Capítulo XXV: Monstruo [Parte 4]

Cr. img: A quien corresponda

~*~*~*~

—Estoy escuchando —dijo JungKook en voz baja, sosteniendo el receptor en su lugar y girando lentamente el cable alrededor de su dedo índice. Ya no lo estaba mirando, sino que intentaba parecer desinteresado nuevamente.

—Cuando me enviaron encubierto, no me enviaron para acercarme a ti —explicó lentamente, no para ser condescendiente, sino para dejar que el joven pensara realmente en sus palabras—. Toda mi misión era entrar, pasar unos once meses dando vueltas y tratando de obtener información de los hombres. Pasar, venderlos, tal vez intentar estar a una línea de distancia de ti y prepararte para que con un solo crimen derribara todo. Se suponía que no debía acercarme a ti. —JungKook no apartó la vista de él una vez mientras hablaba, con los ojos muy abiertos, pero no en estado de shock. Más bien lo estaba mirando atentamente—. Eso sucedió, y no fue mi intención, pero simplemente sucedió. Tal vez fue un error, sí, probablemente pienses que fue un gran error, pero...

—No fue así —habló sobre él.

—Pero mierda, JungKook, no se suponía que sucediera. Entiendes lo que estoy diciendo, ¿verdad? —TaeHyung hizo una pausa por un momento, con los labios aun moviéndose, pero las palabras luchando por salir—. No fui encubierto con la intención de usarte, lastimarte ni nada de eso...

—TaeHyung, entiendo —dijo JungKook en voz baja.

—No quería hacerte esa mierda a ti, a nadie. No me hablaron sobre eso, JungKook, pero no tuve otra opción porque me empujaron y me obligaron a seguir el juego para no recibir una jodida bala. Mi equipo no me dijo que t-tendría que hacer eso y...

TaeHyung calló y dejó caer la cabeza, respirando profundamente mientras cerraba los ojos. Podía sentir que comenzaba a ponerse emocional y tampoco se suponía que esto sucediera. Lee seguramente se enojaría con él si descubriera que hablar con JungKook todavía le causaba culpa. Se suponía que había pasado esa fase hace varias semanas, pero simplemente no parecía ser capaz de hacerlo. No como JiMin, que tenía menos sentimientos de culpa, pero más sentimientos de ansiedad y dependencia; quien admitió que tenía miedo constante de que algo iba a suceder incluso cuando sabía que estaba seguro. JiMin probablemente nunca sentiría tal nivel de seguridad y parecía que él tampoco iba a deshacerse de la culpabilidad.

TaeHyung no se sentía seguro exactamente, no cuando ya no tenía un arma y sabía que estaba durmiendo en un edificio con hombres armados y seguridad de alto nivel. Él entendía el miedo de JiMin, pero el miedo era algo a lo que estaba acostumbrado después de todo su tiempo en Haedogje Pa. El miedo no era nuevo, pero la culpa ciertamente lo era y ese era solo otro aspecto de la situación que lo arrastraba de regreso a JungKook.

—TaeHyung, me acerqué a ti —explicó JungKook con esa misma voz tranquila, por lo que abrió los ojos para ver cómo sus dedos giraban el cordón cada vez más fuerte—. Hice el primer movimiento ese día y se suponía que no debía hacerlo, no se suponía que debía tomar un tributo de esa manera. Se suponía que ibas a ir con mis hombres, pero yo te quise. —Cuando soltó el cordón este regresó a su forma casi al instante. TaeHyung levantó la mirada hacia su rostro. Había algo en él, algo casi melancólico—. Woo me dijo que no lo hiciera, papá me dijo que no lo hiciera, pero lo hice de todos modos porque te quería para mí.

—Simplemente me siento como un... un jodido monstruo, JungKook —dijo TaeHyung en un susurro—. Yo solo... hice tantas cosas malas. Debería estar encerrado aquí también por lo que hice y no entiendo por qué todos quieren ponerme medallas y actuar como si no hubiera hecho mierdas.

—Es porque eres un héroe, TaeHyung —dijo JungKook.

—No soy un héroe, soy un monstruo.

—¿No lo somos todos?

TaeHyung levantó los ojos de la mesa para mirarlo. JungKook no emitía aire de enojo o molestia a pesar de lo que había sucedido. Eso fue exactamente lo que JiMin le había dicho, ese día que había ido a ver a su equipo en secreto. JiMin le había dicho que al final todo el mundo era un monstruo, particularmente los dioses, y aquí estaba JungKook diciéndole exactamente lo mismo. ¿El hombre más joven todavía se sentía como un Dios? ¿Todavía sentía que era algo más grande que todos los demás porque estaba gobernando los tribunales desde esta prisión e iba a salir pronto? La respuesta probablemente era sí, pero ahora TaeHyung se sentía lo más alejado posible de ser un dios.

—JungKook, ¿te sientes como un monstruo también?

JungKook sostuvo su mirada por un momento antes de moverse en su asiento y mirar hacia la mesa. Miró su propio tatuaje de nudillos en lugar de hablar y TaeHyung pudo ver que estaba pensando en sus palabras antes de darle una respuesta. Le tomó un minuto de silencio antes de que decidiera romperlo.

—Siempre he sido uno, TaeHyung —dijo con la misma voz suave. La había estado usando durante la mayor parte de su conversación y era extraño escucharlo hablar así. Por lo general, solo hablaba de esa manera cuando estaban solos, acostados en la cama o de pie en un estacionamiento donde nadie más podía verlos o escucharlos. TaeHyung no pudo evitar mirarlo mientras hablaba, observando la forma en que se movían sus labios, la suave contracción de su nariz o cejas—. Nunca intenté ser otra cosa. No quería ser otra cosa.

—¿Por qué?

—...No lo sé —admitió JungKook encogiéndose de hombros, una de las pocas veces que había admitido la incertidumbre en su presencia—. Creo que siempre pensé que ser un monstruo significaba que era fuerte, que era más fuerte que todos los demás. Son más fuertes que los humanos. Los monstruos no tienen debilidades, debilitan a todos los demás; pero luego descubrí que tengo debilidades, lo que significa que no puedo ser un monstruo, supongo que en realidad solo soy otro humano.

—¿Crees que las debilidades significan que... que no puedes ser un monstruo? —preguntó TaeHyung en voz baja, pensando en las implicaciones de sus palabras.

JungKook pensó que el amor era una debilidad porque se lo había dicho. Eso significaba que el hombre más joven pensó que el amor que él y JiMin le habían mostrado, el amor que sentía por sus padres significaba que no podía ser un monstruo. Esas emociones lo hicieron humano en su lugar. El pensamiento fue suficiente para hacerlo entrar en conflicto y no estaba seguro de qué pensar o sentir. Esto solo iba a causar otra serie de sesiones de terapia que tendría que atravesar nuevamente.

—Lo creo.

—Entonces... entonces eso significa que...

—Entonces eso significa que tampoco eres un monstruo —dijo JungKook mientras levantaba la mirada para mirarlo.

TaeHyung lo miró atónito porque no había nada que pudiera decir en respuesta a esto. Todo este tiempo se había etiquetado a sí mismo como un monstruo, un monstruo, un psicópata y cada vez que alguien en el departamento le había dicho que no era ninguna de esas cosas se había burlado de sus palabras. Lo habían llamado héroe, una bendición y todo lo demás, pero eso no lo había ayudado a cambiar su opinión sobre sí mismo en lo más mínimo. Sin embargo, JungKook simplemente le había dicho que no era un monstruo sino un humano, y se encontró creyéndolo por completo.

—TaeHyung, ¿me... mevisitarás de nuevo? —preguntó JungKook, moviendo la mano libre para acunar el receptor cerca de él mientras lo hacía. La forma en que sus hombros subieron y se aferró al receptor parecía defensivo, casi como si se estuviera preparando para un golpe de algún tipo.

—Cada semana —prometió TaeHyung mientras se movía para ponerse de pie, con el teléfono aún pegado a su oreja para que el cordón se tensara—. Te visitaré cada semana, JungKook.

—¿Por el caso?

—Sí, pero... pero no solo por el caso —explicó en voz baja—. Te visitaré porque quiero verte, ¿sabes?

—¿Lo dices en serio?

—Sí, lo digo en serio —confirmó TaeHyung con un movimiento de cabeza—. Quiero verte, JungKook. ¿Tú... quieres verme a mí también?

—Sí —respondió el menor sin una pizca de vacilación—. Sí, quiero verte de nuevo, TaeHyung.

 JungKookse movió para poder levantar su mano, colocándola justo frente al cristal antesde presionar lentamente su palma contra ella. TaeHyung lo estudió esto por unossegundos y luego extendió la mano para presionar su propia palma contra ella.Al principio, fue frío, pero luego estuvo casi seguro de sentir un calor quepodría haber estado imaginando. Cuando TaeHyung retiró la mano del cristal, vioque quedaba una leve marca con la forma perfecta de su mano. JungKook mantuvola suya por un segundo más y luego también retiró la mano. Mirar las doshuellas de manos en el cristal era lo más parecido a tomarse de las manos quese les permitía.

—¿JiMin? —preguntó JungKook mientras levantaba la vista de las huellas de las manos para mirarlo—. ¿JiMin todavía quiere verme?

—Trataré de hacer que JiMin te visite cuando pueda, ya sabes, cuando los estúpidos trabajadores no estén jodiendo —murmuró TaeHyung mientras movía su mirada para mirar al guardia. El hombre ni siquiera los estaba mirando—. Creo que él también quiere verte de nuevo, realmente lo creo.

—¿Él todavía... todavía me ama?

—...Sí, creo que lo hace —respondió TaeHyung, haciendo una pausa por un momento mientras contemplaba terminar lo que realmente quería decir. Sabía que realmente no debería porque lo regañarían por hacerlo, pero tenía que decirlo de todos modos—. Todavía te amo, JungKook.

—Lo sé —dijo el hombre más joven mientras cerraba los ojos—. Sé que lo haces.

—Me duele, me duele más que cuando recibí esa bala —dijo TaeHyung mientras estiraba la mano para apretar el puente de su nariz—. Mierda, JungKook, duele.

—Lo sé, lo sé porque a mí también me duele.

—Y sé que no debería preguntar esto, pero solo tengo que... tengo que hacerlo por todo lo que pasó y por lo que pasé y...

—TaeHyung.

La voz de JungKook atravesó su parloteo y TaeHyung dejó de hablar al instante. Sus dedos temblaban alrededor del estúpido receptor otra vez y solo sabía que lo iba a dejar caer, que iba a romper el dispositivo. No podía soportar mucho más esto, se estaba volviendo loco y se preguntó si JungKook incluso sabía lo que estaba pasando en este momento. ¿Alguien lo sabía? No, ni siquiera JiMin probablemente entendía lo que estaba pasando y TaeHyung tampoco podía. ¿Por qué dolía tanto? ¿Por qué no podía simplemente dejar de hacerlo también, de la misma manera que se había desensibilizado a todo lo demás?

—Te amo.

TaeHyung cerró los ojos y respiró hondo, manteniéndolo en sus pulmones por un momento. A través del receptor no pudo oír nada, salvo el sonido más suave de JungKook exhalando su propio aliento, ese pequeño suspiro encantador. Cuando volvió a abrir los ojos, vio que JungKook lo estaba mirando abiertamente, aparentemente esperando que hablara.

—Yo... vendré a verte de nuevo —dijo TaeHyung en voz baja antes de levantar la mano para hacer un gesto al guardia al otro lado de la habitación, para hacerle saber que había terminado—. Lo prometo.

TaeHyung observó al guardia quitándose las esposas del cinturón para poder esposar a JungKook. El hombre más joven no le prestó atención y simplemente continuó mirándolo. Las esposas se cerraron alrededor de sus muñecas con un crujido metálico y luego el hombre se acercó para colocarle una mano en la espalda y empujarlo hacia la puerta. El guardia abrió la puerta para él y JungKook le echó una última mirada por encima del hombro. Luego lo empujaron suavemente a través del espacio y la puerta se cerró de nuevo con un ruido sordo. TaeHyung se quedó en la sala de visitas por otro momento, escuchando nada más que los sonidos más suaves de las puertas abriéndose y cerrándose en algún lugar del edificio. Luego se giró sobre sus talones y fue hacia la puerta.

TaeHyung fue escoltado a través del patio nuevamente para salir de la prisión, el guardia caminaba varios pies por delante de él. A pesar del ruido proveniente del patio, no se giró una vez porque ya no le interesaba. Simplemente lo siguió hasta que lo dejaron entrar al edificio de recepción. El otro guardia le devolvió sus pertenencias y volvió a meter la cajetilla y el encendedor en la chaqueta del traje mientras cruzaba el área para abandonar el edificio. Lo dejaron pasar por la puerta de seguridad y caminó por el camino corto para salir de la prisión. TaeHyung giró la cabeza para ver el auto de NamJoon estacionado justo al final de la calle. Verlo fue suficiente para hacerle reír por lo bajo y poner los ojos en blanco, de modo que se acercó al auto.

—Tanto como para no esperar, ¿eh? —dijo TaeHyung mientras se sentaba en el asiento y cerraba la puerta. El auto se movió mientras se ponía cómodo. Cuando lo miró, NamJoon se encogió de hombros en respuesta antes de comenzar a conducir nuevamente y alejarlo de la acera—. ¿Adivina qué?

—¿Qué?

—Hablé sobre el caso con JungKook y ¿adivina qué logró su abogada? —TaeHyung giró la cabeza contra el reposacabezas para estudiar al otro hombre y NamJoon pensó la pregunta detenidamente antes de responder.

—¿Diez años?

—Cinco.

—¿Cinco? Mierda. —NamJoon hizo un ruido suave ante esto y luego sacudió la cabeza con incredulidad—. Sabes, honestamente, ni siquiera me sorprendería si lograra sacar eso.

—Sí, yo tampoco. —TaeHyung se movió para sentarse en el asiento, recostándose contra el cuero acolchado con un profundo suspiro—. Después de todo lo que hicimos, por lo que pasé: cinco putos años.

—Eso todavía es mucho tiempo, hermano, y debes recordar que JungKook no es el único hombre que cayó por esto. Mira el número de condenas que hemos sacado hasta ahora, diría que eso lo compensa con creces, ¿no? Después de todo, esta operación no tuvo como objetivo el derrocarlo. Esto no fue solo para obtener a JungKook, sino para obtener su conocimiento y su información para que podamos derribar a Haedogje Pa, ¿recuerdas? —TaeHyung pensó todo esto y luego hizo un ruido suave de acuerdo—. Entonces para mí, ¿cinco años? Eso es bueno ya que él está cooperando mucho. Los otros no serán tan afortunados y realmente no hay necesidad de negociar cuando lo tenemos.

—Dijo algo así como..."no se puede obtener el tesoro sin el mapa" —comentó TaeHyung mientras miraba por la ventana delantera—. No sabía si reír o llorar cuando dijo eso, porque tiene razón. Lo necesitamos tanto como él nos necesita; los equipos están tardando demasiado en recuperar los datos de la unidad, las evidencias están ahí, pero no están sumando correctamente. Mierda, NamJoon, no obtuve las llaves del castillo, solo obtuve el mapa de las llaves, porque la maldita llave es JungKook.

—Y lo tenemos en nuestra posesión ahora —agregó NamJoon.

En el tiempo que le tomó a NamJoon llevarlo de regreso a su departamento, no hubo más menciones sobre JungKook. TaeHyung se alegró de este hecho porque realmente no quería hablar sobre lo que había sucedido en la sala de visitas. No quería contarle a su compañero lo que le había dicho al hombre más joven, las promesas de seguir visitándolo y el hecho de que ambos habían intercambiado palabras de amor. Eso era algo que no le iba a decir a nadie, excepto quizás a JiMin. Si lo hiciera, entonces podrían intentar evitar que pueda visitarlo en prisión y él no quería eso. Prefería simplemente fingir que no se había discutido nada más de gran importancia y dejarlo así, incluso cuando sabía que NamJoon sabía. Cuando su compañero de equipo detuvo el automóvil a las afueras de su bloque de apartamentos, salió y se demoró por un momento.

—Llámame si pasa algo, ¿sí? —dijo TaeHyung por la ventana. NamJoon confirmó que lo haría con una señal de "OK", así que se alejó del vehículo y cruzó la acera para ingresar al bloque de apartamentos. En el viaje en ascensor, recogió las llaves de su chaqueta y cuando abrió la puerta, lo primero que hizo fue quitarse los zapatos y arrojar la chaqueta sobre la pequeña mesa junto a la puerta con las llaves. TaeHyung pasó los ojos por la habitación por un momento antes de que su mirada se posara en la cama y sintiera que se le ocurría una idea.

Se movió para revisar debajo de la cama y, efectivamente, lo vio, la gran caja de cartón metida justo debajo. Tuvo que acostarse boca abajo y retorcerse ligeramente para poder agarrar la esquina y sacar la caja. Mientras lo hacía, vio las huellas que dejaba el fondo en la capa ligera de polvo del piso de madera y tuvo que limpiar una capa gruesa con la mano para revelar la cinta. Estaba viejo y roto en partes, pequeñas burbujas atrapadas debajo de la superficie y después de pasar los dedos por la cinta, localizó el borde. Entonces TaeHyung comenzó a tirar de él. Se oyó un sonido crujiente que le resultó extrañamente agradable y, cuando quitó la cinta, levantó las solapas de cartón para abrir la caja.

Dentro vio la caja de tablero de ajedrez, envuelta en un pesado paquete de plástico de burbujas. TaeHyung lo sacó y luego comenzó a desenvolverlo, dejando la envoltura a un lado sin un solo cuidado. Tan pronto como estuvo fuera, dejó la caja en el suelo y levantó los pestillos de metal. Reveló las secciones laterales en las que se guardaban todas las piezas para mantenerlas a salvo, el forro de un suave terciopelo verde que combinaba bien con la madera oscura, y el tablero también estaba adentro, así que lo sacó para colocarlo en el piso.

Todavía estaba tan brillante como recordaba que era, madera y perlas incrustadas brillando a la luz del sol desde la ventana. TaeHyung pasó los dedos por el tablero antes de comenzar a recoger las piezas, colocándolas a cada lado casi como si fuera a comenzar a jugar. ¿Un juego contra un fantasma quizás? Levantó la pieza del rey blanco y estaba a punto de colocarla cuando notó algo al respecto y se detuvo.

Había una hendidura en la pieza.

TaeHyung la acercó a sus ojos para estudiarla mejor y, efectivamente, vio que había una hendidura y cuando pasó el pulgar, sintió esa profunda muesca en la madera. Realmente era imperdible y, sin embargo, todo este tiempo había estado tan convencido de que todo el set estaba en perfectas condiciones. Se había equivocado, pero el hecho de que no haya mirado el tablero en años pudo haber nublado su memoria. En cualquier caso, la pieza del rey estaba dañada. TaeHyung la dejó en el tablero y luego se tomó un momento para observar el tablero, la exhibición de piezas. Luego golpeó la pieza del rey sobre el dorso de su dedo, escuchándola aterrizar sobre el tablero de madera con un suave sonido metálico.

—Jaque mate.

FIN

~*~*~*~

Y con esto terminamos "House of Cards"...

Es... es raro, me he acostumbrado a tener normalmente abierto el PDF del fic y el archivo de Word correspondiente al capítulo. Han pasado 2 años y tanto meses desde que empecé a trabajar la traducción (más o menos por finales del 2017 fue cuando pedí permiso). Ha sido una larga travesía que comencé sola y después se me unió mi querida beta, quien aguantó mi tardanza en entregar caps, quien me ayudó a corregir los capítulos, con quien intercambié ideas y comentarios sobre la historia (gracias al cielo me sigue apoyando en mis proyectos de traducción *corazón*). Y no está de más decir gracias a todos ustedes, quienes leen, comentan y dejan sus estrellitas, que han caminado junto a mí, a sabiendas de que hay otras traducciones allá afuera, quizás algunas mejores que la mía. En serio gracias.

Decirle adiós a tan bellos y rotos personajes es duro, es como si abandonara a mis hijos adoptivos, como si los dejara a su suerte. Saber que habrá una última vez que abriré ese documento de 739 páginas que comprende a esta historia... Me hace llorar y querer prolongar mi edición para el ebook, porque me dejé envolver por ella al grado de aprender cosas que no sabía que existían,  además de hacerme ver que traducir es divertido —laborioso, también. 

No puedo negar que me hubiera gustado leer ese spin-off YoonMin, pero sé que nunca ocurrirá, todo lo que queda es imaginar a nuestro bebé JiMin buscando ir con YoonGi, su única relación que logró crear por sí solo (tal como dice mi beta). Quizás, también me hubiera gustado leer a ese TaeHyung tratando de seguir en pie cuando en realidad se tambalea y sin JungKook a su lado se siente perdido, se siente ajeno y que no habrá alguien que lo entienda como Kookie lo hace.

*sigh* Tantas cosas, tantas emociones, tantas experiencias...

Me alegra mucho haberme atrevido a traducir esta historia y verla finalizada me hace sentir orgullosa.

Espero que les haya gustado esta historia, que sus corazones no hayan sufrido tanto, y que ustedes hayan aprendido algo de este agridulce relato. Por mi parte esto es un "hasta luego", espero leerles en algún otro proyecto mío.

Les quiero!

Cuídense~

AliPon fuera~*~*

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