Capítulo XII: Arma [Parte 1]

Cr. img. A quien corresponda

ATENCIÓN

Este cap contiene lemon, uso de drogas y gunplay

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Había pasado varios días y SeokJin aún no le había llamado. TaeHyung había estado esperando todo este tiempo que JungKook apareciera y le dijera que el otro hombre quería verlo porque tenía la información. Pero nada de eso había pasado. SeokJin había prometido buscar el nombre de Lee YooChun. TaeHyung no necesitaba del todo esa información pues había hecho un poco de investigación durante la espera. La búsqueda en la base de datos de JungKook le había dado una respuesta fácil, pero necesitaba profundizar. Encontrar conexiones, motivos de su participación para provocar una rebelión contra el heredero Jeon. Esa parte fue la difícil y en la que requería ayuda.

Aún no tenía reunida la mierda. Nada sobre vicios ilícitos o de su comportamiento repugnante. Lo importante era que TaeHyung sabía quién era. Lee YooChun era un hombre de mediana edad, alto y terriblemente flaco. Usaba gafas gruesas con montura de alambre y su pelo era gris en su mayoría. Cuando lo vio en el monitor, le recordó un poco a Woo, excepto por una gran diferencia: Woo se asemejaba a un búho con su rostro frío, mientras que Lee daba una sensación de confianza y de ser un adulador. Parecía ser el tipo de hombre que creía que merecía tener poder. Un buen empresario y aún mejor estafador. Memorizar su apariencia era importante, pero también había otros aspectos que llamaron su atención. Uno de ellos era que pertenecía a Jeon. Al igual que Ahn, quería detener los planes de ascensión de JungKook y por ello se habían aliado con el clan Kim.

Eso le faltaba, saber por qué se habían aliado a Kim. Dos generales se rebelaron contra el líder y heredero, dos generales con muchos hombres bajo su mando y alguna que otra influencia de poder de un igual o de alguien superior. TaeHyung no conocía a muchos hombres con ese nivel de poder, los que sabía los podía contar con los dedos de la mano, y sólo uno de esos hombres tenía el apellido Kim.

Si TaeHyung no estaba siendo llevado por la capital, acompañando a JungKook; sentado en reuniones como testigo y, ocasionalmente, verbalizando el descontento de JungKook hacia los hombres con los que el menor estaba molesto; entonces estaba sentado en el escritorio de su departamento. Era como volver a su antiguo trabajo en el departamento de policía, tecleando y repartiendo clics en su computadora; escaneando líneas y líneas de entradas de las bases de datos. TaeHyung descubrió que se sentía increíblemente cómodo haciendo esto, casi feliz. Le gustaba sentarse en su escritorio y usar su cerebro y conocimiento para armar el rompecabezas tan complejo que tenía ante él. Pero lo que más le gustaba era reportar a JungKook y decirle que tenía información.

JungKook se agachaba para sentarse en el borde de su escritorio, con las manos entrelazadas en su regazo y mirándolo con gran interés. Cuando TaeHyung le explicaba, divagaba una y otra vez y tal vez señalaba una fotografía o entrada en la pantalla, notó que sus ojos nunca dejaban de ver su rostro. Y cuando terminaba, el menor le dedicaba una sonrisa, con la comisura de sus labios hacia arriba mientras decía: «Bien, TaeHyung. Eres mucho mejor que Woo. Un trabajo tan duro merece una recompensa».

Lo más importante quehabía discutido con NamJoon meses atrás, había sido sobre los problemas quehabría al realizarse un cambio de poder. Por supuesto, cuando JungKook asumierael cargo, habría grandes cambios en Haedogje Pa. Lo viejo sería reemplazado porlo nuevo y eso causaría muchas revueltas. En este momento, TaeHyung estabaatrapado en medio de una de esas resistencias al cambio, y estaba haciendo todolo posible para resolverlo. Eso era lo que estos hombres rebeldes parecíansugerir, una represalia por la próxima purga. Parecía que las suposiciones quehabía compartido NamJoon habían sido correctas todo el tiempo.

¿NamJoon y su equipo tenían una idea de lo que estaba pasando? ¿Tenían alguna idea que la muerte de Ahn estaba relacionada con un intento de rebelión o pensaban que era otro problema de la organización criminal? Debía encontrar una manera de contarles todo, pero en este momento no parecía tener tiempo libre para contactar al equipo. JungKook siempre estaba allí, alrededor de él, observando cada uno de sus movimientos y no permitiéndole abandonar el bloque de departamentos. Pero ya encontraría la manera de salir, en cuanto tuviera la suficiente información para reportar, y no estar adivinando. Esperaba el equipo no lo odiara por lo ocurrido con HoSeok. No se sorprendería si lo hicieran.

TaeHyung estaba observando una serie de transacciones comerciales entre Lee y uno de los hombres de JungKook, uno que trabajaba en Dongjak-gu con el nombre de Rhee, cuando de pronto se abrió la puerta. Había estado revisando todo lo que podía encontrar de Lee, intentando averiguar si podía vincular negocios y encontrar posibles aliados. Sin embargo, Lee parecía tener su nombre en todo y en cualquier cosa imaginable. Exigía el nivel de conocimiento de negocios de JungKook para hacer cualquier tipo de suposición, y como si lo hubiese llamado telepáticamente, JungKook entró en su habitación. ¿Quizás podría decirle si estos documentos eran una mierda de negocios importante o algo sin importancia?

—¿Sigues trabajando? —preguntó mientras cruzaba la habitación para acercarse a él. TaeHyung se giró en su asiento para mirarlo, con las manos aún sobre el teclado. Explicó que estaba buscando información sobre Lee YooChun de nuevo. Esto hizo que JungKook se riera suavemente por lo bajo—. ¿Alguna vez descansas, TaeHyung?

—¿Tú lo haces, JungKook? —preguntó de manera bastante burlona.

—A veces... es raro, pero a veces tomo un descanso. De hecho, esta noche es una de esas noches, y por eso quiero que me ayudes a disfrutarla. —TaeHyung se recostó en el respaldo de su silla mientras lo miraba, preguntándose qué quería decir con eso. ¿No la pasaría con JiMin? Algo como una cena en un restaurante de primera o incluso caer en la cama junto al otro hombre y pasar unas horas felizmente con él. Aunque, no parecía ser el caso esta vez. La idea de disfrute de JungKook parecía estar girando a su alrededor y eso despertó su curiosidad.

—¿No debería seguir investigando a Lee? —preguntó TaeHyung, acomodándose el cabello. JungKook se movió para colocarse detrás de la silla y posar sus manos en los hombros ajenos. Sus palmas estaban cálidas cuando empezó a masajear sus hombros; los pulgares presionando su piel por sobre las ropas. Bueno, esto fue una agradable sorpresa, pero una que parecía tener connotaciones... para nada inocentes.

—Tengo otro trabajo para ti, TaeHyung —explicómientras frotaba en círculos—. Uno mucho mejor que las bases de datos ycomputadoras.

—¿Qué... qué tipo de trabajo? —preguntó TaeHyung echando su cabeza hacia atrás para mirarlo. En su mente vio el destello de un filoso cuchillo y gritos desgarradores. Esa era la idea habitual de diversión de JungKook y era suficiente para revolver sus entrañas. Sintió nervios en vez de miedo.

—Un trabajo especial —replicó JungKook mientras bajaba su cabeza—. Especial y placentero. —La forma en que él frotó suavemente su rostro contra su cabello hizo que le diera un calosfrío por la espalda y que se removiera en la silla—. Otra forma en la que puedes mostrarme tus talentos. —Sabía exactamente lo que estaba insinuando y TaeHyung se movió un poco para ver la pantalla de monitor. JungKook estaba jugando con él porque quería hacerlo y era obvio lo que buscaba con todo esto.

—... Está bien —aceptó TaeHyung sintiendo la respiración del menor contra su pelo—. Está bien, te mostraré mis talentos, JungKook.

Lo primero que notó cuando lo acompañó escaleras arriba, es que no había rastro de JiMin. Por lo general, era normal verlo tumbado en la cama o sentado en el diván ya sea leyendo, en su teléfono o jugando con Wangbi. A veces estaba en el gimnasio o en algún otro lugar, siempre apareciendo sonriente para alegrar el ambiente. Sin embargo, no lo vio y eso lo extrañó. JiMin siempre estaba presente en las noches porque trabajaba o se estaba relajando. TaeHyung había estado presente y trabajando varias veces que JiMin también lo estaba, sin perturbarse por lo que estuviera ocurriendo en el dormitorio de la suite. Después de todo, él usualmente disfrutaría de su propia película, sin guion de por medio ni mucho menos actuado. Así que hizo un comentario sobre tal ausencia mientras seguía a JungKook en dirección al dormitorio de la planta baja.

A pesar de que había mirado el interior muchas veces, nunca había entrado a la habitación. Vio que no lejos de la cama y de las cámaras instaladas había un escritorio con su respectiva silla, un enorme monitor de computadora y el stream para el sitio web. En el extremo derecho de la habitación había un armario de vidrio, donde probablemente había ropa y juguetes para las películas, y una cómoda. También había una mesa baja cerca de la puerta con tres cojines en el asiento.

—Mandé a JiMin fuera el fin de semana... una visita al spa —explicó JungKook haciendo un gesto con su mano para que se sentara en la mesa baja. No necesitaba preguntar por qué había una mesa así, pues era más que obvio. Era para que pudiera observar. TaeHyung se sentó y el menor comenzó a desabotonarse el saco—. Creo que se merecía el fin de semana libre, trabaja muy duro para mí. Parecía una recompensa adecuada. Un día de relajación para él solo.

—¿JiMin no trabaja esta noche, entonces? —preguntó TaeHyung observando a JungKook colocar la prenda en el respaldo de la silla del escritorio—. ¿Qué harás con el video en vivo, JungKook?

—Quiero que tú lo hagas esta noche, TaeHyung. —JungKook lo miró mientras ajustaba las cámaras—. Una transmisión especial, ese será tu trabajo.

TaeHyung le preguntó qué quería decir con ello viéndolo inclinar hacia abajo la cámara para mostrar más el colchón. La cámara era bastante alta, daría una vista desde arriba que TaeHyung había llegado a asociar como ángulo para felaciones. TaeHyung podía sentir un extraño burbujeo en la boca del estómago de sólo pensarlo. ¿Un livestream? JungKook lo quería en una película y eso era extrañamente emocionante y aterrador.

—Mira la cámara —ordenó el menor, evitando ingeniosamente la pregunta—. Mira la cámara, mantén el contacto visual hacia los hombres, y tal vez mujeres, del otro lado de la pantalla. Quieren mirarte, TaeHyung. Quieren pensar que te están follando, pero no pueden. Quien te está follando soy yo. —TaeHyung le sostuvo la mirada por un momento antes de mirar la cama. Claro que eso iba a pasar. No había actores presentes o JiMin, por lo que tenía mucho sentido que sería JungKook quien lo haría. ¿JungKook había hecho algo como esto antes?

—JungKook, ¿por qué JiMin no está haciendo esto?

—Ha habido peticiones de cierto...contenido sobre las transmisiones desde hace algún tiempo. JiMin cumple con lo que puede, pero algunos no están a gusto.

—¿Qué tipo de peticiones? —¿Ignoraría esta pregunta como la anterior? Como era de esperar, JungKook no respondió mientras se movía para acercarse a la cómoda. Tal vez estaba haciendo demasiadas preguntas para su gusto. Abrió el cajón superior y sacó un frasco de cocaína y luego rompió el sello. TaeHyung lo vio vaciar una pequeña cantidad sobre la mesa.

—Inhala, te relajará mucho más —dijo JungKook mientras cruzaba la habitación. TaeHyung lo vio irse para después mirar las líneas sobre la mesa—. Desvístete, pero mantén tu camisa. Dará el efecto esperado.

TaeHyung enrolló la nota de 50,000 won que había a un costado de las líneas y miró las líneas sobre la mesa. Todo esto gritaba "mala idea" y, sin embargo, parecía no poder negarse. El joven estaba sacando algo más y cuando se dio la vuelta vio la caja de la pistola. JungKook la llevó hasta donde estaba sentado y colocó la caja en el suelo. Abrió el estuche y sacó su Beretta.

—Los clientes quieren que se usen armas —explicó JungKook mientras presionaba el mecanismo que sacaba el cargador—. JiMin no hará algo como esto aún si las armas están descargadas. Es por esto que te necesito. Juegas con armas cuando están descargadas y cargadas. Así que vas a jugar conmigo con ellas. Sólo por esta vez, sólo para satisfacer las peticiones de negocios. —Colocó el cargador dentro del estuche para hacerle ver que realmente estaba descargada y no era peligrosa.

TaeHyung miró el arma por un momento para después girarse e inhalar las dos líneas de cocaína que había. Junto a él, JungKook estaba esperando una respuesta con el arma en mano. TaeHyung echó la cabeza hacia atrás y esperó a que los primeros indicios de la cocaína comenzaran a gotear en su garganta.

—Harás esto por mí, ¿sí?

—Sí, JungKook —afirmó mientras se frotaba la nariz y esnifaba—. Lo haré. —La amplia sonrisa de JungKook hizo que su afirmación valiera la pena. El menor dejó el objeto sobre la mesa y luego lo ayudó a desnudarse. A TaeHyung le resultó difícil bajar la cremallera por lo temblorosos que sus dedos estaban, pero logró desabotonar la camisa del otro. Sólo logró hacerlo a medias pues el menor se movió para besar y complicarle la tarea.

El primer paso antes de la filmación fue que JungKook atara sus muñecas con un trozo de cuerda de nailon. Asombrosamente no estaban tan apretadas pues podía mover sus dedos. TaeHyung no hizo más preguntas. Entonces JungKook lo inclinó sobre la mesa baja y lo preparó de forma tortuosamente lenta, no como su primera vez cuando se apresuró a entrar en él. No, el menor deslizó sus dedos dentro de él, cubierto con suficiente lubricante como para que goteara por la parte posterior de sus muslos. La lenta tijera de sus dedos le brindó una maravillosa ola de latidos a su estómago. TaeHyung comenzó a endurecerse sólo con la digitación y las palabras de aliento. Pero tan pronto los dedos lo habían abierto, JungKook los sacó y colocó un plug en su lugar.

—Para más tarde —explicó—. Sube a la cama. Justo al final, frente a las cámaras. —TaeHyung cumplió con su petición casi retorciéndose por la presión que causaba el plug entre sus muslos cuando se sentó. Podía sentir una extraña mezcla de emoción (por la cocaína) y excitación. Todos sus pensamientos de que era una mala idea, habían desaparecido—. TaeHyung, cuando las cámaras se pongan en verde, estamos en vivo —comentó JungKook mientras se acercaba a la computadora—. Recuerda, mira las cámaras. Dales un verdadero espectáculo.

TaeHyung asintió mientras dejaba escapar un suspiro. Aunque mantuvo la mirada puesta en la lente de la cámara, vio que la luz cambió de roja a verde cuando JungKook introdujo el comando. Posteriormente estaba recogiendo la Beretta de la mesa y moviéndose para acercarse a la cama.

JungKook se mantuvo fuera de la vista de la cámara principal frontal, pero levantó la mano para presionar el arma contra su sien, visible desde el lado de la pantalla. TaeHyung percibió el contacto frío y duro contra su cráneo. Miró a la cámara y no pudo evitar inquietarse. Vacía o no, el arma lo puso incómodo. Miró las cámaras que el menor le había dicho sin parpadear. Por un momento pensó en un video de rehenes o de un asesinato terrorista. ¿Era por eso por lo que pagaban los espectadores?

¿Borderline snuff*?

—¿Qué hiciste?

JungKook lo tomó fuertemente del pelo con su mano libre mientras echaba hacia atrás su cabeza, provocando un gemido de dolor. TaeHyung no pudo evitar formar puños con sus manos en su regazo al mismo tiempo que los dedos de sus pies se enroscaron. Dolía, pero de alguna manera se sentía bien; ese ardor en su cuero cabelludo donde los dedos ajenos se aferraban.

—Hi-hice mal —gimió TaeHyung, mirando directamente la cámara. No fue tan difícil hacerlo. En este momento estaba hablando con JungKook, pero al mismo tiempo no. Se estaba dirigiendo a quien estuviera al otro lado de la pantalla. Todos esos hombres desesperados y tal vez incluso mujeres que estaban pagando para verlo siendo follado. En cierto modo era triste, pero también muy emocionante.

—Muy mal —afirmó JungKook, con el cañón aún presionado contra su sien—. Sabes qué les sucede a los chicos malos, ¿verdad?

—S-sí, amo —respondió TaeHyung humedeciéndose los labios y sin apartar la mirada de la cámara. No había guion y, sin embargo, sabía qué decir. En cierto modo era extraño, pero TaeHyung había actuado desde hacía bastante tiempo. La improvisación le era natural ahora porque era su vida cotidiana—. Son... son castigados.

JungKook mantuvo el arma en su lugar y luego la movió por el costado de su cara. TaeHyung sintió el cañón como dedos acariciando su piel hasta llegar a sus labios. Sólo en ese momento dirigió su mirada al arma. El cañón se miraba enorme, frunció un poco los labios para presionarlos contra el metal. TaeHyung plantó varios besos lentos y firmes contra el acero, posteriormente introdujo una parte del cañón en su boca, probando el engrasado, llegando a cubrir gran parte de éste. Estaba duro como un pene lo estaría, exceptuando que estaba increíblemente frío. Lo suficiente como para que gimiera de la sorpresa.

Los dedos de JungKook todavía estaban en sus cabellos y los sintió aferrarse con mayor fuerza a medida que iba engullendo el cañón de forma lenta. Sus ojos rápidamente miraron el rostro del menor y notó que estaba atento a cada movimiento suyo. TaeHyung desvió sus ojos hacia la cámara frontal, la que tenía el ángulo perfecto para grabarlo. Por extraño que parezca, no era difícil mirar ahora. Se meneó ligeramente contra el arma, su lengua lamiendo todo el acero posible. JungKook la sacó bruscamente de su boca y luego presionó el cañón contra su frente. TaeHyung cerró los ojos y dejó escapar un gemido.

—Necesito castigarte —musitó JungKook, y sus dedos volvieron a apretarse en su regazo—. ¿Cómo te castigaré?

—Fo-follándome.

—¿Cómo?

—Follándome... duro, dándome una lección.

Escuchó algo desgarrarse y TaeHyung se dio cuenta que era su camisa. El collar había sido tirado con suma fuerza que la prenda se rompió. JungKook había aplicado tanta fuerza que sintió los botones incrustarse en su piel antes de que salieran volando. (Al menos se trataba de una de sus camisas baratas.) Fue arrastrado por sobre la cama y forzado a posicionarse con su estómago pegado al colchón, por lo que tuvo que equilibrarse con sus codos. Ni siquiera pudo aferrarse a las sábanas. JungKook lo estaba obligando a posicionarse con las caderas en alto, para que estuviera de rodillas. TaeHyung miró la cama segundos antes de mirar a la cámara más cercana. Fue entonces cuando sintió que retiraba el plug.

La sensación de la punta de su polla contra su entrada fue suficiente para que TaeHyung casi temblara de anticipación. Cuando JungKook finalmente lo penetró, no pudo evitar dejar caer la cabeza, tragando una serie de jadeos. No hubo insinuaciones ni penetraciones no tan profundas mientras JungKook le permitía acostumbrarse a su polla. No, esta vez simplemente deslizó su pene y comenzó a follarlo. TaeHyung sabía que era mejor actuar para las cámaras, pero los sonidos que escapaban de sus labios no eran para nada fingidos. No pudo evitar gimotear, incluso cuando se mordió el labio inferior, hiriéndose en el acto.

La presión del cañón en la base de su cráneo era dura. El hecho de que la pistola estuviera ahí debió asustarlo, pero no. Sintió una excitación por ello. La mano libre de JungKook estaba en su cadera, manteniéndolo en su lugar mientras lo penetraba.

—Seré bu-bueno —tartamudeó TaeHyung, encontrando difícil el simple hecho de pronunciar una palabra. JungKook lo estaba penetrando tan fuerte que casi se mordió la lengua al intentar hablar—. Seré bueno. —Quería aferrarse a las sábanas para apoyarse mejor, pero sus muñecas estaban atadas y sólo podía apretar sus puños—. Tócame —jadeó TaeHyung, no sabiendo si lo había actuado o lo había dicho en serio—. Tócame, por favor.

—Sólo los niños buenos pueden ser tocados —gimió JungKook, arremetiendo sin dar tregua. TaeHyung podía sentir sus muslos temblar y que estaba al límite. Entre las penetraciones y las luces parpadeantes de las cámaras, pronto llegaría a su clímax.

—Soy ah, un buen chico —se quejó. Si TaeHyung aún poseía algo de dignidad desde que se unió a Haedogje Pa, murió en ese instante. Pero, ¿realmente importaba la dignidad cuando sintió a JungKook salir de su interior y girarlo? La Beretta queriendo introducirse en su boca a la par que JungKook volvía a adentrarse en él. La repentina penetración lo hizo gruñir alrededor del cañón y bastaron unos cuantos empujes antes de que volviera a ese ritmo duro y rápido. JungKook no lo tocó, pero el nuevo ángulo le permitía bajar sus atadas muñecas y consolarse con el ligero toque de su pulgar en la cabeza de su pene.

Estaba mojado, con el líquido pre-seminal deslizándose bajo su pulgar de forma maravillosa. No sabía si era por estar siendo follado o que JungKook lo estaba elogiando.

TaeHyung hizo todo lo posible para seguir jugando con la pistola, apretando sus labios alrededor del cañón mientras JungKook movía el objeto para estimular la felación. Le era difícil dado que no podía gemir. Estuvo realizando series de gemidos ahogados atrás de su garganta que ocasionalmente salían como gruñidos. TaeHyung quería decirle a JungKook lo increíble que era al follarlo, pero no podía. Quería escuchar nuevamente un elogio de su parte, cualquier cosa, y lo único que podía hacer era levantar sus caderas y golpearlas contra él.

—Mierda. —JungKook se chupó el labio inferior entre sus dientes, mordiéndolo con fuerza mientras lo hacía. No fue un elogio, no se acercaba a uno. TaeHyung repitió la acción, incluso cuando el ángulo era difícil y hacía que los músculos de su estómago se tensaran al hacerlo —. Follas como un chico malo. —No, él no era malo, él era bueno. TaeHyung pudo entornar los ojos con molestia, pero entonces el menor agregó—: Eres tan bueno engullendo mi pene.

Ahí estaba, justo como él quería. Sus palabras fueron suficientes para llevarlo al límite y TaeHyung pudo sentir el clímax posesionándose de él. Se alejó del arma con un gemido entrecortado, babeando su barbilla en el acto. JungKook seguía dentro de él; la fricción creando profundos latidos de placer cuando su orgasmo invadió su cuerpo; desde su cerebro hasta sus pies. No pudo evitar apretarse, los músculos de sus muslos temblaban debido a la intensidad. Tan pronto vino su clímax, igualmente llegó la incomodidad. Al igual que su primera vez con JungKook. Esa presión se volvió dolor.

—¡D-duele! —exclamó TaeHyung, el cañón de la pistola aún cerca de su boca, lo que le dificultaba hablar. Sentía la dureza del metal presionando su piel hasta sus dientes—. Duele.

—Haré que el dolor de vaya —casi gruñó JungKook—, sólo si prometes ser un buen chico. —TaeHyung podía sentir sus ojos humedecerse y sus lágrimas quedar atrapadas entre sus pestañas. Mierda, la presión era demasiada, no aguantaría más. De no ser lágrimas, estaría gritando de dolor. ¿Acaso JungKook no sabía lo mucho que dolía?

—Ah-ah-Seré bueno, seré... —TaeHyung volvió a engullir el cañón para poder morderlo y así silenciar sus gemidos de dolor. Escuchó el chasquido del gatillo y fue en ese instante que JungKook eyaculó. TaeHyung se quedó quieto, esperando a que su oleada de placer aminorara. Cuando finalmente se retiró, casi llora de alivio, parpadeó varias veces notando cómo caían las lágrimas que había retenido.

JungKook retiró el arma de su boca y la colocó sobre el colchón. Se levantó de la cama para ir a la computadora que había a un lado. TaeHyung se limitó a mirar el espejo que había en el techo, consciente de que las cámaras seguían enfocadas en él. Desde el otro lado de la habitación escuchó el sonido de botones siendo presionados, unos clics hasta que se apagó la transmisión. Sólo entonces estiró sus piernas. Ante eso pudo darse cuenta de la humedad entre sus muslos y cuando miró su abdomen pudo notar que estaba cubierto de semen. Después de terminar la transmisión, JungKook volvió a la cama.

—Bien hecho. Eres tan bueno, TaeHyung. —Sintió que la cama se movía cuando JungKook terminó de subirse. Luego se acercó a desamarrar sus muñecas—. Uno de los mejores actores que he visto.

—Gra... Gracias, JungKook —murmuró TaeHyung. Si tan sólo supiera hasta dónde se extendía su actuación. La cuerda se aflojó después de unos tirones y fue desechada sin mayores ceremonias.

—El dolor era necesario para este video —explicó JungKook mientras se recostaba a su lado, con la mano yendo de sus muñecas a sus cabellos—. No fue un castigo. Te lo dije, ¿cierto? Que eras bueno, TaeHyung. Nunca te castigaría por ser bueno. —Sonaba como una mentira para sus oídos, pero no replicó. Se movió lo suficiente para que sus labios quedaran en su garganta. Esta fue la primera vez que JungKook proporcionó lo más cercano al confort después del sexo. Era tan extraño que TaeHyung no supo cómo sentirse al respecto. Sin embargo, disfrutaba de las caricias en su pelo y la suave presión de sus labios contra su cuello.

—Lo sé, JungKook, sé que no lo harías.

—Eres tan bueno —repitió JungKook mientras se frotaba contra su cuello—. No hay nada que no puedas hacer, TaeHyung. Eres especial, muy especial.

Pudieron pasar varios minutos mientras ellos estuvieron acostados en la cama siendo un desastre de extremidades laxas; quizás una hora. TaeHyung sólo cerró sus ojos por un instante, sintiendo el aliento del otro en su cuello, el calor de su cuerpo contra el suyo. Se sentía agotado, mas no cansado. La cocaína que había en su sistema no le permitía sentirse cansado. A pesar de que las cámaras no lo estaban grabando, sentía el peso de los lentes fijos en él. Entonces JungKook se alejó para recoger el arma. La levantó y observó un tiempo, TaeHyung lo miró sin decir nada.

—Sabes, siempre he querido jugar con armas, pero no puedo. No con JiMin que se asusta con sólo verlas. Pero sé que tú no. —JungKook le sonrió con suficiencia, sus ojos mirando las cámaras que había en el lugar—. TaeHyung. Quiero que juegues conmigo. Sin las cámaras.

—Jugar contigo, ¿cómo? —TaeHyung se puso de costado para mirarlo mejor.

—Quiero que me folles con la pistola —respondió JungKook, ni siquiera hubo un ligero tartamudeo o vacilación. Incluso se terminó de dibujar la sonrisa en su rostro. TaeHyung lo miró incrédulo y eso hizo que esa sonrisa se tornara una bastante traviesa.

—No sé, JungKook, eso suena... —TaeHyung pausó y trató de acomodar sus pensamientos. Por supuesto que sonaba obsceno, justamente porque JungKook lo había propuesto. ¿No había permitido que el menor lo cogiera frente a cámaras? ¿No era eso mucho más obsceno considerando todo? Muchos habían visto lo suyo, pero esto de JungKook nadie lo vería más que él. ¿Realmente importaba que sonara obsceno?

—TaeHyung, quiero que me folles con la pistola.Puedes follarme como recompensa —expuso JungKook siendo algo muy cercano a unaorden—. Tengo mi diversión, tú tienes la tuya. Es justo, ¿no? —Tenía un puntoporque ciertamente era justo—. Nunca he hecho algo así antes, pero he queridohacerlo. TaeHyung serás el primer hombre que me haga esto.

Era como tomar su virginidad, exceptuando que lo haría con un objeto de frío acero.

—...De acuerdo —aceptó mientras tomaba el arma—. Lo haré.

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FIN DE PARTE 1

*Bordeline snuff: se refiere a las películas donde una persona muere ya sea asesinada o cometa suicidio.

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