#1 [La Casa de los temores]

I.

La vida es realmente extraña y en muchas ocasiones es imposible lograr entender los caminos por los cuales nos lleva, ya sea hacia la felicidad o la desdicha a pesar de la mano del destino que, se empeña en desviar la atención a través de rutas inimaginables o de ensueño que parecen infinitos laberintos rodeados de pruebas y desafíos que nos hacen descubrir nuestras fortalezas y debilidades, empero, mi luz se apagó así como el labrado futuro que me esperaba en el que alguna vez fue mi hogar, es decir, la Casa de Anubis.

Todo resultaba muy extraño y confuso después de pasar casi dos años encerrada, y sí, soy yo nuevamente, Nina Martin, la chica que resultó ser la peor Elegida de la historia al irme de casa como si estuviera huyendo, sin embargo, empezaré desde el momento en que mi larga vida se acabó cuando fui a dar a un tétrico hospital psiquiátrico como una paciente más a causa de un terrible error, o quizá por alguna clase de venganza planeada contra mí sin que pudiera reaccionar a tiempo.

Debido a ese detalle tan turbio y carente de sentido ahora hasta las paredes me producían terror con solo verlas de cerca al sentir que algo o alguien me llamaba dentro de ellas tras intentar succionarme el alma una vez que la claustrofobia atacaba mi poca cordura, por lo que, en los últimos meses que estuve ahí temí que de verdad estuviera volviéndome loca luego de ver situaciones realmente traumáticas y de tomar mil pastillas asquerosas todos los días luego de abrir los ojos durante las rutinarias mañanas, las cuales me resultaban bastante tristes, estúpidas y angustiantes.

Toda esta pesadilla comenzó unos pocos meses después de haberme ido a los Estados Unidos junto a la abuela cuando acabaron las lecciones y mi estadía en Anubis, pues ella estaba muy enferma y me necesitaba a su lado ahora más que nunca al sufrir mucho dolor a causa del rápido avance del cáncer, no obstante, cuando creí estar recuperándome de mi propia vergüenza tras carcomerme el alma luego de dejar a mis amigos y maestros sin una explicación convincente, mi mundo "perfecto" dió un giro de ciento ochenta grados el cual, me dejó completamente vulnerable y deprimida ante la nueva realidad que viviría a partir de ese momento.

Sin duda, desde que bajé del avión en el aeropuerto estadounidense comencé a sumergirme en una peligrosa depresión que se fusionaba junto a la culpa y emociones negativas tras haber huido como una cobarde de Inglaterra, ya que deseaba con todo el corazón regresar a casa con mi ex novio Fabián o al menos pedirle perdón por haberlo abandonado tan inesperadamente al igual que a mis otros grandes amigos, quienes al final eran mis cómplices valientes en Sibuna a los cuales, anhelaba poder volver a ver por una última vez aunque eso resultara en una posible catástrofe mundial al permanecer cerca de mi Osarian.

En base a mi experiencia, fue realmente escalofriante lo que viví una vez que salí de la Casa de Anubis, pues sentí cómo una extraña vibra atravezó mi cuerpo de pies a cabeza a manera de escalofrío, lo cual, me produjo la absurda idea de no volver ahí nunca más porque además de sentirme culpable por poner a mis amigos y maestros en peligro constante, el dolor que Fabián dejó marcado en mi corazón luego de dejarme plantada fue demasiado grande como para poder tolerarlo cada día en aquel nuevo año lectivo que sería el último de acuerdo al plan de estudios original, ya que acordamos solo ser amigos al nuestra relación fallar después de muchísimos intentos por tratar de recuperar el antiguo amor que nos unía a ambos cuando todo parecía ser sencillo.

La verdad creía que había tomado la mejor decisión en dejar a Eddie a cargo de Sibuna, ya que Él era un chico muy valiente e inteligente que resultó ser mi Osarian protector y lamentablemente aquella tarea era su obligación en mi desafortunada falta tras tener bajo resguardo el relicario rojo así como todas nuestras preciadas reliquias, y sí, era lógico que ahora me guardara rencor luego de imponerle una responsabilidad tan grande como esa y que al mismo tiempo yo me odiara a mí misma por no poder cumplir con mi misión en la vida al seguir buscando pistas a escondidas de Víctor, escabullirme hacia el sótano, jardín, biblioteca, a los túneles o al ático para tener conexión con la casa y ser esa alumna rebelde e incontrolable que motivaba a los otros a seguir mis pasos aunque al viejo le enfureciera dicha idea al jamás olvidar mis acciones.

Esto, evidentemente provocó que me deprimiera mucho desde que mi propia abuela me sacó a la fuerza del internado cuando el segundo año concluyó solo para cuidar de ella debido a su rara enfermedad terminal aunque a simple vista pareciera que yo lo hice por propia voluntad, no obstante, fui traicionada por ella misma mientras seguía creyéndole absolutamente todo e intentaba no causarle dolor tras querer dar marcha atrás y recuperar mi lugar en la Casa de Anubis dónde antes era muy feliz y tenía seguridad de que ahí pertenecía, pues el continuar en Inglaterra era lo que más deseaba en el mundo y ella me lo arrebató.

Era verdad que Eddie nunca les mintió a los chicos sobre mis motivos para no regresar más a la Casa de Anubis aunque al principio perdiera la misteriosa carta que supuestamente yo le escribí y tuviera que improvisar con la chica nueva que vino a reemplazarme tal como yo lo hize accidentalmente con Joy en mi primer año, pues era real lo de la enfermedad de mi única pariente con vida y como tal debía hacerme cargo de ella al fallarle múltiples veces en el pasado cuando estuvo hospitalizada mientras yo me ocupaba de proteger a mis amigos de mi enemiga diabólica, o al menos eso era lo que creía, ya que literalmente había abandonado mi sorpresivo destino como la Elegida para encaminarme a vivir una completa mentira en una nueva etapa que acabó por destruirme aún más como una dolorosa estocada al alma.

Había días en que justo después de dejar la Casa de Anubis tenía pesadillas realmente aterradoras, visiones repetitivas y delirios de todo lo malo que sucedía ahí dentro, quizá por ser la Elegida, pero lo más misterioso del mundo era que ya no tenía ningún vínculo con la casa al encontrarme en otro país, así que, me preocupaba muchísimo cuando eso sucedía, ya que dejé ese lugar sin ninguna explicación y ahora me sentía absurdamente perseguida por mi conciencia tras ignorar a Sarah y su peculiar familia luego de tantas emociones vividas en aquella bellísima y antigua escuela.

Sabía perfectamente que ese era el sitio en el cual debía de estar pero no pude hacer nada para volver por mis propios medios cuando aún estaba a tiempo de ser libre y tener autoestima, pues tras algunos meses más de haber dejado la Casa de Anubis y verme alucinar, mi decrépita abuela lo catalogó como "esquizofrenia" de tal modo que, me envió dos largos años a un centro psiquiátrico especializado sin causa o fundamento médico real porque aseguró sin piedad que yo había nacido con esa enfermedad mental siendo esto una mentira para poder deshacerse de mi tal como Patricia alguna vez lo dijo debido a su ira y frustración cuando yo era la chica nueva que sustituyó repentinamente a su mejor amiga Joy por una grave confusión de identidad en ese primer año de grandes ilusiones.

Más por ende, ahora estaba internada en una clínica psiquiátrica junto a otras personas, las cuales me ignoraban debido a sus múltiples padecimientos y realidades distorsionadas, pero, aún encontrándome dentro de aquel infierno en el cual debía "sanar" con estrictos controles de los profesionales en la salud, cocteles repletos con medicamentos innecesarios y varias dosis de calmantes seguía con las mismas pesadillas y visiones que cada vez se repetían con más intensidad, además, sentía una angustia muy grande luego de vivirlas como si jamás hubiera dejado del todo la Casa de Anubis, ya que podía ver, sentir y escuchar ciertas situaciones sobrenaturales que para nada eran de mi agrado o tranquilidad.

Por increíble que pareciera, era capaz de soñar despierta con acontecimientos reales dentro de la Casa de Anubis, como por ejemplo, el que a la nueva chica norteamericana de cabello rizado que me reemplazó también la llamaran "Elegida", que el viejo Roberth Frobisher Smythe regresara de la muerte siendo malvado solo para sacrificar las almas de mis amigos y ex maestros junto al espíritu maldito de la diosa Amuth, el inesperado regreso de Ra mediante la presencia física de una joven chica de mi misma edad, así como muchas otras catástrofes, pero lo que me causaba mayor intriga por encima de todo lo que podía ser testigo entre mis constantes delirios era el hecho de extrañar con fuerza a Víctor, un hombre que me hizo la vida miserable hasta el final de mi estadía como becaria en aquella casa por más absurdo que esto sonara.

—¿Pero qué? ¡NO! ¿Amuth? ¿Ra?¿Roberth Frobisher Smythe? ¡Oh no!, debo estar en una pesadilla, ¿Cómo sucedió todo esto? ¡Imposible!

—¡Shh! ¿Podrías callarte un minuto?, algunos queremos conversar con hadas y sus oídos son muy sensibles ante tus gritos. —habló de pronto una chica interna que se encontraba a mi lado con una mueca de disgusto mientras acariciaba y besaba las paredes.

—¡Oh por Dios!, ahora lo entiendo todo, ¡El Señor Frobisher estuvo con vida todo este tiempo y Eddie me necesita ahora más que nunca!, sí, ¡tengo que volver a Inglaterra! —exclamé mientras mi confundida mente se abría a extraños momentos dentro de la Casa de Anubis, pero para mi infortunio aún estaba en medio de un frío psiquiátrico y entre los dementes del hospital era normal hablar con personas irreales a nuestro alrededor, o en mi caso antiguos dioses egipcios que volvieron por venganza así como hombres y mujeres de cien años de longevidad solo por un maldito frasco con elíxir incompleto dentro de tenebrosas sociedades secretas.

—¡Ashh!, Susanne, compañera, ¡Aplícale una dosis extra de la medicina en suero directo a Nina Martin, ¡ah!, eso sí, asegúrate de que sea la jeringa más larga y puntiaguda que tengas, pues a esta chiquilla se le debe aplicar mano dura tal como nos dijo su abuela porque la pobrecilla está loca al igual que su fallecida madre. —aseguró una de las tantas enfermeras a mi cargo con un tono de voz tedioso, pues con toda la intención de lastimarme se colocó unos guantes de goma color azul mientras masticaba chicle como una vaca frente a mi, ya que, de manera brusca y forzosa me tomó del brazo para sedarme al según ellas comportarme peor que todos los otros enfermos de ese lugar.

—¡No! ¡Deténgase! ¡Tengan compasión!, se los ruego, ¡Ayúdenme a salir de aquí! ¡El mundo está en grave peligro sin mí!, vamos, ¡escuchen!, la diosa Amuth y el dios Ra volverán del inframundo y destruirán lo que hoy en día conocemos, por eso yo debo evitarlo porque soy la verdadera Elegida por Anubis al nacer un séptimo día a la real séptima hora, ¡AHHH! ¡suéltenme por favor!, yo no estoy loca, de hecho jamás lo he estado, solo fue una horrible confusión que tiene su debida explicación, ¡lo juro!

—Sí ajá, y yo soy la Princesa Diana de Gales porque reviví de la muerte y vengo por venganza hacia mis asesinos, ¡uff!, niña, ¡qué insoportable eres, eh!, pero tranquila, con estas medicinas vas a dejar de alucinar esas idioteces.

—¿Qué? ¡No!, esperen, ¡Yo no estoy loca! ¡de verdad soy la Elegida por Anubis y debo volver a mi casa! ¡no! ¡AHHH!

Y de esa manera tan inhumana fue como realmente no logré llegar a prevenir tantas desgracias en la Casa de Anubis al momento en que más me necesitaban, como la encarcelación de las almas de mis amigos, maestros y conocidos en sarcófagos egipcios debido al retorno de la diosa Ammut, el despertar malvado de Roberth Frobisher Smythe gracias al eclipse que fue planeado a costillas de los chicos, la venganza del dios Ra en una chica de más cien años de edad y la lamentable pérdida de los poderes de Eddie, por eso, conforme avanzó el tiempo estando encerrada en aquella espantosa tortura, me catalogué a mí misma como una más de las tantas enfermas que jamás tuvieron apoyo o compasión alguna por nadie.

...

Después de los dos planeados años que viví en aquella prisión involuntaria, finalmente mi abuela Evelin se dignó a regresar por mí al estar completamente segura de que ya no tendría más visiones con respecto a mis supuestos poderes como la Elegida y con gran alegría e hipocresía mientras se encontraba algo pálida, decidió darme de alta de ese lugar debido a la conclusión exitosa de mi largo tratamiento psiquiátrico aunque me obligó a odiar ese hospital y a mí misma para siempre por culpa de lo vivido en aquella injusta jaula médica porque sabía que por mi cobardía muchísimas cosas habían sucedido en el mundo debido a mi desafortunada ausencia para apoyarlos a todos.

Sin embargo, algunos días después de que regresé del psiquiátrico a modo de justicia divina, a la pobre de mi abuela no le quedaban muchos meses de vida, pues cinco semanas atrás le habían diagnosticado metástasis pulmonar irreversible y ya no había ningún tratamiento posible que pudiera frenar la enfermedad, ya que, aunque habían altas posibilidades de curarse, ella misma se negó a recibir medicamentos cuando aún estaba a tiempo de salvarse solo por su maldita y extraña obstinación de querer verme sufrir por no poder regresar a Inglaterra con mis amigos, maestros, y deberes estudiantiles para ser una mejor profesional.

Ahora era yo quien estaba algo confundida por culpa del tratamiento psiquiátrico y el espantoso encierro al que se me mantuvo sometida bajo amenazas durante una temporada que pareció eterna, pues nuevamente debía de cuidar a mi esquelética abuela hasta que ella falleciera y yo me quedara sola en la vida porque su salud decaía con fuerza cada día más, por eso me preocupaba el hecho de saber que muy pronto me convertiría en una húerfana a corta edad al ver cómo el último miembro de mi desafortunada familia estaba por morir ante mis ojos y yo no podía hacer nada para evitar ese irremediable hecho natural.

Además, debo añadir que a pesar de haber estado prisionera injustamente en el psiquiátrico aún después de casi un año continuaba teniendo visiones muy extrañas que me asustaban demasiado, pero hubo una en especial que me llamó muchísimo la atención hasta el grado de erizarme la piel completamente debido a su inminente parecido con alguien que ya había conocido antes en mi vida pasada, no obstante, la olvidé.

Aquella persona se trababa de una extraña mujer de alta estatura, como de cuarenta años, contextura delgada, cabello largo color dorado, ojos verdes y una mirada diabólica, la cual, había despertado de un viaje del inframundo gracias a un ritual de sangre que realizó un estudiante perteneciente a la Casa de Isis justo en el Atalaya para poder liberarla luego de que Ammut se la llevara como castigo a su avaricia, pero por el momento eso fue irrelevante para mi hasta que días después de mi retorno a la Casa de Anubis me di cuenta de su intensa y retorcida sed de venganza así como de nuestra cercana conexión.

Y sí, además de eso tan extraño mi vida no fue de color de rosa después de mimar a mi abuela, pues luego de aproximadamente quince días de cuidarla con todo el amor del mundo como merecía, una tarde lluviosa me pidió ir en búsqueda de su bombilla inhaladora para así poder respirar un poco mejor debido a su grave insuficiencia pulmonar y como pensaba que estaba siendo una buena nieta por ayudarla al principio no me dio importancia una arrugada carta que estaba justo en el cajón de su coqueta principal hasta que noté algo descabellador en aquel trozo de papel que me dejó helada debido a la fuerte impresión que significaba.

Evidentemente, después de ver semejante cosa, me fue imposible continuar con la gran y absurda farsa que rodeó mi vida durante tantos años de mentiras, recuerdos falsos, victimización, manipulaciones emocionales, pesadillas e injustos encierros que mi propia abuela estaba haciendo a mis espaldas mientras yo era tratada como esquizofrénica, por eso, mi mente se nubló ante aquella bestialidad y no pude volver a tratar con cariño, devoción o respeto a quien pensaba que nunca me haría daño en la vida.

...

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top