Lección 12
Cómo ganarse el corazón de un niño.
JiMin se encontraba sentado en el suelo, revisando una tableta que YoonGi había comprado hace poco y que le entregó para que se distrajera. No estaba seguro de lo que debería hacer con ella y mientras tocaba la pantalla descubriendo el objeto, escuchó al pelinegro acercarse a su lugar.
—JiMin, hoy van a venir HoSeok y JungKook de visita, deberían llegar en cualquier momento, lo siento por no avisarte antes —avisó el dueño de la casa, parándose a un lado del sofá mientras sostenía su nuevo celular con su mano derecha.
YoonGi quizás se estaba dando un par de lujos que antes no, ahora que su casa esta limpia y tenía dinero, el cielo era el límite, o bueno, lo sería cuando descubra como usar correctamente el condenado celular nuevo.
—No se preocupe, Hyung —respondió con voz dulce—. No me molesta, esta es su casa —razonó sin dejar de mirar el objeto que tenía entre sus manos, llegando a la conclusión de que era capaz de hacer las mismas cosas que él.
—Bueno, pórtate bien —agregó, mirando al contrario.
El robot ladeó un poco su cabeza y miró a YoonGi, sin entender bien el por qué de la oración; hasta donde tenía entendiendo se había comportado correctamente dentro de los estándares establecidos por el pálido.
—Hyung, ¿por qué me habla como si me hubiese portado mal antes o como si fuese un niño? —ladeó su cabeza, viéndose genuinamente curioso. Sus ojos habían comenzado a ser capaz de demostrar muchas más emociones que antes y YoonGi no estaba seguro de si eso era algo malo o bueno.
—Sólo... —desvió la mirada, tratando concentrarse en algo más que no fuera la mirada del robot— pórtate bien y ya —hizo un ademán con su mano.
JiMin frunció sus cejas, a veces consideraba que YoonGi no decía cosas muy coherentes.
—Está bien, Hyung...
De repente, la puerta fue tocada y de inmediato YoonGi se dirigió hacia ella, JiMin sólo se quedó sentado en el suelo, mirando con atención y curiosidad la entrada mientras esta era abierta, dándole paso a un sonriente HoSeok y a un pequeño que lo acompañaba. JiMin rápidamente se levantó cuando el hombre se acercó a él, sonriendo encantadoramente y haciendo una pequeña inclinación como saludo que fue bien correspondida.
—Le hablé a mi bebé de ti y dijo que quería conocerte lo antes posible —le dijo a JiMin como explicación a su visita, detrás de él un pequeño bulto se escondía y el rubio analizó al pequeño—, vamos Kookie, no tengas miedo, no hace nada —le dio unos ligeros golpecitos en la espalda para darle ánimos.
Un pequeño niño se asomó. Sus ojos estaban ligeramente abiertos en sorpresa cuando el robot se hizo presente frente a él, sonriéndole tan encantadoramente que él también quiso sonreír.
—Hola, soy JiMin —saludó, agachándose para estar a la altura del pequeño.
Con algo más de confianza JungKook se acercó y frunció ligeramente el ceño, porque realmente le parecía una persona común y corriente, sin ningún parecido al hombre de acero que se había imaginado en su cabeza. El niño mantuvo su mirada fija, sin hacer otra mueca que no fuera su ceño levemente fruncido.
HoSeok soltó una risita.
—Mi JungKookie no es de muchas palabras, JiMin —le explicó HoSeok, el robot no dejaba de mirar al niño—. Pero creo que le agradas.
—Es completamente diferente a TaeHyung y a ti —agregó YoonGi, viendo como JiMin parecía entretenido con el pequeño, mirándolo con detalle y sonriendo—. Cualquiera pensaría que se le pegarían sus mañas de ser condenadamente positivos y sociales.
—No te metas con la capacidad de sociabilización de mi hijo —su amigo lo miró, enarcando una ceja mientras YoonGi le sacaba la lengua a modo de juego.
—Eres muy lindo —le dijo JiMin al niño, ignorando la conversación ajena y este parpadeó casi sorprendido.
—Usted también es lindo, Hyung —dijo sin vergüenza.
Ambos adultos miraron con sorpresa al pequeño y de cómo parecía en absoluto estar perfectamente tranquilo con levantar su pequeña mano hasta tocar la punta de nariz de JiMin y de ahí pasarla por la mejilla ajena, amasándola con su mano, como si estuviera probando si realmente el chico era real.
—Puede decirme Kookie o JungKook, cualquiera está bien para mí —decía tranquilamente, con una voz suave y ligera que casi no se escuchaba, sus manos concentradas en las mejillas ajenas.
—Oh, bonito apodo, eres muy creativo. ¿Tienes alguno para mí? —se señaló a sí mismo, los ojos de sorpresa de HoSeok puestos en él al igual que los de YoonGi.
—Hum... usted se llama JiMin... —se sentó de piernas cruzadas frente a JiMin, mirándolo fijamente mientras pensaba—. ¿Chimchim le gusta?
—¡Sí! —aplaudió alegre, sacándole una sonrisita a Kookie.
A HoSeok casi se le cae la mandíbula al suelo, nunca había escuchado a su pequeño decir más de dos palabras a un desconocido o responder preguntas que no sean "sí" o "no", incluso a veces en casa podía quedarse callado por horas.
—¿Ese es mi hijo?
YoonGi empezó a reírse de la situación, mientras veía como los dos "nuevos amigos" se tocaban la cara ajena y se reían uno del otro.
—Ese robot tiene algo... —agregó con una mueca pensativa.
—JiMin crea ese efecto en las personas —se encogió de hombros—, supongo que lo crearon para eso.
—¿Para robar el amor que los niños tienen por sus padres? —murmuró HoSeok, casi como si estuviera haciendo un berrinche.
YoonGi viró los ojos, riéndose.
—¿Quieres un café? —miró a su amigo, este asintió suspirando con derrota antes de que ambos caminaran hacia la cocina.
JungKook abrió su mochila y sacó un par de tijeras de punta redonda junto con diferentes hojas de papel, JiMin veía los materiales con curiosidad y sostuvo los objetos cuando JungKook le dijo que lo hiciera.
—¿Sabe hacer muñecos de papel? —preguntó, comenzando a doblar las hojas. JiMin negó con la cabeza—. Pero si es muy fácil —parecía sorprendido.
—¿Puedes enseñarme? —JungKook asintió completamente seguro.
—Tiene que prestarme mucha atención —decía mientras comenzaba con su tarea, JiMin sólo lo observaba con toda la atención a la que YoonGi estaba acostumbrado.
[🐰]
Después de un rato de conversación entre los adultos sobre temas triviales como la inminente muerte del planeta o que el café era una creación de dioses, JungKook se levantó de su puesto, dejando a JiMin solo mientras este recortaba algunas figuritas de papel con concentración. El infante se acercó a su papá y zarandeó su camiseta para que le hiciera caso.
—¿Qué pasa, bebé? —YoonGi hizo una mueca por el apodo porque le parecía ridículo, aunque a Kookie ni siquiera le importaba que lo llamaran así.
—A casa.
—¿Ahora? —el pelinegro asintió—. Pensé que te estabas divirtiendo con JiMin... —volvió a asentir, ahora un poco más entusiasmado—. ¿Entonces? —enarcó una ceja; si se estaba divirtiendo ¿para qué quería irse?
—Nos lo vamos a llevar —parpadeó—, ¿verdad?
HoSeok no supo qué decir después de eso, sólo miró a YoonGi y este le devolvió la mirada, encogiéndose de hombros porque tampoco tenía idea de qué manera podrían decirle al pequeño que no se lo podían llevar.
—Tú eres el papá —le dijo, desligándose de la conversación mientras tomaba otro sorbo de café y se concentraba en JiMin recortando papel.
El padre suspiró y miró a su bebé.
—Verás Kookie... nosotros no podemos llevarnos a JiMin...
—¿Por qué? —preguntó de repente, interrumpiendo a su papá.
—Porque simplemente no podemos.
—¿Por qué? —insistió.
—Porque es de YoonGi.
—Ahora es de Kookie.
—¿Cómo? —el dueño de la casa enarcó una ceja, entre divertido y confundido por la manera de hablar del niño.
—Es mío —Kookie lo miró, casi como si lo estuviera retando y YoonGi quiso reír, pero le devolvió la mirada.
—Yo firmé por él, es mío —le respondió de la misma manera, simplemente para molestarlo.
JungKook entrecerró los ojos y HoSeok le dio un codazo por molestar a su pequeño.
—Kookie, no nos lo podemos llevar, JiMin es de YoonGi —insistió HoSeok.
—¿Por qué? —ahora dio un ligero pisotón, abultando sus labios y frunciendo el ceño mientras veía a su papá.
Estaba a punto de hacer un berrinche y HoSeok iba a entrar en pánico, porque sólo existe una persona que puede controlar al niño y esa persona estaba trabajando. A todo esto, YoonGi ni siquiera estaba prestando atención, él estaba más concentrado en pensar lo raro que sonaba la frase: "JiMin es de YoonGi".
—¡YoonGi se va a poner muy triste si nos llevamos a JiMin! —soltó HoSeok.
—¿Qué? —preguntaron el infante y el nombrado al mismo tiempo.
—Sí, YoonGi quiere mucho a JiMin y si nos lo llevamos se pondrá triste y llorará como un bebé —explicó, JiMin los miró curiosos.
—¡No, eso...! —YoonGi trató de defenderse.
—Oh, ¿usted me quiere mucho, YoonGi Hyung? —preguntó el robot con una expresión que parecía estar entre sorpresa y curiosidad.
—Uh.. ¡N-no! —HoSeok lo miró con reproche y YoonGi tuvo que tragarse su queja para que el niño no siguiera haciendo berrinche—. Es decir... ¿sí?... Sí... —intentó responder, siendo atacado por sus nervios y por sus mejillas ya totalmente sonrojadas.
JiMin lo observaba con una sonrisa brillante y JungKook lo miró con los ojos entrecerrados, YoonGi ahora se sentía sofocado.
—¡Claro que sí lo quiere! —repitió HoSeok, borrando las dudas en los ojos de su hijo—. ¿Ves, bebé? Por eso no podemos quitarle a JiMin a tío YoonGi —explicó, más tranquilo ahora porque había logrado resolver la pequeña situación.
—Ah... —JungKook pareció entender—. Bueno... está bien, lo dejaremos aquí para que tío YoonGi Hyung no llore como un bebé, pero es mío.
—¿Qué dijiste, mocoso? —lo miró con la cara aún roja, pero ahora completamente ofendido.
—Sí, es tuyo —consoló HoSeok.
—¡¿Y tú qué dijiste, Jung?! —miró con reproche a su amigo.
—¡Kookie, terminé! —JiMin lo llamó con emoción, ya había terminado las figuritas.
Al pequeño se le iluminaron los ojos cuando vio los conejitos perfectamente cortados de JiMin.
—¡Conejitos! —y corrió hacia el robot para seguir jugando con él.
Después de eso, HoSeok recibió la furia de Min YoonGi quien, de hecho, no llora como un bebé... sólo fue una vez y además, estaba borracho.
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