#19 [La Casa de las persecuciones]
—¿Nina Martin? —preguntaron de pronto la Señora Andrews y el Señor Sweet en frente del salón del profesor Winkler con una expresión de preocupación y seriedad, pues el asunto por el cual estaban ahí por mi era estrictamente oficial y parecía ser bastante urgente para mi.
—¿Sí? ¿Sucede algo malo? —pregunté con una leve mueca de asombro y evidente duda, pues ahora yo no era más importante para ellos.
—Nina, "alguien quiere verte en mi oficina justo ahora", así que por favor ven, y rápido, pues la persona aguarda por ti. —dijo el Señor Sweet encontrándose un tanto nervioso y sudoroso mientras hablaba, pues estaba viéndome fijamente a los ojos como si algo anduviera muy mal.
—¡Ohhhh! ¡Nina!, por favor escúchame, ¡No vayas con Él así sea de vida o muerte!, créeme amiga, yo sé perfectamente lo que es ir por ese "alguien" a su tétrica oficina y lo que quieren es se... —intervino Joy de la nada tras estar preocupada por mi debido a las palabras del Señor Sweet, pues trataba de evitar que yo fuera secuestrada por los maestros como ella en el pasado gracias a mi maldito don como la Elegida real.
—¡Suficiente señorita Mercer!, el asunto pendiente es con Nina, no con usted, así que no se interponga en nuestro camino y solo concéntrese en sus asuntos personales, o como sea, pero mantenga sus narices fuera de esto, por favor. —gritó la Señora Andrews de la nada mientras le torcía los ojos a Joy para que no asustara más y lograra escapar, pues parecía ser que sus palabras de verdad me provocaron algo de duda y ansiedad absoluta al creer su hipótesis, no obstante decidí confiar en los maestros una vez más debido a mi estúpido pacto con ellos dos.
—¿Qué? ¿Qué sucede ahora? ¿Por qué se alteran tanto, chicos? ¡No entiendo nada! ¡Ay rayos!, es verdad, ¡Nina! ¡NO vayas a ir sola con ellos, por favor!, confía en mi, hace años también quisieron sec... —preguntó Kt al estar totalmente ajena de lo que sucedía con la sociedad secreta de Víctor, pues ella era nueva en ese tema, sin embargo logró acatar a tiempo y recordó cuando se la quisieron llevar muy lejos solo por ser una FSM de sangre directa.
—¡Shhh!, Kt, tranquila, no digas nada más, ¡La vamos a proteger entre todos! ¡Nina nos necesita y no la dejaremos! —afirmó Alfie con algo de duda y miedo, pues Él también temía que los maestros y Víctor me hicieran daño de alguna manera.
—¡Oh no! ¡Alerta de déja vù! —dijo Jerome a modo de sarcasmo.
—¡Hey! ¡Es cierto! ¡Esto fue lo que sucedió con Joy hace años antes de desaparecer! ¡Nina no seas tonta! ¡ten cuidado! —dijo Mara una vez que recordó ese traumático momento.
—Nina, cariño... Ven, ¿Sí?, tranquila, sabes que somos buenos ahora, ¿Cierto? ¡Acompáñanos! —afirmó la Señora Andrews con una hipócrita sonrisa de revista de modelaje.
—De acuerdo, iré con ustedes porque no creo que esto sea alguna clase de trampa letal después de todo, ¿verdad?, además, confio en ambos porque son mis protectores y ese es su trabajo, ¿O a caso piensan traicionarme como Mara y Jerome, ahm? ¡uff!, bien, los acompañaré ahora porque puede ser urgente tal como antes. —Respondí mientras me levantaba del asiento en que estaba y recogía mis pertenencias personales, pues ese era un llamado al cual no podía ignorar después de todo.
—¡NINA!, no, ¡Alto! ¡Hazle caso a Joy, por favor! ¡Escúchanos! ¡Ellos dos solo planean secuestrarte sin piedad y enviarte muy lejos de aquí solo por que tú eres su Elegida!, vamos, ¡no deseo volver a ponerme igual de paranoica por una de mis mejores amigas! —afirmó Patricia estando igualmente muy preocupada debido a que recordó su pasado con Joy.
—¡Nina! ¡Detente! ¡No quiero volver a perderte, por favor!, regresa a sentarte o será muy tarde para ti, lo juro. —gritó Fabián al hallarse igual o más desesperado que los demás mientras tomaba mi mano con fuerza para tratar de mantenerme ahí.
—Por lo visto ustedes no entienden que el asunto es solo con Nina, ¿verdad? ¡ashh!, muy bien, ¡Mercer, Williamson, Jeffrey, Clark, Rush y Rutter! ¡Todos están temporalmente castigados y ahora deberán permanecer toda la tarde en detención sin privilegios o engaños esta vez! ¡Carpe diem momentus mori! —gritó el Señor Sweet mucho más alterado y nervioso que la propia Señora Andrews, ya que en ese momento fue muy duro con los chicos aunque al final mis amigos solo quisieran protegerme de ellos.
—¡Ah!, y por favor Míster Winkler, no permita que ninguno de ellos salga de este salón a menos que usted lo siga y acompañe a su destino final, ya que lo hecho por Víctor es lo mejor para todos, ¿bien? —mencionó la Señora Andrews con un tono de voz afónico mientras que me tomaba del brazo para sacarme de ahí rápidamente.
Al cabo de unos minutos me levanté de mi silla y dudosamente me dirigí con el Señor Sweet y la Señora Andrews para ver quién me estaba buscando en su oficina tal como dijeron en clase, no obstante, aún me encontraba un tanto preocupada y dudosa por lo que los chicos me trataton de advertir y que para mi desafortunada mala suerte al final del camino así fue, pues solo querían explotarme nuevamente como la Elegida a pesar de que ya no hubiera Elíxir o una Copa por armar.
—Nina, Nina, ¡Tu gran hora ha llegado y esta vez ya no habrán más posibles equivocaciones, Elegida! ¡Oh sí!, tú eres la auténtica, de eso no hay duda, jovencita. —dijo el Señor Sweet estando muy complacido y feliz mientras cerraba con seguro la puerta de madera de su oficina y caminaba hacia mi con gran malicia.
—¿Cómo? ¿Perdón? ¿Qué carajos les sucede ahora, ah? ¡No entiendo nada! ¿Quién me está buscando? ¿Lo conozco? —pregunté encontrándome muy asustada y sudorosa, pues cuando ambos se descuidaron traté de abrir desesperadamente la puerta de su oficina, ya que por fin pude ver sus malas intenciones, sin embargo, no logré hacer nada por mi en ese momento al estar encerrada.
—¡Alto, niña tonta!, mantente tranquila porque nada malo te sucederá si colaboras, lo juro...
—¡Ohhhh!, Víctor, ¿Qué pretenden hacer conmigo, eh? ¡Esto no tiene sentido! ¡Ayúdame! —seguí preguntando con desesperación al estar muy ofuzcada tras ver que los tres estaban presentes conmigo y no me ayudaban para nada.
—Elegida, ¡Tu gran hora ha llegado por fin! ¿Lo entiendes? ¡Eres nuestro amuleto de la suerte y eso te da privilegios con nosotros!
—... Entonces déjenme ir, ¿sí?
—¡Oh no, no!, como trataste de escaparte dos veces de aquí sin ninguna clase de vigilancia ahora mismo tendrás que irte lejos con los padres de Joy Mercer hacia un destino completamente desconocido, pues ahora pagarás las consecuencias de haberme mentido. —aseguró Víctor frente a mi con una expresión diabólica de placer mientras me arracaba el relicario del cuello para luego quemarlo junto a mis pertenencias más amadas.
—¿QUÉ? ¡No!, creo que aquí hay un error porque yo nunca traté de escapar excepto aquí gracias a su testarudez, pero Mara y Jerome mintieron la primera vez solo para protegerme y resguardar a los suyos cuando tú los amenazaste, ¡Juro por mi vida que es real! —dije encontrándome desesperada al sentirme en cautiverio, por eso, en otro descuido de su parte, empujé a Víctor Jr hacia el escritorio del Señor Sweet junto a la Señora Andrews para aprovecharme de su vejez al tratar de abrir la puerta una vez más, sin embargo, no funcionó debido a que la Señora Andrews fue mucho más inteligente que todos los demás.
—¡Epa, epa! ¡No tan rápido, Elegida! ¿enserio nos creías tan tontos?, no, ¡Tú no irás a ninguna parte, malcriada!, nos perteneces, y como tal, tendrás que obedecer si enserio valoras la seguridad de tus raros amiguitos. —exclamó la Señora Andrews de la nada frente a mi, pues logró levantarse antes que pudiera llegar hasta la puerta e impidió que saliera de ahí tal como planeé, pues ella resultó ser más rápida.
—¿Qué dijo?, no, esperen un momento, ¡Ustedes tres me aseguraron al principio que no me mantendrían cautiva, me acosarían o me engañarían bajo ninguna circunstancia porque la única misión que tenía era armar la Copa de Ankh y ya está hecho desde hace años!, además, no pueden tocar a mis amigos, ¡No se atrevan!
—... Exactamente, Nina, ¡Estás en lo correcto, eso dijimos, pero, ellos sufrirán por tu culpa si no colaboras.
—¡No! ¿Y entonces? ¿Por qué estoy aquí encerrada?, vamos, ¡Explíquenme!, sigo sin entender.
—Porque eres solo nuestra, punto, ¡No necesitas más explicaciones! ¿O eres una tonta? —dijo Víctor con severidad y frialdad.
—¡Ohhhh! ¡Maldita sea! ¡Debí escuchar a mis amigos porque tenían toda la razón respecto a ustedes, pero yo no los escuché por tonta e ingenua tal como dijo Mara! ¡AHHH! ¡Alguien ayúdeme, por favor! —grité lo más alto que pude al estar completamente aterrorizada mientras rasgaba la dichosa puerta de madera vieja con mis frágiles uñas, ya que mis fuerzas en ese momento eran escasas.
—¡Lo lamento mucho señorita, pero hubo un repentino cambio de planes con respecto a ti! ¡Ubss! —mencionó la Señora Andrews mientras arreglaba mis cosas en una maleta.
—¿Qué sucede? ¿Por qué mis cosas están aquí? ¡AHHH! —volví a gritar.
—Como eres la real Elegida por nacimiento, tú nos perteneces y tus cosas serán desaparecidas de la faz terrestre así como toda comunicación con tus amiguitos, por eso, nunca más volverás a escapar o a ver la luz del sol en libertad. —afirmó Víctor estando completamente convencido de lo que hacía mientras me tomaba del brazo hacia el sucio escritorio del Señor Sweet para interrogarme y presionarme con raros rituales.
—¡No! ¡Esperen por favor!, les juro que yo jamás traté de huir como creen porque Mara y Jerome solo me estaban protegiendo de ustedes al igual que Sen... ¡uff! ¡Claro que sí! ¿Cómo no lo pensé antes? ¡Gracias a Dios! —exclamé estando muy feliz y complacida en ese momento de tensión, pues logré recordar mi extraña conexión con Sophia Danae y Senkhara, ya que ambas sí me iban a proteger de ellos tres a su modo.
—¿Realmente piensas que vamos a creerte acerca de que Mara y Jerome nos mintieron solo por ti? ¡Qué ridículo, Elegida!, nosotros no somos tan tontos como para tragarnos ese cuentazo, así que camina, pues el taxi aguarda y debes irte tal como te ordenemos a menos que quieras verlos a todos en serios problemas y peligros. —aseguró Víctor con un ensordecedor grito mientras que me empujaba hacia la puerta de salida en secreto, pues ya no tenía alguna posible escapatoria.
—¡Pues eso que quieren conmigo no pasará jamás y les aseguro que pagarán muy caro por todo este vil engaño, eh! ¡SENKHARA! ¡Ayúdame ahora!, te necesito. —Grité encontrándome totalmente desesperada mientras notaba que la vista se me ponía borrosa otra vez y el corazón estaba a punto de detenerse en mi húmedo pecho gracias a que Senkhara me falló de nuevo al no acudir a mi rescate.
—¿Eh? —exclamaron la Señora Andrews y el Señor Sweet algo confundidos por mis ruidosas palabras de auxilio hacia la nada.
—¡Oh no!, creo que esta vez ella no vendrá y ahora sí estaré en graves problemas, ¡uff! ¡Genial! ¡Mi grandiosa racha de mala suerte me acompaña nuevamente!, sí, eso gano por confiar y ser amiga de los villanos como toda una estúpida. —afirmé estando muy asustada mientras temblaba de pies a cabeza, pues ese era mi fin definitivo con Víctor.
—Me parece muy inteligente de tu parte invocar a un espíritu maldito para tu salvación, pero escúchame bien, muchachita, ¡nada ni nadie podrá salvarte de esta situación, ehm Elegida! —aseguró Víctor mientras se reía hipócritamente de mi, pues para Él quien menos importaba era yo.
—¡Roberth, ayúdame, por favor! ¡AHHH!, ¡Alguien por piedad sálvenme! —seguí gritando como loca entretanto me colocaba al frente de la ventana principal para que alguna persona pudiera escucharme, pues ya no tenía más posibles alternativas.
—Niñita, para tu información, el Señor Roberth Frobisher Smythe tampoco atenderá a tu llamado de ayuda, pues ya nos encargamos de Él así como con tus amigos. —reafirmó Víctor nuevamente con una expresión de regocijo mientras que se reía falsamente de mi debilidad, ya que cerró las ventanas con seguro y enrolló la cortina vieja para evitar que yo pudiera seguir gritando.
—¡Ustedes están realmente locos! ¡Ay no!, pero, ¿Qué fue lo que le hicieron al pobre de Roberth FSM y a mis amigos, ah, desgraciados?
—Nada, querida, nada... Ellos están a salvo, por ahora. —dijo la Señora Andrews al intentar calmarme.
—Víctor, ¡Te equivocas conmigo!, pues esta vez sí tengo la prueba necesaria de lo que te quería mostrar mucho antes de tu caída y la traición de mis supuestos amigos. —dije con una expresión de debilidad y tristeza, pues para nada quería hacerle daño a Víctor con mis palabras.
—¿Qué? ¿De qué hablas? —preguntó la Señora Andrews estando algo alterada y con mucha curiosidad, pues parecía que decía la verdad.
—¡Así es! ¡Tienes que ver la fotografía oculta en mi bolsa porque esta mañana presentí seriamente que la necesitaría, y en definitiva no me equivoqué! ¡Mírala! —dije nerviosamente mientras colocaba mis temblorosas manos en mi abrigo viejo color verde, pues Víctor era completamente impredecible.
—¡A mi no me interesa ver nada tuyo, excepto la Copa de Ankh o tus lágrimas de oro!, escucha, ¡No eres más que una sucia y malcriada chiquilla que para su mala suerte nació siendo la Elegida pero que esta vez no corrió con la misma suerte de antes al ser confundida con otra estudiante caprichosa y obstinada como Joy! —aseguró Víctor estando totalmente desinteresado de mi propuesta, ya que solo me secuestró para que les sirviera de "pase" a la eternidad, no obstante, en ese momento me tomó por la fuerza del brazo para dirigirnos hacia el infernal e incómodo taxi con los Mercer.
—¡Solo házlo por tu adorada esposa Eloisa! ¡Sé bien que la puedes recordar perfectamente otra vez debido a tu desafortunada caída cuando me confundiste con ella dos veces seguidas! —dije encontrándome enserio desesperada, ya que tomé eso como la última alternativa de mi escape a la libertad, pues esa antigua y escalofriante fotografía era muy importante para todos nosotros.
—¡Rayos! ¡Mi cabeza da muchas vueltas! ¡AHHH! ¡Dios! ¡No lo puedo creer!, sí, ¡Es verdad lo que dice Nina!, mierda, ¡Puedo recordarla porque Eloisa y yo fuimos como hermanas en este lugar hace más de treinta años antes de involucrarme en la sociedad secreta de Víctor Rodenmaar Padre! ¡Ambas éramos amigas! —afirmó la Señora Andrews tras medio acordarse de su turbio pasado en Anubis, pues por alguna razón, perdió la memoria.
—¿De qué hablas, mi amor? ¿Qué sucede? —cuestionó el Señor Sweet.
—¡Sí! ¡Finalmente mi memoria regresó tal como antes! ¡oh no, no!, es cierto, ¡Ely tuvo dos preciosas hijas antes de morir y ahora que lo pienso, Nina es idéntica a ella cuando era joven! ¡AHHH! ¡Víctor detente! ¡Ella es la clave final pero no para el Elíxir sino para algo mucho más importante y poderoso!, ¡Cielos! ¿Pero cómo no pude darme cuenta de esto mucho antes? ¡Es increíble! —exclamó la Señora Andrews con un gesto de sorpresa y miedo, ya que de un pronto a otro recordó fragmentos de su extraña vida anterior cuando era joven y popular en la escuela.
—¡Ay no! ¿Qué a caso no notas que ella solo quiere evadirte con todo este teatrito? ¡Daphne por Dios! ¡No caigas en su juego! ¡Ah!, Víctor, tú sabes muy bien que Nina no puede ser libre, pues ella es la Elegida, nuestra Elegida y esta vez sin ningún error gracias a sus archivos. —aseguró el Señor Sweet macabramente mientras me tomaba del mismo brazo que Víctor sujetó antes, ya que me encaminó hacia la maldita puerta de salida como a un oso del circo.
—¡No!, no me iré de aquí sin antes despejar mi nombre, ¡Por piedad! ¡Yo te salvé la vida hace unos días, así que Víctor, ahora me debes un gran favor!, pero antes, te suplico que veas la fotografía, de verdad, es necesario para que puedas recordar tu macabro pasado. —dije estando aún más desesperada que antes al sentirme completamente sola, pues para convencerlos a todos, tuve que sacar la prueba, no sin antes, poniéndome tan pálida como un papel, otra vez.
—¡Issh!, de acuerdo niña tonta, ¡Tú ganas!, eso sí... Después de eso te irás de aquí sin decir nada con los abnegados señores Mercer, y esta vez para SIEMPRE, ¿Oíste? —mencionó Víctor estando en realidad furioso conmigo por mis actitudes, ya que me arrebató la fotografía de las manos cuando menos lo esperé.
Al quitarme la imagen y verla con sus propios ojos, mis sospechas fueron despejadas, pues en ese preciso instante, lloró desconsoladamente, de tal forma que nos sorprendió a todos, ya que, enserio estaba sufriendo como un niño pequeño sin su mamá mientras abrazaba la antigua foto contra su pecho, lo cual, significaba que su memoria saboteada al fin había regresado gracias a mis esfuerzos, no obstante, tenía mucho miedo porque la Señora Eloisa Frobisher Smythe era casi tan idéntica como yo cuando tenía diecinueve años de edad.
...
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top