《 11 》
—Quiero besarte —Dijo.
Me quedé como piedra, yo no lo iba a besar, puede que lo conociera de hace más de un mes por correo, pero era la primera vez que lo veía en persona.
Me reí de su broma y el enarcó sus dos cejas.
—Estoy hablando enserio. —Dijo, su voz sonaba seria.
—Estás jugando —Dije sonriendo.
Él negó con su cabeza.
—Hablo de verdad, me gustaría hacerlo.
Su mirada era brillante.
Okay, me estoy poniendo nerviosa.
Fue tan rápida mi reacción que me di cuenta cuando ya estaba corriendo hacia el otro lado del parque. Vi como Harry fruncía su rostro y sr levantaba de la banca para correr detrás de mí.
¿Por qué demonios hize eso?
—¡Nereida! —Gritó Harry.
Cuando llegué al otro extremo del parque me dejé caer en el césped con la respiración agitada.
Había hecho el ejercicio de todo el año.
Harry llegó segundos después y se dejó caer también. Su cara estaba llena de confusión.
—¿Por qué hiciste eso? —Preguntó.
Yo quería reír.
—La verdad no sé por qué —Dije.
Él me miró e inclinó la cabeza, y entonces exploté en una carcajada. Él se echó para atrás como asustado e hizo una mueca sonriendo.
—¿Por qué te estás riendo?
—No tengo idea —Mis palabras sonaban entrecortadas por la risa.
Y entonces él empezó a reír también. Los dos estabamos riendo como locos. Dos niños que se acercaron a los columpios nos vieron y se miraron entre ellos. La niña salió corriendo y gritando:
—¡Mamá! —Dijo —¡Hay unos chicos drogados en los columpios!
La señora volteó y negó con la cabeza.
—¡Vamonos Dan! —Gritó y el niño fue junto a las dos y se fueron caminando.
Nosotros seguíamos riendo.
—Mi estomago duele —Dije —Mucho.
—Es la mejor cosa que puede pasarte —Dijo él calmandose —Que te duela el estómago de tanto reír.
Yo asentí.
Una señora pasó delante de nosotros con cinco niños y una gran barriga, estaba embarazada.
—Que tierno — Dije.
—Eso es lo que las personas normales piensan —Dijo —Lo que yo pienso es: esa persona ha tenido sexo.
—Eres un pervertido.
Él asintió.
—Bueno, regresemos a mi casa, tengo hambre.
—Concuerdo contigo —Dijo tendiendo su mano hacía mi para ayudarme a levantarme.
Una vez que llegamos mi mamá nos abrió la puerta y subimos las escaleras hasta llegar a la puerta de mi habitación.
—¡Hija! —Dijo mi mamá subiendo después de nosotros —Tu cuarto está muy desordenado.
—Mamá, a Harry no le importa si mí cuarto está desordenado, a él sólo le importa si tengo comida.
Harry río.
—Iré a traerles un paquete de galletas. —Dijo.
Asentí y le dije a Harry con un gesto que pasara a mi habitación, él subió y bajó las cejas varias veces.
—Con gusto —Dijo.
Pasó y se sentó en mi cama, frunció el rostro mientras miraba debajo de mi escritorio.
—¿Eso es una libreta de Blancanieves? —Preguntó con voz burlona.
—¿Qué?
Él se levantó de la cama y fue hasta mi escritorio luego se agachó y movió todos los papeles y cosas que había ahí y sacó la libreta, ¿desde cuándo yo tenía una libreta de blancanieves?. La abrió y soltó una carcajada.
—¿QUÉ? —Dije.
—¿Así dibujas? —Preguntó riéndose —Yo pensaba que no había nadie peor que yo.
—Yo no dibujo.
—¿Y qué es esto? —Dijo volteando la libreta hacia mí.
Había un dibujo de un caballo morado y gordo con un cuerno y seis piernas.
—¡Eso no es mío!
—¿Y por qué dice Nereida abajo? —Dijo señalandolo.
—¡Tal ves es de hace mucho!
—Se nota que no limpias tu habitación —Dijo.
—Bueno, ya sabes lo que dicen, nunca sabes lo que tienes... hasta que limpias tu habitación.
—En realidad la frase no es...
—No importa, la acabo de inventar.
Él se encogió de hombros y rió una vez más, luego llevó consigo la libreta hasta mi cama y cambió de página viendo mis dibujos. Cada vez que cambiaba de página se reía.
Maldito. Ya quisiera ver sus dibujos.
—¿Por qué no dibujo algo yo y también tú y vemos quién es mejor? —Le ofrecí.
Él sonrió.
—Acabas de perder.
—¿No dijiste que dibujabas horrible?
—Sí, pero también dije que dibujaba mejor que tú.
—Hija —Dijo mi mamá entrando a la habitación —Aquí están las galletas y leche.
Nos entregó un paquete individual a cada uno de galletas con chispas de chocolate blanco y un vaso de leche.
—Gracias má.
Ella se giró rápidamente y me di cuenta de mi error.
—Gracias mamá.
Ella sonrió y salió de nuevo.
—¿Qué fue eso? —Preguntó Harry.
—No le gusta que diga la palabra mamá incompleta, según ella porque siente como si no fuera un buena madre —Dije —La otra vez me dijo; ¿qué saliste incompleta de mi, te faltó un brazo? ¿no verdad?
—A mi mamá le gusta que le llame mami—Dijo Harry —La he llamado así siempre que se me hace normal.
Yo reí.
—¿Qué?
—Nada —Dije.
—¿Estás celosa? —Preguntó —¿Quieres que también te llame mami?
Mi sonrisa desapareció y el apretó los labios como arrepentido por eso.
¿Harry arrepentido? Oh vamos, ¿qué sigue? ¿yo aceptando besarlo? JA. No.
—Como sea —Dije —¿Vamos a dibujar?
Él asintió.
Saqué otra libreta para mi y un lápiz y le di un lápiz a él.
—Ya sé, tu me dibujas a mi y yo te dibujo a ti —Propuso.
—Bien, sólo trata de que no me vea gorda, ya sabes, puedes hacer trampa y quitarme kilos.
—Pero si estás anoréxica.
Frunci el rostro.
—Quiero decir que estás delgada—Dijo.
—Mhm, prosigamos.
Me senté en la cama en frente de él y empezamos a dibujar. Era raro que me mirara cada cinco segundos para hacer su dibujo, me sentía acosada.
—¿Sabes?—Dijo interrumpiendo mi concentración en mi "hermoso" dibujo.
—¿Qué?
—Es raro estar aquí.
—Te refieres a que es raro estar en tu hábitat natural porque es una habitación de niña.
Él torció sus labios tratando de no reír.
—Tienes razón eres una niña.
—Tengo diecisiete, soy una adolescente —Dije — En cambio tu ya eres un viejo.
—No, me refería a que se siente raro porque hace un mes estábamos hablando por correo y tu me insultabas y me mandabas fotos de señoras raras.
—Y tu me mandabas audios raros.
—Oh por cierto —Dijo —¿Liam ya no te envió correos, o sí?
Sonreí.
—Sí, de echo estaba platicando con él antes de que llegaras, ¿sabías que toca guitarra?
—Le dije mintiendo — Me encantan los chicos que tocan guitarra.
Realmente no sabía si tocaba guitarra ya que no hablé con el cuando me mandó el correo.
—Yo también toco guitarra —Dijo. —Y mejor que él, el es un asco en eso, seguro que te envió audios que no eran suyos.
—Bueno, pero también sabe tocar piano.
Creo que el dibujo ya no era de importancia para Harry, que ya había soltado el lápiz.
—Yo también toco piano —Dijo — y guitarra eléctrica y flauta y él no.
—Como sea, tiene un rostro muy bonito ¿sabías? —Le dije —Se ve tierno y guapo a la vez.
Bien, tal vez estaba mintiendo mucho, munca había visto a Liam en mi vida, lo único que sabía de él era su nombre y que era amigo de Harry.
—Dijo que vendría a Manchester el miércoles por algo de no sé que y que tal vez me visitará.
Harry elevó las cejas, luego me miró fijamente con una expresión neutra y después tomó la libreta para volver a dibujar sin decir nada.
Si tan sólo vieran su rostro ahora, era una mezcla de decepción y enojo.
—Harry...
Él no respondió y me preocupé.
Seguí dibujando hasta que acabé, el acabó unos segundos después. Volteamos el dibujo para que el otro lo pudiera ver.
Me iba a reír de la expresión de Harry cuando leyera lo que escribí abajo del dibujo. "Era broma lo de Liam, menso". Pero en lugar de eso me sorprendió su dibujo.
Dios mío, el dibujaba tan bien. Pensé que dibujaría feo o intermedio, pero eso era fenomenal. En cambio yo, mi dibujo era un asco.
Me pregunto que más puede hacer tan bien con esas manos... digo como cocinar o eso.
Él abrió los ojos más de lo debido.
—¡¿Era broma?!
—¿Estabas celoso? —Pregunté imitandolo.
—¡Sí!
Reí, espera... ¿qué? .
—¿Dijiste que sí?
Él asintió y después miró mi dibujo.
—Wow, te voy a pagar clases de pintura—Dijo cambiando de tema.
—Oh, no dibujo tan mal —Dije y miré mi dibujo —Bueno, tal vez un poco mal.
—¿Un poco? —Preguntó —¿Y por qué estoy negro?
—Así terminarás por tantos tatuajes, pero hablemos de tu dibujo —Dije.
—Claro.
—Presumido, como tu si dibujas bien.
Miré su dibujo fijamente y después noté algo.
—¿por qué me falta un ojo?
Él me miró confuso y después miró su dibujo y después se rió fuerte.
—Creo que te ves mejor así — Dijo.
—¡No! —Dije —¡Dibujale el otro!
—Bien —Dijo comenzando a dibujar.
—Estás obsesionado con las caras que les falta un ojo.
—¿Por qué? —Preguntó.
—¿Recuerdas la vez que te emborrachaste y me mandaste una carita tuerta?
—Oh, ni me lo recuerdes, fue horrible.
Mi mamá entró a la habitación dos segundos después.
—Hija, saldré a hacer unas compras —Dijo— Y no quiero que te quedes con él aquí solos.
—¿por qué?
—Porque no, si quieres te podemos llevar a casa Harry—Dijo saliendo de la habitación —¡Los espero abajo!
—Bueno, creo que te tienes que ir, vamos—Dije.
—¿Puedo llevarme mis galletas?
—Sí.
—Bien —Dijo —Respecto a los dibujos, ¿yo gané, cierto?
—No, porque me faltaba un ojo.
—¡Eso no se vale! —Dijo —Tu me hiciste negro.
—Bueno, un empate.
Él me miró cómo: ¿enserio?, y yo asentí.
—Pues ya qué, a las mujeres no se les gana nunca.
—Oye, es bueno que sepas eso, debes ser un buen novio.
—Puedo ser tu novio —Dijo.
—Tal vez en un futuro.
—¿Enserio?
—No.
El rodó los ojos.
—Como sea, ya bajemos porque tu mamá pensará cosas malas de mí. —Dijo.
—No te preocupes, ya las piensa —Dije saliendo de la habitación con Harry detrás de mí.
Llegamos abajo y mi mamá ya estaba esperandonos en el coche. Subimos, yo en el asiento del copiloto y Harry en el asiento trasero.
—¿En dónde te estás quedando, Harry? —Preguntó mi mamá.
—En el hotel Maeva club.
—Wow, he oído que ese hotel es caro.
—En realidad no.
—¿Cuánto cobran por noche?
—Mamá — Susurré pero siguió hablando.
—Noventa dolares por noche. —Dijo Harry
—¿Es enserio? —Pregunté mirandolo por el retrovisor.
Él asintió.
—¿Vienes de una familia adinerada?
—¡Mamá! —Esta vez no fue un susurro.
—¿Qué? —Preguntó —Quiero asegurarme de que no sea un ladrón y ese dinero se gane de mala manera.
—Bueno, no nos falta pero no nos sobra, vivimos bien. —Dijo él —Y puedo asegurarle que el dinero lo gano honrradamente trabajando, puede preguntárselo a mi mamá en persona cuando venga a Manchester.
—¿Que no está ya aquí? —Pregunté.
—Oh, sí, me refería a cuando la vean.
Bueno, eso era raro.
—¿Y con quién te estás quedando?
—Con mi... mamá, sólo que ahorita salió a comprar algunas cosas que las mujeres llaman "cosas de chicas".
—Bueno. —Dijo mi mamá.
Una vez que llegamoa entramos al estacionamiento y mi mamá aparcó en un lugar.
—Ve y acompaña a Harry a la recepción — Dijo —¡Sólo a la recepción, tienes seis minutos!
Pero yo ni siquiera lo iba a acompañar y ella ya me daba tiempo. Me baje del auto al igual que Harry que le dio un gracias a mi mamá por traerlo. Caminamos hasta las puertas del hotel y entramos para ver la recepción inmediatamente.
—Bien, te veré mañana para el Tour por Manchester. —Dijo
—Creo que tu conoces mejor Manchester que yo, aunque no vivas aquí — Dije.
—En realidad no, siempre voy a los mismo lugares.
—Bueno, te veo mañana entonces —Dije —Tengo que irme, antes de que entre mi mamá y quiera ver todo el hotel.
—Bueno —Dijo acercándose a mi.
¿ME IBA A BESAR?.
Por suerte y al mismo tiempo para mala suerte sólo me dio un beso en la mejilla.
—Adiós Nere —Dijo dándome un pequeño abrazo —Nos vemos mañana.
—Adiós — Le dije.
Caminé de vuelta al auto y vi a mi mamá esperando impaciente.
—¿Por qué no me podía quedar con él en casa?
—¿Querían hacer algo en especial o algo?
—No.
—Bueno, no lo conosco y no porque no confíe en él, pero cómo confiar en alguien que no conoces.
Me encogí de hombros. Mi mamá fue al supermercado a hacer algunas compras mientras yo esperaba en el auto. Luego regresamos a casa. Cuando entré a mi habitación escuché la vibración de mi laptop. Tenía un correo de Harry.
No puedo esperar a que sea mañana.
Que disfrutes el resto de tu día. xx.
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