《 10 》

Estaba comenzando a temblar, creo que demasiado, creo que si el cabello pudiera temblar, lo estaría haciendo también.

Bajé las escaleras poco a poco y me asomé antes de que alguien pudiera verme, Harry estaba junto a mi mamá platicando en la sala de estar. Él traía unos jeans negros ajustados, una horrible camiseta de rayas y cuadros, un sombrero y botas de cuero negras. Bien, nunca me lo habría esperado vestido así.

Y sus tatuajes, Dios, ¿qué pensará mi mamá de él?  ¿que es un drogadicto adicto a los tatuajes con el cabello largo y una camisa horrible que no combina con sus botas?

Un drogadicto con gustos horribles. Eso pensará. O tal vez eso era lo que yo pensaba.

Pronto entré de nuevo en shock, ¿qué le iba a decir a mi mamá? ¿la verdad? No, eso nunca. ¿Una mentira? No, yo lo llamaba, la verdad un poco modificada.

¿Y qué se supone que haría con Harry?, no es como si lo conociera de años y fueramos amigos que saben como divertirse juntos.

—Así que es por eso que no se han visto en tanto tiempo, Harry—Dijo mi mamá.

¿De que diablos estaba hablando? Por estar metida en mis pensamientos no escuché el inicio de su conversación y no escuché las mentiras que dijo Harry.

—Sí, pero decidimos reunirnos hoy, y no se, iremos a la plaza tal vez —Dijo él — Claro, si usted la deja.

(Su voz en vivo ya no es deloscieloscelestiales, es más como DeLosCielosCelestialesDivinosyGloriosos.)

Sí claro, se quiere hacer el educado. Si lo conociera de verdad. Ellos aún no habían notado mi presencia detrás del muro que separa la entrada y la sala de estar.

—Bueno, ¿cuántos años dijiste que tenías?

Harry tragó saliva.

—No lo dije, pero... tengo veinte.

Mi mamá abrió los ojos exageradamente.

—¡Pero si ella sólo tiene diecisiete! —Dijo —¿Cómo es que se habrían conocido en la secundaria?

—Oh, esque yo era... ah, hijo de la directora e iba de visita a la secundaria y ahí la conocí.

—Pero si era director en su secundaria, y no tenía hijos, era soltero.

Harry frotó su mano en su rodilla de manera nerviosa. Yo reí. Era una situación incómoda para él sin duda.

—Oh, esque hubo un cambio de director por la directora, que era mi mamá, por un mes —Mintió Harry —Tal vez no se entero de ello, y ahí conocí a Nereida y entonces mi mamá fue trasladada de nuevo a otra secundaria y por eso ya no la vi, pero seguía manteniendo contacto con ella.

Harry hablaba muy rápido y mi mamá de seguro no le creía nada.

—¿En que grado la conociste? —Preguntó ella.

—Cuando estaba en... segundo grado de secundaria*.

—Hm, y te fijaste en ella cuando solo tenía catorce años y tu diecisiete —Dijo ella —Interesante.

Parecía que Harry iba a explotar, estaba rojo como tomate. No, más rojo.

—Solo éramos amigos y...

—¿eran?

—Seguimos siendo sólo amigos, ella sólo me cayó bien y nos convertimos en amigos pero cuando ya no volví a la secundaria por lo de mi mamá ya no nos vimos.

Mi mamá asintió no muy convencida.

—¿Y de qué trabaja tu mamá?

—Es estilista — Respondió él.

—¿No que era maestra, directora de una escuela?

—Oh, esque estudió dos carreras y ahora es estilista y no maestra.

—Claro... —Dijo mi mamá. —¿Y tu mamá permite que te hagas tantos tatuajes?

—Ah, sí.

Si esto fuera una caricatura, Harry ya habría explotado.

Decidí que ya era suficiente humillacion y nerviosismo para Harry, así que entré en la sala de estar. Mi mamá volteó a verme y frunció el ceño.

—Ve a cambiarte muchacha —Dijo antes de siquiera dejarme voltear hacia Harry.

—¿Por qué?

—¿Piensas salir así? —Preguntó ella — Aparte, eso no es apropiado.

Vi como Harry se aliviano al darse cuenta de que mi mamá si me dejaría salir.

Levanté una ceja, traía una blusa de tirantes roja, pantuflas y un pantalón de franela.

Para mí era apropiado, no me importaba salir en pijama.

—Bien, ya vuelvo.

Harry abrió su boca para decir algo, talvez algo como no me dejes aquí.  Pero no podía hacer nada por el.

Escuché que mi mamá le ofrecía pastel y Harry aceptaba mientras yo subía las escaleras.

Sólo me cambié el pantalón por unos jeans de mezclilla azules con rasgaduras y unas zapatillas rojas. Me miré en el espejo, no estaba maquillada pero estaba bien, creo. Y mi cabello lacio suelto estaba bien, así que lo dejé como estaba.

Bajé de nuevo para encontrarme con Harry viendo El señor de los anillos en un sillón comiendo un pedazo de pastel con leche. Mi mamá estaba en otro sillón tomándose un café y leyendo.

—¿Esto es apropiado? —Le pregunté al entrar.

Los dos voltearon al mismo tiempo y me miraron de arriba a abajo, me sentí acosada por un momento. Mi mamá asintió y Harry se mordió el labio. Dios mío su labio.

—Así está mejor —Dijo mi mamá.

—Mucho mejor —Dijo Harry.

Mi mamá le lanzó una mirada burlona y yo me sonroje. Él estaba siendo un pedófilo en este momento.

—Bien, seré sincera —Dijo mi mamá cuando yo me senté en el mismo sillón que Harry pero alejada por más de medio metro — No confío en el chico que conoces desde la secundaria y que nunca me habías platicado de él y que de seguro todo lo que dijo fue mentira mientras tu escuchabas desde atrás del muro.

Harry y yo echamos la cabeza hacia atrás, como si hubiéramos recibido un golpe.

¿Qué? ¿ella sabía todo eso?. Bueno, las mamás siempre saben todo, deben tener un pacto con el diablo.

Pero no le diría la verdad, claro que no.

Tal vez Satanás ya le había dicho la verdad aún así.

—Digo, porque yo era secretaria de tu secundaria, bien lo sabes, y nunca hubo un cambio de director.

Bien, ahora era un momento incómodo para los dos.

—Yo vendo droga y ella me compra —Dijo Harry sonriendo —Por eso nos conocemos.

Mi mamá solto una carcajada.

—¿No me van a decir la verdad? —Dijo riendo.

—Yo...

—Nos conocimos por Internet, vivo en Holmes Chapel y vengo de visita de vez en cuando, es por eso que vine a visitar a Nereida.

Oh Dios mío.

Miré a Harry llena de pánico.

—Bien, si no me van a contar la verdad se pueden ir a pasear —Dijo y me volteó a mirar —Pero si te secuestra no es mi problema.

Harry la miró confundido y yo ofendida.

—Pero eres mi mamá.

—Y tu mi hija y no me dices la verdad.

—Pero él te dijo la...

—Nada, ya vayanse antes de que cambie de opinión.

—Bien —Dijo Harry alivianado.

Caminamos hasta la puerta principal y justo cuando estaba a punto de salir, mi mamá gritó;

—¡Pero recuerda que ella es virgen!

Abrí mi boca sorprendida y Harry me miró riéndose.

—¡MAMÁ!

—¡Sólo estoy advirtiendo! —Dijo y escuché su risa —Ya estás grande, así que supongo que sabes con que personas juntarte, sabes que me gusta molestar a tus amigos, lo siento Harry, ¡diviertanse!

Sí, esa era mi mamá, así de normal y bipolar.

—Sinceramente tu mamá me dio miedo al principio, pero ahora me cae bien virgencita. —Dijo.

Le di un golpe y le tumbe el sombrero.

—Me llamas así una vez más y te dejo sin hijos.

—Pero te quedarías sin hijos tu también —Dijo recogiendo su sombrero y sacudiendolo.

Me miró y levantó las cejas una y otra vez juguetón.

—Estúpido.

—Virgencita.

—Te voy a...

—¡Está bien, ya! —Dijo —Eres igual de agresiva en persona.

—No, soy peor cariño —Dije imitando sus palabras y el rió.

Caminamos por la acera y ya estaba sintiéndose incómodo, al menos para mí.

—¿Y qué me cuentas? —Preguntó

Me encogí de hombros.

—Por correo hablas más. —Dijo

—Bueno, soy una persona más de pensar y observar, no de hablar.

—Interesante —Dijo él.

Rodé los ojos.

—¿A dónde vamos? —Le pregunté.

—No se, tu eres la que conoces aquí, enseñame el camimo amor.

—Deja de usar esas palabras.

—¿Por qué, amor? —Habló con un tono de que quería joder.

—Callate.

—¿A dónde vamos entonces? —Preguntó.

—Estoy pensando entre llevarte a una estética para que te corten ese cabello, o a una boutique para comprarte una camisa decente.

El hizo puchero.

—¿Qué tienen de malo los dos?

—La camisa es horrible, y con ese cabello parece que no te has bañado en años.

Él arrugó su frente.

—Me acabo de bañar hace tres horas —Dijo acercándose —Puedes oler mi cabello.

Yo reí.

—No quiero oler tu cabello, eso es raro.

Él se acercó más.

—Yo si quiero oler el tuyo.

—Esta es la conversación más extraña que he tenido en mi vida.

—No te desvíes de tema, quiero oler tu cabello —Dijo.

Tomé un mechón de mi cabello y lo alzé.

—¿Ya?

Él se acerco y fue algo extraño.

—Hum, huele a dulce —Dijo —Como a chocolate.

—Sí, mi champú es de cacao.

—El mío es de...

—No me interesa —Lo interrumpí.

—Ay...

Y dos minutos más tarde estabamos en la plaza de la colonia.

—Allá hay una banca con sombra —Dijo señalandola.

Caminamos hasta ahí y tomamos asiento. Él se sentó muy cerca, así que yo me alejé, al parecer no lo notó pero si lo hizo no le tomó importancia.

—¿Y a qué preparatoria vas? —Preguntó.

—Es esa de ahí — Le dije señalandola.

La preparatoria estaba a ocho cuadras de mi casa, al lado del parque.

—Es grande —Dijo.

—Sí —Respondí —¿A qué universidad vas tu?

—A la mejor universidad de Holmes Chapel —Dijo con aire egocéntrico.

—¿Y cuántas universidades hay en Holmes Chapel? —Pregunté.

Él se quedó pensándolo.

—Una.

Yo me reí y después él rió también.

—Pues creo que sí es la mejor —Dije.

—Eres más bonita en persona —Dijo.

Me tomó por sorpresa que cambiara de tema drásticamente. Pensé cómo responderle, él sólo estaba bromeando, ¿no?.

—Y tu más feo —Le dije.

El sonrió.

—No lo dices enserio.

—Obvio sí — Dije.

Él se encogió de hombros.

Pues si siendo feo he tenido muchas novias, imaginate si fuera guapo.

—Sólo quiero bajarte de tu nube de hombría.

—Entonces sí piensas que soy guapo.

—Pues, eres simpático...

Él rió.

SU RISA. ES HERMOSA. SU RISA.

—Bien —Dijo. —Eso es suficiente para mí.

—Que bien —Respondí — Ahora, busquemos algo que hacer porque me aburro.

—Podríamos quemar calorías.

Elevé una ceja.

—Podemos correr alrededor del parque —Dijo tratando de no reír —Así quemaríamos calorías.

—No soy fan del ejercicio físico.

—Yo tampoco —dijo.

Inconscientemente lo miré. Tenía unos brazos fuertes, unas piernas delgadas, y por culpa de su horrible camisa no podía ver su torso, pero seguro estaba marcado.

—Puedes comerme hasta en la cena,bebé —Dijo.

Salí de mi trance y dejé de verlo.

—Menso.

—Virgencita.

—¡Harry!

—¡Nereida!

—Idiota —Dije riendo.

—Nena —Dijo aguantando la risa.

—¡Ya basta! —Dije.

—¡Sigue!

Me reí y ya no dije nada. Él tampoco dijo nada. Los dos estábamos aguantando la risa. Los dos sabíamos que estábamos viendo quien reía primero. Al final los dos reímos al mismo tiempo.

—Bien, ahora, juguemos a ver quien parpadea primero —Dijo.

—Ese juego es para niños.

—Ay muy madura la señora.

—Soy señorita.

—Pues entonces juguemos, el que se quede con la victoria, gana algo.

—¿Qué?

—Lo que sea —Respondió.

—¿Lo qué sea? —Pregunté.

Él asintió.

—No confío en ese "lo que sea". —Dije.

—¿Tienes miedo de perder? —Preguntó desafiante.

Apreté los labios, él los miró pero levantó la vista inmediatamente.

—Bien, empezamos ahora —Dije.

Y nos miramos fijamente, yo quería reír y él también.

¿Enserio él tiene veinte años? Parece un pequeño de diez.

Mis ojos estaban calandome y una lágrima quería salir de mi ojo derecho. Él por su parte estaba como si nada.

—Dios mío — Dije  momento en que cerré los ojos y perdí. —Oh mí dios.

—¡Perdiste! —Dijo señalandome como lo hace un niño pequeño mientras yo me tallaba los ojos.

Sin duda su edad psicológica era de cinco. Mi mamá no tenía de que preocuparse, él no me iba a secuestrar, iba a terminar secuestrandolo yo.

—Bien, ya.

—Bueno —Dijo él — Dejame pensar en mi premio.

—No tengo dinero —Dije.

—No quiero tu dinero —Dijo.

—No voy a comprarte nada.

—No quiero que me compres nada —Dijo.

—¿Entonces? —Pregunté.

—¡Ya se! —Dijo emocionado —¡Mañana me darás un tour por Manchester.

—¿Crees que no tengo nada más que ha...?

—No he acabado —Dijo.

—¿Qué? —Pregunté.

—Quiero besarte.

_________________________
Ohmaiga!.

Me quedé sorprendida porque en el capítulo anterior llegamos a los +100 votos, muchas gracias de verdad, oh dios, nunca me lo imaginé.

*Segundo de secundaria es como octavo grado en E.U.A


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