#45 [La Casa del porvenir]
Después de tantos días por fin nació mi pequeña bebé la cual era realmente hermosa y aunque su padre Eddie, es decir, mi amado esposo ya no estuviera con nosotras en este mundo terrenal aún estaba presente en cada uno de nuestros corazones por el simple recuerdo de su desbordante bondad, valor el cual le contaría y enseñaría a mi niñita durante toda su linda vida.
Mis expectativas con mi hija fueron superaras al máximo, ya que ella era excepcionalmente hermosa tras tener su delicado cabello color rubio oro como el de su padre Eddie, sus tiernos ojitos eran de un color azul claro, es decir, muy similares a los de mi madre, su abuelita Eloisa, tenía la piel blanca, suavecita y con un peculiar olor a margaritas, además, había heredado las mejillas regordetas de mi padre cuando era un niño gracias a algunas fotografías de su niñez.
Al verla por primera vez les puedo asegurar que me enamoré de ella instantáneamente, pues ella era mi hijita bella, el fruto del amor verdadero de Eddie y yo y por eso la amaría, guiaría y protegería toda mi vida como su madre, ya que le daría absolutamente toda mi atención con tal de que no sufriera nunca por la lamentable ausencia de su padre.
El señor Sweet junto a mis padres literalmente lloraron de emoción luego de conocerla, pues ella era su nietecita y por lo tanto sería la niña más consentida de todo el planeta, principalmente en las manos de mi madre, pues juró que se convertiría en su fiel abuela protectora y siempre estaría ahí cuando mi pequeña la necesitara a lo largo de su perfecta vida, pues aunque lo negara, quería remediar las palabras tan feas que alguna vez dijo acerca de un horrible aborto por mi bien y sobre que "nunca" cuidaría de ningún bebé, sin embargo, la bebé le ganó el corazón y ella no sería igual de malvada como la abuela Sarah en el pasado gracias a Kara, mi hermana mayor.
Cuarenta y ocho horas después del parto y del funeral de Eddie, mis fieles amigos de Sibuna conocieron a mi hijita junto a Trudy, pues todos estaban ansiosos de ver cómo era la nueva integrante de la familia Frobisher Smythe, es decir, una niñita la cual sería muy traviesa, inteligente y curiosa al intentar nacer más de una vez antes de tiempo, pues le urgía brillar en este mundo y ser tan poderosa como alguna vez se predijo a pesar de que actualmente no fuera la nueva Elegida tras su cumpleaños ser el 24 de abril del 2018.
Al ser las 9:45 PM de aquella inolvidable noche decidí llamarla por el nombre de Katherine del Milagro Sweet Rodenmaar, pues siempre me había gustado gracias a las múltiples revistas de maternidad que Amber, Cassie y Willow me mostraban a diario, no obstante, su segundo nombre fue totalmente improvisto, ya que como ella nació bajo circunstancias muy difíciles decidí hacerle caso a mi suegro y honrar lo que ahora representaba para todos nosotros luego de la lamentable pérdida de su padre, es decir, "Milagro", mi dulce bendición.
Mi Katherine del Milagro no solamente era una bebé hermosísima físicamente sino que además de eso ahora mismo ella era quizá la criatura más poderosa del universo por encima de su padre y de mi alguna vez, pues era hija de la Elegida y del antiguo Osarian, por eso, ese preocupante detalle le provocaba muchísimo miedo a aquellos que me rodeaban, incluyendo a mi paranoico padre, quien seguía insistiendo que algo malo podría sucedernos y temía que el místico don de la inmortalidad pasara a ser de mi hija Kathy.
-¡Ohhhh!, Nina, ¡Tu hija es muy hermosa!, creo que ella será bastante inteligente y por eso anhelo que crezca ya para que se convierta en una gran científica y llenarla de juguetes educativos, ¡uff!, ya lo vi.
-No Mara, créeme que aunque parezca una cerebrito yo voy a malcriarla y hacerle ver que los libros son aburridos, pero en algo sí tienes razón y es que esta bella niña será muy amada, consentida, rebelde y lista en comparación a nosotros, pues vamos a cuidarla mucho. -dijo Patricia mientras se reía un poco sarcásticamente, pues mi hija los tenía a todos locos de amor.
-¿A quién creen que se parece más?, no veo que a mi y eso me da celos, ¡Ohhhh! ¡Desearía que Eddie estuviera con vida y pudiera conocer a nuestra niñita! ¡es muy doloroso!
-Vamos... Es obvio que mi sobrinita Kathy es idéntica a su padre Eddie y a su abuelo Víctor. -afirmó Alfie con una gran sonrisa, ya que él amaba a los niños y mi Kathy le recordaría a su gran amigo Eddie para siempre aunque evidentemente ya no estuviera más vivo, además, quería distraerme en algo más.
-... ¡Ay no!, por favor ubícate, Alfie, creéme cuando te digo que ella NO se parece a Víctor en absolutamente nada, ¡uff! ¡pobre bebé!, es enserio, no le digan eso desde ahora o si no crecerá con un horrible trauma por culpa de su abuelo, ¡Ah!, yo opino que la pequeña se parece a su madre Nina por esos preciosos ojos claros y a su padre Eddie por su perfecto cabello rubio, a nadie más. -dijo Joy con una risa burlona y sarcástica para de igual manera sarcarnos una sonrisa en medio de aquel valle de lágrimas que vivimos durante los últimos días.
-Sí Joy, ¡Tienes razón!, ella se parece muchísimo a Nina, pero la niña todavía necesita de "la esencia del amor" para estar completamente dichosa y bendecida, además, mi madre Caroline está de acuerdo conmigo y los maravillosos aceites que vendemos por catálogo, ¡ahora tenemos mucho en común gracias a ustedes! -afirmó Willow con una gran sonrisa mientras que le colocaba a mi hija una extraña fragancia de girasol sobre su frágil cabecita rubia, pues según ella eso le haría tener buena suerte en la vida.
-¿Cómo dices?, Willow, ¡Espera! ¿Es seguro hacer esto? -pregunté algo preocupada y exhaltada, pues mi ideática amiga iba a ponerle algo de origen desconocido a mi pequeña recién nacida sin antes investigar.
-Nina, amiga, ¡Relájate! ¿Qué a caso no conoces nada sobre la "aroma terapia" y sus múltiples propiedades curativas?, por cierto, está compuesto de girasoles orgánicos que no han sido alterados y debido a eso tu hijita estará segura, ¡creéme!, soy una vegana comprometida y nunca le pondría algo que pudiera hacerle daño a mi linda sobrinita, además, ya está comprobado por la ciencia, ¡Pregúntale a Mara!, ella sí sabe sobre esto y más. -exclamó Willow con firmeza tras estar dispuesta a continuar con sus locuras, ya que al final sí le permití hacer su extraño ritual de bienvenida para Kathy.
-¡Así es Nina!, tranquila, ¡Confía en nosotras!, Willow tiene razón así que no veo nada de malo en que le permitas ponerle ese aceite de girasoles, porque sí, al final es solo medicina natural y le traerá grandes beneficios para que su salud sea buena gracias a sus propiedades ancestrales. -afirmó Mara con completa seguridad de lo que decía, pues ella era amante de la ciencia aunque estudiara derecho civil.
-Bien Willow, bien, ¡Ponle el aceite de girasol a mi hija!, ahora sé que olerá aún más delicioso y quiero evitar que te enfades conmigo por algo tan simple. -exclamé algo preocupada respecto a ese perfume, sin embargo el que Mara diera su visto bueno me daba tranquilidad.
-¡Ay mi sobrinita bella! ¡Hasta que al fin te conocemos!, mira mi amor... Aquí y ahora tu tía Kara promete amarte y protegerte toda la vida, pues eres mi única princesa consentida y así será por siempre, ¡Tú eres un verdadero milagro y esos nombres te quedan preciosos! -dijo mi hermana con muchísimo orgullo y devoción, pues la tomó entre sus brazos para darle muchos besos luego de desinfectarse adecuadamente.
-Sí, mi nietecita es un ángel por lo hermosa que es, porque sí, el joven Alfie tiene razón, ¡Ella se parece mucho a Eddie, su padre, quien ahora descansa en paz!, aunque debo admitir que también tiene la belleza natural de su valiente madre, es decir, mi hija Nina y sin dudarlo heredó las mejillas del abuelo Víctor, ¡uff!, vamos Kara, ¡Dame a mi preciosa nieta que deseo comérmela a besos y abrazos! -aseguró mi mamá mientras que le hacía cariñitos y cucheros a mi adorable Kathy entre sus brazos, pues la llenó de besos tal como nunca pudo hacer conmigo por culpa de los caprichos de la vida.
Aunque en esos maravillosos momentos de auténtica felicidad eran suficientes motivos para celebrar a lo grande, aún me era casi imposible no sentir un profundo dolor en el fondo de mi alma, pues mi afligido esposo Eddie no conoció a su pequeña y muy esperada hija ni ella a Él, lo cual me lastimaba muchísimo tras ser consciente de esa triste y cruda realidad, pues anhelaba que mi niñita tuviera a un padre cerca y no creciera tan solita como yo alguna vez.
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