•02•
Regla #2
No te encariñes demasiado.
Puedes perder a alguien.
....
Pov. Adrien:
No esperaba volver a encontrármelo nunca mas, no era mas que otro chico el cual hacia venganza por su roto corazón.
Pero al parecer era terco.
— ¿Vas a dejar de seguir me? — Di la vuelta quedando frente al pelirrojo quien ni se preocupaba por ocultarse.
— No, no lo haré hasta que me digas que le hiciste a Marinette. — Se cruzo de brazos tratando de verse rudo cosa que no funciono, solté una risa molestándolo.
— La amarre a mi cama, le di con un látigo, le tire cera y le di duro, todo mientras le susurraba cosas sucias al oído.
—¡Eso no es verdad! — bajo sus brazos y apretó los puños haciendo un puchero. — ¡Si le ha-
Pose mi dedo sobre sus suaves labios para callar lo, el solo lo miro provocando que se viera torpe y tierno, solté una risa de solo mirarlo.
— Bien, me atrapaste, por tu culpa no hemos hecho nada aun. — Con un golpe el alejo mi mano de sus labios. — Deja de entrometer te, toma lo como un favor.
— favor mis huevos. — me empezó a lanzar golpes que yo solo evitaba y me burlaba de ellos.
— Golpeas como niña. — La gente alrededor comenzaba a mirarnos algunos divertidos y otros como si fuese raro que alguien te pegara en medio de la banqueta.
Sin muchas ganas y para nada sobre exigiendome lo detuve en tan solo unos segundos, tome sus brazos y lo obligue a mirarme.
— ¿Que te parece si me invitas una malteada y discutimos los términos?
— ¿Terminos? ¿Que malditos términos? ¡Alejate de ella!— Se acerco a mi casi pegando nuestras narices y me miro desafiante, yo solo le respondí con mi típica sonrisa.
— Lo tomare como un si.
...
—¿Y que haces con tus “victimas” cuando acabas? — Hizo comillas con sus dedos y volvió a sorber de su bebida esperando curioso por mi respuesta.
Tarde en contestar algunos segundos pues me empeñe en mirar el rostro del chico, recordar sus reacciones daba ternura y gracia.
— Me voy, ellas me siguen llamando pero el salir conmigo es algo de un día. — Le sonreí.
Nathanaël se removió molesto e inquieto de su asiento, el pensar que Marinette llevaba mas de un día conmigo lo ponía de malas... Aunque no solamente el estaba de malas, no podía estar a gusto con la chica sin ser espiado por el.
— Ya veo. — Murmuro.
Sonó la campana de la entrada del lugar dejando ver una hermosa chica castaña la cual no dejaría ir.
— Nuestra cita termino, enano. — Lo despeine antes de irme con aquel bombón, no deje de sentir su intensa mirada de odio hasta que me fui con aquella chica del lugar...
...
Tal vez el chico de verdad estaba enamorado de Marinette... O era realmente uno de esos tipos raros que les gusta acosar a los demás.
Iban exactamente tres semanas desde que tuvimos esa reunión en el restaurante y el aun continuaba siguiendo nos, Marinette era estúpidamente ciega al no notarlo.
Rara la vez que teníamos un duelo de miradas, yo mientras besaba intensamente a la chica y Nathanaël desde atrás oculto en un arbusto irradiando ira.
Como lo disfrutaba.
Había chicas que me preguntaban que si ya tenia novia pues ya no me dedicaba a tener relaciones con muchas, tres endemoniadas semanas desde que no tengo algo bueno.
Las reacciones de aquel chico eran todo un espectáculo para mi, cada que toqueteaba a Marinette el se retorcía de celos y yo de risa.
— Sabes... Había escuchado muchos rumores acerca de ti. — Marinette paso su mano por mi mejilla y empezó a acariciar me dulcemente. — Pero todos los demás son unos imbéciles y ciegos.
Aguante una carcajada y asenti inocentemente hacia la chica, atrás de esta como siempre se encontraba Nathanaël detrás de un árbol Matándome con la mirada.
Una vez Marinette me distrajo para juntar nuestros labios en un empalagoso beso el cual no me negué sonreí por dentro, al separarme esperaba un pelirrojo súper enojado lanzándome insultos silenciosos pero no fue así.
Se había ido.
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