Lección 48
Cómo grabar una canción.
HoSeok se llevó a la boca una papa frita mientras escuchaba la canción reproducirse, el sonido de la voz de YoonGi era casi relajante y a pesar de los años de no haber interactuado con la música, el hombre no parecía haberse oxidado en lo más mínimo. Si bien sabía las mismas cosas básicas que había traído consigo desde Daegu, también habían otro par que había aprendido en tiempo récord y que había integrado a la melodía a la perfección.
Ese día, a pesar de lo ocupado que parecía estar, YoonGi dejó que HoSeok y su pequeño mocoso fueran a su casa, después de todo lo habían planeado hacía un tiempo y él no iba a desperdiciar tener la opinión sincera de su mejor amigo.
—Me encanta —fue lo primero que se le ocurrió decir cuando terminó y YoonGi se dejó caer sobre el sofá, un sonido de flojera saliendo de sus labios—. Es muy profunda —agregó, un poco sorprendido por cómo había quedado lo que él pensaba era el resultado final.
—Es el plan —mencionó, bostezando—. Mi inspiración es mi desgraciada vida y como estoy aquí sin saber qué hacer con ella, creo que me quedo bien —bromeó, riendo suavemente.
—La letra me gusta, es realmente linda —miró a su amigo con un aire melancólico a pesar de que él no lo estaba mirando, después de todo, hacía mucho que no veía a YoonGi trabajando en su música—. Tu voz todavía no llega a ser un tono armonioso, pero creo que funciona como base —comento sincero y YoonGi asintió.
—¿TaeHyung sigue yendo a clases de canto? —preguntó repentinamente y HoSeok enarcó una ceja por la pregunta.
—Bueno, lo dejó hace como un año, pero sigue teniendo una voz muy linda —se encogió de hombros—. ¿Quieres que cante para ti?
—Sólo el coro, tendría que grabar dos o tres veces y listo —explicó, una almohada bajo su cabeza y su antebrazo cubriendo su visión.
HoSeok lo pensó un par de segundos y consideró que no era tan mala idea, después de todo a su prometido siempre le había gustado cantar y había participado en un sinfín de musicales. Además, ambos le debían una a YoonGi por ser el padrino.
—Claro, creo que la próxima semana está libre, ahora está grabando un...
—No, lo necesito ahora —se sentó en el sofá repentinamente, mirando a HoSeok con consternación—. Pensé que estaba libre, ¿no se supone que están planeando su boda?
—Cuando el trabajo llama no puedes negarte —enarcó una ceja—. No es gran cosa, solo un comercial, pero estará ocupado con eso esta semana —ahora YoonGi se restregó el cabello de manera desordenada, descargando su frustración y HoSeok estaba más confundido—. ¿Qué sucede?
—El concurso es pasado mañana, realmente lo necesito ahora —casi jadeó y se recostó sobre el respaldo del sofá, viendo como su plan estaba derrumbándose un poco—. Bien, supongo que me quedare presentar la canción como está —suspiró resignado, cerrando los ojos, esperando que otra idea se le viniera a la cabeza, pero realmente no tenía a nadie más disponible.
HoSeok levantó su mirada hacia la cocina en donde JungKook y JiMin estaban haciendo un pastel y frunció un poco los labios, regresando su mirada hacia YoonGi.
—¿JiMin no sabe cantar?
Yoongi levantó su cabeza y lo miró con sus ojos fruncidos en confusión, casi como si le hubieran dicho que vieron cerdos volar esa mañana.
—Claro que no.
—¿No? —ladeó sus labios—. Si estás interesado en que esté diseñado para estar con personas y quizás cuidarlas, mínimo debería saber cantar una canción de cuna, ¿no? —cuestionó, pese a que sabía que JiMin no era necesariamente un robot niñera, si sabía lo básico que debería saber hacer el prototipo que era, así que le parecía extraño que todavía tuviera cosas que pulir.
YoonGi pasó una de sus manos por su rostro, espantando los rastros de una noche agotadora en donde no había podido dormir bien por los nervios y por su perfeccionismo casi crónico que no le dejaban estar seguro de si la canción estaba lista o no.
—¡JiMin! —lo llamó.
El mencionado se giró, mirando con atención al hombre que lo llamaba. YoonGi movió sus dedos en señal de que se acerque y ni corto ni perezoso el rubio se acercó animado hacia el pelinegro. HoSeok no pudo evitar compararlo con un pequeño robot sirviente, pero no estaba ni cerca de saber lo que su mejor amigo pensaba al respecto del dulce rubio. JungKook al verse solo no dudo en meter sus dedos en la masa a robar un poco de chocolate y a manchar sus mejillas mientras los adultos hablaban.
—¿Sabes cantar, JiMinnie? —preguntó con un tono de voz medianamente resignado y con matices de esperanza, después de todo, si había algo que hacer para mejorar su canción, lo tomaría sin dudar.
El rubio se quedó un segundo en blanco, procesado la pregunta un poco ante la atenta mirada del pelinegro que se estaba quedando corto de opciones.
—¡Sí! —anunció, sorprendiendo a los presentes.
—¿En serio? —ahora sí estaba más confundido—. ¿Por qué nunca me lo dijiste? O bien, ¿por qué nunca cantaste?
JiMin otra vez parecía procesar la pregunta.
—Y no me digas que fue porque nunca pregunté —señaló, enarcando una ceja y JiMin no dudó en reír.
—No lo haré —negó con la cabeza, colocando sus manos en su espalda de una manera linda antes de continuar—. No había nada que me hiciera activar esa función —explicó—. Como ya sabes, hay funciones y actitudes en mi que son parte de mi "personalidad base", pero se requieren estímulos específicos para poder activarlos, es por eso que ahora sale a relucir mi capacidad de canto —sonrió brillante, como si hubiese dicho algo normal.
YoonGi miró un segundo a HoSeok y este le devolvió una expresión de no saber qué hacer ahora.
—¿Puedes cantar ahora? —miró de nuevo a JiMin, sus ojos mirándolo con duda y cautela.
—¿Canto tu canción? Esa me la sé a la perfección —aplaudió animado.
—Sí, esa, pero solo la parte del coro —se levantó, acercándose un poco a JiMin, su emoción haciendo cada vez más acto de presencia—. Hazlo suave y lento, como una balada, ¿puedes hacer eso? —preguntó realmente intrigado, sus manos picando por la necesidad de tomar la cintura del rubio, pero los ojos de HoSeok observando todo no se lo permitían.
—Por supuesto, Hyung, aunque no estoy muy seguro de lo que es una balada —ladeó un poco su cabeza en duda y YoonGi negó.
—No importa, si puedes hacer lo que te dije después podremos hacer retoques y te enseñaré todo lo que necesites —le dijo con cariño y JiMin asintió.
Entonces, el rubio separó suavemente sus labios para comenzar a cantar, tentando a YoonGi para que los probara. Lentamente, la voz de JiMin se hizo presente en una suave melodía que hizo sonreír a YoonGi de pura euforia. Todo lo relacionado con él no dejaba de ser cada vez más perfecto y se preguntó si realmente era real, porque no había manera de que realmente alguien como JiMin estuviera sobre la tierra.
—Oh, creo que no funcionará —esa fue la voz de HoSeok, interrumpiendo el canto de JiMin.
YoonGi lo miró casi ofendido.
—¿Cómo que no? —no pudo ocultar sus cejas fruncidas.
—Mientras más larga es la nota o la hace más aguda, en su voz se oye un sonido robótico —explicó y YoonGi frunció sus cejas porque no había escuchado nada de eso—. Repite la frase de nuevo, por favor, alarga el "so far away" un poco más —le pidió a JiMin y este miró a YoonGi.
—Sí, haz eso —se cruzó de brazos, mirándolo con atención.
Esta vez, YoonGi se dio cuenta del sonido y apretó un poco sus labios en frustración. Otra vez estaba siendo golpeado por la realidad de que JiMin de hecho no era una persona y su voz no podría sonar jamás con la de alguien con cuerdas vocales reales.
Mientras escuchaba a JiMin, se preguntó entonces cómo hablaba y si su voz era realmente creada por computadora o venía de alguien real.
¿Alguien real? ¿Alguien que forme parte de JiMin? No se había planteado esa pregunta antes, estaba consciente de los cientos de "cantantes" robot y de las cientos de voces creadas por computadora, pero no era algo que pensara para el rubio, después de todo su propia visión sobre JiMin se nublaba cada vez más y era tan ajeno pensar que quizás su voz, no era necesariamente su voz.
Aquella persona que tuviera su voz, ¿sería tan linda como él?
—Bueno, eso se arregla con edición —concluyó, evitando que su cabeza se perdiera en otros pensamientos—. Realmente no quiero que me oigan cantar con mi voz desafinada y técnicamente contaría como un "efecto", ¿no? —miró a HoSeok y antes de que este pudiera decir algo, volvió a mirar a JiMin—. Bueno, está decidido.
—Bueno, tú eres el científico loco —mencionó su mejor amigo, comiendo otro puñado de papas fritas.
—Hace mucho que no me llamabas así... —rió—. No lo hagas de nuevo —cortó.
HoSeok se carcajeó mientras YoonGi miraba a JiMin como si fuera un tesoro caído del cielo. ¿Cómo siquiera alguien podría pensar que no era una persona? Sus ojos y sus expresiones se sentían tan reales, sus sonrisas eran preciosas y su manera de demostrar sus emociones eran preciosas.
JiMin siempre sabía qué hacer para hacerlo sentirse feliz.
—¿Voy a ser parte de tu canción? —preguntó, sonando genuinamente emocionado.
YoonGi estuvo tentado a besarlo de nuevo.
—Por supuesto, JiMinnie —y ahí estaba otra vez, esa hermosa sonrisa que revoloteaba su corazón.
[🎧]
YoonGi bostezó después de darle pausa a la melodía y miró el pedazo de pastel medianamente comido que estaba a su lado antes de clavarle una cuchara para comer un poco más. HoSeok se había ido hacía un par de horas e inmediatamente después de que emprendieron su regreso a casa con un dormido JungKook en brazos, ambos se pusieron a grabar la canción de YoonGi con la voz de JiMin acompañándolo.
El rap estaba listo, sonaba bien para el pobre perfeccionista y la voz de JiMin funcionaba lo suficientemente bien como para devolverle las energías cada vez que lo escuchaba.
—Bien, creo que una vez más y terminamos, mañana hago los retoques finales y... creo que sería todo —le dijo a JiMin después de tratar, el otro sostenía el par de cascos pesados sobre su cabeza que le dificultaban oír con claridad.
—¡Claro! —dijo más alto de lo necesario y YoonGi rió enternecido—. ¿Te gusta como está quedando la canción?
—¡Si! —respondió en alto pese a que estaban en la misma habitación, divirtiéndose con el otro—. ¡Tu voz es preciosa!
—¡Muchas gracias! —sonrió en grande.
Estaban grabando en la sala de estar ya que no tenían una oficina privada, pero el sonido era tan leve que YoonGi no tendría problemas con eso ni mucho menos, así mismo, JiMin lo distraía lo suficiente para no estresarse.
—Bien... —miró su laptop.
—¡YoonGi! —lo interrumpió.
—¿Qué ocurre? —enarcó una ceja, sorprendido por el llamado.
—¿Cuándo hablarás con NamJoon Hyung? —lo miró con curiosidad, sus ojos parpadeando con interés—. Ayer no lo hiciste y me dijo que realmente quería hablar contigo...
—Ah... —lo había olvidado, pero teniendo en cuenta que JiMin se encontraba insistente al respecto, suponía que era algo muy importante. Aunque no iba a negar que le provocaba cierta ansiedad saber lo que sucedía con el hombre—. Lo llamaré después de terminar, ¿sí? —JiMin asintió sonriente—. Esta bien, vamos a continuar, como practicamos, ¿bien? —le dedicó un guiño.
—¡Sí, Yoonie! —rió.
Realmente, nunca pensó que llegaría a ese punto, mirando a la razón de sus taquicardias cantar suavemente sobre el micrófono especial, mucho menos pensaba que se sentiría de esa manera de nuevo y es que la última vez había sido cuando era un joven adolescente deseoso de comerse el mundo entero durante la búsqueda de sus sueños. Ahora tenía dinero ahorrado, tenía buenas cosas en su casa y tenía un trabajo que le hacía llegar un dinero extra al bolsillo. Quizás podría conseguir un mejor departamento y quizás, quien sabe, llevarse a JiMin consigo.
Era el sueño perfecto, la escena de una película romántica, era aquello que anhelaba con todo su corazón y... se veía tan cercano que había olvidado por completo cosas que tenía que tener en cuenta; NamJoon, el experimento, el cuerpo de JiMin, el dinero que no era infinito... el posible rechazo... estar solo de nuevo...
No, él no iba a estar solo, tenía a jimin, ¿cierto? JiMin lo había ayudado mucho, era su soporte, sin él no estaba seguro de donde estaría en ese momento y realmente estaba feliz a su lado.
Si JiMin se iba, ¿que iba a ser de él? ¿Estaría solo de nuevo? Escondido entre las sábanas de su cama pensando en lo idiota que era por haber abandonado a su familia, pidiéndole dinero a HoSeok y teniendo un trabajo de mierda.
De repente, sus pensamientos se volvieron insoportables, atacando su cabeza con el único fin de lastimarlo y la voz de JiMin se hacía cada vez más lejana. Su respiración era irregular y... ¿que estaba haciendo? ¿Por qué no podía dejar de repetir los mismos pensamientos horribles una y otra vez?
—¿YoonGi? —preguntó JiMin cuando vio al hombre levantarse de la silla, sus manos sosteniendo su cabeza como si le doliera a horrores—. ¿Estás bien? —se quitó los cascos y se acercó al otro, colocando su mano sobre su espalda y buscando su mirada casi como un instinto.
YoonGi lo miró, sus ojos cargados con lágrimas de desesperación, nuevamente el futuro lucía incierto y las cosas se derrumban en su cabeza. No quería seguir regresando a esa realidad en donde estaba solo y triste de nuevo, una realidad sin JiMin.
—JiMin —jadeó, reteniendo el llanto lo más que podía, sus manos fueron a parar en el rostro del rubio, mirándolo con desesperación—. Yo...
—Estás teniendo un ataque de ansiedad, está bien —arrulló, acunandolo entre sus brazos y llevando a ambos a sentarse en el suelo, mirándolo con calma y luciendo como un experto—. Tranquilo, no pasa nada... todo está bien —sonrió suavemente—. Respira lento, ya va a pasar.
YoonGi no pudo retener más las lágrimas y abrazó con fuerza al rubio, respirando entrecortado y murmurando cosas que no tenían sentido para el contrario. JiMin lo abrazó cuando supo que podía hacerlo, arrullandolo con un cariño que derretía el corazón de YoonGi y que lo ayudó a regresar lentamente a la tranquilidad.
No quería. No quería que se fuera. No quería regresar a la soledad y le aterraba pensar en lo que sería sin JiMin. Deseaba poder congelar el tiempo en ese momento para poder estar siempre a su lado.
¿Quizás ya se había vuelto completamente loco?
—JiMin... —murmuró sin aliento por el llanto, su respiración entrecortada alertando al contrario.
—¿Sí? —sus ojos se encontraron, mirándolo con ese aire de cariño que YoonGi no podía dejar de ver en él—. ¿Te sientes mejor? ¿Necesitas que te traiga algo? —preguntó, sonando preocupado.
—Sólo te necesito a ti —confesó, su corazón latiendo a mil por hora, pero esta vez por otro motivo, y sus mejillas sintiéndose aterradoramente calientes ahora—. No he dormido bien, yo... ha sido una semana dura... y tú has sido lo único que me mantiene bien —le sonrió con tristeza, sus ojos volviéndose a llenar de lágrimas amargas por el incierto futuro—. No quiero que te vayas...
JiMin formó una mueca de confusión.
—No me voy a ir, YoonGi —le dijo, tan seguro como podría estarlo de que el sol siempre sale en las mañanas.
YoonGi sonrió, sintiendo una punzada en el corazón, quizás había sido un flechazo o una grieta abriéndose paso.
—¿Lo prometes? —tomó su rostro entre sus manos, acariciando sus mejillas con suavidad.
Quería oírlo, quería que le dijera aquello que anhelaba con todo su corazón. Era egoísta, demasiado, pero lo quería sólo para él.
—Lo prometo —sonrió sin dudarlo.
YoonGi sabía que no era verdad, sabía que era una mentira que se estaba haciendo creer él mismo, pero se oía tan perfecto que no era capaz de aceptar lo malo que le trajera el destino porque... JiMin estaba con él y eso era más que suficiente.
—JiMin —suspiró, cerrando sus ojos y juntando ambas frentes con suavidad—. Te quiero... —murmuró bajo, con el deseo oculto de que el otro no lo escuchara.
Pasó medio segundo, quizás un poco más o un poco menos, él no podía ver su expresión, no sabía lo que estaba pensando, pero...
—Yo también te quiero, YoonGi —respondió.
YoonGi no podía sentirse más feliz.
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