Lección 13
Cómo levantarse para hacer ejercicio
JiMin encendió la televisión de la sala, iniciando la rutina que llevaba repitiendo desde hace unas semanas mientras esperaba que YoonGi se levantara. Sin embargo, esta vez fue con un programa de salud con el que se topó y, de alguna manera, aquello eran malas noticias para el dueño de la casa que justo ahora, a las doce del día, debería estar durmiendo plácidamente, pero en cambio está siendo levantado por un, aparentemente, preocupado robot.
—¡Hyung! ¡Levántese! —le pidió JiMin por tercera vez, pero como no veía ninguna respuesta, consideró que ahora que sería una mejor opción usar algo para despertarlo, como su almohada.
Lo único que podía salir de aquello sería un YoonGi molesto, lo sabía, pero era importante. Así que tomó la almohada y se la estampó contra la cara al pálido, despertándolo al instante y recibiendo un contraataque de inmediato.
—¡¿Qué te pasa?! —le reclamó YoonGi, arrebatándole la almohada y lanzándola a otro lado.
A JiMin no le importó el regaño y tomó a YoonGi del brazo, levantándolo a la fuerza mientras el mayor gruñía y maldecía.
—Dame una buena razón para no lanzarte por la ventana justo ahora —habló roncamente, aún con los ojos medio cerrados.
JiMin frunció el ceño intentando verse serio para imponer superioridad, pero YoonGi sólo hizo una mueca, casi yéndose la molestia en ese instante porque JiMin literalmente no estaba hecho para ser malo, sólo adorable.
—YoonGi Hyung, usted ha pasado todo el día durmiendo, eso no está bien, tiene que mantener su cuerpo activo o puede enfermarse, desarrollar debilidad... ¡o la muerte! —puso cara de espantado—. Y no permitiré que eso suceda.
—No me voy a morir por dormir, ¿quién demonios te dijo eso? —le preguntó con fastidio, parpadeando para poder enfocar bien porque aún veía borroso por el sueño.
—La televisión, y la televisión no miente y mucho menos el hombre que hablaba en ella, él me dijo todo lo que podría pasarle y lo que tengo que hacer para ayudarlo —explicó completamente seguro.
YoonGi ya tenía los ojos cerrados y siendo honesto, sólo había escuchado la mitad.
—JiMin... —intentó hablar pero uno de sus suéteres chocó contra su rostro, callándolo.
—Y lamento ser tan irrespetuoso pero es su salud, tiene que cuidarla —decía mientras buscaba unos pantalones para YoonGi—. Iremos a trotar y "no aceptaré un no por respuesta" —repitió las palabras que había dicho el chico musculoso al otro lado de la pantalla.
—Pues tendrás que hacerlo, pequeño berrinchudo.
—¡No soy un pequeño berrinchudo! —reaccionó ofendido.
YoonGi con una sonrisa llena de malicia tomó el suéter y se lo colocó a JiMin en la cabeza, lo amarró con algo de fuerza y luego lo empujó sobre la cama mientras el menor intentaba quitarse el obstáculo visual, finalmente el pelinegro lo envolvió en sábanas hasta dejarlo completamente inmóvil.
—Pareces un cadáver —comentó con gracia mientras JiMin intentaba moverse y tomó una sábana extra—. Iré a dormir al sofá.
Una vez el chico abandonó el cuarto, JiMin logró sacarse el suéter de la cara y movió sus piernas con fuerza para liberarse de las sabanas.
—¡Min YoonGi Hyung! —lo llamó pero no recibió respuesta, intentando nuevamente salir de ese enredo de sábanas en donde lo había metido el hombre.
YoonGi se había quedado nuevamente dormido en un tiempo récord, ahora en el sofá. Realmente ni siquiera tenía razones para estar cansado y seguramente eso debía ser razón para preocuparse, pero a él no le importaba, él sólo estaba seguro de que tenía sueño.
De la nada, sintió la sábana que lo cubría se retirada rápidamente y luego, como era levantado del sofá como si de un saco de papas se tratase en el hombro del robot.
—¡Bájame! —movió las piernas pero el contrario no lo soltó— ¡JiMin, esto no es gracioso!
—La salud no es ningún chiste YoonGi Hyung —dijo como respuesta y el hombre bufó.
—¡Déjame dormir o te mataré!
—Uno de los dos va a salir perdiendo y no seré yo, Hyung.
YoonGi realmente no podía creer que en serio el robot se haya atrevido a hacer algo así, ¿dónde habían quedado los modales que NamJoon presumió que el rubio tenía? ¡Iba a demandar a todos esos idiotas!
—Maldición, JiMin —suspiró, rendido.
[⛅]
YoonGi se detuvo y se sostuvo de sus rodillas para no caer al piso, pidiendo con su mano alzada que se detengan para poder recuperar el aliento, el robot sólo se quedó parado a su lado mientras las personas que pasaban se los quedaban viendo, algunas preocupadas y otras extrañadas.
—Creo que voy a morirme de cansancio... —jadeó y se volvió a erguir en su puesto.
—Hyung, sólo lleva trotando una cuadra y media.
YoonGi simplemente hizo una mueca de que estaba a nada de morirse, como si realmente aquella cifra fuera la gran cosa y su esfuerzo hubiese sido gigantesco, ni siquiera podía hablar de nuevo porque estaba tratando de recuperar el aliento.
—Además, se detuvo bastantes veces a descansar —dijo, mirando los alrededores del parque—. No llevamos ni un cuarto del parque recorrido.
YoonGi bufó.
—¡No he hecho nada de ejercicio desde que salí de preparatoria!, deberías darme más crédito si tenemos en cuenta eso y que me sacaste a la fuerza de mi casa, chatarra —se quejó, colocando sus manos en su cintura e inclinándose un poco hacia atrás mientras jadeaba—. Ahora tengo razones para estar cansado e irme a dormir ya.
—¿Dormirá a las dos de la tarde? —preguntó el robot—. Ya ha dormido mucho —hizo una mueca preocupada, no consideraba que eso fuera algo que todos los humanos hacen—. La energía que produjo debería haberle quitado el sueño.
—Pues, calculaste mal —le dijo con un tono de voz enojado.
El parque se veía hermoso y soleado, varias personas jugaban y trotaban, todos completamente entretenidos y felices, pero ahí estaba YoonGi usando lentes de sol y ropa negra que no parecía en absoluto la que se debería usar para hacer algún deporte, haciendo muecas de enojo y sin querer incluirse en el ambiente bonito que formaban los demás.
JiMin no lo entendía y ahora que veía el rostro enojado de YoonGi suponía que debía estar arrepentido.
—Lo siento, realmente no quiero que le pase algo —explicó cuando el pelinegro pareció recuperar el aliento.
YoonGi sólo lo miró un par de segundos, honestamente ahora, no estaba de ganas de ser amable con JiMin.
—Claro, ¿lo dices porque es algo que "realmente" sientes de verdad o porque es algo que consideraste que debías decir? —preguntó y el robot se quedó callado—. Como sea, iré por un jodido helado...
JiMin lo siguió, sin saber qué decir en ese momento.
¿A YoonGi le enojaba que fuese un robot?
[⛅]
Cuando ellos regresaron a casa, YoonGi estaba adolorido y JiMin mantenía la mirada gacha porque había sido regañado. El hombre no se veía de ganas para hablar en absoluto y sin dudarlo fue a tomar una ducha para quitar el sudor que tenía por todo su cuerpo. Luego de eso, un poco más relajado y sin muchas ganas de dormir, miró a JiMin sentado en el sofá, concentrado en la televisión y en un programa de comedia.
—Ese programa es una asco —le dijo mientras pasaba una toalla por su cabello.
El robot pareció soltar un sonido de decepción.
—Lo siento —hizo un puchero y tomó el control remoto, buscando otra cosa que ver.
—Si te gusta puedes dejarlo...
—Es que Hyung está enojado porque aprendí cosas sobre ejercicio —el pelinegro frunció sus cejas en confusión—, entonces creí que no estaría enojado si aprendía cosas que sean divertidas, como chistes —miró a YoonGi con ojos inocentes y quizás ligeramente tristes.
El hombre se sintió jodidamente culpable, se arrepintió de cómo se había comportado con el contrario y, con un suspiro, se sentó al lado de JiMin.
—No estoy enojado.
—Pero me gritó...
—Lo sé, lo siento, no soy fan de hacer ejercicio por eso estaba frustrado y me descargué contigo, eso no es algo que deberías hacer por cierto —explicó, el robot pareció entender y asintió, bajando la mirada. YoonGi todavía tenía esa sensación rara en el pecho así que suspiró profundamente—. Pero... —hizo una mueca, el rostro de JiMin lo veía con curiosidad y él no pudo mirarlo por mucho tiempo—... podemos... intentarlo otro día...
JiMin pareció procesar lo que el otro dijo hasta que de repente, sonrió en grande.
—¿Hará ejercicio, Hyung? —preguntó para estar seguro, YoonGi suspiró.
—Haré ejercicio... —el robot asintió de acuerdo mientras sonreía—. Pero... sólo un poco, podemos caminar por el parque y quizás trotar un poco.
Los ojos de JiMin ahora habían desaparecido en esas adorables líneas que YoonGi consideraba realmente lindas, provocándole una sonrisa suave al pelinegro.
—¡Sí, Hyung!
Quizás no había sido un día de ejercicio tan malo.
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