#51 [La Casa del eclipse]
Mi corazón estaba a punto de detenerse otra vez, mi alma se encontraba destrozada y mi esencia perdida, pues tras noticia de la terrible enfermedad de mi segunda hija y la mía mi ánimo decayó hasta el punto de convertirse en una depresión completamente real, además, por no obedecer a los médicos y haberme escapado de la UCI, provocó que me atacara un fuerte dolor en el vientre bajo que conllevó a sangrar en gran cantidad, así que, fui remitida de nuevo a emergencias debido a que nuestra condición empeoraba cada vez más, situación por la cual, la preocupación de mi hermana aumentó y tomó la difícil decisión de informar a todos en la Casa de Anubis tras no soportar semejante martirio ella sola.
Luego de haber sido llevada a una lúgrube camilla fría dentro del hospital en condición delicada con miles de cables, aparatos médicos y respiradores mecánicos sobre mi en una tétrica habitación con paredes sin vida y un aire de muerte, los medicamentos comenzaron a hacer efecto en mi cuerpo debido a que me dormí profundamente y no supe más hasta que desperté horas después, sin embargo, fui introducida en una especie de sueño muy vívido que parecía "normal" pero no lo era porque en ese punto yo ya era incapaz de poder diferenciar entre lo real con lo irreal gracias a la gran cantidad de drogas intravenosas que me dieron en aquel centro médico.
Mientras soñaba, me encontraba en medio de un bosque bastante profundo que parecía no tener fin debido a la penetrante oscuridad que reinaba dentro de aquel húmedo lugar, el cual, me causó pánico absoluto cuando caí en cuenta de que no podía salir de ahí a pesar de mi evidente esfuerzo y empeoró aún más cuando noté de reojo que una extraña sombra negra me acosaba desde la lejanía, así que, como estaba completamente desesperada decidí acudir a mis protectoras, es decir, Senkhara y Sophia Danae para que ellas me guiaran hacia la salida de aquel sofocante laberinto aunque aún no supiera que solo soñaba, pero, al escucharme gritar con fuerza y notar mi temor, sorprendentemente no tardaron en llegar a mi mente, en especial, por el nuevo bebé.
—¡Oh!, Sofía, linda mía, ¿Qué sucede ahora? ¿Por qué nos llamaste así de alterada? ¡Ay no! —preguntó Senkhara con una mirada llena de duda y preocupación por ver mi rostro lleno de lágrimas de oro, ya que apareció frente a mi como tanto deseaba luego de que la invoqué.
—¡Senkhara! ¡Por favor ayúdame!
—Amor, amor, ¡Tranquila!, no te preocupes, yo voy a ayudarte en lo que sea, pero primero dime porqué necesitas de mi, ¿Te sientes mal?
—¡Ayúdame! ¡No puedo salir de este lugar por más que corra y además hay alguien aterrador detrás de esos arbustos que me está acosando desde hace rato! ¡AHHH!, por eso te llamé a ti, Senhkara, ¡Solamente tú puedes liberarme de esta angustia porque debo de cuidar a mi bebé ahora más que nunca! —dije encontrándome muy adolorida y a punto de llorar nuevamente, pues me acerqué hacia Senkhara para sentirme segura.
—¿Qué? ¿Cómo que no puedes salir?
—Sí Senkhara, parece como si mis pies estuvieran atrapados en el lodo y quien sea que me observa con malicia se burlara de mi desgracia, ¡ayúdame!, no quiero estar aquí.
—¡Claro que te ayudaré, Sofy!, para eso soy una de tus protectoras y créeme que no permitiré que nada ni nadie te haga daño o acose como un vil psicópata, solo espera y confía en mi poder, ¿okey, mi cielo?
—Okey, pero date prisa.
—Maldita escoria, quien quiera que seas TE ORDENO que salgas de donde estás... Vamos demonio, ¡No te escondas más!, al menos sé tan valiente como creías y da la cara ante mi, la invencible asesina de Tuthankamón. —dijo Senkhara hallándose muy enojada por aquella ofensa, pues se dio a la tarea de buscar a mi supuesto acosador.
—Senkhara, ¡Escúchame bien!, hay algo que debo decirte antes de que todo se venga cuesta abajo.
—Sofy, ¿De qué hablas? ¡Haz silencio para poder atrapar a quien te ha estado molestando!, no te preocupes, esa rata ya va a caer y cuando lo haga, estaré más que lista para a...
—Si algo malo me sucede el día de mañana tú serás quien cuidará y velará por la seguridad de mis dos hijas para siempre, en especial para la bebé que viene en camino, pues ella debe tenerte como MADRINA porque ella es... Es muy débil y te necesita mucho más de lo que crees.
—¿Ah? ¿Perdona? ¿Estás bien?, y no, lo lamento mi amor pero yo no puedo aceptar semejante cosa, ¡perdón!
—¡Uff!, Senkhara, ¡Por favor sé la madrina de mi segunda hija!, enserio necesito de tu valiosa promesa porque muy pronto yo no podré proteger a mi propia hija y tú eres la indicada para eso. —dije realmente nerviosa, adolorida y complemente decidida, pues sabía muy bien que mi hora final de estaba acercando.
—¡Ohhhh! ¿Qué rayos sucede, Sofía? ¿Por qué hablas en ese tono?
—... Solo júralo, ¿quieres?
—¿Enserio quieres que sea como lo decidió tu mami Eloisa con Sophia Danae y tú hace treinta años? ¿De verdad crees que yo sea la entidad idónea para hacer esto?, no me asustes, amor, ¡confía en mi!
—Así es Senkhara, ¡Tú serás su madrina pero necesito que lo jures por la tumba de todos tus ancestros y posibles enemigos... Mi hija te necesitará durante toda su vida.
—Bien, amor, aceptaré tu peculiar propuesta porque será un gran honor para mi poder cuidar de esa hermosa pequeñita que nacerá muy pronto, por cierto, ¿Estás segura que viste a alguien acosándote aquí?
—Senkhara, ¿Cómo me preguntas eso? ¡Claro que vi y sentí a una persona en cada milímetro de mi piel! ¿A caso no me crees? ¡Oh por favor!
—A ver, mi niña, desde luego que te creo pero no debes preocuparte más porque en este lugar no hay nadie observándote como tanto temías hace unos cuantos minutos, además, te pido que por favor contestes a mis preguntas, ¡me estás preocupando mucho! ¿Por qué carajos me dijiste todas esas cosas sin sentido?
—No me presiones, Senkhara, ¡Estoy realmente agobiada por no poder salir de este infierno y saber que solo alucinaba con una persona irreal como para hacerme la víctima ante ti! ¡uff!, ya tengo suficiente con los médicos y enfermeras del hospital.
—¿Por qué rayos me dices todo eso de que cuide a la niña por "ser muy débil" en tu lugar como su madre? ¿A caso le sucedió algo malo a tu preciosa hija en el hospital y aún no me lo has dicho? ¡responde!
—¡Solo promételo Senkhara!, tú eres en quien mas confío ahora, pues ni mi madrina Sophia podría con esta gran e importante labor... Sé muy bien que tú eres un fantasma demasiado fuerte y no le temes a nada, por eso te lo estoy encargando antes de...
—¿Antes de qué?, vamos, sigue.
—¿Qué sucede aquí? ¡Ohhhh!, Sofy, mi cielo, ¡Perdona mi retraso!, estaba en el inframundo junto a Ra pero apenas oí que me necesitabas gracias a tu invocación me apresuré, ¿En qué puedo servirte? —dijo Sophia Danae con la misma expresión de preocupación que Senhkara al verme tan mal, pues al fin apareció debido a mi agobiante llamado de auxilio.
—¡Oh Sophia!, querida madrina, ¡Llegas justo a tiempo!, Senkhara ya lo sabe, así que resulta oportuno que tú también, ¿me ayudarás?
—¡Obvio, mi niña!, dime.
—Bien, necesito que ustedes dos me juren por la vida de todos sus ancestros y dioses que cuidarán de mis pequeñas hijas cuando yo no esté más en este mundo, en especial de la más pequeñita que aún traigo en el vientre, por favor, ¡es urgente!
—Sofy, ¿De qué hablas? ¡Sé más clara porque no te entiendo nada!
—Exactamente, ¡Yo estoy igual de cofundida y me alivia que Sophia tampoco comprenda!, a ver, mi niña, ¿Qué te sucede? ¿Estás bien?, sabes que nosotras dos vamos a ayudarte siempre, incluyendo a tus hijas.
—Enserio... Les suplico que porfavor no me hagan llorar más de lo que ya he llorado hoy antes de llegar a este estúpido bosque sin fin. —seguí diciéndoles a mis dos protectoras con una expresión de angustia y dolor, pues me encontraba muy alterada cuando de pronto sentí un ardor intenso en el pecho que me alertó de que algo no andaba para nada bien.
—¡Sofy! ¿Porqué lloraste hoy, si se puede saber, ah? ¿A caso alguien te dañó o lastimó de algún modo?, vamos, di algo. —preguntó Senkhara.
—No, ¡Ashh!, ya no sé ni lo que digo.
—¿Y entonces? —preguntó Sophia.
—¡Tengo mucho miedo! ¡Me duele el alma entera y no sé cómo aliviarme!
—Sofy, perdóname pero sigo sin captar lo que quieres decirnos, además, esto que nos pediste a Sophia y a mi es una tarea muy grande para la cual no estábamos preparadas, pero de acuerdo, ¡te lo juramos!
—¡Ohhhh!, Senkhara, de verdad te lo agradezco en el alma porque ya no me queda mucho tiempo, pero ahora sí podré irme tranquila.
—¿Qué? ¿Cómo que irte? ¿A dónde?, vamos, no me asustes. —cuestionó Sophia Danae con la misma mueca de preocupación que antes.
—Nina, ¡Di la verdad! ¿Qué pasa?
—Relájate Senkhara... No ocurre nada extraño o fuera de lo común. —mentí.
—Bueno amor, solo quiero que estés completamente segura de que la inquebrantable promesa que acabamos de hacer nunca se romperá, créeme... Entre Sophia Danae y yo las vamos a cuidar durante toda su vida "junto a ti", su madre, así que te quiero ver tranquila en cuanto a eso porque ese es nuestro trabajo y para eso nos tienes ahora. —aseguró Senkhara tras hallarse algo intrigada y preocupada por mi, ya que notó cómo me ponía cada vez peor.
—Senkhara, es que eso no sucederá jamás porque yo voy a m... —dije con un tono de voz nervioso y cortante cuando iba a decirles la verdad sobre mi delicada salud, pero mi madrina Sophia Danae me interrumpió.
—¡Siento una muy mala vibra aquí dentro! ¡Pero claro!, Sofy, linda mía, ¡Quítate ese sucio collar ahora mismo! ¡Por los dioses! ¡Ohhhh! —afirmó Sophia de la nada mientras retrocedía y su rostro se ponía tan pálido como un papel tras alterarse por aquello, pues en ese instante se le pusieron los ojos color rojo vivo tal como antes.
—¿Qué? ¿Cómo dices, madrina? ¿A caso te refieres a este bello colgante? ¡AHHH! ¡Imposible! —pregunté al mismo tiempo que sentí una acongojante punzada en el vientre que vino a mi luego de sacar del bolsillo el collar de sol y luna que me había encontrado en la tumba de la abuela Sarah seis años atrás, ya que también comencé a notar algo muy oscuro en él después de todo.
Para mi desagradable sorpresa, la luna y el sol del colgante que antes permanecían separados ahora se encontraban unidos misteriosamente mientras formaban un aterrador eclipse total, lo cual, me dejó sin aliento porque ese incómodo descubrimiento sobre aquel objeto viejo era el verdadero causante del terrible daño de salud que sufríamos mi hija y yo durante tantos meses.
—¿De dónde sacaste esto, eh Nina Sofía? ¿Qué hiciste? —preguntó Senkhara con una expresión carente de emociones positivas, ya que literalmente se paralizó de miedo.
—Senkhara yo... Yo lo encontré en la tumba de mi abuela Sarah hace cinco años, pero, ¿Qué significa? ¿A caso lo sabes? ¡dímelo! —pregunté llena de pánico y paranoia tras descubrir semejante atrozidad en mi cuerpo una vez que me quité el collar por la petición de Sophia Danae.
—Significa que algo realmente catastrófico sucederá en el universo cuando menos lo esperemos, pues en base a ese horroroso collar, tu hija mayor, es decir, Katherine, significa el sol y la bebé que nacerá muy pronto la luna... Por eso se eclipsó, por eso tienes miedo. —afirmó Senhkara.
—Exactamente... Ambas tienen una misión muy peligrosa que deberán cumplir estando unidas, pero nunca podrán escapar y ese maldito pacto ya está sellado, no hay marcha atrás, ¡su destino es muy malo! —reafirmó Sophia Danae tras estar de acuerdo con Senhkara, sin embargo, se notaba cómo ambas se hallaban bastante tristes al saber que yo estaba maldita por culpa de la ignorancia y las emociones sentidas aquel día.
—¿Algo catastrófico? ¿Y por qué demonios mis hijas significan estos símbolos? ¿Qué sucede aquí, ah? ¡no entiendo nada! —pregunté con la garganta seca y una expresión pálida al estar muy conmocionada y casi a punto de llorar debido a las palabras de Sophia y Senhkara, pues al quitarme el oscuro collar me sentí como cualquier mujer embarazada de cinco meses por un breve momento.
—Sofy... En el instante en que te pusiste ese collar, la maldición del dios Anhkenatón se introdujo en ti, lo cual, provocó que tus hijitas estén en grave peligro mientras crecen, pues ese diabólico objeto representa a la propia MUERTE. —mencionó Senhkara mientras intentaba sanar mi vientre sin señales de vida.
—¿Qué? ¿Cómo que la muerte?
—No solo eso... Yo fui testigo viviente de cómo fue forjado en el propio infierno hace nueve mil años cuando el tirano de Anhkenatón maldijo al mundo solo por querer reclamar su posición como Rey absoluto de entre los muertos, pero Anubis lo desterró por traición y gracias a eso, Él creó el collar con desbordante ira y celos hasta el punto de corromperse desde ese siniestro día para cualquiera de sus portadores, ahora, tus hijas.
—¿CÓMO? ¡Madrina Sophia! ¿Y qué puedo hacer yo para deshacerme de esto tan espantoso? ¡Por favor ayúdenme a ser libre otra vez!
—Por desgracia, ya es muy tarde, Sofy... A Senhkara y a mi nos es completamente imposible ayudarte o darte más información sobre esto, ya que tú misma lo averiguarás todo cuando sea el momento, ¡Por favor perdónanos! —reafirmó Sophia Danae mientras intentaba no llorar, lo cual, me asustó mucho más, pues tenía que irse junto a Senhkara para poder mantenerme a salvo.
—¿QUÉ? ¿Hay otro dios pagano del Antiguo Egipto de por medio que está lastimando a mis pobres niñas? ¡Ay no!, Senkhara, Sophia, ¡Les ruego que nos ayuden porque solamente ustedes pueden protegernos! ¡Por favor no me deje sola! —dije estando muy alterada e hiperventilada al verme envuelta en semejante maldición, lo cual empeoró cuando logré sentir cómo mi segunda hija se movió por primera vez después de tanto tiempo luego de quitarme el collar embrujado como me dijeron Sophia y Senkhara, pues ella estuvo en completo silencio durante cinco largos y angustiantes meses.
—Adiós, mi niña. —dijeron las dos al mismo tiempo mientras me tomaban de las manos con bastante tristeza.
—¿Ah? ¡SENHKARA! ¡SOPHIA!, por favor no se vayan, ¡AHHH! ¡Ayúdenme! —exclamé con angustia mientras fui empujada por una fuerza sobre natural en aquel lugar que no me parecía familiar.
—¿Qué sucede, Sofy? ¡Ohhhh! ¡Por los dioses! —preguntó Senhkara antes de desaparecer, pues se volteó por un breve instante al sentir que yo la iba a necesitar mucho más.
—¡Algo me está arrastrando, Senhkara! ¡AHHH! ¡Ayúdenme!, yo sabía que no estaba segura aquí pero tú me aseguraste de que no había nada ni nadie amenazándome desde las sombras y me calmé, ¡uff!
—Tranquila, Sofy, ¡Confía en ti!, nosotras ya no podemos ayudarte.
—¿Qué?, Senhkara, ¿Cómo que no pueden ayudarme? ¿A caso no ven que me están lastimando y torturado para obtener mi poder de Elegida? ¿Y si otra vez es Rufus Zeno?
—Escucha... Si Sophia Danae o yo te brindamos una mano tu bebé será quien pagará el precio porque ahora le pertenece a Ankhenatón, ¡Así te estamos protegiendo!, creéme, no lo dudes, además, quien te está observando no es tu abuelo Rufus, por eso debes estar tranquila.
—¿Qué fácil parece, no?, Senhkara, Sophia, ¡Claro que jamás me podré tranquilizar mientras un espíritu maldito controle a mis hijas! ¡uff! ¿Y esas llamas? ¡AHHH! ¿Eddie? ¿Eres tú, mi amor? ¡Ayúdame!, te necesito.
—¡NO! ¡Podría jurar que ese es el Campo de Ciénagas y el joven Eddison es un demonio! —dijo Senhkara.
—¡Y también proviene del verdadero inframundo! —respondió Sophia.
—¿Ah? ¡No! ¡Por favor ayúdenme! ¡Mi hija! ¡Ella finalmente se movió dentro de mi cuerpo! ¿Qué significa?
—... Solo ignora todo lo que suceda.
—Senhkara, dime, ¿Entonces quieres decir que ese Eddie no es real? ¡AHHH!, vean, ¡El bosque se está cerrando conmigo adentro! ¿Cómo salgo de aquí? ¡Ayúdenme!
—Santos Soles, ¡Ya lo entiendo todo! ¡Sofy!, mi niña dorada, ¡Debes despertar AHORA! —afirmó Sophia Danae con una expresión de sobresalto tras descifrar lo que sucedía, pues solo estaba soñando.
—¿Qué? ¿Enserio estoy dentro de un sueño? ¡Ohhhh!, nada ha sido real, ¿verdad? ¿la maldición de ese dios es producto de mi loca cabeza?
—No Nina, no... Aunque estés teniendo una fea pesadilla lo de Anhkenatón es completamente cierto, ¡El futuro destino de tus hijas es incierto y bastante oscuro!
—¡NO! —exclamé mientras lloraba desesperadamente, ya que deseaba poder superar esa dura prueba.
—Mira Sofy, ¡Entre Sophia y yo vamos a hacerte el último favor como protectoras porque tu segunda hijita puede sufrir demasiado si continúas aquí dentro un minuto más!
—¿Cómo que el último favor como protectoras? ¡No! ¡Por favor no!
—... Hasta aquí llegó nuestro camino juntas, Elegida, mi pequeña Sofía, ¡te deseo mucha suerte!, adiós. —dijo Senhkara mientras tomaba la mano de Sophia Danae y la mía, pues iba a regresarme a la cruda realidad tras liberarme de esa diabólica dimensión que mi propia mente creó.
—¡Ohhhh! ¡No! ¡No se vayan! ¡Yo las necesito a mi lado! ¿Qué voy a hacer sin ustedes dos cuidándome las espaldas? ¡AHHH!, prefiero quedarme aquí y no perderlas para siempre a despertar en el hospital completamente sola y triste.
—No tienes otra alternativa, mi amor... Si no regresas al mundo real justo ahora, jamás podrás hacerlo por tu cuenta tras caer al abismo junto a tu inocente hija, ¿quieres eso?
—¡No! ¡Ohhhh! ¡No! —exclamé.
—Gracias por habernos abierto los ojos con tus maravillosos poderes, Nina Sofía, ¡Fuimos muy malas contigo y tus seres queridos pero cuando tú regresaste a casa lo cambiaste todo para bien!, créeme, te estaré eternamente agradecida, y tranquila... Sophia y yo volveremos cuando sea oportuno para mantener nuestro juramento con tus hijas.
—Senhkara, ¡NO! ¡Ahora no!
—... Y yo, mi Sofy, te agradezco por haberme liberado de Ra, de las ataduras de mi padre el alquimista y del poder que yacía en tu ex Osarian Eddie, sin embargo, ya es hora de que salvaguardes la vida de todas las personas en el mundo, mi niña, ¡Solo tú puedes hacerlo!, ahora adiós, espero que al fin puedas abrir tus bellos ojitos porque todo esto ha sido parte de un breve COMA del cual, aún no has podido despertar, ¡Qué tu Dios te proteja, amor!, buena suerte.
—¿QUÉ? ¿Cómo que un breve coma? ¿A qué te refieres con eso? ¡No! ¿Cuánto tiempo he estado así en realidad, por Dios? ¿Y mis hijas? ¡AHHH!, Senhkara, Sophia, ¡No me dejen sola! —dije con desesperación mientras gritaba como loca tras sentir que el bosque misterioso estuvo a punto de asfixiarme con su oscuridad, no obstante, mis ex protectoras me lograron liberar antes de que me quedara ahí encerrada para siempre y muriera en el mundo físico sin antes despedirme de todos, lo cual, dio como resultado el que al fin despertara en medio hospital.
Todo calzaba a la perfección después de las siniestras palabras de Sophia y Senkhara, pues mi embarazo había sido afectado gracias a ese maldito collar estelar, del cual por cierto me arrepentía muchísimo habérmelo puesto sin antes preguntarle a mi sabio padre o mi erudito esposo Fabián, pues nuestras vidas ahora le pertenecían a ese dios pagano que acabó por esclavizarnos sin darnos cuenta y mis protectoras habían renunciado a seguir cuidándome mientras Anhkenatón nos acosara, además, mi estado de salud era realmente crítico, y tras despertar, lo primero que hice fue dirigirme hacia la Casa de Anubis para buscar refugio en mi amada familia a pesar de escapar de la UCI una vez más.
Nada en este mundo podía ser peor que estar maldecida nuevamente por otro dios acosador que me utilizaría para sus maldades a beneficio propio mientras me encontraba vulnerable ante grandes amenazas del inframundo por el abandono de Senhkara y Sophia Danae, no obstante, cuando regresé a casa como si nada luego de haber permanecido dormida durante tres días, mi familia no se lo tomó bien y la realidad que creí haber vivido nunca sucedió al regresar al momento en que mi hermana Kara le informó a todos acerca de nuestra desgracia.
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