#71 [La Casa de la liberación]
Para desgracia de Karine, ella seguía empeorando de salud en lugar de mejorar, pues su frágil hígado enfermaba cada vez más rápido producto de su condición natal, por lo tanto, ahora no tenía fuerzas ni ánimos suficientes como para luchar contra aquellos espíritus malignos en la difícil tarea de salvar el mundo en su involuntaria posición de Elegida, así que, eso preocupaba mucho a todos en casa al ser obvio que ella no podría cumplir su misión debido a aquel problema médico.
Evidentemente, al ver que unos completos desconocidos se la estaban llevando lejos en contra de su voluntad y nadie más que Katherine hacía algo por intentar rescatarla, solo se desmayó sin previo aviso, ya que, esta vez su debilido cuerpo no soportó lo que le estaba sucediendo y la tristeza pudo más que la razón después de sentirse abandonada por quienes tanto llegó a apreciar.
-¡AHHH!, no, ¿Por qué no me ayudan a salir de este problema que obviamente desconozco, eh?, créanme, ¡Yo no soy tan especial como piensan porque se equivocan de persona!, mi vida es un completo asco y siempre será así, pero nunca me imaginé que ustedes pudieran hacerme algo como esto después de confiarles todo. -afirmó Karine mientras lloraba en el suelo ante los habitantes de la Casa de Anubis, pues su corazón se rompió ante aquella dolorosa traición de su parte.
-A ver, niñita estúpida, ¡Nosotros nunca nos equivocamos porque somos criaturas sabias, perceptivas y muy poderosas!, así que, ya déjate de dramas, solo obedece. -exclamó un demonio con rostro de anciana.
-... Solo quiero volver a mi orfanato, ¡Por favor!, no soporto más esta locura, ¡Ohhhh! -exclamó Karine mientras su vista se tornaba borrosa, sus piernas se hinchaban y lloraba como nunca antes, pues se desmayó después de exhaltarse demasiado.
-¡Karine! ¡NO! -gritó Katherine con voz fuerte y el corazón a gran velocidad, pues al fin había logrado recuperarse del fuerte rayo que aquel hombre le lanzó junto a sus preocupadas tías y abuelos.
Sin embargo, por protocolo de seguridad y protección de la Casa de Anubis, tanto Víctor, Eloisa, los chicos y los demonios desconocidos tuvieron que trasladar a la pobre e indefensa de Karine hacia el centro de salud más cercano, pues su vida estaba seriamente comprometida y era su obligación mantenerla a salvo hasta que el eclipse se realizara, empero, el destino reuniría nuevamente a dos almas desesperadas gracias al máximo poder del universo, es decir, el amor maternal porque ambos formaban la más fuerte e irrompible conexión aún por encima del mal.
En esa fría clínica estatal había una serie de ayudantes médicos, los cuales provenían de lugares desconocidos porque ninguno podía ser capaz de recordar, no obstante, cuando llegaron ahí el personal médico los confundió con refugiados de guerra o de alguna clase de exterminio racial, pues la mayoría eran afrodescendientes o judíos que aparecieron de la nada justo para ofrecerse como enfermeros.
Evidentemente, como Inglaterra era un país neutral y protegía a los extranjeros, las autoridades de la clínica tomaron la decisión de contratarlos a medio tiempo para mantenerlos a salvo por humanidad mientras todo se normalizaba en sus confundidas cabezas, empero, dentro de aquel grupo de personas con amnesia estaba NINA, quien aún vivía en este mundo y mucho más cerca de lo que todos se podían imaginar, no obstante, su memoria estaba completamente en blanco como la de su madre Eloisa alguna vez al ser incapaz de poder recordar su cruel pasado después de que Evelin Martin la maldijo tras pedirle ayuda a la tonta de Joy, su actual seguidora que fingía lealtad con todos en casa.
Narrador protagonista.
Era muy evidente de que, al llegar a curar a la pobrecilla de Karine sintiera una enorme conexión con ella como si fuera una vieja conocida de mi memoria, ya que, al verla frente a frente, mi corazón latió mucho más fuerte de lo normal luego de notar que yacía desmayada en aquella camilla de hospital, pues de pronto me dolió mucho la cabeza y tenía horribles náuseas, sin embargo, mis dudas acerca de ella se esfumaron cuando sorpresivamente abrió sus bellos ojitos multicolor ante mi, lo cual, vino a despertar cada uno de los recuerdos perdidos de mi saboteada memoria Frobisher al trasladarme casi de inmediato cuando nació de mi aquella segunda hijita en la Casa de Anubis durante el comienzo de la maldición de Akenatón, así que, gracias a ese inusual encuentro, logré recuperar todo mi pasado.
Al final, recordé toda la que había sido mi vida mucho antes de terminar en aquel déspota lugar repleto de personas sin identidad real, pues milagrosamente una de las doctoras del centro médico me informó de dónde provenía la chica para poder atenderla mejor y anotar en su expediente toda la información, de tal forma que, sin saberlo, me dio quizá las palabras que tanto deseaba volver a escuchar, es decir, "la Casa de Anubis", por lo tanto, provocó que mi cuerpo se paralizara de golpe debido a aquellas emociones tras descubrir que toda mi familia me creía muerta durante más de veinte años.
-¡Ohhhh! -exclamó Karine al despertarse de pronto producto de los analgésicos intravenosos que le pusieron mientras abría poco a poco sus peculiares ojos bicolor.
-Hola preciosa, me alegra mucho que puedas volver a estar bien, solo necesito que... ¡Ohhhh! ¡Dios mío!, no puede ser cierto. -exclamé luego de ver que aquella niña me hizo recordar un poco acerca de mi vida anterior, pues su fuerte vínculo conmigo fue casi de inmediato.
-¿QUÉ? ¿Tú otra vez? ¡AHHH! ¿Estoy muerta? ¡Ay no!, esto es una legítima pesadilla que no piensa acabarse todavía, ¡mierda! ¡Quiero salir de aquí cuanto antes, por favor!
-Oye, oye, ¡Tranquila!, no quiero que te alteres, yo... Yo debo cuidarte.
-No, ¡POR FAVOR AYÚDENME!, ya no soporto más tu acoso hacia mi, ¡Déjame en paz!, te lo ruego, ¡Prometo cumplir con cada una de las misiones, pero permíteme ser una adolescente normal! -decía Karine tras hallarse completamente impresionada al verme frente a ella, pues casi no podía respirar al sentirse impotente y muy presionada ante sus tareas.
-¿Pesadilla? ¿Yo te acosé? ¿De cuáles misiones estás hablando? ¿Cuándo sucedió todo eso, eh?, a ver niña, yo ni si quiera te conozco, así que no inventes cosas ridículas solo para llamar la atención, por favor.
-¡Oye, tú!, ayudante número quinientos cincuenta y cuatro, ¡Deja a la chica en paz o sino sus encargados te darán una paliza!, te lo advierto, eh mujer... No quieres meterte en problemas. -dijo de pronto la doctora a cargo de Karine justo en la entrada de la puerta de la habitación hospitalaria, pues me reprimió duramente por mi intromisión.
-¡Mi nombre real NO es ese!, yo me llamo Nina Sofía Ro... -dije firmemente al ser capaz de recordar aquella parte tan importante de mi vida junto a otra chica de mi edad que vino a suplirme como enfermera gracias a las órdenes de la doctora, la cual, se llamaba Elena Parker.
-Vaya vaya... Recordaste algo sobre tu pasado, ¡Ishh!, debo informarte de que tu memoria está regresando exitosamente, ¡Felicidades!
-¡Ohhhh! ¿Entonces podría darme muchos más detalles acerca de mi vida? ¡necesito saberlo todo!
-No, a mi me interesa nada de lo que suceda contigo o los otros locos porque todos ustedes solamente son unos malditos parásitos del gobierno, así que hazte a un lado y no estorbes más, ¡Tu compañera sesenta y siete cubrirá el turno! -dijo la doctora cruelmente mientras que me empujaba hacia atrás, pues ella era una mujer muy insensible.
-¡Espera XIARA!, dime algo antes de irte a tu oficina, ¿De dónde proviene esta joven chica?, es que creo conocerla de algún lugar, ¿Podrías al menos ayudarme en eso? -pregunté con la boca seca al estar muy ansiosa y confundida, ya que, desde el primer momento en que la vi ahí, me movió la memoria en gran parte.
-Mm... Ya veo, finalmente puedes acordarte de mi nombre después de que te lo repetí mil veces cuando te doy órdenes, pero bueno, con tal de que no digas que yo soy solo una bruja despiadada con las otras chicas de este lugar te permitiré cuidar de ella, "Nina", pues al parecer es una niñita muy especial que requiere de cuidados específicos aquí.
-¡Oh Xiara!, te lo agradezco mucho.
-Okey, yo te asignaré a la chica pero tienes que comportarte adecuadamente porque ella proviene de LA CASA DE ANUBIS y su apuesto director, o sea, el Señor Erick Sweet y co propietario de la finca, Víctor Rodenmaar son muy estrictos en cuanto a su perfecto control médico, ¿lo entiendes? -preguntó la doctora con algo de resignación y absoluta pereza, pues sacó unos artefactos médicos para revisar a Karine junto a mi, la ayudante a cargo.
-¡Ohhhh! -exclamé encontrándome realmente desesperada, pues de la nada el dolor de cabeza que tenía empeoró tras escuchar aquella dirección así como los nombres de dos de mis familiares más importantes porque justo en ese momento, mi torpe memoria regresó por completo gracias a la heterocromía de Karine y a las palabras de la doctora Xiara.
...
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