Capítulo XI: Todos los hombres del rey [Parte 1]

TaeHyung pensó que le resultaría extraño volver a despertar en una habitación que no era la suya. Sin embargo, no se sorprendió en lo más mínimo, porque era algo a lo que estaba empezando a acostumbrarse. La sensación de las sábanas de seda contra su piel desnuda en lugar del habitual algodón, era agradable, pero no tanto como el suave tarareo que provenía de algún lugar de la suite. Cuando inhaló, pudo detectar los aromas mezclados del perfume de JiMin y la colonia de JungKook; casi pudo saborearlos. El perfume era floral y femenino mientras que la colonia tenía toques de madera y obviamente masculina, una mezcla maravillosa a la que ya se había acostumbrado.

Sus músculos simplemente dolían. La idea de JiMin había sido ir al gimnasio del bloque de apartamentos y, por supuesto, ser despertado a las 6 am para ser su compañero de entrenamiento. Habían pasado casi dos semanas desde la última vez que entrenó con HoSeok y su cuerpo se estaba habituando al poco ejercicio. Así que la rutina había agotado a TaeHyung al punto de ni siquiera percatarse de que se había quedado dormido en la cama después de bañarse. Probablemente se había desmayado. Pero esa no fue la única razón por la que le dolían los músculos; especialmente los muslos. TaeHyung emitió una serie de gemidos en voz baja, apoyando su cabeza en la palma de su mano para poder mirar a través de la suite.

Vio a JungKook en el área de la cocina, junto a la puerta de entrada, moviéndose desde la estufa hacia los mostradores mientras cocinaba. Había pensado que quien hacía ruido había sido JiMin y al parecer estaba equivocado. El más joven tenía un tono agradable, suave y ronco, y fue extraño escucharlo tararear así. TaeHyungsabía de personas que normalmente lo hacían al momento de cocinar o limpiar, pero JungKook no era exactamente normal. Había varias cacerolas en la estufa que burbujeaban, el olor de la carne flotaba en el aire.    

—¿Qué hora es? —murmuró TaeHyung somnoliento, obligando a sus párpados a permanecer abiertos. JungKook miró su reloj y le dijo que eran las 7:30 am. Bueno, eso significaba que había tenido una siesta de casi media hora—. Mierda, JungKook, ¿cómo estás tan despierto en este momento? ¿Alguna vez duermes?

—Dormiré cuando esté viejo o muerto —replicó JungKook mientras continuaba revoloteando por el área de la cocina. TaeHyung se movió para sentarse, reprimiendo un bostezo detrás de su mano mientras lo hacía. Su húmedo cabello estaba prácticamente seco por el calor del aire de la suite, pero cuando giró las piernas por los costados y sus pies rozaron el suelo de mármol, sintió un escalofrío recorrer su espina por lo frío del piso.

—Mmm, eso suena como tú. —TaeHyung se frotó los ojos con la fuerza suficiente para ver las estrellas y luego dejó caer las manos sobre su regazo. Desde algún otro lugar de la suite llegó el sonido de la ducha, probablemente JiMin seguía exfoliándose. No se sorprendería si la rutina de JiMin tomara media hora. Frotándose y lavando y afeitando e hidratando. Era una rutina de ejercicios propia—. Buenos días, JungKook

—...Buenos días, TaeHyung.    

Notó la leve pausa antes de que el hombre más joven respondiera, vio cómo se detuvo en el acto de agitar el contenido de un wok. Era como si el afecto lo hubiera pillado desprevenido a pesar de que se lo había dicho todas las mañanas. Tal vez fue el hecho de que estaba sentado en una de sus camas, con la voz ronca y exhibiendo su piel, en lugar de estar de pie junto a la recepción. TaeHyung se levantó de la cama y sintió que sus músculos se quejaban mientras se erguía. No pudo evitar presionar una mano contra su espalda baja.

—¿Dolorido? —preguntó JungKook mientras levantaba una ceja de forma lánguida—. Estoy habituado a la rutina de JiMin. Pronto te acostumbrarás.

TaeHyung sabía que no sólo se estaba refiriendo al ejercicio. Hablaba del sexo. Estaba hablando de las varias horas que había pasado junto a ellos la noche anterior, como si de un paquete se tratara. Dar y recibir, en más de una ocasión al mismo tiempo. Tener sus muñecas y tobillos atados mientras JiMin reía a carcajadas y la sensación de la respiración de JungKook en su piel, los dedos hundiéndose con fuerza. TaeHyung dudaba en llegarse a acostumbrar a tal cosa.

—Seguro que lo haré, JungKook —murmuró TaeHyung mientras empezaba a vestirse.

Estaba por abrocharse los pantalones cuando JiMin bajó las escaleras. Llevaba la misma bata de seda y su piel casi brillaba. Tenía una sonrisa alegre en su rostro mientras se agachaba para tomar la cabeza de Wangbi y darle unos besos pequeños en su nariz y por encima de sus ojos, tarareando dulcemente. La gata se quedó quieta en el diván, ronroneando ante su toque. Luego se dirigió a la cocina, empezando a ayudar a JungKook a acomodar la mesa. TaeHyung vio que en la superficie había platos de arroz y granos que no reconoció. Namul había en varios de los platos de acompañamiento, y la presencia de carne significaba que algo sería destinado a Wangbi.

Parecía que JungKook finalmente había iniciado con la desintoxicación; una limpieza a su sistema. Gran parte de su plato estaba repleto de verduras y semillas en lugar de carne o arroz. Fue extraño verlo ingerir vitaminas en vez de su tan habituado Adderall y comer en vez de beber champán. Al menos TaeHyung al fin pudo tomar un poco de café, aunque se contuvo de encender un cigarrillo. Sólo en caso de que JungKook realmente se estuviera desintoxicando. Cuando estaban por finalizar el desayuno, el teléfono sonó fuertemente a través de la suite, y JungKook fue quien tomó la bocina.

—Tengo que tomar esta llamada —se excusó el menor cruzando la planta baja, y mientras subía las escaleras, TaeHyung alcanzó a oír que respondía la llamada. Cuando estuvo fuera de su vista, se volvió a JiMin. Cual infante que aprovechaba que su padre no estuviera cerca, dio un trozo de carne a Wangbi, sonriendo travieso a TaeHyung y pidiéndole con un gesto de mano que guardara el secreto.

TaeHyung seguía dándole vueltas al actuar de JungKook. ¿Quién había llamado como para que se excusara? Había recibido llamadas de Woo en su presencia, por lo que era posible que se trataba de alguien diferente. De forma automática ayudó a JiMin a lavar los platos. Cuando terminaron, ambos fueron a la cama para descansar. Wangbi estaba echada en el diván. Luego de unos quince minutos aproximadamente, JungKook bajó las escaleras a paso rápido, abrochándose el pantalón mientras lo hacía. Había una sensación de agitación que emanaba de él, como si estuviera apurado. Sus pies descalzos recorrieron el suelo de mármol, la corbata colgaba de su antebrazo y su saco doblado en el otro.

—¿Qué pasa, cariño? —preguntó JiMin, claramente percatándose del estado del menor. TaeHyung se impresionó al ver que, así como JiMin, con sólo una mirada había notado ese estado de ánimo. Estaba mejorando en leerlo.

—Tengo que asistir a una reunión —respondió JungKook mientras deslizaba sus pies en un par de mocasines—. Woo está molesto porque volví a cambiar el horario, pero no puedo rechazar esta reunión.

—¿Una reunión? —preguntó esta vez TaeHyung con sorpresa—. ¿Qué clase de reunión? ¿Con los tributarios u otra clase de reunión?

—Otro tipo, una a la que no puedes ir. Mi padre quiere verme hoy —explicó JungKook mientras abotonaba el puño de la camisa. Los botones superiores de su camisa estaban sin abrochar y TaeHyung vio perfectamente un chupetón similar a sus dientes.

—¿Sabes por qué? —inquirió TaeHyung mientras lo veía abotonarse el otro puño.

—Oh, claro que lo sé. —El menor le dio una expresión bastante sombría—. Es sobre Ahn. Está molesto por lo que le pasó y me dará el discurso del siglo por haber sido travieso. —JungKook puso los ojos en blanco y suspiró profundamente—. Me imaginé que esto pasaría desde que lo vi en el funeral. Estaba enojado en ese momento y sigue estándolo ahora.

TaeHyung no dijo nada y se limitó a verlo alistarse. JungKook estaba en problemas por un asesinato que había cometido. Algo que hizo a petición del menor. Si Jeon estaba enojado con su hijo... ¿eso en qué posición lo ponía? Posiblemente una posición muy mala, del tipo que podría significar una bala en su cabeza. JungKook terminó de abrocharse la camisa y luego se colgó la corbata alrededor de su cuello.

—¿Él sabe acerca de la traición? —preguntó TaeHyungen voz baja—. ¿Acerca de cómo Ahn estaba trabajando en contra de ustedes dos? 

—Evidentemente no —replicó JungKook mientras se acercaba para sentarse en el borde de la cama junto a ellos. JiMin se movió cerca del menor para comenzar a anudar la corbata con fluidez, mostrando mucha experiencia. Claramente él era tan bueno en lo que a nudos se refería. Cuando estaba apretando el nudo, TaeHyung pudo ver que los botones de la camisa parecían chapados en oro y con incrustaciones de perlas, probablemente reales—. Esperaba que él lo supiera o tuviera información del asunto, pero parece que no.

JiMin terminó con el nudo y se movió para sentarse nuevamente en la cama junto con él; su perfume dulce se hizo presente en cada movimiento. JungKook volvió a ajustar el nudo y enderezando las longitudes. Luego se puso de pie y cruzó la suite para tomar un alfiler de corbata y colocárselo.

—¿Cuáles son mis planes para hoy, JungKook?

—Vas a cuidar a JiMin todo el día —anunció JungKook mientras recogía su saco y se lo ponía—. Espera información de mi parte cuando regrese de esta reunión. No tiene sentido husmear en el nido de serpientes... pueden morder. —Fijó las solapas y luego cerró el saco para apretar los botones del medio—. Preferiría que JiMin tuviera un acompañante hoy.

TaeHyung miró a ambos y pensó en las palabras no dichas que había en el aire. ¿Por qué exactamente JungKook querría que él tuviera un acompañante si sólo salía por el día? Esto le daba la sensación de que el menor estaba preocupado por su seguridad. Posiblemente por lo que había ocurrido con Ahn. Sin embargo, JiMin no parecía desconcertado en absoluto. Tal vez estaba acostumbrado a esto... ¿era frecuente que estuviera siendo vigilado por otros hombres? Casi como una celebridad o un niño.

—Entonces, ¿sabes lo que significa eso, bebé? —dijo JungKook mientras cruzaba la suite y se agachaba para tocar la mejilla de JiMin con el dorso de sus dedos—. Significa: comportarse.

—Sabes que nunca lo hago —replicó JiMin en un tono bastante coqueto. JungKook se inclinó y besó a JiMin como si un marido estuviera saliendo a trabajar y despidiera a su esposa, acunando su mejilla y un beso casto en sus labios. JiMin hizo un puchero con sus labios y sonrió, luego JungKook rompió el contacto y se irguió nuevamente. TaeHyung se dio cuenta que los había estado observando todo el tiempo y antes de que pudiera apartar la mirada, el menor lo miró a los ojos.

—Uh, buena suerte en la reunión, JungKook —murmuró TaeHyung. Se sentía bastante estúpido sentado en el extremo de la cama, como si en realidad estuviera en el marco de la puerta.

—¿Qué? ¿No hay beso de despedida para Tae? —comentó JiMin con una sonrisa. JungKook lo miró de soslayo para después volver a posar sus orbes en el mencionado. TaeHyung miró confundido cómo el heredero caminó hasta colocarse frente a él.

No hubo toques suaves, no acunó su mejilla con la mano como con JiMin, sino que JungKook colocó su mano en la parte trasera de su cabeza y tiró de sus cabellos hacia atrás para obtener un mejor ángulo para el beso. TaeHyung deseó no haber disfrutado la forma en la que los labios de JungKook presionaron contra los suyos y la leve sensación de la respiración ajena contra su rostro. Disfrutar el sexo era una cosa, pero los besos eran algo completamente diferente. Sólo duró un segundo el contacto y él se reprendía de haber disfrutado de él.

—Notificaré tan pronto tenga la información —dijo JungKook mientras soltaba su cabello. Dio un rápido tirón a su saco para alisarlo—. Suponiendo que hay algo que notificar.

TaeHyung lo siguió con detenimiento hasta que salió de la suite. Cuando la puerta se cerró con un clic, el lugar quedó en silencio y el único sonido que se escuchaba era el suave roce que hacía la lengua de Wangbi cuando se lamía las patas. Después de un minuto, JiMin rompió el silencio.

—No puede atar una corbata, pero puede dirigir un imperio —comentó JiMin con ironía. La forma en la que puso los ojos en blanco le recordó a su madre antes de murmurar "hombres"—. A veces me parece lindo, otras tantas, me preocupa.

—Yo puedo atar una corbata —intervino TaeHyung, no muy seguro de lo que habría como respuesta. Sonaba como si alardeara, lo cual era bastante divertido si consideraba todo el panorama.

—En poco tiempo estarás dirigiendo un imperio,Tae —declaró JiMin con una dulce sonrisa—. Entonces también tendré que llamarte Amo, eh. ¿Te gustaría eso? —TaeHyungsintió sus mejillas calentarse y su torpe sonrisa hizo reír al otro—. No seastímido conmigo, Tae, no soy por quien debas sonrojarte.

—JiMin, ¿qué se supone que sucederá hoy exactamente? —preguntó TaeHyung para cambiar de tema. Realmente no esperaba una respuesta, porque cabía la posibilidad de que JiMin tampoco supiera. Pero a TaeHyung le gustaba tener un plan de acción y hoy parecía que sería una oportunidad desperdiciada. No quería salir de compras con JiMin, teniendo a su alrededor ropa costosa y juguetes sexuales. Había muchas cosas por hacer, tanta información que podía reunir para su equipo, pero con JiMin...

—Mmmm, déjame pensar. —JiMin se dejó caer en la cama con un profundo suspiro y se quedó mirando su reflejo en el espejo del techo. TaeHyung vio su sedoso cabello desperdigarse por las sábanas, cómo su bata de baño se deslizaba para mostrar parte de su pecho y bastante de sus muslos. Parecía que estaba en una sesión de fotos, aunque lograba dar la mejor pose sin tanto esfuerzo—. Tengo que recoger unas cosas. Pero lo más importante es que tengo que visitar a Min.

—Min, ¿quién es Min? —preguntó TaeHyung mientras se movía con lentitud cerca de las piernas ajenas y acariciar con sus dedos la suave piel. Imitando a JungKook en cierta medida.

—El vendedor personal de JungKook —explicó JiMin, aparentemente sin inmutarse por las caricias. TaeHyung miraba su rostro mientras hablaba—. La mejor calidad disponible, garantizada. Tampoco hay posibilidad de envenenamiento.

Eso tenía sentido, comprarle a cualquiera era arriesgado, francamente peligroso. Podría terminar matando a JungKook si no había cuidado de quién se obtenida la droga; disimulando una sobredosis accidental, por ejemplo. TaeHyung sabía de un hombre en Haedogje Pa con el apellido Min, pero no estaba seguro que fuera quien estaba pensando. Después de todo, el Min que conocía estaba muerto. Entonces, ¿de quién hablaba JiMin?

—Además, es bastante lindo...

TaeHyung había dejado de mirar a JiMin cuando empezó a divagar y justo cuando escuchó el comentario es que devolvió su mirar al rostro del otro para ver una sonrisa bastante pícara. Parecía un poco avergonzado y se preguntó brevemente si JungKook sabía que JiMin consideraba lindo a su distribuidor personal. ¿Importaba siquiera? ¿Le importaría a JungKook que encontrara atractivo a otro hombre? Después de todo, ¿JiMin no había sido follado por ambos? ¿O acaso TaeHyung mismo era una excepción? JiMin se incorporó lentamente, acomodándose el cabello mientras lo hacía.

—El oficial que ayer apuñalaste ayer también era algo lindo —remarcó mientras se cerraba la bata de baño—. Era joven, no recuerdo haber visto oficiales así hace tiempo. —TaeHyung se mordía el labio mientras lo escuchaba, recordándole de nuevo lo que había hecho—. Sabes... te verías lindo con un uniforme de policía.

—...¿qué? —Giró con brusquedad la cabeza, sintiendo un dolor intenso por ello.

—Dije que te verías lindo con un uniforme de policía, y no hablo de los uniformes de oficina. Me refiero a los que usan los policías normales, los de color negro. —TaeHyung se limitó a mirarlo fijamente—. Kookie también se vería bien en uno, pero nunca lo vestiría. Bromeé con él una vez, le dije que me arrestara. Simplemente me colocó en la mesa, me esposó y me dijo que no necesitaba una placa para hacerlo. —JiMin se rio suavemente, como si fuera una historia divertida—. Apuesto que él te dejaría arrestarlo...

—No, no, me vería estúpido —negó TaeHyung enfatizando con un movimiento de cabeza—. Me veo estúpido con estos trajes, en uniforme de policía me vería aún más estúpido.

—Te ves bien con estos trajes —refutó JiMin, levantándose de la cama y cruzar la suite—. Y también te verías bien en uniforme, confía en mí.

  TaeHyung lo vio subir las escaleras para llegar a la primera planta. Desapareció en lo que presumiblemente era un área privada para vestirse. TaeHyung percibió una sensación extraña en la boca del estómago, como una inquietud. Todo porque JiMin había mencionado a HoSeok y bromeado sobre la policía. La sola mención fue suficiente para ponerle nervioso. Lo último que necesitaba era que JungKook escuchara esa broma y comenzara a preguntar...

JiMin regresó después de varios minutos, usando una camisa ajustada y pantalones negros. Estaba en el acto de colocarse una bufanda de cachemir alrededor del cuello y tenía lo que parecían dos abrigos colgados de su antebrazo.

—Hace frío, Tae, toma. —Agarró uno de los abrigos y se lo tendió. TaeHyung vio que se trataba de uno negro, una mezcla de lana gruesa y claramente caro—. Póntelo.

—¿Es tuyo? —preguntó mientras lo aceptaba. El material era suave y de muy buena calidad.

—No, es de Kookie. Eres de su complexión y altura, puede que te quede un poco suelto, pero no importa. —JiMin debió notar su expresión de sorpresa pues rio—. Nunca lo usa, confía en mí, siempre lo ha tenido y nunca se lo ha puesto.

—No lo sé, JiMin, no creo que...

—Póntelo —repitió JiMin, con un tono lo más cercano a una orden. Tan similar a JungKook que era extraño. TaeHyung lo observó y se preguntó si alguna vez había usado el mismo tono con el menor o si no estaba permitido. Cuando estaba terminando de colocárselo, JiMin le sonrió—. Mucho mejor. —Se colocó frente a él y alisó el collar con los dedos de una mano—. Pareces un verdadero Amo ahora.

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TaeHyung sólo había estado en una tienda de gama alta, la de Gangnam-gu. Sharp, los sastres que pertenecían a HoDong, por supuesto. Realmente no sabía cómo funcionaban las tiendas de gama alta, pero se había imaginado que no se permitía la entrada a mascotas. Quizás no estaban permitidas, pero nadie les dijo nada y Wangbi estaba en el interior de la tienda como si fuera la dueña del lugar, con una correa que se arrastraba por el suelo mientras caminaba. No es como si hubiera muchos clientes a los que intimidar, porque sólo había unas cuantas mujeres. Y como era típico de Wangbi, decidió echarse en una repisa de la ventana, atrayendo gran cantidad de miradas.

Bueno, entonces estaban permitidas las mascotas. Al final, tanto JiMin como él habían sido admitidos...

—¿No tienes miedo de que ella escape? —preguntó TaeHyung mirando a Wangbi por encima del estante. JiMin era algo bajo en estatura por lo que se lo imaginó poniéndose de puntillas para mirar por encima, encontrando casi lindo esto, sin saber la razón.

—No, Wangbi es una buena chica —respondió JiMin mientras comenzaba a caminar por el pasillo. TaeHyung sintió que algo se enganchaba alrededor de su muñeca y cuando miró hacia abajo vio que eran los dedos de JiMin. No era un agarre apretado, sino gentil para poder guiarlo por la tienda—. Ella nunca ha tratado de escapar. A ella le gustan sus papás demasiado como para intentarlo.

TaeHyung lo tomó como una respuesta suficientemente buena y no hizo más preguntas. En su lugar, permitió que lo llevara por los pasillos. En ese momento había un mostrador de belleza ubicado en una gran tienda departamental y parecía que JiMin tenía un paquete que recoger. TaeHyung se imaginó un pedido grande por todos los productos que usaba. Sin embargo, JiMin pasó el mostrador y fue directamente a los pasillos de perfume en lugar de dirigirse a la caja.

—¿No son estos perfumes para mujer? —inquirió TaeHyung mirando las botellas. Todas tenían forma de finas copas o cuencos, y había unos extraños que parecían novedades. Todos de color rosa u oro o lilas.

—Sólo son perfumes —replicó JiMin—. Mientras huela dulce no importa nada más. ¿Qué prefieres, Tae? ¿El sabor de mi perfume en tu lengua o la colonia de Kookie? —Tenía un punto importante, pues su perfume tenía un sabor extrañamente maravilloso en su lengua, casi como si fuera un dulce. Cuando JiMin tomó algunas botellas de muestra y roció un poco en el aire, dijo—: Háblame de ti, Tae.

—¿De... de mí? —TaeHyung giró su cabeza para verlo y JiMin asintió mientras colocaba la botella en el estante.

—Sí, me di cuenta que no sabía nada de ti salvo tu nombre.

—Pero no soy interesante —respondió, sintiéndoseun poco incómodo—. ¿Por qué quieres saber de mí?

 —Porque somos amigos, Tae —contestó JiMin—. Somos amigos, ¿cierto? —TaeHyung lo pensó un momento y asintió, estando de acuerdo en que lo eran—. Okay, hagamos un trato. Cuéntame tu vida aburrida y te contaré la mía —sugirió con una sonrisa. Sus ojos se arrugaron de las esquinas de la misma manera amistosa de siempre, una verdadera sonrisa. Una en la que TaeHyung pensó en confiar—. ¿Suena bien?

—...Sí, sí, JiMin. —TaeHyung asintió—. Bueno, ¿por dónde empiezo? ¿Quieres una respuesta tipo Copperfield?

—Ja, a Kookie le gustaría eso —comentó JiMin con una risilla—. Cuéntame cómo terminaste en Haedogje Pa primero, parece un buen comienzo. —Sus ojos se pasearon por el estante y, sin embargo, parecía que sólo estaba simulando hacerlo en lugar de mirar realmente los productos.

—Salí del instituto y me inscribí en el reclutamiento militar —habló TaeHyung, las mentiras saliendo de su boca perfectamente. Lo había ensayado por tres meses completos—. Ahí aprendí a usar un arma y disciplinarme. Después de ser destituido busqué problemas, ¿sabes? No pude conseguir un trabajo decente porque reprobé la mayoría de mis asignaturas, así que terminé en la calle haciendo mierdas. Por suerte, terminé ganándome la atención de un hombre que trabaja para Haedogje Pa. Lim, él trabaja en Mapo-gu. Pensé que iba a ser un distribuidor, pero vio algo mejor en mí.

—Es que eres inteligente —elogió JiMin mientrastomaba otra botella, verificando su peso entre sus manos—. Habiendo reprobadoel instituto o no, eres inteligente. De diferente manera, pero lo eres. 

—Sí, aparentemente lo soy. Comencé a llevar registros para él y lo siguiente que supe fue que me escoltaron a un edificio y me dijeron que era un tributo; que iba a ser aceptado oficialmente en Haedogje Pa. —TaeHyung se detuvo y miró la botella de color verde oscuro que estaba frente a él en el estante, antes de mirar al otro—. Fue entonces cuando JungKook me vio en el patio. Me hizo unas preguntas y desde ese momento terminó poniéndome bajo su ala.

—Una decisión inteligente, ambos son inteligentes. —JiMin le sonrió cálidamente—. Me pregunto si primero vio tu inteligencia o tu cara bonita.

—¿Qué vio primero en ti? —preguntó TaeHyung. JiMin tomó el frasco verde oscuro en lugar de responder, retirando la tapa para rociar un poco en el aire. Tras un momento de silencio decidió seguir hablando—. No hay nada interesante qué decirte. Cuando estuve en el ejército hacía lo mismo todos los días y al trabajar con Lim tenía la cabeza metida en libros o delante de una computadora. Sólo cuando fui aceptado en Haedogje Pa, realmente hubo algo interesante.

—¿Así que tu infancia también fue aburrida? —inquirió JiMin mientras inclinaba ligeramente la cabeza hacia él. Un mechón de cabello se soltó y TaeHyung se movió para acomodarlo por él—. ¿Nada interesante?

—...En realidad, no —mintió TaeHyung encogiéndose de hombros con indiferencia—. Realmente no puedo recordar mucho, sólo que mi mundo giraba en torno a la escuela y detención: aburrido. ¿Qué hay de ti, eh?

—Oh, mi historia está lejos de ser aburrida —respondió JiMin mientras se giraba hacia el estante y regresaba a su lugar la botella—. No recuerdo mucho de mi infancia, pero el que tengo más nítido fue cuando me raptaron. Estaba en un parque, jugando con unos amigos y mi hermano menor. Ahora que lo pienso, había muchos niños y niñas en ese lugar y me preguntó por qué me eligieron. Algunas veces la pelota con la que jugábamos se alejaba y, por turno, teníamos que ir por ella antes de que rodara hacia el arroyo. Pero cuando fue mi turno, me raptaron.

—¿Cómo?

—Había un vehículo sin placas estacionado justo afuera del parque. Cuando pasé por delante, la puerta se abrió y alguien me tomó. Fue así de rápido. Un momento estaba pateando y gritando, y al siguiente estaba inconsciente. Como te dije antes, tal vez tenía unos siete u ocho años. Debía haber sido un niño lindo, todavía gordito. —JiMin hizo una pausa mientras pasaba los dedos por otra botella, una rosada, alta y delgada—. En ese entonces no sabía mucho sobre el mundo. Estoy bastante seguro que llegué a pensar que me venderían a una familia mala o algo así. No sabía qué era el sexo y ciertamente no sabía qué pasaba con los niños y niñas que eran secuestrados.

—Mierda, JiMin... —murmuró TaeHyung, sin estar seguro de qué decir.

—Sep, una gran mierda, Tae. Cuando empiezas a ser prostituido desde niño, te acostumbras rápidamente. Tenía una lista de clientes, era un favorito. Hubo hombres que literalmente le pagaron a Nam para que saliera con ellos; parques de atracciones, cine y cosas así. Como si fuera su hijo real, no una puta con un rastreador en mi tobillo, para que Nam siempre supiera dónde estaba. Tuve comida, juguetes, ropa. Fui un príncipe entre los demás niños que tenía Nam, y nunca supe por qué siempre fui yo. Debieron sentir algo por mí, supongo; percibían mi desesperada necesidad de atención y algo cercano al amor paternal. Está claro que haber follado arruinó esa parte, pero atención era lo que necesitaba y me la dieron.

—¿Nam? Mencionaste a Nam. ¿El mismo Nam que estoy pensando?

—Sí, el mismo. Era joven en aquel entonces, un proxeneta. Creo que ascendió a su posición más alta cuando fui adolescente. —JiMin hizo una pausa antes de continuar—: Así que cuando lo hizo, me llevó con él. Supongo que también era su favorito. Obtenía demasiadas ganancias conmigo como para dejarme con un hombre de Haedogje Pa de menor rango. Así que por algunos años fui llevado a reuniones en lugar de salir. Entonces, una noche se me acercó con una oferta para protagonizar películas para un tal Amo Jeon del que nunca había oído hablar. Todo lo que sabía era que pagaba bien y que había análisis de sangre y otras cosas, por lo que era seguro y oficial. Así que di algunas muestras de sangre y unas tardes después estaba entrando en la suite. Fue una locura.

—¿Así es como conociste a JungKook? —preguntósorprendido TaeHyung. No estaba seguro de qué esperó de la historia, pero estole asombró. Sabiendo que Nam tuvo que ver con JiMin... ahora entendía lascosas. Entendió la razón de por qué JungKook había querido al hombre muerto poralgo más que el intento de violación que sufrió.

—Sí, hace unos meses me eligieron para protagonizar sus películas. Sólo entonces descubrí que era el heredero de Haedogje Pa. A las putas realmente no les dicen estas cosas, Tae. —JiMin rio para sí mismo—. Así que esa noche fui follado por hombres jóvenes relativamente atractivos, supongo, pero que lamentablemente follaban por más de cinco minutos.

—¿Estaba él allí esa noche? —inquirió, sabiendo cuál era la respuesta.

—Observando cada uno de mis movimientos y pidiéndome que me quedara después de que todos se habían ido. Pensé que estaba en problemas o que me pediría protagonizar otras de sus películas. Sé que probablemente te resulte difícil de creer, pero esa noche fue realmente dulce —comentó JiMin con una suave sonrisa en sus labios—. Si quitas a la pornografía de por medio. Kookie me dijo tantas cosas bonitas. El tipo de mierda que dicen los clientes para obtener un descuento. Excepto que él lo dijo en serio. Me besó y me provocó, al final fui yo quien le rogó que me follara de una vez.

A TaeHyung le habría resultado difícil imaginar que JungKook fuera dulce si no hubiera actuado así ayer. Sus caricias y besos en la habitación de su departamento, todas sus palabras sobre la lealtad y lo bueno que era. Ahora que había escuchado la historia de JiMin, se preguntó si se trataba de algo fingido, manipulación o si era la verdad.

—Ser una puta significa que no debes tener un orgasmo cuando trabajas; y nunca lo tuve. Mis clientes nunca lograron excitarme. Realmente no puedo explicar lo que se siente ser follado toda tu vida y luego ser follado por Kookie. —JiMin se detuvo y TaeHyung esperó—. Experimenté mi primer orgasmo con él. Creo que fue el momento más intenso y aterrador de mi vida, porque nunca antes había sentido algo así y pensé que nunca lo sentiría.

—¿Y las películas? —cuestionó TaeHyung sin tener que explicar de más porque sabía que JiMin entendería.

—Todo es por Kookie. Cuando las protagonizo y está presente me ayuda. Si no está, pienso en él. No tomo pastillas como los otros, solo juego a fingir. —JiMin volvió a levantar la botella verde y se la acercó—. Creo que llevaré este.

*~*~*

[FIN PARTE 1]

*Namul: es un término general para un plato coreano de verduras condimentadas. 

*Cachemir: La fina lana de cashmere (también conocida como cachmira) se obtiene del pelaje inferior de la cabra de Cachemira. Este nombre hace referencia a los orígenes de la cabra

*Copperfield: es un ilusionista estadounidense de renombre y considerado uno de los mejores en su género. Conocido por sus ilusiones espectaculares. Susilusiones más famosas incluyen hacer desaparecer la Estatua de la Libertad,levitar sobre el Gran Cañón y atravesar la Gran Muralla China.    


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