《 38 》
Capítulo decicado a XxLarayismandaxX ♥
6 de Junio.
—¿Puedes decirme por qué estamos aquí?—Me preguntó Harry molesto.
—Por que ayer que me prestaste tu boxer, vi que estaba roto y cuando tu te quitaste el pantalón, vi que el que tenías puesto también estaba roto —Le dije —Así que te traje aquí para comprarte un paquete.
—¿Es porque quieres ver a los hombres semidesnudos de los empaques de boxers? —Preguntó con el rostro fruncido—Seguro es por eso.
Celoso se veía adorable.
—¿Para qué quiero ver hombres semidesnudos si te tengo a ti?
Él rió. Luego andubo buscando ropa interior de su talla y después fuimos a la caja registradora a pagar. Yo se los pagué, le dije que era una forma de agradecimiento por haber comprado lo que yo necesitaba el día anterior.
Le había hablado a mi mamá por teléfono y le había dicho que dormiria en casa de Harry. Ella no me lo negó, era sábado, yo no iba a la universidad y él no trabajaba. Aparte le conté lo que Harry había hecho por mí. Y ella sabía que estando en esos días del mes, no podía hacer nada junto a Harry, tal vez por eso no puso ningún pero.
—Bien, gracias por obligarme a venir y comprarmelos, de verdad necesitaba unos nuevos —Me dijo mientras caminabamos por el centro comercial, me dio un beso en la cien y me tomó de la mano.
Un sonido muy fuerte se escuchó fuera, estaba lloviendo fuerte y se podían apreciar muchos rayos, y por consecuencia los truenos.
—Es mejor que vayamos rápido a tu departamento —Le dije y él asintió, estabamos en el quinto piso del centro comercial.
Caminamos hasta el elevador, y justo cuando le piqué al botón para que viniera a nuestro piso, Harry me jaló y sacudió la cabeza.
—Iremos por las escaleras —Dijo.
—Pero son cinco pisos, muchas escaleras —Le dije —No te preocupes, no me da miedo si tu vas conmigo, como en tu trabajo.
—Pero está lloviendo, la electricidad puede...
—Vamos Harry —Lo jale cuando el elevador llegó y las puertas se abrieron.
—Nereida, entiendelo.
Pero ya estabamos adentro del elevador y yo lo estaba ignorando. Cuando las puertas se cerraron el hizo una expresión de molestia.
—Vamos Harry, no es como si nos fueramos a quedar encerrados, aquí tienen planta de luz propia—Le dije.
Pero entonces cuando ibamos por el tercer piso, la luz se apagó y el elevador se detuvo. Sólo había iluminación por la luz de fuera, ya que el elevador tenía una ventana de cristal que daba hacia afuera.
—Virgen purísima — Susurre para después gritar —¡El elevador se detuvo, Harry!
—Maldita sea, Nereida, te lo dije —Dijo él sacando su celular —Sin señal.
—Vamos a morir —Grité.
Tal vez estaba exagerando, pero soy claustrofóbica y en el momento sentía que todo se venía encima.
—No seas exagerada —Dijo Harry tomando el teléfono de emergencia del elevador, gruñó al ver que este tampoco servía, se giró y me miró acusadoramente— A ver si es cierto que van a poner su planta de luz.
Yo ya estaba sentada en el suelo con las manos en mi cabeza, tratando de pensar pero no obtenía nada.
—No eres de gran ayuda ahí tirada en el suelo ¿sabes? —Me dijo — Puta madre, te dije que no, pero tu y tu perezoso e inmaduro trasero no quisieron escucharme, a los diecisiete trabajaba en un centro comercial y cuando había tormenta no se usaban los elevadores aunque estuvieran en funcionamiento, ¡y es que es obvio que no se deben usar!
—Lo siento, lo siento —Balbucee mirando todo el suelo y las paredes, tratando de no llorar, el aire comenzaba a faltarme.
Mi mente viajó a la vez en que me quedé encerrada en el armario jugando a las escondidas, cuando tenía siete años. Me estaba pasando lo mismo, estaba teniendo un ataque de pánico. La claustrofobia me estaba abrumando.
Las paredes se estaban encogiendo y yo me estaba haciendo más pequeña, podía escuchar a Harry aún enojado. El calor de la calefacción estaba comenzando a desaparecer para dar paso al frío.
—Y ahora vamos a tener que esperar a que alguien se de cuenta de que estamos aquí, ojalá que sea pronto, no tengo todo el día —Dijo obviamente molesto.
Lo único que yo podía ver eran sus pies moviéndose de un lado a otro en el pequeño espacio. Yo estaba comenzando a temblar y di un salto del susto al escuchar un fuerte trueno afuera. Tal vez esto no era para alarmarse, alguien se daría cuenta tarde o temprano que estabamos aquí. Pero yo con esa fobia a los espacios pequeños y obscuros, esto era demasiado para mí.
—No sé porque me dejé que me llevaras hasta aquí, ahorita estaríamos en la carretera de camino a mi casa, charlando alegremente pero no, tu y tus humos tenían que ganar, todo por no querer bajar escaleras —Dijo él comenzando a balbucear en un tono muy alto, casi gritando.
Todo lo que yo quería era silencio y aire fresco, me estaba abrumando demasiado.
—Puede que cinco estupidos pisos sea mucho para ti, pero te digo que era mejor bajarlos a estar encerrados aquí, y sin calefacción —Luego me miró —No sé por... ¿Nereida? ¿cariño, estás bien? Mi vida ¿qué te pasa? ¡santo cielo, estás temblando!
Él se sentó a mi lado y me tomó en sus brazos lentamente, me tenía cargada encima de él, como cuando cargas a un bebé para que erupte cuando acaba de tomar su leche, me tenía sentada en sus piernas. Y me abrazaba fuerte tocando mi cabello delicadamente.
—No tienes nada de que preocuparte cielo, no nos vamos a quedar aquí para siempre, alguien tiene que venir muy pronto, seguro están checando todos los elevadores— Me dijo al oído — No voy a dejar que te pase nada, mientras esté aquí contigo te voy a tener así, no me voy a separar de ti, cariño dime algo, no quiero que te desmayes, respira profundo, eso va a ayudarte.
—Lo si-iento, Harry —Murmure contra su pecho —Ocasio-one tu enojo y est-to por algo tont-to.
—No cariño, no tienes que disculparte por nada, no tienes la culpa de nada, preciosa —Dijo abrazandome más fuerte —Estás bien, sólo no vayas a desmayarte ¿sí?
Asentí débilmente. Esto estaba siendo mucho para mí, si yo no fuera así, si fuera otra persona, seguramente estaríamos buscando una forma de salir, o simplemente habría hecho caso y bajado por las escaleras, pero era yo, y yo nunca hacía caso.
—Voy a meter la mano en el bolsillo de tu pantalón — Dijo Harry suavemente —Voy a sacar tu celular.
Hizo lo que dijo y luego habló bajo diciendo que no tenía señal.
—Santo cielo, ¿a qué hora piensan prender la planta de luz? —Se preguntó a sí mismo.
Respirar profundo me estaba ayudando pero aún así todo me daba vueltas, y hacía mucho frío, ni siquiera Harry con su calor corporal podía mantenerme caliente.
Yo no había cargado con una chamarra ayer cuando salí de mi casa. Cuando bajamos del auto para entrar al centro comercial no hacía mucho frío, pero aún así Harry había traído dos de sus chaquetas por si bajaba la temperatura, pero no las habíamos traído con nosotros.
Sentí cómo él comenzó a temblar a causa d frío también, y me sentí muy culpable. Porque él no merecía estar atrapado aquí con frío, con una chica inmadura que no quiso bajar por las escaleras.
—Nereida, por favor no vayas a desmayarte, sigue respirando profundo.
Mi cabeza comenzó a dolerme. Y ahora los dos estabamos temblando.
—Bebé, cierra los ojos, pero quédate conmigo, tal vez tu mente hace que veas todo como si el mundo fuera a acabarse, pero la realidad es muy diferente, no tienes que preocuparte, no estamos en peligro de nada, no nos va a ocurrir nada cómo lo que tu mente hace que pienses —Dijo y cerré los ojos, su voz me tranquilizaba —Estás demasiado debil, Nereida no pasa nada, por favor no te pongas así, cariño, me pones de nervios.
Y entonces escuché sus sollozos.
¿Por qué estaba él llorando?
Yo no quería que él llorara, me dio mucho sentimiento que él lo hiciera, así que comencé a llorar también, él subía y bajaba su mano en mi espalda aún abrazandome.
—No, no llores tú cielo, imagina que estamos jugando a siete minutos en el cielo, ¿podemos jugar a eso? vamos cariño, juguemos, no llores —Dijo y levantó mi barbilla para mirarme.
Sus ojos cristalinos estaban apagados, no entendía por qué lloraba, era verdad que no estaba pasando nada malo, sólo nos habíamos quedado encerrados, pero yo lo veía como algo muy malo debido a mi miedo. ¿Por qué el estaba llorando?
Me tomó por las mejillas y me dio un suave beso. Luego besó cada una de las lágrimas que estaban en mi rostro. Eso no debía ser lindo para él, las lágrimas son saladas, pero era un gesto lindo para mí.
Y luché con todas mis fuerzas para imaginar que estabamos en un armario jugando a siete minutos en el cielo. Y entonces le regresé el beso tratando de demostrarle que estaba bien, y que agradecía que estuviera tratando de calmarme.
Y cuando se separó de mí para seguir abrazandome aún sentía cómo temblaba, y me sentí como en Titanic. Pero esto no era una catástrofe, simplemente estabamos encerrados en un elevador, no había nada de malo quitando el frío, pero mi mente no me dejaba tranquilizarme.
Y entonces abrí los ojos y sentí como si las paredes del elevador se estuvieran cerrando para aplastarme. Y sentí como Harry me abrazaba más fuerte y hablaba a lo lejos. Pero luego, ya no escuché ni sentí nada.
***
El cuerpo de Nereida se hizo más pesado encima de mí. Y fue cuando me di cuenta que se había desmayado. Y entonces el pánico quiso entrar en mi pero antes de hacer nada, me tranquilize, porque no sería se ayuda a Nereida en estado de pánico.
—Nereida, despierta —Le dije —Puedo contarte chistes para entretenerte, o puedo hacerte el amor, las cámaras no sirven.
Me di una bofetada, literalmente, porque ella estaba inconsciente y lo que yo había dicho no era lo más propio para la situación.
—Vamos mi vida, despierta...
***
—Harry, oye ¿estás dormido? —Escuché la voz de Nereida a lejos.
Nereida estaba aún encima de mi y tenía la cara como si hubiera estado dormida mucho rato. Que idiota soy, estaba desmayada.
—¡Mi vida! —Le dije abrazandola —¿Acabas de despertar? —Preguntó y ella asintió —Gracias al cielo, te habías desmayado y yo me quedé dormido, ¿qué hora es? aún estamos aquí.
Tomé el bote de agua que traiamos con nosotros y le di un poco, ella necesitaba comer algo urgentemente. Luego tomé el.celular, teníamos una hora y diez minutos desde que nos quedamos encerrados.
—Son las siete y media —Le dije, y seguía haciendo mucho frío.
—No puedo creer que me haya desmayado, yo ahora no me siento bien, pero no tengo más miedo —Dijo contra mi pecho.
—Estoy seguro de que no deben tardar en...
—¿Hay alguien ahí? —Se escuchó desde afuera junto a tres golpes en la puerta del asensor.
Santa virgen madre de todos los que se quedan atrapados en elevadores.
—¿Escuchaste eso, Harry?
—Santo cielo, sí — Le dije y luego me levanté del suelo dejándola a ella sentada con cuidado —¡Estamos aquí adentro!
—Señor, ahora mismo vamos a abrir las puertas de asensor, así que retroceda, la planta de luz se quemó por sobrecarga y hemos tratado de buscar una forma de abrir las puertas, ya sacamos a ocho personas de otros elevadores, vamos a sacar a los que estén ahí también.
—Sólo somos yo y mi novia —Grité.
—Bien, ustedes dos saldrán en um santiamén.
Me hubiera gustado oír eso hace más de una hora.
Me hize hacia atrás y abraze a Nereida de nuevo, un metal grueso entro por en medio de las dos puertas y luego escuché como varias personas hablaban y ejercían fuerza sobre el metal. Una de las puertas comenzó a abrirse seguida de la otra. Poco a poco las puertas se abrieron completamente hasta abrir paso.
Dos hombres de protección civil entraron y nos ayudaron, nos preguntaron que era lo que habíamos sentido estando ahi dentro. Le dieron unas pastillas a Nereida. Aunque yo no me desmaye también me las dieron.
Luego el gerente del centro comercial fue hasta nosotros y nos pidió miles de disculpas, nos dieron un sándwich de jamón y tocino y un jugo de naranja para calmarnos. Sobre todo para calmar a mi novia.
Y cuando el gerente estuvo a punto de irse lo llamé.
—Disculpe, pero quiero saber por qué tardaron tanto en sacarnos de ahí.
—La planta de luz se quemó porque recibió una sobrecarga, no podiamos hacer nada y la luz pública aún no vuelve.
—Es estúpido que una planta de luz se queme por sobrecarga —Le dije elevando la voz—Se supone que está para casos como estos, o es qué piensan que nunca va a ocurrir.
—Señor tranquilizese...
—No me voy a tranquilizar, mi novia sufrió un ataque de pánico, es claustrofóbica, ella no tenía que pasar por eso —Le dije volteando a ver a Nereida, ella aún temblaba por el frío mientras comía de su sándwich con la vista perdida.
—Bueno, tampoco es como si hubieramos provocado eso señor, no teníamos control sobre ello, y es por obvias razones que en las tormentas no se debe usar un elevador.
—¿Nos está culpando?
Aunque era verdad, él no debía tener el descaro de decir eso.
—No señor, como clientes nuestros queremos que tengan la mejor experiencia en el centro comercial pero...
—¡Pero nada! —Grité — Es increíble que no puedan manejar de manera correcta esta situación.
—Si me disculpa tengo que atender a otros clientes que también sufrieron lo mismo que usted y su novia.
—¿Atender? Ja, eso es algo tan gracioso aue me dan ganas de darle un puñetazo pero mi moral no me lo permite, ¿qué va a atender? si a nosotros no nos atendió nada.
—Se les dio atención médica y un refrigerio.
—Eso nos lo dio protección civil, no su centro comercial, pero aún así será mejor que si vaya a atender como usted dice a su otros clientes, que no quiero romper mi moral justo aquí y con alguien mayor.
Y el tipo se dio la vuelta descaradamente y se fue. Ojalá le caiga un rayo.
***
Nereida ya estaba tranquila, nuestroa estómagos estaban llenos y le habíamos dado las gracias a protección civil.
—Señor, aquí están sus pertenencias —Dijo uno de los paramédicos y me entregó la bosl donde tenía mis boxers y la botella de agua. También nos entregaron el celular de Nereida que estaba en el suelo del asensor.
—¿Podemos ir a casa? ¿ella está bien? —Le pregunté al hombre.
—Ella está bien, ya pueden ir a casa —Afirmó él.
Le agradecí de nuevo y luego tomé de la mano a Nereida y caminamos aún en el obscuro centeo comercial hasta mi auto. Le di una de mis chaquetas y yo me puse la otra.
—¿Te sientes bien, cielo? —Le pregunté y ella sólo asintió —¿Qué pasa?
—Lo siento mucho, de verdad, nada de eso hubiera pasado, todo por mi culpa.
—No fue tu culpa, preciosa —Le dije, aunque en parte sí lo era, pero no le diría eso.
—Sí lo fue.
—Ya pasó, ya estamos en el auto e iremos a mi departamento a ver una película acurrucados en mi cama, con un pan dulce y chocolate caliente ¿te parece eso? —Pregunté y ella me dio una genuina sonrisa y asintió.
—¿Podemos llegar rápido? Necesito cambiarme de... ya sabes.
—Claro que sí, princesa.
—¿Y podemos ver La propuesta? esa donde sale Sandra Bullock.
—Claro que sí — Le dije y me dio otra sonrisa, le di una última mirada antes de poner en marcha el coche, ella era tan tierna y hermosa.
Y al verla ahí, tan vulnerable, y a salvo sin temor por su fobia, me di cuenta cuánto me preocupaba que ella estuviera bien. Y sentí algo en mi interior.
— ¿Sabes, Nereida? —Le dije llamamdo su atención —Me estoy enamorando de ti.
***
NOTA: #MisFeelsAlMaximo.
¿qué opinan de éste capítulo? ¿Sí les gustó? ¡denme su opinión!
¡Saludos Mica! JAJAJAJ. Por el concepto del elevador 7u7.
¡capítulo laaaargo! Voten please ♥
Subí más pronto de lo normal y trataré de subir pronto de nuevo.
L@s adoro!
-K. xx.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top