Lección 40
Cómo recibir buenas noticias.
—Kookie, ya es hora de quitarte el disfraz —TaeHyung tomó los brazos del niño para evitar que se fuera corriendo como llevaba haciendo prácticamente toda la mañana—, vamos bebé, no puedes quedarte con eso para siempre, ¿no crees que es incómodo?
—¡Iron Man jamás se debe sentir incómodo con el traje de batalla! —anunció como si fuese algo dicho por el personaje y alzó ambos brazos—. ¡Me lo quitarán de mi cadáver, después de pelear con todos los multiversos! —Tae acarició el puente de su nariz.
El niño había recibido aquel disfraz para halloween, pero ahora, después de unos cuantos días y de la gran dosis de dulces, TaeHyung era incapaz de sacarlo de ahí.
Por un momento, mientras lo compraba, consideró la idea de que algo como eso podía suceder, pero lo compró igual sin darle muchas vueltas al asunto y bastante seguro de que JungKook no haría un escándalo. Ahora mismo, sin embargo, quería cachetear a su yo del pasado.
—HoSeok, ¿puedes decirle algo? —miró a su novio.
El hombre lo miró por encima de su hombro antes de hacerle una señal para que esperara un segundo y luego se alejó de la cocina, apagándola. Caminó hasta donde estaban las dos personas que más amaba en el mundo y se colocó a la altura del más bajito. JungKook sólo se cruzó de brazos y frunció sus pequeñas cejas, esperando el ataque de su padre.
—Si no te quitas eso y te vas a bañar, despídete de las brochetas de cordero para siempre —sonrió encantadoramente.
JungKook no tardó nada en jadear de terror y salió corriendo hacia su cuarto lo más rápido que podía, gritando repetidamente que ya se lo iba a quitar. TaeHyung miró al pelinaranja con ojos sorprendidos y Jung se encogió de hombros.
—Eso es extorsión —señaló.
—Logré que fuera a quitárselo —se defendió y ambos se levantaron del piso—, ¿me vas a reclamar por hacer un buen trabajo? Yo quiero besitos —se quejó adorablemente, haciendo un puchero.
TaeHyung viró los ojos pero aun así abrazó a su novio por la cintura, besando sus labios suavemente. HoSeok no demoró en tomar sus mejillas y continuar con el beso, ambos sonriendo por la gama de emociones a la que estaban acostumbrados a sentir cuando estaban con el otro, tan felices.
HoSeok abrió los ojos luego de un par de besos más y miró a su novio, TaeHyung relamió sus labios y sonrió, entonces el mayor besó sorpresivamente su nariz.
—Te amo demasiado —dijo luego del pequeño ataque, TaeHyung rió y apretujó el cuerpo del otro.
—Yo te amo muchísimo más... —susurró, su voz grave contrastando con sus ojos adorables. Entonces pareció recordar algo—. Oh, ¿ya le dijiste a YoonGi? —preguntó de repente, sus ojos medio cerrados porque ciertamente, a pesar de los años, los besos de HoSeok podían seguir atontándolo.
El mayor hizo una mueca y TaeHyung entendió que lo había olvidado por completo.
—Lo siento, ayer anduve distraído —negó con la cabeza como si se estuviera reprendiendo por ello.
—Claro que ibas a andar distraído, me encargué muy bien de eso, ¿uh? —ladeó un poco su cabeza es una mueca inocente y HoSeok simplemente rió antes de robarle un beso.
—Sí, lo hiciste, pequeño travieso —arrugó su nariz mientras la rozaba con la contraria.
—Estaba feliz —se encogió de hombros, sonriendo.
Ambos se miraron pícaramente un par de segundos más antes de que JungKook volviera a entrar a la habitación, vestido sólo con su ropa interior y con una toalla sobre su pequeño cuerpo. Aunque se veía molesto por haberse quitado el majestuoso disfraz, también se veía decidido, y es que nadie le iba a quitar sus preciadas brochetas de cordero.
TaeHyung lo tomó de la mano para dirigirse al baño, pero antes, miró a HoSeok.
—Avísale a YoonGi —el otro asintió—, y... dile que invite a JiMin.
[🍨]
El pálido bostezó con cansancio por tercera vez de lo que llevaban dentro del local, JiMin entonces desvió su atención del pequeño arbolito de navidad que estaba en el mostrador para mirar al mayor.
—¿Tienes mucho sueño? —preguntó algo preocupado, no era bueno que las personas tuvieran sueño y lo sabía después de toda la información que había leído al respecto.
—Un poco... —parpadeó flojamente.
—Hm, no lo tendrías si no te hubieras quedado hasta las tres de la mañana usando la laptop —le dijo casi como modo de regaño, muy sutil, no quería molestarlo pero quería que sonara lo suficientemente preocupado.
—¡Estaba inspirado! —se defendió, ya había repetido esa excusa dos veces en el día—. No deberías molestarte por eso, cuando la inspiración llama, no puedes dejar que se te escape.
JiMin frunció sus cejas sin entender lo que el otro acababa de decir.
—¿Por qué la inspiración te llamaría y luego escaparía de ti? Eso no tiene sentido.
YoonGi se carcajeó.
—Olvídalo —dijo con una sonrisa, le gustaba cuando JiMin tenía esos momentos de confusión e inocencia—. ¿Cuándo dijo HoSeok que llegaría? —tomó el menú, una lista de postres y bebidas ligeras era lo que este vendía.
—HoSeok Hyung dijo que estarían aquí a las cuatro en punto... —ladeó un poco sus labios, su reloj interno avisaba que habían pasado cinco minutos desde las cuatro y no había ninguna señal de la pequeña familia.
—Él siempre se retrasa —se estiró sobre el asiento—, una vez llegó tres horas tarde a un partido, recuerdo que le reñí por otras dos hor... ¡oh! —levantó su mano, HoSeok ya estaba cruzando la puerta del local.
JungKook corrió automáticamente hacia JiMin y se sentó a su lado, sonriéndole en grande. La pareja no demoró en hacer lo mismo y se saludaron con sonrisas, YoonGi volvió a bostezar mientras decía lo mucho que lo hicieron esperar.
—No me digas que te volviste a desvelar —HoSeok enarcó una ceja y JiMin entendió que aquello no era algo nuevo, por lo que igualmente miró a YoonGi con una ceja enarcada. El pálido negó con la cabeza mientras hacía un ademán con su mano.
—Detalles, detalles —no le dio importancia, no quería que JiMin y ahora HoSeok lo regañaran por lo mismo—. Entonces, ¿puedo saber por qué de repente nos invitaron a una pastelería?
La pareja entonces intercambió miradas con sonrisas tímidas y YoonGi al notar el pequeño detalle, frunció sus cejas con sospecha. JiMin miró lo que sucedía y ciertamente no estaba entendiendo mucho, JungKook sólo miraba el menú pensando si era mejor pedir una malteada o un pastel de chocolate.
—Bueno, planeamos esta reunión como celebración —explicó Tae, JiMin formó una "o" con sus labios.
—¿Qué estamos celebrando? —preguntó emocionado, YoonGi parecía estarse haciendo una idea, porque una sonrisa sorprendida se deslizaba por sus labios.
La pareja volvió a mirar y al mismo tiempo levantaron sus manos izquierdas, en donde yacían unos hermosos anillos de plata.
—¡Whoa! ¡¿Es en serio?! ¡Por fin~! —aplaudió, llamando la atención de los demás clientes, HoSeok se cubrió el rostro con pena mientras TaeHyung reía—. ¿Por qué ambos tienen anillos? Honestamente pensé que HoSeok sería el primero en pedir matrimonio.
—Fue literalmente al mismo tiempo, ¿puedes creerlo? —HoSeok rió y YoonGi lo miraba con absoluta sorpresa—. Después de que se lo pregunté, Tae sacó una cajita con un anillo para mi —suspiró enamorado mientras recordaba.
—Mi idea era más romántica, porque quería pedírselo en una cena elegante con velas y todo el numerito, pero el muy tonto se puso nervioso y me lo pidió antes de ir a dormir —HoSeok volvió a reírse, esta vez por los nervios y la pena mientras YoonGi se carcajeaba, alegando que ese era exactamente su amigo—. Tuve que decirle que yo también quería pedirle matrimonio, pero aún me debe la cena.
—Lo haré mejor la próxima vez, lo prometo, cariño —lo miró con un puchero y Tae viró los ojos mientras sonreía.
—Ustedes están hechos el uno para el otro definitivamente —soltó después de reírse—. ¿Y qué hacemos aquí? Tenemos que ir a emborracharnos —se levantó sonriente.
HoSeok viró los ojos y señaló a JungKook.
—Ah, cierto —una risa se escapó mientras el niño lo miraba y volvió a sentarse—. Nos emborracharemos con dulces, sí.
—¡Felicidades! —aplaudió JiMin igualmente, sólo que menos escandaloso que YoonGi, TaeHyung le sonrió.
—Muchas gracias JiMin-ssi~.
JungKook se rió cuando escuchó aquello y murmuró un "JiMin-ssi" en voz baja mientras escondía su rostro detrás del menú, sonaba gracioso.
—Estoy tan feliz por ustedes —se quitó una lágrima falsa, actuando dramático—. ¿A quien más se lo han dicho?
—De hecho, ustedes son los primeros en saber —confesó HoSeok.
YoonGi entonces colocó una mano sobre su pecho, justo donde estaba su corazón, e hizo una mueca como si de verdad fuera a llorar por eso. JiMin se rió de su dramatismo, dándole un empujón juguetón.
—Oh dios, acaban de hacer que algo en mi explotara —suspiró con más dramatismo fingido.
El bailarín se preguntó por qué su amigo se veía tan animado de repente, él podía jurar que después de contarle él sólo le daría un par de palmaditas en la espalda y le dedicaría una sonrisa sincera, porque así era YoonGi. Quizás un par de cosas estaban cambiando en su vida, para mejor, y él no se iba a quejar al respecto.
HoSeok sólo esperaba que durara así por muchísimo tiempo.
—Joder, su vida es más emocionante que la mía —rió—. Vamos a ordenar que para eso vinimos, yo invito —decía genuinamente feliz, mientras tomaba el menú.
—No tienes que hacer eso, Yoon... —Tae lo miró con cariño.
—¡Yo quiero una malteada y un pastel de chocolate! —pidió Kook rápidamente y HoSeok lo miró con un poco de reproche.
—No deberías comer tanto azúcar... —el niño hizo un puchero y puso ojos de perrito.
—Déjalo, estamos celebrando —YoonGi hizo un ademán con su mano—. Celebremos con malteadas y pasteles —agregó.
JiMin observó a todos con una sonrisa mientras pedían sus postres. Si se ponía a pensar en la situación, TaeHyung y HoSeok lo habían invitado también para contarle la noticia, ellos quizás lo estaban viendo como parte de su pequeña familia y pensó entonces, que estaba haciendo un muy buen trabajo.
La sonrisa llena de cariño que el pelinegro le dedicó se lo confirmó y él sólo le sonrió igual de emocionado, esta vez no había sido por su causa, pero YoonGi estaba feliz y él también podía estar feliz.
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