《 52 》

23 de Febrero. 

En el cumpleaños de Harry, e incluso en el mío, había estado todo tan tranquilo que habíamos podido festejar con nuestras familias. Ahora el tenía veinticuatro y yo veintiuno, habíamos salido al día siguiente nosotros solos a festejar que ya era mayor de edad. 

Y cuando llegamos al restaurante yo estaba muy feliz con lo que había visto. Una enorme pantalla en un edificio de en frente, estaba pasando algunas de las fotos que le había tomado hace unas semanas a una modelo Rusa para la revista. Harry me felicitó y me dio un fuerte abrazo, él estaba muy orgulloso de mí.

Después de unas semanas, la emoción que estaba sintiendo no era normal. Sentía que podría desmayarme de tanta euforia. 

Aparte de las sesiones que hacía para la revista famosa en la que trabajaba, también estaban otras sesiones en algunos periódicos, en anuncios publicitarios. Por todas partes.

Estaba conociendo tantos modelos, tanto masculinos como femeninos, y personas de suma importancia. 

¡Incluso un publicitario de New York Times me había llamado para ver si podía apreciar algunos de mis trabajos y hacerme una entrevista!

En tan solo tres meses había tantas personas contactándome para trabajar para ellos. Se sentía irreal. Trabajar en la revista que me dio la oportunidad de empezar a aplicar mi carrera, me había abierto tantas puertas que nunca podría agradecérselo.

Ahora mismo estaba en una junta para las nuevas ideas que tenía la señorita Kulkov. Todos en la sala la estimaban, incluso Gisela. Era una directora en jefe magnifica.

Mi teléfono comenzó a vibrar, pero no podía contestar, así que simplemente lo ignoré. Luego escuché el sonido de una notificación, tenía un mensaje. Lo saqué discretamente de mi bolsillo y lo leí.

"Quiero tomarte mientras me arañas la espalda y te agarro del cabello, H."

¿Qué? 

"Lo siento, fue el auto corrector, lo que quise decir era: Voy a llegar un poco tarde a casa, tengo una reunión para la contratación de nuevo personal. Te amo. -H xx."

Sacudí mi cabeza sonriendo. Yo iba llegar temprano porque hoy no tenía sesiones y la señorita Kulkov nos había dado el día de descanso. Hoy no sería un día largo para mí, pero sí para Harry. Al igual que yo, tenía más trabajo cada día.

 — Espero que todos puedan aportar ahora sus ideas, me estoy haciendo vieja y creo que mi creatividad también— Rió mi jefa.

  — Oh claro que no señorita— Le dijo Eloy— Usted luce cada día más radiante.

— No te daré un aumento por eso Eloy— Dijo ella y él rió— Pero gracias— Y después se volvió hacia todos— Cada primer día del mes, van a colocar en un sobre sus ideas y lo van a depositar en ese buzón— Dijo señalando una caja en la esquina de la sala—Es obligatorio, espero que sus jóvenes mentes tengan muchas ideas, usaremos varias, pero la mejor sera premiada... aún no sé con qué, pero lo será. Ahora todos pueden retirarse.

Salí despidiéndome de todos y fui hacia una cafetería, compré un chocolate caliente y un pan dulce, ya que no me gustaba el café. 

Mientras estaba sentada admirando la ciudad por la ventana, pensé en ir al supermercado para comprar algunos ingredientes y prepararle una rica cena a Harry. Seguramente llegaría muy cansado. Y estresado con las pacientes de la tercera edad que nunca le entendían e iban sin tener citas.

Cuando estaba a punto de levantarme, un señor alto de piel oscura y de traje me sonrió, él tendría un poco más de cincuenta años.

  — ¿Es usted Nereida Keaton? — Preguntó el hombre, lucía amable— Tal vez se pregunte quién soy, mi nombre es Nelson Smith, soy un agente publicitario, y no es por presumirlo o algo así, pero soy muy reconocido.

Fruncí el ceño, había escuchado su nombre en algún lado pero no recordaba algo sobre él. Entonces la realidad invadió mi mente.

  — ¡Usted es el hombre que ha ayudado a varias personas a fundar sus revistas!— Dije emocionada y después me calmé un poco— Lo siento, es muy raro que una persona como usted conozca mi nombre. 

— Exacto— El  sonrió, sus dientes eran muy blancos— He visto tu trabajo, un amigo mío me lo ha mostrado, y déjame decirte que es magnifico.

  — Oh muchas gracias, no sabe lo que significa viniendo  de usted— Le contesté.

  — Bueno, ¿tienes prisa? quisiera habar contigo— Dijo.

— No, en realidad iba a ir al supermercado pero no llevo prisa— Le respondí.

Me senté de nuevo y él hizo lo mismo poniendo su café sobre la mesa. 

— Primero, es un honor estar sentado contigo, ¡todo una celebridad joven!— Dijo— Tu trabajo está por todos lados.

  — Oh yo no creo que sea una celebridad— Reí.

— Lo que quiero hablar aquí es muy serio— Dijo señalándome con su dedo índice— Quisiera proponerte algo.

  — Pues... adelante— Sonreí nerviosa.

— Eloy me ha dicho que te desempeñas excelente en tu trabajo, y me sorprendí cuando me contó que solo tienes tres meses de experiencia ¡una recién graduada!— Exclamó y sonreí.

— ¿Conoce a Eloy?

— ¡Es mi sobrino!— Dijo— Por parte de mi esposa— Aclaró.

— ¡Dios! él jamás me había contado algo así.

Él sonrió asintiendo.

— El punto es que, como sabes he ayudado a muchas personas a cumplir su sueño de fundar una revista... y al ver tu trabajo me pregunté, ¿tú tendrías ese sueño?

Abrí la boca sorprendida. ¿Me iba a proponer lo que creía?

— Yo... bueno yo... mi papá trabaja para una revista enorme, y yo siempre soñé trabajar en una así, una vez pensé que podría fundar alguna, pero jamás pensé que eso fuera a ser posible.

— Bueno, en este mundo hay que ser grandes soñadores Nereida— Dijo— ¿Te gustaría trabajar con algunos  de mis colegas? No tienes que dejar tu trabajo en la revista— Aclaró— Y según como yo vea, si de verdad sirves para grandes metas, te ayudaré.

  — ¡Estoy dispuesta a trabajar mucho por ello!— Le respondí a punto de llorar de la emoción.

— Lo mismo dijo Kulkov cuando le propuse ayudarla— Sonrió.

¡Él había ayudado a mi jefa a crear su revista!

***

 Fui al supermercado más que emocionada, estaba comprando muchas cosas para la despensa, Harry seguramente me daría un sermón sobre que él se encargaba de comprar todo siempre. Pero yo ganaba dinero, podía aportar también.

Compré los ingredientes para hacer lasaña y una botella pequeña de vino tinto. Justo cuando me volteé para tomar un poco de verdura, escuché unas voces muy conocidas. Me giré lentamente para ver a dos hombres altos charlando sobre cuál era el pasillo de los vinos. 

Eran Louis y Niall. Casi había pasado un año desde que había perdido el contacto con ellos. Me sorprendió verlos juntos. Después de todo ambos se habían graduado de Derecho, y tal vez trabajaban juntos.

  — Te dije que ya lo pasamos—   Le dijo Niall a su compañero.

  — Te digo que está más adelante— Le respondió Louis.

— De hecho es el pasillo que sigue— Les dije a sus espaldas.

Los dos voltearon extrañados por escuchar que alguien les hablaba. Después sonrieron al ver que era yo.

— ¡Nere!— Exclamaron los dos y cada uno me dio un abrazo.

Había pasado tanto tiempo. Charlamos un poco, Niall me contó que estaba comprometido y que le iba muy bien en su trabajo. Louis tenía novia y me confirmó lo que sospechaba, ambos eran compañeros de trabajo, que fue donde se hicieron amigos. Y también le iba muy bien.

Me felicitaron por mi trabajo. Louis dijo que su novia compraba la revista en la que yo trabajaba, y que había visto mi nombre ahí. Después de un rato ambos me pasaron sus números para salir después a algún café. Luego fui a pagar todo y fui a casa. O al departamento de Harry que él llamaba, nuestra casa.

***

Justo cuando saqué la lasaña del horno, escuché como Harry cerraba la puerta y se tiraba en el sofá quejándose de que los zapatos le apretaban y de que no habían podido poner agua en la reunión.

Su cabeza estaba sobre uno de los brazos del sillón, yo lo vi por arriba y me acerqué a darle un pequeño beso.

  — Veo que estás muy cansado— Le dije— ¿Quieres cenar? Después tomamos una ducha y vamos a dormir.

Él sonrió.

  — Te amo tanto— Murmuró y sonreí, sus ojos se encontraban muy rojos por el sueño que tenía.

— Yo te amo a ti— Le respondí dándole otro pequeño beso— Hice lasaña— Le dije caminando hacia la cocina. Él gruñó.

— Te amo todavía más— Dijo y reí.

Caminó hacia donde yo estaba y le quité la corbata. Él ronroneó.

— Ya te vi, acomodándole el cuello de la camisa a nuestros hijos cuando vayan a la escuela— Susurró y sonreí.

— Ándale, vamos a comer, me das un masaje en los pies en la ducha y yo te doy una en la espalda antes de que durmamos.

  — Me encanta la idea— Respondió.

***

Me lleno de cursilería aquí ahr. Parecen esposos recién casados.

Espero les haya gustado, muchas cosas sucedieron.

PREGUNTAS:

¿Cuál es el objeto más extraño en sus habitaciones?

Si pudieran ser un animal ¿cuál serían? Yo un búho.

¿Qué pidieron de Navidad? :3

!FELICES FIESTAS!

  — K. 



 










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