta de escucharle. El rostro de Jisung es abierto y acogedor, y si alguien sabe un poco de lo que le está sucediendo, es él.

Pero Hyunjin no estaba listo todavía.

—Sólo estoy... frustrado y exhausto. Mi mano... —agita su extremidad vendada para enfatizar. —No está mejor y la gira ya ha terminado y... —exhala todo el aire retenido, mirando la cara del menor para ver si le cree pero realmente no puede deducirlo. —No está pasando nada entre Felix y yo.

Jisung asiente lentamente, vacilando de forma obvia. —De acuerdo. Si tú lo dices, entonces te creo.



















Un par de horas después, Hyunjin ve a Felix en el desayuno.

La mayoría de los días todos desayunaban en sus propias habitaciones, pues era más fácil de esa manera con sus respectivos horarios de sueño. Pero esta mañana, Jisung lo convence para que baje con él, ya que Jeongin, Seungmin y Minho ya estaban allí también. Era una habitación separada sólo para ellos, lo suficientemente grande para los chicos y el resto del equipo, y había un buffet en una esquina que incluso ofrecía algunos platillos coreanos.

Jisung toma el lugar junto a Minho y él sólo los observa, ellos eran cercanos pero nunca obvios y a veces, Hyunjin piensa en ellos como dos extraños que son atraídos por una fuerza sobrenatural más poderosa que cualquier cosa en la Tierra, que nunca pueden escapar del otro y que nunca quieren hacerlo. Es por esta razón que a menudo suele preguntarse si tendría a alguien así en su vida... si él quiere algo así.

Felix entra a la habitación junto con Changbin y otro miembro del personal cuando Hyunjin ya se ha acabado la mitad de su comida. Él mira hacia arriba y Felix también lo hace, sus ojos se encuentran y se demoran demasiado en apartar la mirada, sin embargo, el rubio es el primero en romper el contacto visual con una pequeña sonrisa en su rostro que parece tener miedo de mostrar, o que no está seguro de si es apropiado.

Eso es todo lo que hay. Felix sigue a Changbin hasta el buffet y se sientan a un lado, específicamente a tres personas de distancia de donde se sentó Hyunjin, y aunque Felix mira de vez en cuando hacia su posición, ambos estaban envueltos en diferentes conversaciones, donde una por una de las personas en la mesa terminan el desayuno y se dispersan de nuevo.

Hyunjin estaba conversando con Seungmin y Jeongin, y sólo se da cuenta de que el rubio se ha ido cuando mira hacia arriba y nota que las únicas personas restantes en las mesas de al lado son dos de los gerentes que también están a punto de irse.

Se siente incómodo ahora. Como si se suponía que debía hacer algo o decir algo pero perdió su oportunidad.

—¿No se suponía que ibas a ir con Chan hyung? —Jeongin le pregunta a Seungmin y Hyunjin observa su intercambio desde donde está acostado en el regazo del menor de todos, mirando hacia arriba para ver el cabello de Jeongin caer sobre su rostro cada vez que mira el teléfono en su mano.

—¡Ah, mierda! —Seungmin se apresura a levantarse y no pueden evitar reírse de él, escuchándolo salir de la sala de desayunos a toda prisa.

A pesar de todo el ruido que había habido allí antes con todos los demás miembros y gerentes, de repente todo estaba extrañamente silencioso. La inquietud regresa como si la falta de ruido la llamase, y Hyunjin trata de quitársela de encima, trata de encontrar una posición más cómoda en el regazo de Jeongin.

—¿Puedes dejar de moverte tanto?

Sólo para enfatizar, él se retuerce un poco más hasta que el menor lo abofetea suavemente, aún sin apartar los ojos de su teléfono. Hyunjin grita con su típico dramatismo pero Jeongin no parece desconcertado.

—¿Están peleados Felix y tú? —cuestiona de repente y en voz baja, a pesar de que están solos. Hyunjin mira nuevamente hacia arriba para encontrar los ojos contrarios todavía fijos en su teléfono como si estuviese jugando con la pregunta.

Recuerda sus primeros días cuando cada pelea entre los miembros solía asustar al más pequeño del grupo, y a menudo éste recurría a Hyunjin y le pedía tranquilidad. Eso se detuvo en algún momento y Jeongin ahora sabe que, independientemente de lo que los demás estén discutiendo, encontrarán el camino de regreso eventualmente. Hyunjin siente que lo recorre la culpa al pensar que hizo que Jeongin hiciese una pregunta como esa.

—N-No estamos peleados. —Y era cierto porque no lo estaban pero tampoco puede encontrar una palabra para lo que están haciendo exactamente.

—Yongbokie es tan cuidadoso contigo. —replica aún más tranquilo, como si estuviese contando un secreto"más allá de lo habitual".

Hyunjin contiene la respiración, pensando en las palabras que diría a continuación. Y luego por alguna extraña razón, ellas solas se escapan tan fácilmente de donde habían estado ardiendo en su boca esta mañana con Jisung. —Me siento tan confundido cuando estoy cerca de él. Cuando estoy... cuando estoy junto a él. Y no sé qué hacer. —Su corazón late con fuerza dentro de su pecho y está esperando la reacción de Jeongin como si esperase un veredicto.

—¿Te sientes confundido cuando estás cerca de mí?

La mirada de Hyunjin se dispara de nuevo hacia el menor. —¿No? —niega con un tono dubitativo, y no porque no esté seguro de su respuesta, sino porque no tiene idea de dónde quiere llegar Jeongin con todo esto.

—¿Te sientes confundido cuando abrazas a Changbin, Seungmin o cualquier otro miembro?

Su corazón no se desacelera en lo absoluto y el miedo tiene un sabor amargo ahora. —No. —responde casi sin aliento.

—Entonces si sólo Yongbok te hace sentir de esta manera, ¿por qué estás confundido?

El silencio reina entre ellos. Sabe que Jeongin está esperando por su respuesta pero no puede, no tiene ninguna aunque se cierne sobre el tema, asfixiándole incluso desde la distancia.

Hyunjin lo golpea contra el hombro. —¿Cuándo creciste tanto para ser tan sabio? —le grita y la tensión desaparece.

Jeongin se queja y se frota el brazo, haciendo una mueca. —Siempre he sido sabio, simplemente tú nunca me escuchas.

—Oigan, nada de violencia tan temprano en la mañana. —La voz de Chan los sobresalta y ambos se giran hacia su líder, quien luce mucho más enérgico de lo que ninguno de los dos se siente. —¿Dónde está Seungmin-ah?

—Acaba de irse. —menciona el menor. —¿Él quería reunirse contigo en tu habitación?

Chan asiente, mirando su alrededor como si inspeccionase el área. —Debemos ponernos en marcha en una hora, chicos.

El implícito "asegúrense de estar listos para irse" permanece en el aire y no es necesario decirlo, no después de todos estos años.

—Sí, hyung. —Hyunjin finalmente se levanta y se alegra de que Chan los haya interrumpido para así poder escapar de esta conversación y evitar que Jeongin atase los cabos sueltos.


















A Hyunjin no le toma toda la hora para prepararse, por lo que llega temprano al lobby del hotel y se sienta en una de las sillas de respaldo alto en la esquina, un lugar donde puede observar a la gente sin estar totalmente expuesto a los extraños que entran y salen. Él es el primero en bajar y es demasiado temprano, pero le gusta que sea así porque puede ver las idas y venidas de los huéspedes del hotel, jugar con su teléfono o dibujar en el iPad tanto como lo hace en su habitación.

Seungmin y Jeongin son los siguientes en unírsele, hablando en voz baja mientras están sentados en el sofá de dos plazas al otro lado de la pequeña esquina, dejando en completa paz a Hyunjin, quien está usando sus audífonos y de hecho optó por abrir su iPad y esbozar algunas ideas.

De todas las cosas, es el olor de Felix lo que le alerta de su presencia pero está tan concentrado en su dibujo que no nota cuando éste se acercó a su lugar. Sólo una vez que huele la mezcla de crema para afeitar y colonia, la cual es suave e incluso sutil pero totalmente Felix, es cuando levanta la vista y se encuentra al pecoso sentado a sus pies, con las piernas cruzadas en el suelo.

Hyunjin lo estudia de pies a cabeza porque puede, ya que Felix no lo está observando. Está jugando con su propio teléfono y con la cabeza gacha, pero hay cierta tensión en su cuerpo que no está seguro de si se lo está imaginando o no.

No obstante, lo que no imagina son las dos sillas vacías junto a ellos que Felix podría haber elegido fácilmente pero no lo hizo. En cambio, había elegido sentarse en el suelo, lo suficientemente cerca de él como para apoyarse en la silla en la que estaba sentado pero sin tocarlo. Nuevamente, Hyunjin siente que se supone que debe decir algo pero no puede pensar en nada, su mente está completamente en blanco.

Al final hace lo único que se le ocurre y en cierto modo, elige aplicar el idioma de Felix por sobre el suyo propio, extendiendo su mano vendada y colocándola en el cuello del pecoso para así frotar el lugar debajo de su oreja con el pulgar. Era como tocar un instrumento y provocar un sonido con los dedos, sólo que en este caso no había sonido que provenga del tacto, sino el recuerdo de la noche anterior, de la suavidad imposible de la cálida piel de Felix que él había tocado con sus labios.

Felix se sobresalta y lo mira, pero luego sonríe y Hyunjin también lo hace, ambos casi que tímidos. Hyunjin siente que la tensión abandona el cuerpo de Felix de inmediato, y Felix tampoco lo oculta, respirando hondo y luego dejando salir todo lentamente, como si hubiese tenido miedo de la reacción de Hyunjin pero ahora finalmente se está relajando.

Cuando Jisung baja y los encuentra así, con la mano de Hyunjin aún colocada en el cuello del pecoso, Hyunjin se niega deliberadamente a devolverle la mirada inquisitiva que le estaba lanzando.

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