Lección 18

Cómo pasar un día entretenido

—Hyung, ¿por qué estamos aquí? —preguntó el rubio mirando alrededor del lugar.

—Porque necesito una cortina de baño nueva y un soporte nuevo, el que rompiste ayer ya no sirve —decía mientras revisaba la tienda que habían encontrado cerca de casa.

—No diga que yo lo rompí cuando eso no es verdad —se cruzó de brazos—, lo rompimos los dos —refutó.

YoonGi suspiró y una sonrisa bailó entre sus labios, JiMin podía ser muy racional algunas veces y otras veces simplemente no serlo tanto, llegando a ser gracioso.

Ambos caminaron por la pequeña tienda de productos para el hogar, JiMin miraba todo con atención, analizando los cientos de accesorios que podían colocarse en una casa; si lo veía por el lado lógico, no comprendía qué utilidad tendrían luces con formas de corazones, pero si trataba de verlo por el lado humano (el cual el consideraba como realmente irracional), podría ser porque eran... "bonitas".

—Hyung, ¿no quiere luces de corazones? —preguntó, mirándolas.

—No, JiMin —le dijo, viendo las cortinas de baño.

El robot miró otra cosa.

—¿No quiere una letra hecha de madera? —YoonGi enarcó una ceja, un poco confundido—. ¿O una silla que levita? —preguntaba mientras miraba el objeto.

—No —lo miró, un poco divertido—. No necesito decoraciones de ese estilo.

—Pero... son bonitas —razonó.

YoonGi rió.

—Para mi no —se encogió de hombros y tomó una caja que contenía un soporte para cortinas de baño, con cortinas incluidas—. Sólo llevaré esto —movió la caja frente al robot—, porque es lo que necesito.

JiMin pareció entender y miró a las demás personas de la tienda escogiendo cientos de decoraciones diferentes, suponía que ellos también lo necesitaban, pero no estaba seguro de qué funcionalidad tenían las figuras hechas de vidrio.

Cuando ambos caminaban de regreso a casa, cruzaron el parque al que estaban acostumbrados recorrer. El frío anunciaba el otoño hacerse presente y los niños jugaban más abrigados, JiMin los miró y los saludó, recibiendo sonrisas y emocionadas manos agitándose como saludo. El robot no estaba seguro de por qué YoonGi no había querido pasar por ahí de nuevo, pero los niños no parecían incómodos con su presencia.

—¿Por qué no puedo ir a jugar con los niños, YoonGi Hyung? —preguntó, YoonGi lo miró de soslayo y se encogió de hombros.

—No eres un niño —explicó—, sólo los niños juegan ahí.

JiMin parpadeó y vio nuevamente hacia el parque, notando como un hombre levantaba a uno de los niños en su espalda y corría alrededor de los juegos persiguiendo a otros niños.

—¿Entonces ese señor está haciendo mal? —preguntó JiMin y cuando YoonGi vio al hombre, suspiró.

—Él debe ser el padre de alguno de ellos, es normal que un padre juegue con su hijo pero yo no tengo hijos y tu menos, realmente no tienes una buena excusa para jugar con ellos.

—Mi excusa es que quiero aprender el comportamiento infantil —explicó.

—Eso sonó tétrico —lo miró, casi riéndose, pero se dio cuenta que nuevamente JiMin estaba caminando lejos de él—. ¡Hey!

YoonGi se detuvo cuando un policía se acercó a JiMin y sus nervios lo congelaron, ¿qué se supone que haría ahora? ¿Cómo iba a explicarle que realmente no pasaba nada malo?

Observó como JiMin mostraba su muñeca y los hombres pasaban sobre ella una especie de escáner, sus cejas se fruncieron y sus piernas parecieron reaccionar, así que se acercó lentamente y con la incertidumbre de no saber qué decir exactamente hasta que el policía se fue y JiMin se despidió con el movimiento de su mano.

—¿Qué fue eso? —preguntó YoonGi completamente confundido.

—Sólo le estaba explicando al señor policía que era un robot, que no tenía de qué preocuparse —le dijo—, creo que los padres no estarán incómodos con mi presencia —le sonrió.

YoonGi miró a las familias hablando con el policía y asintiendo en entendimiento, haciendo ademanes de que no habría problemas. YoonGi se dio media vuelta y esta vez tomó a JiMin del brazo para asegurarse de que no se iría a ningún lado, el robot no protestó pero sí parecía extrañado por el comportamiento del contrario.

—¿Cómo se supone que lo comprobaron? —preguntó cuando estaban más lejos, otra vez se había sentido nervioso por la miradas de las familias sobre él.

—Los robots tienen chips en alguna parte que dice toda su información básica, como su programación y función —comenzó, mostrándole la muñeca al contrario—. El mío está en mi muñeca y se lee con un escáner especial, no existen muchos robots como yo, por lo que era normal que se vieran escépticos al principio.

YoonGi asintió, ahora un poco más relajado.

—¿Colocaremos la cortina, Hyung?

—Sí, seguro —le sonrió ladino, sin muchos ánimos.

[🍁]

YoonGi estaba en el baño junto con JiMin, sacó lo que parecía ser el soporte de la cortina de la caja y miró el interior buscando la cortina, pero no encontró nada.

—Qué estafa —murmuró, tirando la caja a un lado.

—Aquí dice "gracias por elegir la increíble cortina tecnológica de A&I, sólo debe colocar el soporte en donde desee y nuestro producto hará el resto" —dijo JiMin mientras leía las instrucciones.

YoonGi se encogió de hombros y colocó el soporte donde debía ir, automáticamente este se ajustó al largo preciso y una cortina completamente blanca fue desenrollada frente a ambos.

—No entiendo por qué me sigo sorprendiendo de estas cosas —se quejó, observando con incredulidad el aparato completamente instalado—. Aunque es una jodida cortina blanca, no tiene ciencia.

—Aquí dice que cambia de color al que desee, sólo debe decir "cortina, quiero el color..." y lo escoge —le explicó, sin despegar los ojos del instructivo.

—Entiendo —dijo con aburrimiento—. Cortina, quiero el color negro.

La cortina cambió de color y YoonGi levantó ambas cejas.

—También puede ponerle el patrón que quiera, tiene una app —lo miró sonriente.

—Bueno, esa mierda no la necesito —recogió la caja y le quitó el manual a JiMin, tirándolo todo a la basura.

El robot hizo un puchero. No entendía por qué YoonGi desperdiciaría tantas opciones de uso, pero decidió no reclamarle al respecto porque ya conocía su manera de ser.

—Hyung —recordó algo, sonriendo suavemente. Quizás sería bueno cambiar de tema—, ¿le gustaría jugar? —preguntó mientras ambos salían del baño.

—¿Jugar? —lo miró extrañado después de lanzarse al sofá—. ¿Como un juego de mesa?

—Lo que sea, para que se relaje —le sonrió.

—No necesito relajarme, estoy bien —dijo, tomando el control remoto.

—Desde que llegamos ha tenido la misma expresión, pensé que le haría bien divertirse un poco —explicó en un tono de voz un poco bajo, colocando sus manos detrás de su espalda y con una expresión de preocupación en el rostro.

—Eso se puede malinterpretar, JiMin —se rió flojamente de su propio comentario—. ¿Qué se supone que quieres jugar?

—A lo que vi hace un rato en el parque —su sonrisa seguía pintada en su rostro, YoonGi no estaba seguro de a qué se refería pero se encogió de hombros.

—Como quieras.

Ciertamente, YoonGi había aprendido una valiosa lección desde que conoció a JiMin: preguntar a qué demonios refería antes de aceptar, quizás de ser así, no estaría en ese momento sintiéndose jodidamente extraño.

—¿Cómo esto podría ser relajante? —jadeó por el movimiento—. Siento que me voy a caer al suelo y perderé un diente —se quejó, sus brazos fuertemente sujetos al cuello del robot para no caer.

—¿En serio? —JiMin detuvo los brincos que estaba dando—, parecía divertido, a los niños les gustaba, ¿por qué a usted no? —giró un poco para verlo de soslayo.

—¿Será porque soy un adulto? —preguntó con sarcasmo y el rubio se detuvo a analizar aquella frase—. Déjame bajarme.

—Esperaba que se divirtiera —hizo un puchero cuando el mayor se bajó de su espalda.

—Es como si yo lo hiciera contigo, tú no te divertirías.

—Son situaciones diferentes —aquello era obvio, a JiMin nada le podía parecer divertido—, además usted no podría cargarme —sonrió.

YoonGi sintió que su orgullo había sido golpeado cuando escuchó aquello.

—¿Cómo que no podría contigo? ¿Crees que soy un enclenque? Soy perfectamente capaz de cargarte si se me antoja —frunció el ceño.

—Uh... —JiMin ladeó la cabeza, sin entender la reacción del pelinegro—, bueno, usted ya sabe que yo no tengo el peso que aparento...

—No me importa —hizo un ademán con su mano—, puedo cargarte, no soy un debilucho JiMin.

—Bueno... ¿está seguro? —ahora se veía nuevamente preocupado.

—Ven acá, mocoso, yo no soy ningún jodido debilucho... —murmuraba entre dientes mientras buscaba una buena manera manera de sujetar a JiMin.

Al final, todo resultó con YoonGi tirado sobre el sofá con serias sospechas de que se había roto la espalda.

No podía creer que a penas el robot saltó a su espalda su cuerpo cayó al suelo, ¡JiMin se había recostado sobre él antes y había podido! ¿Qué demonios pasó?

—Hyung, es muy diferente cargarme y levantarme del suelo por completo, a sentir mi peso sobre usted —le explicó como si pudiera leer su mente—. La repartición de peso es diferente y...

YoonGi refunfuñó.

—Creo que el dato "peso casi 90 kilos por todo el metal que tengo" hubiera sido de ayuda —dijo mirando al techo con sus manos entrelazadas sobre su estómago y su mirada neutral en el rostro. El robot estaba sentado en el suelo enfrente de él.

JiMin ladeó sus labios.

—No me dejó decírselo y se veía tan emocionado con eso de que no era un "debilucho" que no quería que se enojara.

—JiMin...

—¿Sí? —lo miró con atención.

—Vete a la mierda.

JiMin procesó la pregunta.

—¿Dónde queda eso?

—¡Aish!

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top