《 12 》
Estaba tan cómoda durmiendo en la calidez de mi cama cuando un jodido ruido me despertó. Era mi celular. Antes de ver porqué vibraba, prendí la televisión en el canal de noticias y miré la temperatura. Estabamos a menos tres grados centígrados y eran las 12:15 del medio día.
¿ESTABAMOS A MENOS TRES GRADOS CENTÍGRADOS?.
¿YA ERAN LAS 12:15?
Mi cuerpo psicológicamente hizo que me diera frío y me dio pereza levantarme por mi celular. Estaba simplemente en un short y una camisa, sí una camisa. Me preparé mentalmente para después saltar de la cama y tocar la madera del piso fría, me acerqué a mi escritorio y tomé mi celular, luego di un triple mortal y caí en mi cama cobijada.
O al menos eso hubiera hecho si fuera una gimnasta profesional o si fuera una película.
Lo que enrealidad pasó fue que al tocar el piso y sentir el frío me recorrió un escalofrío completamente, luego a mitad del camino el pie se me atascó en una cobija que estaba en el suelo y me caí pero finalmente me levanté y tomé mi celular para después ir corriendo de nuevo de puntitas a mi cama y cobijarme lo más rápido que pude.
Miré la pantalla y un número desconocido aparecía en ella. Arrugue la nariz y contesté tratando de que mi voz no sonara ronca por el hecho de que me acababa de despertar a las doce y cuarto. Ahora eran las doce veinte.
—¿Hola? —Dije.
—Hey Nereida.
Levanté una ceja.
—¿Quién habla? —Pregunté.
—Daah, soy Harry.
—¿Qué demonios? ¿Cómo conseguiste mi número? —Pregunté — No recuerdo habertelo dado.
—Tu me lo diste.
—¿En que momento hize eso?
—Antes de conocernos te molesté hasta que me lo diste, pero no importa, sólo te quería decir que a qué hora nos vemos, o dónde.
—Harry, estamos a menos tres grados.
—¿Qué?
—La temperatura, estamos a menos tres grados.
—¿Y eso qué?
—Pues hace mucho frío, ¿qué no fuiste al kinder? —Pregunté
—¿Qué tiene que ver el kinder?
—Ahí te enseñan cuando hace frío y calor.
—Si te da frío yo puedo calentarte. —Dijo
—Idiota —Dije pero reí.
—Bueno, ¿entonces qué?
—Bien, nos veremos en una hora y media en mi casa, pero...
—Oh, ¿ya vas a chantajearme? —Preguntó— Típico de mujeres.
—Oh, en eso caso adiós Harry.
—¡NO! —Gritó — Está bien, pero ¿qué?
—Pero me vas a comprar un café y un burrito.
—¿Un burrito? —Preguntó —¿Hay restaurantes de comida mexicana aquí?
—Sí, no te preocupes por eso, yo dlse dónde queda, sólo preocupate por traer dinero suficiente para comprarlo.
—Deberías decirme que me preocupe por venir abrigado.
—Sí... no soy esa clase de chicas, me preocupa más la comida.
—Bueno, retomando el tema —Dijo —En tu casa en una hora y media, por un burrito y café, además llevo auto porque mi mamá no saldrá, así que me lo prestó
—Perfecto.
—No me lo tienes que decir, sé que soy perfecto.
—Sí claro, adiós.
—Adiós, amor —Dijo.
—Oh, callate.
Escuché su risa y después colgué. Pero un minuto después volvió a sonar. Y era Harry de nuevo.
—¿qué pasó? —Pregunté.
—¡ESTA NEVANDO!
—Au, casi me dejas sorda, ya lo sé.
En realidad no sabía, pero sí estabamos a menos tres grados era obvio.
—¡Es lo mejor del mundo! —Dijo
—Actuas como si nunca hubieras visto nevar.
—Sí, bueno —Dijo —He visto nevar miles de veces pero sigue siendo emocionante ¿sabes?, es muy bonito.
—Ahora actuas como niña.
—Me refería a que será bonito que vayamos a salir y está nevando, ¿no se te hace romántico?
¿Qué?
En primera, no vamos a "salir".
Y en segunda, ¿cómo que romántico?, la jodida nieve me llegaba a los tobillos congelandome los pies y él pensaba que era romántico.
—¿Romántico? en verdad, actuas como niña.
—Como sea, nos vemos a la 1:45.
—Bien, adiós.
Y colgué, pero un minuto después volvió a sonar. Ah como ching... contesté.
—¿Ahora que jodidos quieres?
—Oigame señorita esa no es forma de hablarle a tu madre —Dijo mi mamá.
—Oh, lo siento, pensé que eras... no importa ¿qué pasó?
—Entré al trabajo más temprano, no se si ya te has dado cuenta.
—Enrealidad no, acabo de despertar y no he salido de la habitación, ¿algo más?
—Te dejé la lista del super en el refrigerador, hazme el favor de ir a comprarla.
—Mamá, esta nevando.
Aunque saliera con Harry me daba flojera salir a comprar eso.
—Ayer me dijiste que le ibas a dar un "tour" a tu amigo, y sé que no lo han cancelado, así que ¿puedes ser buena hija y hacerle un favor a tu cansada madre que te dio la vida?
—Ay, ya que.
—¿Cómo que ya qué? —Preguntó —Cierra esa boca y mueve tu perezoso trasero de esa cama ahora.
—Sí mamá.
—Sé que aún estás acostada, ya levantate.
—Ya me levanté, estoy en la cocina.
—Nereida, a tu madre no la engañas, levantate.
Rodé los ojos y me levanté sintiendo el frío.
—Me iré a cambiar, te veo cuando salgas del trabajo.
—Sí cariño, abrigate bien, te amo.
—Yo a ti ma...má.
Cuando ya estaba vestida con unos jeans térmicos, dos sueteres, una chamarra y unas botas y totalmente cambiada, (con esome refiero a que ya no parecía un mapache por las ojaeras y que ya no tenía un nido en la cabeza por mi cabello esponjado), era la 1:30. Pensé en comer algo, pero Harry dijo (bueno, lo obligue) que me compraría comida, así que decidí esperar.
Mientras pensaba que lugares visitariamos, el timbre sonó sobresaltandome al mismo tiempo que me llegó un correo.
[email protected]:
Será mejor que abras la puerta ahora mismo porque me congelo. ¡Ya!
JÁ. ¿Quién le manda a salir?. Me levante y abrí la puerta. Harry, literalmente casi me empuja al entrar.
—Demonios, está helando, estoy completamente congelado — Dijo sacudiendose, me miró de pies a cabeza y sonrió —Creo que el frío se me pasó, ahora estoy caliente.
—Que asco, será mejor que te saqué de nuevo.
—Será mejor que los dos salgamos —Dijo.
Yo cogí las llaves y la lista del super y salimos corriendo hacia el auto de Harry. Una vez adentro lo miré.
—Primero vamos por lo que me prometiste y luego comenzamos.
—Enrealidad tu me chantaj...
—Tengo hambre, conduce.
Él rió y puso en marcha el auto.
—¿Hacia dónde está el restaurante?
—Hacia el parque de ayer, pero dos cuadras más allá, espero que esté abierto.
—¿Y si no lo está?
—Me llevas a un Starbucks, ese si está abierto.
—Okay.
—¿Sabes? Mi mamá está considerando denunciarte por pedófilo.
—¿Qué?
—Ya sabes, soy menor se edad y tu ya tienes veinte...
Él sonrió.
—Bueno, ya no podré comprarte burritos si me encarcelan.
—No no, le diré a mi mamá que ni lo piense, no te encarcelarán.
Para mi buena suerte, el restaurante mexicano estaba abierto, pedimos (más bien Harry pidió, porque lo obligué a que él se bajara del auto) dos cafés capuchinos y dos burritos. En total fueron veinte libras y al principio sí me incomodó que fuera tanto pero Harry insistió en que él dijo que lo pagaría y finalmente lo hizo, además yo llevaba solo cinco libras y una tarjeta de puntos de Wal-Mart.
Y me siguió dando vergüenza hacerle pagar pero cuando vi el burrito se me pasó y empeze a comerlo.
—Wow, en verdad tenías hambre.
—No he comido nada en todo el día.
El fruncio el ceño.
—¿No desayunaste? —Preguntó —¿Sabías que el desayuno es la comida más importante del día?
—Para mí todas las comidas son importantes —Dije pero él me ignoró.
—Dios, Nereida, te puedes desmayar.
Su tono era de amenaza, y estaba hablando como mi abuelita.
—Bueno, cambiando se tema...
—A la otra que no desayunes ni creas que saldrás de tu casa hasta que lo hagas.
Y él me seguía ignorando.
—Sí, como decía...
—Y si he aprendido algo en mis veinte años de vida, es que debes desayunar siempre.
—Harry...
—Una vez no desayuné y me desmayé en la escuela cuando estaba en la secundaria.
—¡HARRY!
Él finalmente se cayó y me miró de reojo porque iba manejando, nos dirigiamos al museo de arte del condado.
—¿Qué? —Preguntó.
Yo reí.
—Estabas hablando como mi mamá ¡o peor!
Él también rió después.
—Lo siento, sólo me preocupo.
Ay que tierno, ah si como no.
—Sigue derecho y no te detengas, tres semáforos más y llegamos, tal vez no te enseñe muchas cosas porque no vivo en el centro de la ciudad pero aquí en este pueblo también hay cosas bonitas. —Dije.
—Eso no importa —Dijo —Lo que importa es lo guapa que te ves.
—Sí claro.
—De verdad, te ves muy caliente, con solo verte se me quita el frío.
—Harry, ¿eres idiota o te haces? Ya callate.
—En realidad me hago el idiota porque soy muy inteligente.
—Tu te ves horrible —Dije.
—Nereida, ¿eres idiota o te haces? —Preguntó —Sabes que te mueres por mi.
Abrí mi boca ofendida.
—¿Me acabas de llamar idiota?
—Tu me lo dijiste primero. —Se defendió
Aunque el iba conduciendo y no me podía mirar, yo me acomodé en el asiento, volteandome de modo que él quedara en frente mío.
—¿Qué no sabes que cuando una mujer le dice idiota o imbécil a un hombre, no pasa nada? —Pregunté — Pero si un hombre se lo dice a una mujer, aunque sea de broma, está totalmente pendejo, ¿no sabías eso?
—Wow, que feminista.
—Eso no es feminista —Dije acomodandome a mi posición anterior.
—Como sea, ya pase dos semáforos.
—Bien, en el tercero das vuelta a la derecha y ahí está.
Yo pagué las entradas al museo porque solo costaban una libra cada una. Así que estuvimos viendo pinturas y esculturas, hasta que nos topamos con una no muy agradable que reflejaba sexo puro. De echo la pintura se llamaba "puro".
—Bueno, entiendo el mensaje —Dijo Harry— Pero no es lo mismo "sexo puro", que es lo que según quieren transmitir, a puro sexo, que es esta pintura.
—¿Y por qué diablos el hombre le toca ahí abajo? —Le pregunté —Eso es insano.
Harry me miró y elevó las cejas repetidamente.
—Asqueroso —Le dije y él rió.
Después le enseñé el cine, que tenía un estilo antiguo. Mi plan no era entrar, sólo era mostrarle dónde estaba, pero él insistió y también al pagar las entradas, yo me tenía que sacrificar. Vimos una comedia en 3D. La risa de Harry sonaba a mi lado cada dos minutos y la verdad, aunque me cueste y odie admitirlo, era un sonido melodioso. Y su sonrisa es muy bonita, así que no me privé de verlo sonreír. Él también volteaba de vez en cuando y yo hacía como si no me diera cuenta.
Al final de la película, los dos volteamos a vernos al mismo tiempo y Harry miró mis labios, y yo miré los suyos y él se inclinó hacia mi pero yo me incliné hacia atrás sin que él se diera cuenta, pero entonces las luces de la sala se encendieron y yo me levanté diciendo que había estado muy divertida y él sólo asintió como enojado volteando a ver las luces como si las odiara en ese momento por encenderse.
Cuando salimos del cine ya eran las 5:30pm y el cielo estaba comenzando a oscurecer, aunque estaba nublado porque estaba nevando aún estaba oscureciendo más. Entonces pensé a que otro lugar podríamos ir y se me ocurrió algo.
—¿Te gusta leer? —Le pregunté.
—Sí, suelo leer seguido de todo.
—Entonces maneja toda esta calle hasta donde topa, dobla a la derecha y luego a la izquierda.
—¿A dónde vamos?
—Ya verás.
Diez minutos más tarde estabamos entrando a un lugar mágico, la biblioteca, a la enorme, de verdad gigante biblioteca del condado. Era tan enorme que podrían usarla como un Arca de Noe.
—Dios santo, esto es enorme.
—Es mi lugar favorito en el mundo — Le dije.
—Creo que se acaba de convertir en el mío también. —Dijo.
—¿No que tu lugar favorito era tu cama?
—Bueno, ahora los dos son mis lugares favoritos.
—Bien, sigueme.
—Oh, ya entiendo, ¿una fantasía sexual en la biblioteca?
—¡¿QUÉ?!
Escuché como una señora me dijo que bajara la voz y me miró mal.
—¿Qué? —Susurré de nuevo a Harry.
—Era broma, cariño.
Dios, yo obviamente también tenía un acento inglés, pero su acento era más hermoso aún. Y más cuando decía "cariño".
Le enseñe todo.
Desde el área infantil hasta el área de poesía y todo. Él estaba maravillado.
—Creo que me quedaré a vivir aquí — Dijo.
—Yo me mudo contigo —Contesté.
Salimos veinte minutos más tarde y ya estaba haciendo más frío, lo bueno era que no había una tormenta, ahora eran las 6:20pm. y mientras verificaba la hora mi celular sonó, era mi mamá.
—¿Hola?
—¿Ya fuiste al super?
—Oh claro mamá me estoy divirtiendo mucho en el paseo y vengo muy bien abrigada, gracias por preguntar.
Harry me miraba divertido mientras seguiamos estacionados afuera de la biblioteca.
—Por nada hija, ¿ya fuiste al super?
—No, de echo no.
—¿Y cuando piensas ir?
—Ahora le digo a Harry, cuidate.
—Pero...
Y colgué. Sí, probablemente tendría un regaño por eso pero ahora no importaba. Suspiré.
—¿Y? —Preguntó Harry curioso.
—¿Puedes llevarme al super, por favor?
—¿Tu madre te obligó?
—Prácticamente —Respondí.
Y fuimos al supermercado, más específica a Wal-Mart. Había tanta gente que me sofocaba. Demonios, faltaban dos semanas para navidad y una para salir de vacaciones de invierno, ¿no podían hacer sus compras más tarde?
Harry me ayudó a encontrar todo lo de la lista y fue increíblemente paciente empujando el carrito y esperarandome mientras yo buscaba las cosas. Cuando llegamos a la caja, el muchacho de tal vez veintitrés años que era el cajero me miró y sonrió descaradamente, cuando le entregué la tarjeta de puntos el cajero hizo una mueca.
—Lo siento muñeca, ya no tienes puntos, pero podemos arreglarlo de otra manera.
Que asco.
Harry se aclaró la garganta y dejó de apoyarse en el carrito, se acercó más a mi y sacó una tarjeta de su cartera.
—Toma mi amor, prueba con esta.
Mi amor. Mi amor. Mi amor. ¿Mi amor?.
—Pero Harry...
—No importa bebé, no iba a ocupar ese dinero. —Dijo Harry remarcando la palabra bebé y mirando fríamente al cajero. —Además cariño, sólo son puntos.
Okay, esto estaba poniéndose raro y había personas en la fila de la caja. Asentí y le di la tarjeta al cajero que miraba de mala manera a Harry. Pero él no se inmutó, lo que hizo fue acercarse más a mi y me abrazó por detrás apoyando su barbilla en mi cabeza, él me ganaba como por ocho centímetros.
Dios mío santo. El cajero miraba a Harry y a mí mientras cobraba las cosas y no dejaba de mirarnos, de pronto sentí una caricia en el cuello y al girarme vi a Harry dándole un beso a mi cuello.
OH DIOS SANTO.
MAMÁ, YA NO TENGO NECESIDAD DE PONERME MUCHOS SUÉTERES, HACE CALOR AQUÍ.
Pero luego regresé a la realidad, Harry aún estaba en mi cuello y mi temperatura estaba subiendo, pero no por excitación, era por enojo. Sé que tal vez lo hizo por lo del cajero pero creo que se estaba aprovechando de la situación.
Maldito. Sin duda le daría una patada en su entrepierna cuando salieramos, y yo estaba usando botas, sería más dolor para él.
El cajero ya casi terminaba con las cosas pero seguía dándole miradas duras a Harry.
—¿Qué me miras? —Le preguntó Harry —¿Te gusto?
Él cajero frunció el ceño y yo no sabía como reaccionar. Quería reír por lo que le dijo Harry, quería sonrojarme porque Harry estaba celoso, quería preocuparme por lo que estubiera pensando en cajero y quería huir de ahí o y también quería golpear a Harry.
—Harry... —Susurré incómoda.
Él dijo algo como un mmmm.
—Apartate —Le susurré.
Él dio un beso más en mi cuello y se apartó, pero aún tenía una de sus manos en mi cintura. Luego vi como me dio una sonrisa cómplice y descarada.
Será cabrón.
Cuando el cajero acabó y el paquetero envolvió todo y lo pusó en el carrito Harry asintió hacia la salida para después daerle una mirada más al cajero.
—Él está mirando tu trasero —Dijo —Será mejor que me distraigas si no quieres que lo golpee.
—Yo no te voy a distraer idiota, te aprovechaste de eso.
Él sonrió y miró de nuevo al cajero. Luego sentí un golpecito en mi retaguardia y me giré inmediatamente.
—Lo siento —Dijo Harry —Pero él ahora ya no te mira más.
—Ya no me hables imbécil.
—Bien, entonces te vas caminando cargando las bolsas mientras está nevando y yo ya me voy a mi cálido hotel.
Rodé los ojos.
—Vamos ya.
Una vez en el auto cuando subimos todas las cosas, miré a Harry antes de que arrancara.
—¿Sabes o no que te pasaste? — Pregunté.
Él suspiró.
—Sí, pero esque él te estaba comiendo con la mirada y yo no iba permitir eso porque soy el único que puede hacerlo.
Le di una mirada de sigues y te castro. Y el se rió.
—Sí, lo siento de verdad Nere, pero pensé que él te incomodaba y quise hacer eso para que pensara que era tu novio y ya estabas ocupada y entonces sólo te iba abrazar pero no pude resistir hacer lo que hize después, besar tu cuello, tienes un aroma muy lindo, como a vainilla, se nota que es un perfume caro, ¿dónde lo compraste?
—No cambies el tema Harry —Dije —¿Pensaste que haciendo eso estaría más tranquila? ¿pensaste que no me incomodabas tú?
Él elevó una ceja.
—Lo siento Nere, no sabía que te incomodaba —Dijo, y ahora si parecía que lo decía en verdad, hasta con un tono de tristeza.
Bien, ahora yo era la mala. Apenas lo conocía en persona de hace dos días y ya me había hecho enojar y sentir mal. ¿Pero por qué yo era la mala? Él fue el que actuó mal, aunque no me hubiera incomodado estaba mal que hiciera eso.
A mitad de camino hacia mi casa todo era silencio. Hasta que yo hablé.
—No te quería hacer sentir mal —Dije —No me incomodaste, simplemente me puse nerviosa.
Y la sonrisa de Harry volvió.
—¿Te pongo nerviosa?
Me pones de muchas form... digo, ¿qué? ¿quién dijo eso?
Yo reí.
—Y sigues siendo el mismo idiota —Le dije sonriendo.
Cuando llegamos a casa él me ayudó a meter las bolsas del super en la casa, mi mamá ni se preocupó en ayudarnos, claro, me manda a comprar todo pero no le ayuda a su hija porque no quiere salir por el frío. Lo único bueno que hizo fue invitar a Harry a un chocolate caliente antes de que se fuera y por eso estabamos en la sala de estar con una taza en las manos.
—No te había dicho, pero mi madrina vive aquí, sólo que no nos quedamos con ella porque mi mamá no la quiso incomodar y probablemente vengamos en una semana en las vacaciones de invierno —Dijo —Así que me tendrás molestandote otra vez dentro de una semana.
—Bueno, con que traigas comida yo estoy bien.
Él río y seguimos tomando nuestro chocolate. Diez minutos más tarde, y ya eran las ocho de la noche, Harry se despidió de mi diciendo que ya tenía que irse a preparar sus maletas para irse mañana temprano, me dio un abrazo y le dijo adiós a mi mamá, después me dijo qie tal vez me vería en una semana y se fue.
A las once, cuando estaba a punto de acostarme a dormir, mi laptop vibró. Era un correo de Harry.
¿Ya te dormiste?
Sí.
¿y cómo me contestaste?
Soy la mamá de Nereida.
Oh, ¡Hola señora!
Es broma, menso. Pero ya estaba a punto de dormirme.
Bueno, linda noche<3
Igualmente.
Ya te extraño.
Oh callate mentiroso, ya déjame dormir.
:(
On ne plaisante pas avec moi, Harry.**
Ay ay, yo también sé francés, querida, sigo recibiendo clases en la universidad, además yo me metería todas las noches contigo mon amour.
Bien, cambiando a un mejor tema, hace muchísimo aire afuera.
¡Sí! Se siente como cuando abres un paquete de papas de Sabritas y te sale tanto aire que sientes que estás en un episodio de La Rosa De Guadalupe**.
JAJAJAJA. No. Como sea, este cuerpecito se va a dormir.
Ahora que dices cuerpecito, hay mujeres que necesitan ensenar su cuerpo para llamar la atención pero hay otras que con una simple sonrisa no salen de tu mente, y tu eres una de ellas<3
Tienes razón, creo que aún no salgo de la mente del cajero de Wal-Mart, ¿Crees que deba darle una oportunidad?
No -.-
Como sea, me voy a dormir, adiós.
Adiós, mon amour.
_________________________________
En multimedia, cómo iba vestida Nereida. Se supone que no es una modelo la de la foto, ¿luce como modelo? Ah, Nereida es una guapa.
Bueno, ¡sigan pasando felices fiestas! Cuénteme, ¿qué les regalaron de navidad? A mi una blusa y un Xbox que es para mi hermano y para mi xD
¡Nos leemos pronto! xx.
** On ne plaisante pas avec moi: "No te metas conmigo", se supone que es una expresión de que no te metas en los problemas de otros, pero Harry lo toma en doble sentido.
**La Rosa De Guadalupe: Programa Mexicano en el que cada capítulo es un caso diferente de la vida real, el caso es que la Virgen María les deja una rosa a los que actúan mal para que recapaciten y cuando la agarran la rosa como que les entra un pensamiento bueno y les da un aire. Necesitarían verlo para que me entendieran, soy pésima dando explicaciones xD.
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