Capítulo Único
Disclaimer: los personajes de esta historia pertenecen a Masashi Kishimoto. Obra inspirada a fin de entretener y sin fines lucrativos.
"....." pensamientos
-.....- diálogos
●●●● cambio de escena
🌻 How deep is your love? Is your love how deep is your love, i really need to learn...🌻
¿Cuán profundo era su amor por ella?
Esa pregunta Neji se la había hecho más de una vez luego de ese día. Se había decidido a cortejar a la heredera de la rama principal de su clan, aquella hermosa mujer de opalinos ojos, mirada tierna y azulada cabellera. Con la suerte de ser correspondido de inmediato, llevando así una relación sencilla llena de respeto y cariño. Y cuando llegó el momento de enfrentar al patriarca, lo único que este le preguntó fue
— ¿Cuán profundo es tu amor por mi hija? —
Si bien pudo afirmar que la amaba con locura, la duda hizo mella en él de forma persistente. Y después de años junto al amor de su vida no había encontrado la respuesta a esa interrogante.
Mirando a su ahora esposa, se dispuso a rememorar la historia de ambos.
La primera vez que la había visto fue en su tercer cumpleaños, le había parecido una niña hermosa y la manera en la que se aferraba a la pierna de su padre, escondiéndose detrás de él, era adorable y tierna.
Empezaron a entrenar frecuentemente, y al término de cada entrenamiento solían compartir confidencias. Hinata le decía que no quería ser ninja, que deseaba haber nacido en la rama secundaria con tal de no tener que cumplir con las exigencias de su estricto padre. A lo que Neji siempre le reprendía alegando que era la futura líder y que debía hacer lo posible para mejorar. Fue hasta que colocaron la marca en su frente que le juró estar a su lado, protegerla y hacerla una mujer fuerte.
Toda su relación se fue al trasto a raíz de la muerte de su padre. Empezó a odiar a la rama principal y a la que creía causante de su desgracia. Pero por más que lo intentó el sentimiento de cariño hacia ella no desaparecía.
Aún en los exámenes Chūnin, mientras ocultaba sus sentimientos tras su cara de molestia, se había enfurecido por lo despreocupada que se notaba Hinata durante todo el torneo. Realmente se preocupaba porque quedaban contrincantes sumamente fuertes a los que enfrentar, y el hecho verla sonreír y ponerse nerviosa ante Naruto mientras le entregaba el típico ungüento, le había enfurecido. Ahora sabía que el sentimiento que lo había embargado eran los traicioneros celos por aquel que le ayudó a abrir los ojos y despertar de su letargo de confusión.
Para su suerte o desgracia, a la pequeña Hyūga le tocó luchar contra él. Respiró aliviado, sólo debía hacer que desistiera, así no tendría que lastimarla como había hecho varias veces mientras entrenaban, no quería descargar su furia con ella. Pero aquella alimaña amarilla la alentó al punto de darle las fuerzas necesarias para plantarle frente. Le molestó que otra persona hubiese animado a la menor, inspirándole determinación, pues era él quien debía hacerlo. Trató de ser cuidadoso a pesar de que la lastimó con sus golpes, pero luego de las palabras que le dedicó mientras se tambaleaba y se agarraba el costado, todo su dolor y furia contenida explotaron contra ella. Estuvo a punto de matarla, y lo habría hecho de no ser por los instructores, quienes se metieron para detenerlo.
Después de su enfrentamiento con Naruto y la charla sobre el destino, cuando Hyūga Hiashi en carne propia se arrodilló ante él pidiendo perdón y explicándole toda la situación, dejó ir todos esos sentimientos de odio y resentimiento. Y a pesar de que encontró libertad, también se sintió como un tonto, Hinata no era la culpable de su miserable vida, y dispuesto a redimirse trató de ayudar cuando se enteró de su rapto.
Empezó a entrenar con el líder del clan y se mudó a la casa de la familia principal. Convivir con ellos se hizo más fácil y llevadero. Cuando Hinata volvió para vivir nuevamente en el complejo trataba de evitarla a toda costa, aunque se hacía difícil, pues la chica después de cada entrenamiento estaba ahí para servirle a él y su padre una taza de té.
Su sentimiento de culpa empeoró cuando la ayudó a prepararse para el Senbon Kumite, debía ser Hiashi quién entrenara con ella, pero por las circunstancias fue a él a quien se le encargó realizar aquella acción. El miedo que vio en sus ojos al informarle que él sería su oponente lo llenó de frustración, no hacia ella sino hacia sí mismo. La había lastimado tanto que ahora le tenía miedo. Y con su enojo bullendo por dentro le exigió demás, volviendo a hacerle daño, pues por su culpa la joven perdió la vista de forma temporal. Trató de hacer lo posible por ayudarla, pues la princesa quería asistir al festival y ver los fuegos artificiales. Pero no consiguió hacerlo, y rumiando sus penas cuidó de ella en silencio siempre atento a cualquier movimiento. Aunque la chica se enteró tiempo después.
Con el paso del tiempo la relación entre ambos poco a poco se hizo más cercana, él se encargó de enseñarle todo lo que sabía. La entrenó de manera firme y ruda, cumpliendo la promesa que le había hecho de pequeños. La vio caer, levantarse e intentar una y otra vez sin descanso. Estaba orgulloso de ella, pues se había esforzado por mejorar cada día. La vio pelear valientemente, sin miedo, a pesar de saber que no era rival para sus oponentes, inspirándose siempre en aquel Uzumaki que al parecer tenía algo especial. Pero a él le dolía saber que ella se preocupaba por todos menos por ella misma, era tan noble que fue capaz de sacrificarse por quien fue su primer amor quedando en estado delicado, y aún así terminó cuidando a los demás sin recuperarse apropiadamente.
En ese tiempo él había entendido que el amor que sentía por ella, el cual iba más allá de lo fraternal, no era correspondido. Pero, dejando de lado su propio sufrimiento, lo había aceptado. Pues si ella era feliz, él también lo sería.
Lo demostró en la guerra, poniéndose delante de ella para no verla morir, pues no podría vivir sin ella. Pero estaba seguro que Hinata estaría bien, pues con su último aliento se aseguraría que Naruto por fin entendiera los sentimientos de su prima por él. Aunque luego de ver la tristeza en su rostro, rogó a kami-sama una segunda oportunidad la cual le fue otorgada. Había sobrevivido a sus heridas, y lo primero que vio al despertar fue a ella, dormida en una silla cercana a su camilla. Lo había estado cuidando todo este tiempo.
Y él no desaprovecharía la oportunidad de hacer las cosas bien y tratar de alcanzar el amor de su delicada Hime. Cosa que consiguió luego de muchos intentos...
Parado frente a ella se cuestionó nuevamente
¿Cuán profundo era su amor?
Hinata era la luz que le faltaba a su mundo lleno de oscuridad. Ella había alegrado sus días tristes, era su compañía en los momentos más difíciles y cuando el remordimiento atacaba por las noches, haciéndole tener pesadillas, era su abrazo en el que podía refugiarse. Le había otorgado el hogar que tanto deseaba y anhelaba su compungida alma hecha pedazos.
Creía en ella ciegamente. Y cuando se encontraba lejos, por alguna misión o compromiso, deseaba tenerla en sus brazos lo antes posible. Si era el caso contrario, él se encargaba de enviar notas para informarle que estaba bien, todo con la intención de no preocuparla.
A su lado se sentía completo, como un hombre renovado que podía reír abiertamente, llorar sin vergüenzas y ser él mismo en todos los sentidos. Y cuando cada noche hacían el amor, reafirmaba fervientemente que a su lado era el lugar indicado. Su lugar en el mundo al cual pertenecer era junto a ella, el amor de su vida. Pero...
¿Cuán profundo era su amor por ella?
Lo único de lo que estaba seguro, era de que la amaba con todo su ser. Su sonrisa, su timidez, sus sonrojos, su tierna mirada llena de amor, sus desmayos, la forma en que cuidaba de los suyos... lo enamoraba cada día. Pero también sus retos, su determinación, sus infrecuentes enojos, sus reclamos... todo de ella.
No importaba la forma de su cuerpo, si tenía mucho o poco busto, largas piernas o si eran poco torneadas, si tenía unos cuantos kilos de más o de menos; todo eso simplemente no importaba, pues él amaba cada parte de su ser por el sólo hecho de que formaba parte de ella, con todo y virtudes, con todo y defectos. Pero...
¿Cuán profundo era su amor?
Sabía que el amor que sentía era tan valiente, que se enfrentaría a todo el consejo y cualquier enemigo, sólo por ella.
Tan noble, que se despojaría de todo lo que era y poseía, sólo por ella.
Tan verdadero, que estaría dispuesto a permanecer a su lado escondiendo sus sentimientos, aún si ella amara a alguien más, sólo por verla feliz.
Tan temerario, que estaría dispuesto a dar su vida, sólo por su bienestar.
Tan puro, que todos a su alrededor lo notaban y se contagiaban de la dicha que ambos sentían, pues emanaban felicidad plena.
La amaba con su vida, con su alma, con su mente y corazón. Eso lo sabía bien. Pero...
¿Cuán profundo era su amor?
— ¿En qué piensas? — llamó su esposa con suavidad.
La vio colocarse con algo de dificultad sobre sus pies, estaba cuidando su jardín aquel que era tan especial para ambos, lleno de flores hermosas, de girasoles en especial. Se acercó a su encuentro, debía ser cuidadoso, pues su mujer estaba embarazada y su notoria tripa le daba dificultades para moverse correctamente por el suelo irregular. Su nívea piel brillaba tenuemente gracias al sudor por estar bajo el caluroso sol de primavera.
— En lo afortunado que soy por tenerte a mi lado Hime — a pesar de su cara de seriedad, sus ojos transmitían todos los sentimientos que tenía por aquella mujer.
La vio sonreír de manera amplia al tiempo que tomaba su mano y se colocaba a un costado, abrazándolo con amor y recostando su peso contra él. Ambos voltearon a ver a sus dos hijos, los gemelos jugaban entre las flores junto a Hanabi, retándose de manera amistosa para ver quién era más fuerte. Tenía una familia realmente hermosa, que pronto tendría una nueva integrante, tendrían a una pequeña princesa a la que podría cuidar celosamente de todo y de todos.
Besó la sien de su esposa mientras colocaba la palma de su mano sobre su vientre, propinándole suaves caricias.
— ¿Estás cansada? —
— Sólo un poco — le dedicó una tierna sonrisa — No te preocupes anata, estoy bien —
Sus miradas se conectaron, prometiéndose desde lo más sencillo a lo más complejo, cuando el movimiento de la pequeña criatura en el vientre de su esposa captó su atención. Y ahí, en ese mismo instante, supo la respuesta a la gran pregunta...
¿Cuán profundo era su amor?
El amor que sentía por ella era tan maravilloso, tan fuerte y leal, que resultaba indescriptible... era tan profundo que las palabras no eran suficientes para describirlo, pues sólo él sabía la magnitud del sentimiento que guardaba en su corazón. En ese momento sintió la urgencia de hacérselo saber.
— La amo Hinata-sama — como pudo tomó su cintura, la colocó frente a él y recostó la cabeza de su mujer en su pecho, cerca de su corazón, después de besar su frente — Los amo a los cuatro —
— Yo también te amo Neji-niisan — besó su boca con pasión y ternura. A pesar de los años, ella no dejaba de llamarle de esa forma cuando estaban a solas.
Ambos sabían cuán profundo era ese sentimiento y eso era lo único que importaba. El amor que sentían el uno por el otro era algo entre ellos dos, y nadie más...
🌻 'Cause we're living in a world of fools, breaking us down. They should all just let us be, we belong to you and me... 🌻
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Para este One~Shot me inspire en la canción que les dejé arriba ♡
Gracias a Maiden_Of_Darkness- por la hermosa portada 💗
Fue algo sencillo pero a mi parecer super bonito y dulce. Sentí que cada palabra de la canción encajaba muy bien con la pareja que aquí les muestro.
Los gemelos con la tía Hanabi xD
Sin más que decir #AguantealNejihina🤠(✿◡‿◡)
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