#50 [La Casa de la oscuridad]

La dulce espera por la llegada de mi segundo hijo se estaba haciendo casi eterna, pues sentía que los meses transcurrían demasiado lento a mi alrededor aunque todos en casa dijeran que solamente "exageraba" debido a mi gran deseo de volver a ser madre pero yo sabía que algo no andaba nada bien y por eso mi ansiedad se triplicó durante el larguísimo periodo de embarazo.

Para mi desgracia, todo empeoró justo después de contarle a Katherine que muy pronto sería hermana mayor debido a que ella se encaprichó mucho más de lo que estaba y comenzó a gritar como loca por toda la casa en mal sentido al repudiar la idea de compartir a sus padres o pertenencias con alguien más, lo cual, evidentemente me agotaba y hacía sentir miserable por no poder darle una vida cómoda a mi hijita a pesar de sus reproches y berrinches cotidianos, pero, me tranquilicé un poco tras creer que solamente se trataba de los típicos celos que tenía un hermano mayor por la llegada de un nuevo hermanito a casa según algunas revistas.

-Kathy, hijita mía, ven un momento con mamá. -dije con una mueca de alegría tras estar muy feliz y algo ansiosa por poder contarle la verdad, pues me acerqué a ella sutilmente para que no lo resintiera tanto.

-Mamita, mamita, ¿Qué sucede? ¡Oh!, ya sé, ¿A caso me traen otro costoso y único regalo porque yo lo merezco? -preguntó mi hermosa hija mayor al encontrarse muy emocionada, ya que toda su vida se llenó de obsequios sorpresa.

-¡Sí Katherine!, hoy tu mamita y yo te daremos el mejor obsequio del mundo entero, te lo prometo preciosa mía... -aseguró Fabián mientras que me tomaba de la mano y besaba el vientre con una sonrisa de oreja a oreja, pues Él anhelaba ser papá.

-¿Qué es? ¿Qué es? ¡Ay Dios!, creo que ya sé, ¿Verdad que es otra muñequita antigua solo para mi?

-... Bueno amor, yo también espero que la que venga muy pronto a casa sea otra pequeña muñeca. -dije.

-¡Qué bien!, al fin la destructora de Alina ya no me molestará más y sus dedos de mantequilla no tocarán mis cosas, ¡Muchas gracias!, enserio necesitaba esto luego de insistirles tanto tiempo. -afirmó mi inocente hija mientras que literalmente saltaba de alegría al vernos tan felices, pues ella exigió otra muñeca nueva luego de que su prima jugara con ella.

-Ah, Nina, creo que no debemos confundirla así, ¡Me siento mal!

-Lo sé Fabián, yo igual, ¡uff!, bien, haremos lo correcto... Hijita, mírame a los ojos un momento, por favor.

-¿Mami? ¿Qué sucede? ¿Cuándo llega mi muñequita? ¿Es de vidrio, madera o de plástico?, es que me gustan más las que son de...

-Kathy, hija, ¡Tendrás un hermanito o una hermanita muy pronto porque estoy embarazada y ya no estarás solita!, mi amor, ¿Cómo te sientes con esta gran noticia? -dije finalmente con un tono de voz bajo y algo afónico mientras lloraba de felicidad junto a ella, pues exploté en llanto al sentir el amor en su máxima expresión debido a mis dos hijos.

-¿QUÉ? ¡Mamita!, me siento muy mal, ¡Yo no lo quiero tener! ¡AHHH! ¿Qué a caso no lo entiendes?, la Casa de Anubis y ustedes dos son solo míos porque no quiero que ningún torpe niño me lo vaya a quitar todo, por favor, ¡ojalá que nunca llegue!, yo no voy a quererlo. -dijo mi hija de un pronto a otro tras estar muy molesta, ya que hizo unas rabietas terribles y se marchó de ahí luego de empujarme un poco debido a que la noticia le cayó como una legítima bomba.

-¡Ohhhh! ¡Katherine Milagro Sweet Rodenmaar! ¡Ven para acá de inmediato! ¡Esto no se puede acabar aquí, eh niña malcriada! ¡AHHH! ¡No te vayas así! -exclamé con molestia y tristeza absoluta luego de haber experimentado lo contrario previamente, pues me encontraba decepcionada y muy preocupada por las actitudes de mi hija mayor.

Realmente en ese momento pude sentir cómo a mi pequeña hija le hacía mucha falta que su papá viviera después de años, pues si mi ex esposo Eddie estuviera junto a nosotras, Kathy sería una niña muy diferente al nunca haberse comparado con su prima Alina Rossy, quien sí tenía a un padre biológico junto a ella, por eso, me comencé a culpar y maldecir al considerarme la peor madre del mundo tras no saber educarla tal como debía, no obstante, las rabietas de mi incomprendida niña no me quitaron las esperanza e ilusión, ya que ahora estaba esperando a otro hijo al cual amaría muchísimo aunque Katherine no entendiera aún el gran e importante significado de ser una buena hermana mayor.

En cierta parte, el Señor Sweet, mi ex suegro intentó ayudarme un poco con el asunto de los celos de su nieta pero como siempre, lo empeoró todo al darle la razón cuando ella se enojaba, por eso, jamás pudo convencerla de aceptar a su nuevo hermanito a pesar de esforzarse por nuestro bienestar porque Él seguía viendo en ella a su hijo fallecido y todo lo que le pidiera se lo daba sin cuestionarse.

-Mi niña, ¿Y qué te parece la idea de tener un hermanito o hermanita en poco tiempo?, vas a divertirte mucho, ya verás, ¡ambos serán muy felices!

-Abuelo, ¿De qué hablas? ¡Yo no quiero a ese nuevo bebé llorón porque la única princesita aquí soy yo! ¡ishh!, no soportaría que un sucio niño me quitara mi lugar en el corazón de mamá y papá Fabián.

-¡Ay Kathy, Kathy!, nadie jamás va a poder reemplazarte, ¡Tú eres nuestra más hermosa reinita y así será para siempre!, además, tu madre te adora y nunca podría alejarse de ti.

-A ver tito Erick, ¿Enserio quieres que nazca ese niño y me arrebate todo?, sé que papá Eddie estaría de acuerdo conmigo, por eso quiero saber si me apoyas o no, ¿bien?

-¡Katherine! ¡uff!, hijita, yo... Yo te apoyo a ti, sí, definitivamente, ¡perdóname! -afirmó el Señor Sweet con las manos en un temblor y la voz entrecortada, pues no quería quedar mal ni contradecir a su única nieta, mi hija primogénita.

-Hm, bien abuelito, te perdono solo porque tú siempre me das todo pero no quiero volver a escucharte decir que prefieres a ese parásito en lugar de mi, ¿okey? ¿me lo prometes?

-Sí mi ángel, sí, ¡Te lo juro en nombre de tu papito Eddie!

-Genial, ahora vamos de compras en el automóvil porque quiero unos hermosos pendientes de mariposas que vi en el centro comercial, ¿podemos ir por ellos, verdad?

-... Así es mi reinita, ¡Tú mandas!

...

Los meses siguieron pasando muy despacio para mi y extrañamente parecía que los días también eran eternos cada vez más, pues Fabián y yo ansiabamos poder descubrir el sexo de nuestro bebé cuanto antes debido a la gran felicidad que sentíamos por aquel nuevo integrante de la familia que estaba por nacer, pero más pronto de lo que creí, mi esposo me dio la razón en cuanto a que algo siniestro estaba sucediéndonos tras ser testigo de cómo el tiempo parecía relentizarse en comparación a mi primer embarazo hace cinco años, por eso, Él también comenzó a preocuparse.

Luego de vivir en constante estrés durante los últimos seis meses al fin había llegado el momento de revelar mediante una ecografía rutinaria el estado de salud y sexo de mi nuevo bebé en una lujosa clínica maternal que mi suegra había pagado como compensación a sus malos tratos y desprecio cuando me casé con su hijo Fabián, por eso, no conocía a ningún médico que me fuera de confianza aunque intenté tranquilizarme por el bienestar de segundo pequeño.

Afortunadamente, quien me atendió fue una excelente médico que era muy reconocida en Inglaterra y decidí relajarme un poco al saber que no iba a estar sola ni por un breve instante antes, durante y después del examen abdominal que nos haría saber cómo decoraríamos la nueva habitación y qué tipo de ropita le compraríamos de acuerdo al resultado, el cual, fue sorpresivo y aliviador al mismo tiempo tras saber que muy pronto tendría a una nueva niñita que se volvería otra princesita mimada de la casa junto a su hermanita mayor.

Cuando supe de mi hija fui al hospital privado junto con mi hermana Kara, quien me acompañó amablemente al querer apoyarme en todo al también preocuparse por mis temores más grandes durante el sexto mes, pues ella pudo notar que me estaba mareando mucho más de lo normal, por lo tanto, fue mi sostén emocional y físico mientras me encontraba así de mal al querer prevenir que me cayera o desmayara sola en la calle porque Fabián estaba realmente estresado por revisar los exámenes de francés de sus estudiantes, mi malgeniuda suegra vivía en Bélgica y mis padres estaban muy ocupados en sus propios asuntos con la sociedad, así que, preferí mantener en secreto mis molestias, paranoia, visiones y dolores solo para evitar preocuparlos por algo "sin importancia".

Con el embarazo de Katherine fue relativamente normal, pues mi pequeño mounstro se movía con gran fuerza a sus apenas cuatro meses de gestación debido a que desde pequeñita quería llamar la atención, por eso, me preocupé aún más tras recordar ese vívido momento cinco años atrás, ya que con mi nueva bebé literalmente no sentía NADA porque ella nunca se movió o su corazón latió en lo absoluto a pesar de estar más grande, lo cual, me alteraba mucho al creer que pudo pasarle algo malo mientras dormía o que quizá nunca estuve embarazada realmente aunque los resultados fueran de un laboratorio médico especializado.

Gracias a los dioses mis sospechas no se hicieron realidad, ya que de verdad estaba esperando a otra bella princesita, la cual, llegaría a la Casa de Anubis para alegrarla mucho tal como lo hicieron Katherine y Alina años atrás, pero, lamentablemente la tristeza no tardó en llegar a nuestras vidas de golpe una vez más, pues la doctora que confirmó el hecho de que sí había vida dentro de mi nos dio la PEOR noticia del mundo durante aquella tarde de tormenta.

28/04/2024.
02:06 PM.
Hospital privado.

-¿Señora Nina Sofía Rutter R?

-¡Ohhhh!, sí, ¡Soy yo!

-Okey, pase por favor... La doctora Gabriela Noodles ya la está esperando. -dijo de pronto una enfermera algo joven con una expresión de seriedad absoluta mientras que se encontraba en la sala de espera sosteniendo un archivo.

-Nina, hermanita, ven, ¡Tranquila!, todo estará bi... Oye, oye, ¿Te sientes mal otra vez? ¡Ay por Dios! ¡No puede ser cierto! -preguntó mi hermana Kara tras hallarse muy asustada y preocupada luego de ver que después de cinco largos años nuevamente estaba llorando lágrimas de oro de la nada en el peor lugar del mundo.

-Sí Kara... Solo fue un simple mareo rutinario y ya, ¡Ja!, supongo que es porque tu segunda sobrinita será otra niñita traviesa y me hace sentir mal, además, ya sabes que todo esto es muy normal por mi embarazo.

-No, Nina, creo que aún no me estás entendiendo, ¡Mírate ahora mismo en un espejo y sabrás a lo que me estoy refiriendo, por favor!, tengo miedo.

-¡Ohhhh! ¡Es imposible!

-Señora Nina, ¿Qué espera para entrar al consultorio? ¿A caso desea cancelar la cita que programó junto a su suegra hace unas semanas?

-¡No, doctora! ¡uff!, le ofrezco una disculpa sincera de antemano porque yo... Yo estaba algo distraída pero claro que sí voy a entrar y obviamente le agradezco en el alma que me aceptara aquí con usted desde aquel día en que confirmó que esperaba a una hermosa niña.

-De nada, Nina, solo acuéstese ahí.

-Créame, he estado tan paranoica en los últimos meses que llegué a pensar que se habían equivocado con el resultado del examen de laboratorio, ¡es extraño y me asusta un poco!

-Sí, claro, eso es normal, ¡No se preocupe!, las mamás somos así pero tenga por seguro que sí se encuentra encinta y será una bella niña.

-¡Muchas gracias, doctora!, esto es un gran alivio para mi luego de sufrir como toda una tonta durante meses, pero a ver, ¿Cómo está mi pequeña hija? ¿ella nacerá y crecerá muy bien, verdad? -pregunté sin dudarlo dos veces, pues misteriosamente sentí una mala energía sobre todo mi cuerpo luego de verme el rostro en un espejo como mi hermana Kara dijo.

-Nina... -exclamó la doctora mientras se ponía los anteojos y hacía unas llamadas rápidamente.

-Doctora, ¿Qué sucede? ¿Por qué actúa así, eh? ¿Me puede explicar por qué su expresión es desagradable al igual que la de la enfermera en la puerta hace tan solo unos minutos?, ¡Ohhhh!, no, espere, ¿A mi bebé o mi nos ocurre algo? -pregunté realmente alterada, sudorosa y nerviosa, ya que ignoré por completo que estaba llorando lágrimas de oro frente a una persona completamente desconocida fuera de casa debido a que me sentí como una persona normal por unos instantes.

-Señora Nina, yo... Yo lo siento muchísimo por usted y su pequeña hija, de verdad, ¡también soy madre de dos niñas y no me gustaría estar viviendo esto! -aseguró la doctora a cargo de mi con una expresión seria y gris, lo cual, me preocupó el triple debido a sus palabras, pues por el simple hecho de decirme eso, nuevamente me sentí como estar ahogándome en altamar junto con una fuerte taquicardia.

-¡Señora! ¿Está usted bien? ¿Necesita ayuda? -preguntó la enfermera a cargo mientras corría a socorrerme, pues nunca habían visto algo como eso en toda su carrera.

-A ver, ¿Qué intenta decirme con todo eso, eh? ¡Hable claro!, por favor, se lo suplico, ¿Qué sucede, Doctora Gabriela Noodles?, vamos, ¡dígame algo ahora mismo porque de verdad me siento muy mal! ¿A mi niña o a mi nos está afectando algo? ¡necesito saberlo ya! -pregunté hallándome totalmente desesperada por no tener una explicación razonable, pues mi instinto maternal reaccionó a acariciarme el vientre en señal de protección, además, casi no podía respirar y eso provocó que pidiera ayuda a gritos antes de desmayarme ante los pies de la doctora.

-¡NINA! ¡Ohhhh! ¡Ayuda! ¡Ay Dios mío! ¡Por favor no!, vamos hermanita, resiste, ¡Sé que puedes hacerlo! ¡Eres muy valiente y tu segunda bebecita te necesita fuerte!

-¡Rápido! ¡Llévensela de emergencia a cuidados intensivos!, pero ya.

-¿Ah? ¿Perdón? ¿Cómo que cuidados intensivos?, doctora Noodles, ¿Qué diablos le sucede a mi hermana Nina?, a ver, ¡usted debe decírmelo todo ya mismo porque esa es su obligación! ¿Por qué hay tanto misterio aquí?, yo estudio medicina general, así que puedo entender todo lo que usted diga. -exclamó mi hermana tras encontrarse realmente alterada junto a mi en el suelo, pues nuevamente yo estaba muy mal frente a todos en el hospital.

-¡Claro que es mi obligación informarles sobre todo pero veo que ella ya asumió lo que yo iba a decirles mucho antes de poder diagnosticarla debido a su desmayo! ¡uff!, señorita... Seré franca y directa con usted porque la situación de su hermana Nina es realmente GRAVE.

-¿Cómo que gra-ve? -preguntó mi hermana Kara con una expresión de. verdadero pánico, pues ni si quiera le salía bien el tono de su voz.

-Así es, señorita, mire... No sé cómo ni por qué razón sucedió esto, pero la bebé tiene atresia biliar y eso le impide protegerse contra cualquier clase de amenaza como químicos dados en pastillas comunes cuando su madre se siente mal, además, es muy probable que si ella sobrevive vaya a necesitar de un trasplante hepático de carácter urgente durante los primeros meses de nacida y debo decir que su madre NO puede ser la donante porque gracias a este problema, el frágil corazón de su hermana Nina debe hacer el doble de trabajo.

-¡NO!, eso no puede ser verdad.

-Tranquila, señorita, sé que esto es muy duro de aceptar pero lamentablemente es la realidad y debe apoyar a su hermana.

-Pero a ver, ¿Cómo sucedió esto? ¿Por qué le sucedió a ellas?, he estudiado varios trastornos y nunca vi uno similar a este, al menos durante los primeros semestres.

-Aún no lo sabemos con certeza, pero quizá se deba a la genética porque gracias a los exámenes que se practicó puedo distinguir que la anomalía cardiaca de su hermana ha empeorado rápidamente a partir del momento en que quedó embarazada, por eso, le impidide a su pequeña hija poder moverse con normalidad y los síntomas como mareos repentinos, náuseas explosivas, palidez o falta de apetito y el hecho de que no pueda sentir a la bebé son parte del horrible combo que conlleva tener esas enfermedades. -aseguró la doctora Noodles con una expresión de tristeza, pues con lo que dijo fue suficiente para que se me detuviera el corazón de un solo golpe debido a esa terrible noticia al igual que a mi hermana, quien estaba en completo shock tras oír eso tan malo.

-... ¿Qué fue lo que dijo, doctora? ¡Ohhhh!, pero a ver, dígame, ¿Qué alternativas de tratamiento existen actualmente para curar este raro padecimiento del hígado y frenar el problema cardiaco de mi hermana?, yo seré médico y puedo cuidarlas.

-Sí lo hay.

-¡Uff! ¡Gracias al cielo! ¿Cuándo puede ella empezar a tomárselos todos y mejorarse del corazón, eh? ¡Ah!, sí, no se preocupe por el dinero para los gastos médicos de mi hermana y sobrinita porque no importará si tenemos que viajar hasta Australia o al fin del mundo para conseguirlos, ya que para eso tienen a una enorme familia que siempre las apoyará. -dijo mi hermana Kara tras hallarse desesperada por aquella estrepitosa noticia, pues trató inevitablemente de escapar de la realidad cuando de pronto fue interrumpida por la doctora.

-Entienda señorita... Como le dije antes, sí existen tratamientos viables para ambos padecimientos en etapas iniciales, pero por desgracia, ya es muy tarde para ambas, pues de acuerdo a los análisis y los conocimientos médicos de otros colegas pediatras, es un hecho seguro de que una de las dos MORIRÁ al momento del parto porque su hermana Nina no soportará tan si quiera pujar debido a su debilitado corazón y si la niña naciera por un milagro, ella también sufriría debido a que su hígado no funciona del todo, ¡Lo siento! -aseguró la doctora Noodles con una expresión bastante triste, pues nos dio la triste ecografía impresa en mano mientras que las enfermeras me aplicaban sueros tranquilizantes en cuidados intensivos debido a que desperté del desmayo y lo escuche todo.

Como en una escena de película de terror absoluto, la primera fotografía de mi pequeña bebé se resbaló dramáticamente de mis resecas manos hacia un gran charco de agua sucia que estaba bajo nuestros pies, lo cual, provocó que se deshiciera poco a poco frente a mis ojos y ante una dolorosa realidad que golpeaba mi alma como nunca antes porque gracias a ese pozo la imagen se borró así como todo rastro de felicidad que ella podía traer para todos nosotros en casa cuando naciera.

-¡NO! ¡Eso no puede ser verdad!, mi hermana y sobrinita deben de vivir muchos años, ¡AHHH!, doctora Noodles, ¿Qué acaso no lo entiende? ¡Mi hermana Nina es completamente INMORTAL de nacimiento, así que eso es imposible. -dijo de pronto mi hermana Kara mientras lloraba como loca en medio salón del hospital tras semejante dolor emocional, pues sin querer confesó la verdad de mi místico poder frente a la doctora, quien se confundió aún más.

-¿Eh? -exclamó la doctora Noodles.

-¿Está sorda?, lo que dije fue que mi hermana Nina es... -dijo nuevamente Kara al encontrarse bastante enfadada por la ignorancia de la doctora, pues se levantó rápidamente al estar deprimida y paranoica por dentro de su alma tras la noticia pero al fin acató que cometía un error.

-Escuchen, ¡Si tienen que elegir entre una de las dos yo deseo que sea mi pequeña hija y no voy a decir nada más al respecto! ¡esta será mi última palabra! -dije de pronto tras haber despertado de mi desmayo anterior, pues me había enterado de todo gracias a los cuchicheos y comentarios de las enfermeras a mi cargo en la UCI, por eso fui hasta allá en secreto de los médicos para declarar mi voluntad al preferir darle una oportunidad de vida a mi hija.

Lo más probable era que mi niña y yo muriéramos al momento del parto, así que, tomé la decisión de permitirle conocer las grandes bellezas del mundo a una indefensa pequeñita que merecía vivir plenamente, además, al final sabía que nuestra familia no la dejaría solita bajo ninguna circunstancia cuando yo la diera a luz y prefería abandonarla físicamente antes de que ambas falleciéramos porque esa era la voluntad de Dios, aunque tener que elegir así me produjera gran dolor, tristeza, impotencia y rabia descontrolada, ya que mi hija mayor, es decir, Katherine, se quedaría totalmente huérfana como yo alguna vez en mi triste infancia y adultez.

...

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