Capítulo XII: Arma [Parte 2]

Cr. img. A quien corresponda

ATENCIÓN

Este cap contiene lemon, uso de drogas y gunplay

~*~*~*~

TaeHyung primero tuvo que lubricarlo, estirándolo lentamente de la misma forma que lo había hecho JungKook con él. El menor se apretó de forma instintiva alrededor de sus dedos, las paredes de sus músculos engulléndolo y presionando. Deslizó hasta los nudillos. Con una rápida mirada a JungKook le hizo ver que había cerrado los ojos, y cuando comenzó a moverlos sus párpados revolotearon. Tres dedos no eran suficientes para asemejar a un arma, pero parecía que no podría estirar más. Incluso lo giró e hizo que levantara sus caderas de la cama, tratando de obtener el mejor ángulo, siendo lo mejor que podía hacer.

—Esto dolerá —anunció TaeHyung mientras continuaba su tarea. JungKook se giró para mirarlo y él sostuvo su mirada con determinación.

—Bien.

TaeHyung sacó sus dedos y alineó la Beretta, colocando el cañón en la entrada. El lubricante y el estiramiento que hizo con sus dedos lo ayudaron a que se deslizara una pulgada en medio de ese anillo de músculos.

—Ah ah ah. —JungKook hizo un ruido sin aliento y sus dedos se aferraron a las sábanas—. Es fría. —TaeHyung mantuvo el arma en su lugar durante unos segundos, dejó que se ajustara a la forma y grosor. Se agachó para colocar una palma de sus manos en una nalga, amasándola y acariciándola. Luego empujó el arma otro poco, simulando embestidas ligeras.

—Bien —elogió TaeHyung mientras le daba una palmadita en el culo—. La estás tomando bien, fuiste hecho para esta pistola.

—Lo sé, lo suh... sé, por eso la compré —respondió JungKook con voz áspera, dejando escapar algunos gemidos cuando TaeHyung comenzó a mover el arma en su interior—. La vi y supe que era para mí. Mierda, TaeHyung —gimió JungKook mientras enterraba la cabeza en la cama—. Se siente tan bien. —TaeHyung le preguntó cómo se sentía, sus dedos presionando en su culo mientras echaba hacia atrás el arma—. Me siento lleno, c-completo... como si algo hubiese faltado. —Empujó el cañón nuevamente y sintió la presión ejercida en el objeto, los músculos de las nalgas moviéndose bajo su mano—. Pero eres tú quien lo está llenando.

—Te llenaría aún más. —TaeHyung empujó la Beretta otra vez, otro tanto del cañón hundiéndose en el menor. No quedaba mucha longitud del cañón fuera—. Podría llenarte mejor que esto.

—¿Eres igual de duro? —preguntó JungKook, con sorpresa en su voz. TaeHyung se movió para presionar contra la parte posterior del muslo de JungKook su erección—. Jala del gatillo.

Cuando TaeHyung apretó el gatillo, se escuchó un chasquido nítido, el martillo saltó hacia adelante y nada salió porque el arma estaba descargada. Pero el sonido y vibración fueron suficientes para que los muslos de JunKook temblaran mientras se enterraba más en el colchón. TaeHyung casi perdió el agarre en el arma cuando las caderas del menor cayeron y rebotaron en la cama, sin embargo, logró mantenerlo.

—Una vez más, TaeHyung, haz... hazlo otra vez —rogó JungKook, con la cara presionada en la almohada para que su voz amortiguara. Pudo escuchar el deseo y súplica—. He sido una puta, castígame.

TaeHyung soltó la Beretta y lo colocó de espaldas. JungKook se posicionó para él, desesperado por el placer y casi temblando por la anticipación. JungKook se estaba mostrando ante él, con las caderas alzadas y piernas abiertas. El arma seguía dentro de él, sujeta por el apretado ano suyo. TaeHyung vio cómo se estiraba alrededor del cañón, sonrojado, y su pene sobre su abdomen.

Fascinante.

—Mierda, realmente pareces una puta —comentó TaeHyung mientras bajaba sus ojos y miraba la Beretta. El cañón repleto de lubricante, parte de él goteando; lo cual dificultaba su agarre. Envolvió sus dedos alrededor del mango y una vez más sacó y empujó, oyendo a JungKook respirar entrecortado—. También deberías ser grabado.

—Jala —medio pidió y medio suplicó, JungKook—. Jala el maldito gatillo.

Otro clic se escuchó. Los dedos de JungKook se hundieron en el colchón, en las sábanas de seda y su cabeza se hacía atrás contra las almohadas. Estaba prácticamente mojando su abdomen, tan cerca del clímax, pero forzándolo a no llegar. La vista de su semen goteando y cayendo en las sábanas, provocó un retortijón en la boca del estómago de TaeHyung. Que desperdicio. Así que se inclinó para engullir su pene a la par que adentraba otro poco el arma y tirando hacia atrás cuando él también lo hacía.

Los sonidos que escapaban de los labios de JungKook eran como música a sus oídos. Esos pequeños y entrecortados jadeos y gemidos como hipo. TaeHyung no volvió a jalar del gatillo, sino que lo folló con el cañón, deslizándolo hasta el gatillo mismo. Simuló embestidas largas y lentas mientras atendía la cabeza, chupando y lamiendo el líquido pre-seminal. Luego bajó, engullendo todo de nuevo y moviendo su cabeza a la par que lo follaba con fuerza y rapidez, sintiendo que su trasero golpeaba el gatillo.

—Mierda, estoy por... jala de nuevo. Jala, me vengo.

Cuando jaló del gatillo por última vez, llevó a JungKook al límite. Llegó a su orgasmo con un profundo gemido y TaeHyung lo sintió eyacular en su boca. La yuxtaposición de la pistola disparando vacía y los chorros de semen que se derramaron en su garganta no se perdieron en la mente de TaeHyung. Lentamente soltó el pene ajeno y se masturbó hasta obtener su orgasmo. TaeHyung tuvo que levantarse y limpiarse los labios con su mano libre mientras sacaba el arma. JungKook se había apretado por lo que fue algo difícil sacar el cañón.

Por la cantidad de lubricante en la que estaba envuelta la pistola, ésta iba a necesitar una limpieza.

La vista de la entrada temblorosa era demasiado para TaeHyung, quien lo tomó de los muslos y los abrió, casi los inmovilizó en la cama cuando se colocó entre ellos. Después de una serie de empujes experimentales, la cabeza de su pene se rozó contra aquella entrada. Así que lo alineó con la mano y se deslizó dentro de JungKook. El menor jadeó con fuerza y giró la cabeza para mirarlo. Debido a la pistola, seguía estirado, permitiéndole deslizarse con facilidad. JungKook se sentía absolutamente perfecto. Mejor que JiMin.

—Ah. —JungKook llevó sus manos a los antebrazos de TaeHyung, apretando con fuerza, mientras el mayor clavaba sus dedos en sus muslos. TaeHyung sacó un poco la cabeza de su pene para después volverse a deslizar hacia adentro—. TaeHyung, arde.

—Porque estás muy estrecho, relájate.

—Estaba relajado, pero eres más grande que la pistola... ¡ah! —Cuando TaeHyung empezó a embestir ligeramente, emitió una serie de gemidos bastante débiles. Sonaba como a uno de esos actores porno de algunos de esos videos que llegó a usar para poder masturbarse; del tipo de actores que lloriqueaban y se quejaban durante todo el video.

—¿Cuándo fue la última vez que tuviste a alguien dentro de ti? —preguntó TaeHyung, viendo cómo los labios de JungKook temblaban debido a la sensación de ardor. Murmuró algo sobre que cómo iba a recordar. Las curvas de sus uñas se clavaron en sus antebrazos, dejando rasguños a su paso—. ¿Quieres que me detenga?

—N-no, no te detengas. Quiero que me folles —replicó JungKook sin aliento, apartando su rostro y desperdigar sus cabellos en la almohada. TaeHyung pudo ver que estaba mirando al espejo que había en el techo, viendo cómo lo follaba—. Quiero que duela.

—¿Quieres que te folle? —bromeó TaeHyung cuando encontró un buen ritmo para embestir. Era poco profundo pero rápido y al final de cada embestida, el culo de JungKook rebotaba en la cama mientras los resortes crujían—. ¿Cuánto has deseado mi pene?

—Lo quise —gimió JungKook, con la cabeza todavía echada hacia atrás y viendo los tendones de su cuello moviéndose bajo su piel—. Lo deseé tanto. Desde la primera vez que te vi, deseé tu pene. Mierda. —Dejó escapar una serie de quejidos sin aliento y TaeHyung redujo el ritmo hasta hacerlo lento, movimiento de caderas más mesurados—. Soy una maldita puta.

—¿Todo este tiempo has pensado en cómo te follaría?

—No podía dejar de pensarlo —jadeó JungKook mientras sus dedos se movían a sus bíceps y luego a su espalda—. Dámelo. Lo quiero todo, TaeHyung. Quiero que me fo... me folles tan bien que no pueda caminar.

—Date vuelta, puta, déjame follarte como se debe. —JungKook rodó sobre su estómago, jadeando mientras lo hacía. Equilibró su peso sobre los codos y levantó el culo por él, con los muslos abiertos. Así que TaeHyung se apoderó de sus caderas y se deslizó dentro de él para comenzar a empujar de nuevo.

—Sí —gimió JungKook mientras se movía hacia él—. TaeHyung, eres mejor que la pistola. Mucho mejor... ¡ah, TaeHyung! —TaeHyung cambió de posición para tener un mejor ángulo, balanceando su peso en una muñeca mientras se estiraba para cubrir la boca de JungKook con su otra mano.

—Eres muy ruidosa, puta —comentó TaeHyung mientras sus dedos rozaban sus labios—. Si JiMin estuviera aquí, habría solucionado ese problema. Pudo haberte callado con su pene. ¿Qué te parece eso como follada?

JungKook lo dejó introducir sus dedos en su boca y sintió sus dientes presionar su piel. Lengua húmeda, lamiendo sus dedos. No era un pene, pero parecía ser suficiente para JungKook. Chupó sus dedos y TaeHyung sintió cómo levantaba sus caderas, tratando de mecerse hacia él. Cuando embistió con la suficiente fuerza para derribarlo, JungKook gimió con los dedos aún en su boca. TaeHyung intentó sacar sus dedos, pero el menor trató de volverlos a engullir. Había un hilo de saliva que unía a sus dedos con los labios ajenos, el cual se rompió cuando apartó su mano.

TaeHyung forzó que sus caderas bajaran junto con las propias y se estiró para poder sujetar las muñecas ajenas contra el colchón. Por su peso, sus caderas quedaron atrapadas y estaba siendo penetrado tan profundamente que TaeHyung sentía cómo era apretujado. JungKook gritó sin aliento, removiéndose a la par que su pene rozaba las sábanas. Habría una gran mancha en las sábanas tan pronto terminaran. TaeHyung no pudo evitar gemir, en especial cuando sus caderas golpeaban las ajenas. El impacto le provocaba una sacudida de placer y que sintiera que no podría ir más rápido.

—No me gusta tu tatuaje —gimió TaeHyung mientras acercaba su rostro a un costado del ajeno—. Te hace parecer una puta barata.

—¿Barata? —JungKook dejó escapar una serie de gemidos entrecortados mientras hablaba—. Jo-jódete, soy una puta ca... cara.

—Parece que tu padre te marcó —dijo TaeHyung, sintiendo al menor estremecerse—. Eres una pequeña y buena... puta de Haedogje Pa. Tu padre debe estar orgulloso.

—Papá te mataría por esto —se quejó JungKook, arañando las sábanas—. Estaría tan e... enojado conmigo. Fóllame más duro, TaeHyung.

TaeHyung no podía hacer eso, estaba empezando a perder el control y no aguantaría por mucho tiempo. Sus músculos temblaban, la presión en su abdomen iba en aumento. Soltó una de las muñecas y llevó su mano al pelo de JungKook. Al final de cada embestida, tiraba del pelo de JungKook haciendo que gritara de dolor y placer hasta que llegó a su clímax y eyaculó en las sábanas. No tuvo un orgasmo con un profundo gemido de placer como de costumbre, sino más bien una serie de gemidos entrecortados, con el cuerpo temblando por la intensidad de todo.

TaeHyung sintió cerca su propio clímax y que salía justo a tiempo. Con unos cuantos bombeos más con ayuda de una de sus manos, eyaculó. TaeHyung vio caer su semen en el tatuaje antes de volver a deslizarse en el interior del más joven. Con unas últimas embestidas, terminó de eyacular en JungKook, las caderas temblando mientras se desplomaba. Las explosiones de calor en su abdomen lo dejaron sin aliento y su orgasmo fue lo suficientemente fuerte para dejarlo temblando. Durante varios segundos no pudo moverse. Entonces las olas de placer comenzaron a menguar, inspiró unas cuantas veces y se movió un poco.

TaeHyung pudo sentir el semen esparcido en la espalda baja del menor que manchaba ahora su abdomen. Cuando se alejó, vio la cara interna de los muslos de JungKook gotear y manchar las sábanas. El menor yacía recostado, tratando de levantarse, pero fallando a la par que intentaba recuperar el aliento. Había una capa de sudor en su piel y sólo cuando TaeHyung vio caer una gota de su propio sudor, se percató que estaba en las mismas condiciones.

—TaeHyung... ¿acabas de eyacular en mi tatuaje?

—...Sí, JungKook —respondió mientras admiraba lo que había hecho. El loto parecía algo más oscurecido, cubriendo la mayoría de los pétalos. El otro le preguntó por qué y lo pensó por un momento—. Porque quería cubrirlo.

—Todos los hombres de alto rango en Haedogje Pa lo tienen, TaeHyung —explicó Jungkook—. Tú también tendrás uno pronto. Límpialo con tus dedos. —No tardó en obedecer y en cuanto tuvo sus dedos y palma cubiertos de semen, vio a JungKook girarse y apoyarse en los codos para comenzar a lamerlos, limpiándolos antes de caer en la cama. Suspiró—. Mierda...

TaeHyung se movió para tomar los pantalones de su traje. Deseaba un cigarrillo, sacó el paquete y lo abrió con su pulgar para sacar uno con sus dientes. Sintió la mirada del menor sobre él, observándolo atentamente.

—A la mierda la desintoxicación, dame un cigarro —murmuró JungKook, y así sacó otro para colocárselo entre sus labios—. Papá me dijo que... nunca diera la espalda a otro hombre —explicó JungKook mientras respiraba hondo varias veces. TaeHyung abrió el encendedor para prender su cigarro y luego el ajeno—. Creo que se refería en caso de que me apuñalen por la espalda. O quizás se refiera a que me apuñalen con su pene. —JungKook dio una profunda calada y lo sostuvo en sus pulmones antes de exhalarlo por la nariz—. Ambos pueden aplicarse para mí.

—¿Por qué no dejas que JiMin te folle? —preguntó TaeHyung, soltando el cigarro y sujetándolo firmemente entre su pulgar y dedos.

—Oh, TaeHyung. —JungKook exhaló más humo en un suspiro de cansancio y se humedeció los labios—. JiMin puede ser mío, pero eso no significa que pueda follarme. —TaeHyung inhaló, saboreando su humo mezclado mientras lo hacía—. Está debajo de mí y eso no es malo. JiMin lo sabe. —Sólo podía mirarlo, con la cabeza apoyada en una mano y el codo hundido en la montaña de almohadas, la otra sosteniendo el cigarrillo delante de los labios—. Él no puede follarme, es la única parte de mí que no puede obtener. Pero tiene lo demás. Mi penthouse, mi devoción, y sobre todo mi tarjeta de crédito. JiMin necesita de alguien que lo cuide, anhela atención y cuidado. Le doy todo lo que quiere y necesita.

TaeHyung notó que nunca dijo que "lo ama" explícitamente, pero al escucharlo hablar de JiMin, dio la sensación de ello.

—¿Anhelas atención y cuidado?

—Anhelo... control —reveló JungKook sinceramente—. Me gusta controlar, pero... también tengo el deseo de ser vulnerable, por eso sólo los hombres que pueden matarme pueden follarme. Eso lo hace más excitante, ¿no crees?

—¿Crees que te mataría? —preguntó confundido TaeHyung, incapaz de evitar la sorpresa en su rostro.

—Sé que puedes matar. —El menor se movió para colocar un brazo contra su hombro y luego empujarlo contra el colchón. TaeHyung sintió que su cabeza rebotaba en la montaña de almohadas y luego JungKook se sentó a horcajadas sobre él, se sentó sobre su estómago y se agachó con las manos a ambos lados de su cabeza—. Me excita. —TaeHyung se estiró para pasar sus manos por sus muslos y lo sintió apretándose alrededor de su cintura. Sus músculos se movían bajo su piel maravillosamente—. Un hombre que puede matar... matará cuando tenga que hacerlo.

—No te mataría, JungKook —dijo TaeHyung con un suave movimiento de cabeza—. Tú eres mi amo. —JungKook sacó su cigarrillo de entre sus labios y lanzó una bocanada de humo antes de tirar la ceniza en el estómago del mayor. Hubo una sensación de picazón instantánea en su piel y TaeHyung siseó antes de retirarlas.

—Si te pidiera que mataras a alguien, ¿lo harías? —Cuando él asintió, JungKook lo miró fijamente, con la mirada caliente como el cigarrillo—. ¿Incondicionalmente? ¿Y si te pidiera que mates a JiMin? ¿Lo harías?

—...Sí, JungKook —murmuró TaeHyung. Su estómago se sentía extrañamente apretado y frío ante el pensamiento y, sin embargo, la afirmación salió a pesar de todo.

—No te preocupes, nunca te pediría que hicieras eso. Yo mataría a JiMin si tuviera que hacerlo, él merece una muerte personal. También te mataría con mis propias manos. —JungKook se quedó en su lugar un momento, a horcajadas sobre su estómago mientras daba otra calada al cigarrillo—. Lo estrangularía. —TaeHyung sostuvo su mirada sin parpadear—. Parece adecuado, íntimo. Supongo que no sería tan malo, sería aterrador. Si yo lo drogara primero, supongo que realmente no se resistiría. Pero para ti... —JungKook se agachó para acariciar sus costillas—. Te destriparía como un maldito pez.

El menor se movió para recostarse en el colchón. No dijo el porqué, sólo dejó que sus palabras quedaran en el aire. TaeHyung miró hacia el techo donde estaba el espejo, pensando qué significaba. Violento, poderoso. Claro, JungKook querría cortarlo y sacar sus vísceras con sus propias manos mientras aún estaba vivo y gritando. No esperaba menos de él.

—JungKook, ¿por qué te gusta mirar? —preguntó TaeHyung mientras dejaba caer la ceniza de su cigarro en el estómago del otro, así como le había hecho a él. Su abdomen se contrajo y lo retiró sin mucho cuidado—. Mientras follan, ¿por qué te gusta ver?

—¿No te gusta mirar?

—Sí, pero prefiero ser partícipe. JiMin dijo que te gustaba mirar y me pareció interesante.

—Es bastante simple, TaeHyung. —JungKook sacó un poco el cigarro, sus labios ligeramente separados y listos para una nueva calada—. Cuando miro puedo ser quien quiera. Puedo ser el que folla o el follado. Puedo imaginar cómo se siente mi pene ser aprisionado con fuerza o puedo preguntarme qué tan fuerte es el agarre en mis caderas y lo duras que serían las penetraciones al punto de no dejarme respirar. —JungKook dio una calada profunda al cigarro y dejó salir el humo en un suspiro—. Puedo ser uno o ambos. Encuentro eso bastante... interesante.

—¿Pudiste respirar mientras estaba dentro de ti? —preguntó TaeHyung, relamiendo sus labios.

—Vi las putas estrellas —ronroneó JungKook girando su cabeza para mirarlo—. Mierda, TaeHyung, me follaste muy bien. —TaeHyung no puedo evitar sentirse orgulloso—. Voy a tener moretones. —Sonó complacido de una manera incomprensible. Pero TaeHyung poco a poco empezaba a entenderlo. Empezaba a entender muchas cosas. Como que engullir un arma puede ser excitante.

—¿Sientes lo mismo con la tortura? ¿Y el asesinato? —TaeHyung apagó el cigarro en la barandilla de metal de la cabecera, tirando la colilla por ahí—. Cuando lo miras, ¿piensas en ser el asesino o la víctima?

—Mmm... —JungKook miró la punta de su cigarro. Había una pulgada de ceniza que debía tirar, pero no quiso. Simplemente lo miró con interés—. Me pregunto cómo debe sentirse estar atado a una silla y saber que pronto voy a morir. Esos últimos segundos de vida, ¿cómo se sentirá? ¿Qué piensas tú sobre ello?

—No lo sé, nunca he pensado en ello —respondió TaeHyung en voz baja—. Antes de pertenecerte, realmente nunca estuve cerca de la muerte.

—¿Todavía le tienes miedo? —preguntó JungKook mientras giraba su cabeza para mirarlo de nuevo. Sostuvo su mirada con confianza, sin un atisbo de vergüenza—. ¿O estás empezando a disfrutar y sentir placer en eso también?

—Todavía tengo miedo a morir, pero... matar es diferente. No me gusta matar hombres por ti, pero me di cuenta de que hay... —TaeHyung pausó para acomodar sus palabras. Notó que JungKook esperó pacientemente, lo suficientemente embelesado como para querer escuchar más—. Me asusta mucho, pero matar a alguien por ti me da control sobre ese miedo. ¿Entiendes? Al segundo que aprieto el gatillo el miedo desaparece. No es placer, es paz.

—Anhelas paz —repitió JungKook, y asintió lánguidamente ante ello—. ¿Sabes lo que creo que piensan esos hombres antes de morir? —Hizo una pausa antes de continuar—: Nada.

—¿Nada?

—Creo que ellos piensan en nada; el terror puro los consume y los deja en blanco. No piensan en sus seres queridos, su vida no aparece frente a sus ojos. Sus mentes quedan en blanco total. Negrura sin igual. Algo similar a la paz. —JungKook dio otra calada y lo expulsó por la nariz—. Vienes al mundo vacío y negro, y dejas el mundo de la misma manera.

—¿Quizás algunos piensen en Dios? —añadió TaeHyung no tan seguro—. ¿Pidiendo perdón? ¿Ven luz en lugar de negrura?

—No existe tal cosa como "Dios" —comentó JungKook mientras se movía en la cama. Se acercó con una mano para colocarla en la almohada junto a su cabeza y se inclinó sobre él. TaeHyung sostuvo su mirada, su sombra cayendo sobre su cara—. ¿No crees que soy una prueba de ello?

—Quizás seas prueba de que el Diablo sí existe —murmuró TaeHyung. Esto hizo que JungKook le sonriera mientras daba otra calada—. Maldad absoluta.

—O tal vez... soy Dios. —JungKook exhaló el humo haciendo un puchero a la par—. Omnipresente, omnibenevolente, omnipotente. Soy todas esas cosas y más. Pero, ¿sabes algo, TaeHyung? Solo puedo ser esas cosas por ti. Eres mis ojos, mis oídos, mi mano de juicio. Antes de mí, papá tenía a Kim, y ahora también tengo a mi propio Kim. Pero eres más eficiente de lo que era ese viejo. Joder, JinWoo nunca podría alcanzar tu nivel, él es débil. Él solo cree en el exterminio necesario, la muerte justa, pero no tú, TaeHyung. Entiendes el verdadero significado detrás del asesinato. No hay ninguno, es todo lo mismo.

—No hay tal cosa como el honor.

—Estás por encima de él, mejor que él —comentó JungKook—. Papá quería que lo tuviera, pero me alegro tanto de haberte encontrado. Puedo construir un imperio con un hombre como tú, TaeHyung.

—Gracias... Gracias, JungKook —respondió TaeHyung. Había una extraña sensación atrapada debajo de sus costillas ante esto. Algo entre la emoción y la ansiedad, que lo hacía sentir un poco sin aliento. ¿Construir un imperio? ¿Con él?

—Me haces un Dios, TaeHyung —añadió JungKook con voz suave—. Pensé que era al revés, pero no lo es. Te estás convirtiendo en mí. Nunca podría haber alcanzado el máximo potencial sin ti, y contigo voy a alcanzar tan jodidamente alto que nadie podrá tocarme.

—Tú eres el único Dios en el que creeré —dijo TaeHyung viéndolo dar otra calada. JungKook sostuvo el humo en sus pulmones bastante tiempo, acercándose de repente y tomarlo por sorpresa. El cigarro se dirigió hasta la parte interna de su muslo y TaeHyung no cayó en cuenta de lo que iba a hacer sino hasta que fue demasiado tarde.

JungKook lo besó para acallar sus gritos de dolor, terminando por inhalar el humo mientras el menor presionaba el cigarro con fuerza en su piel. Luego tiró la colilla a un lado, rompiendo el beso. TaeHyung jadeó y trató de no ahogarse con el humo. Sentía un dolor inconmensurable en la parte interna de su muslo. Un palpitante y punzante dolor. Le preguntó por qué lo había hecho, con un tono de voz similar a una queja.

—Te marqué —replicó JungKook mientras retiraba las cenizas de la quemadura—. Eres mi puta personal de Haedogje Pa y... —Se movió para presionar sus labios contra su oreja, con una cálida respiración—. Papi está muy orgulloso de ti.

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Ver a HoSeok caminar por los pasillos en la oficina del departamento por la mañana fue una de las cosas que sorprendió y confundió a NamJoon. Se suponía que su compañero debería seguir en el hospital o en su casa por otros dos días. Sin embargo, entró antes de su cambio de turno y, por un momento, NamJoon sólo pudo mirarlo sin parpadear. Tenía tantas preguntas, pero ninguna la podía externar. Parecía que un nuevo aspecto de su trabajo sería sorprenderse al punto de no saber qué decir. NamJoon no sabía cómo sentirse al respecto.

Demasiadas sorpresas son malas para el corazón y la mente.

NamJoon se preguntó cómo estaría el corazón de TaeHyung en estos días. ¿Estaría siempre palpitando con rapidez y lo hacía sudar? ¿Sentía a menudo que podía simplemente morir por un ataque al corazón, o realmente ya no sentía nada de eso? ¿Estaba incluso latiendo en este punto? En cuanto a su mente, bueno... eso era algo en lo que realmente no quería pensar.

Se acercaba el almuerzo cuando decidió tomarse un descanso momentáneo para hablar con su compañero de equipo. NamJoon no podía simplemente sentarse allí y mirarlo de vez en cuando para asegurarse de que estaba bien, de que no le dolía ni nada por el estilo. Para su mérito, HoSeok se veía bastante bien. Tal vez más cansado de lo normal pero nada más. No como si hubiera pasado por algo tan traumático como ser apuñalado tres veces en el estómago. Las heridas superficiales significaban poco para él. HoSeok necesitaba más de unos pocos días libres en su opinión y se lo iba a decir. De hecho, empujó la silla de su escritorio y cruzó el departamento para ir directamente hacia él.

—Sabes que no deberías estar aquí, hermano —comentó NamJoon mientras se sentaba en el borde de su escritorio—. Quizás no me creas, pero hace un par de días te apuñalaron.

—Sólo son puntos, NamJoon —replicó HoSeok dejando de mirar el monitor de su computadora—. No es como si estuviera conectado a una máquina de soporte vital. El trabajo de escritorio no es nada, puedo sentarme aquí durante ocho horas sin sudar. —Se encogió de hombros para enfatizar este punto, apenas haciendo una mueca ante el movimiento.

—Al menos deberías estar en casa recuperándote —argumentó—. Tómatelo con calma, no deberías trabajar en absoluto, HoSeok. Lo digo en serio. No se trata de si son sólo puntos o lo que sea, necesitas descanso mental, ¿vale?

—Mira. —HoSeok se movió en su silla para inclinarse más cerca de él—. Estaba a punto de volverme loco en ese hospital. Todo lo que podía oler era lejía, orina y muerte. No necesito un descanso, físico o mental. Necesito seguir trabajando para el equipo. Aquí es el mejor lugar donde puedo estar al tanto de las cosas, ¿no? —NamJoon sostuvo su mirada durante unos segundos y observó al otro hombre mirar por encima del departamento—. No puedo hacer un seguimiento de todo lo que quiero en mi apartamento. Aquí puedo, el trabajo de escritorio me queda bien y también es una excelente tapadera para la operación. Pasa cualquier cosa y lo sé porque estaré al día.

—Te habría mantenido al tanto de inmediato —murmuró NamJoon—. Eres un miembro importante del equipo y no estarías fuera.

—Prefiero estar al día por mí mismo y no atrasar a nadie. —HoSeok todavía estaba sentado en su silla y claramente quería seguir hablando con él, hablando en voz baja para no ser escuchado por DaeSu que estaba sentado al otro lado de la habitación. Su escritorio lejos y él trabajando en su computadora—. ¿Alguna novedad de Tae?

—Ha sido visto un par de veces después de tu ataque, pero eso es todo, no hay nada concreto aún —explicó NamJoon—. Por lo general, está en compañía de El Chico, pero una vez lo vieron solo y en otra en compañía de un joven. Uno que nunca antes habíamos visto.

—Ah, ¿sí? —NamJoon levantó una mano hacia él, gesticulando para esperar un momento mientras se ponía de pie. Se dirigió a su escritorio, abrió uno de los archivos y buscó en el contenido hasta que encontró el sobre que estaba buscando. Luego volvió a la mesa del otro hombre.

—YoungJae consiguió esto hace un par de días, estaba fuera de servicio, pero vio a TaeHyung y sacó una foto. Gracias por la calidad de la cámara del iPhone —declaró NamJoon con alivio cuando sacó una copia de la foto y la colocaba en el escritorio.

El enfoque de la fotografía era en TaeHyung y el otro joven desconocido, su compañero de equipo caminando justo detrás de él, con una gran cantidad de bolsas en sus manos y mirando un poco hacia un lado. Un poco enfrente de él estaba el joven con una correa en mano. No se veía que hubiera un perro en la fotografía porque sólo le llegaba a sus caderas, pero se preguntaba cómo demonios logró meter una mascota en una tienda departamental. Era obvio que su estatus era alto como para tener esos privilegios tan absurdos. Estaban vestidos con ropas de invierno, ambos de negro como si hubieran salido de un funeral. TaeHyung se veía extraño con ese abrigo largo de lana, casi como si fuera un miembro legítimo de Haedogje Pa.

—Quien quiera que sea se quedó al cuidado de TaeHyung. Me arriesgo a suponer que es importante, aunque no lo he visto antes.

—Crees que es un guardaespaldas glorificado o algo así... —HoSeok pausó por un momento y lo miró. Luego volvió a mirar la foto—. Espera NamJoon, yo lo he visto antes. Lo vi en el funeral, estaba con Tae y El Chico. Subió y bajó del mismo auto que ellos.

—Entonces, ¿quién es él?

—No estoy seguro, pero tengo un par de ideas. —HoSeok dobló sus codos sobre su escritorio—. Es el juguete privado de El Chico. No creo que sea un socio de negocios, pero también podría serlo. ¿Recuerdas lo que nos envió Tae? ¿El imperio porno? ¿Qué tal si él es un socio de esa mierda?

—O la atracción principal —sugirió NamJoon mientras miraba la foto. El desconocido era bastante guapo. Un poco pequeño, pero no parecía delicado. En realidad, se veía bastante bien al lado de TaeHyung, su diferencia en alturas y sus cuerpos extrañamente se complementaban—. ¿Cómo llamaremos al nuevo?

—Voto por "La Perra" —dijo HoSeok mientras se recargaba en el respaldo de su silla—. Porque creo que él es eso.

—No, no suena profesional. Mejor... Boy Toy —expuso NamJoon escuchando a su compañero reír—. Suena mejor en voz alta, especialmente si se hace una presentación.

—Escuché que había una redada. —HoSeok se acercó a tomar la foto y sosteniéndola sin interés—. Los escuadrones creen que han rastreado un servidor de pornografía. ¿Crees que sea de El Chico o alguien más?

—¿Eso importa? No podemos emitir una orden de arresto hasta no tener pruebas contundentes de él. No pondrá su nombre o mostrará su cara en los créditos, ¿cierto?

—No, me preocupa que un soplón tenga que ver en esto. —HoSeok lo miró con dureza—. Lo que está muy lejos de ser verdad. Tae no nos dio nada más que un fragmento de información, nada rastreable o incluso útil. ¿Crees que El Chico podría pensar que fue un trabajo de un soplón de todos modos?

—... No estoy seguro, tiene que haber innumerables servidores de pornografía en Haedogje Pa. Tumba uno y otro aparece. El Chico no va a ser estúpido y usar un servidor legítimo y rastreable. Tendrá uno en China o Japón antes de dar con él. —NamJoon se cruzó de brazos—. Dudo que él haga las conexiones. Es probable que haya sido cerrado en el pasado y tuvo que moverse sin que lo supiéramos. Además, sólo porque Tae lo descubrió no significa que sepa los detalles.

—Sí... sí, buen punto. —Su compañero asintió—. Probablemente, a Tae sólo se le dijo eso, no sabe la dirección ni nada más. ¿Por qué lo haría? No es como si El Chico necesitara de un asistente, no si eso lo hace La Pe... quiero decir, Boy Toy. —HoSeok dejó la foto con un profundo suspiro—. ¿Dijiste que fue visto por su cuenta? ¿Cuándo fue eso?

—Lo vieron salir de un auto, la tarde de tu ataque. No pudieron seguirlo porque era muy arriesgado, pero dejó el apartamento y no regresó sino hasta una hora después. No estaba con El Chico, pero no cabe dudas de que estaba haciendo un trabajo para él.

—Estaba solo y no se contactó con nosotros... —NamJoon negó con la cabeza y HoSeok se mordió el labio inferior—. Esa fue una oportunidad perfecta, ¿por qué no hacerlo?

—Puede que no tuviera información útil —sugirió NamJoon, aunque no sonaba del todo convencido. Una excusa de mierda. TaeHyung al menos tendría algo que ellos no, pero cabía la posibilidad de que estuviera recolectando todo lo que pudiera antes de informar. A juzgar por la expresión de su compañero, pensó que quizás opinaba lo mismo de su excusa. Bueno, no era como si NamJoon pudiera decir mucho de sus experiencias. Después de todo, ya le había mencionado que podían pasar meses antes de contactar—. ¿Tal vez TaeHyung tiene su propio plan? Es inteligente, sabe lo que está haciendo. Si tratamos de seguirlo arriesgamos su seguridad por lo que no deberíamos...

—Detengan todo, chicos —anunció SungAh cuando entró a la oficina. Su cabello estaba un poco desordenado, quizás por juguetear con él, llevando una lima en mano—. Tengo información importante que deben ver.

—¿Sobre qué exactamente? —preguntó NamJoon poniéndole atención a ella. Cualquier conversación sobre TaeHyung y un posible motín fueron dejadas de lado. ¿Por qué molestarse en discutir las posibilidades de que algo suceda cuando la mujer tenía pruebas sólidas en sus manos? Algo con lo que podrían trabajar en lugar de jugar un juego de Veinte Preguntas por diversión.

—Sobre quién más; Haedogje Pa, obviamente —replicó mientras se arreglaba su cabello con brusquedad, aunque no fue muy útil el intento—. ¿Dónde está YoungJae?

—En las calles —explicó DaeSu desde su esquina—. Está trabajando, no sólo tomando un descanso extra largo para fumar.

—Está bien, DaeSu, ya entendí. Tengo algo aquí que todos quieren ver. —Levantó el archivo, haciendo obvio de que hablaban de ello—. Jung, ¿deberías estar aquí?

—Te diré lo mismo que a NamJoon. —HoSeok se movió en su asiento—. Estoy aquí para vigilar las cosas y parece que tomé la decisión correcta, eh. —SungAh hizo un sonido de estar de acuerdo cuando volvió su atención al archivo y lo abrió—. Entonces, ¿qué está pasando?

—Homicidios múltiples, eso pasa —respondió SungAh—. He estado rastreando esto desde que descubrieron a Nam y me alertaron de varios hombres en Incheon hace apenas una hora, hombres de Haedogje Pa. Todos muertos; parece un trabajo exitoso.

—¿Como lo que pasó con Nam y Ahn? —inquirió DaeSu con los brazos cruzados a la altura de su pecho y los ojos entrecerrados ligeramente.

—Nah, Nam fue destazado —discrepó HoSeok—. Y Ahn pareció ser torturado, tenía menos golpes y más... —pausó un momento— entretenimiento.

—Estos hombres muertos ciertamente no eran entretenimiento. —SungAh sacó las fotos—. Asesinatos limpios, nada de descuartizamiento ni tortura. Y no, tampoco fue Jeon. —Tomó una fotografía en específico y la levantó. NamJoon miró la fotografía antes de colocarla en el escritorio de HoSeok. Hombre desconocido con un traje negro y una camisa blanca, servilleta manchada de sangre de lo que parecía un tiro en el pecho—. Siendo que todas las víctimas fueron hombres.

—¿Quizás hicieron enojar a Jeon? —sugirió DaeSu mientras dispersaba las fotos en la mesa—. Ciertamente es su estilo. —El hombre tenía razón. Era cierto que había algo frío y clínico en la forma de los asesinatos. Agujeros de bala en pechos y cabezas, abdómenes con heridas. No era estilo del Chico en absoluto; eso hubiera sido peor.

—No, no, estos hombres estaban en una reunión de negocios, por decirlo de una manera. Eso juzgando la ubicación, la cantidad de hombres presentes, es una típica reunión de Haedogje Pa, excepto que todos están muertos —detalló SungAh—. Los asuntos supongo que en nombre de Jeon, aunque podría estar equivocada. Es altamente improbable que Jeon haya golpeado a sus propios hombres. Parece que ha perdido negocios y hombres.

—Espera, sé quién es... —dijo HoSeok mientras tomaba una de las fotos—. Mierda, ¡lo conozco! ¡Es el contable de Jeon! Él ha estado guiando al Chico. Woo. —NamJoon estudió la fotografía y sintió una extraña sensación en su estómago. Una alerta de peligro—. Ese es Woo, ¿verdad?

—Parece que alguien más ha decidido unirse al tablero de ajedrez —comentó NamJoon mientras tomaba la fotografía que tenía HoSeok y la examinaba con claridad—. Y creo que sé quién es...

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Luego de meses Ali vuelve :'D

Lo siento!! TT Ali ya fue regañada por su beta~

Al menos puedo darles la noticia de que ya terminé mi carrera y ahora estoy trabajando. Espero acomodar bien mis horarios para poder entregar pronto el siguiente capítulo.

Muchas gracias por la espera, por su apoyo, por sus estrellitas, sus comentarios y sus lecturas *corazoncito* Ali se emociona al saber que gustan de su traducción :'D

De cualquier forma, espero  les haya gustado este capítulo ^^

Como siempre, WP gusta de que termine dividiendo porque "capítulo rebasa los 2MB" >:v)9

Bueno~ 

Nos estamos leyendo ^^

AliPon fuera~*~*

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