Treceava Llamada. Extrañándote
holi a todos owo como saben, estoy muy apenada de tardar tanto en actualizarles, pero al menos espero que disfruten leyendo cada capítulo
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Treceava Llamada. Extrañándote
Llevaba ya varias horas fuera del departamento de Ace con una mano sosteniendo el teléfono contra su oreja y la otra golpeando con insistencia la puerta. Pero no importaba qué tan insistente fuera, Law no obtuvo respuesta. Tras agotar el saldo de su teléfono, el joven médico pegó su oreja a la puerta y se mantuvo en silencio absoluto, intentando escuchar algo en el interior de aquel departamento... y nada. Ya habían pasado más de seis horas desde que llegó a buscar a su querido pecoso y todavía no sabía nada de él. Desesperado por verle o al menos escucharle, Law volvió a usar el juego de llaves del pecoso y entró a hurtadillas al departamento.
La comida en la alacena y nevera estaban intactos, el piloto de la estufa estaba apagado y no había platos sucios en el fregadero. En la habitación, la cama permanecía perfectamente tendida; parecía como si Ace no hubiese llegado a dormir esa noche. Y al investigar un poco más, el médico pudo percatarse que los cajones estaban medio vacíos, como si faltaran algunas prendas.
- ¿Se fue de viaje?- no, imposible. Ace no se iría sin decirle nada; era su confidente, su pareja. Cualquier cosa que ocurriera en su vida se la contaría inmediatamente.
Al menos ahora sabía que Ace estaba a salvo en algún lugar y que no le había ocurrido algo trágico de vuelta a casa. Un poco más calmado, Law salió del departamento rumbo al hospital; después de terminar su jornada iría a buscar a Ace al instituto.
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Su noche había sido más que placentera al compartirla con su amado Smoker, aunque hubiese preferido despertar a su lado también. En su mente, Ace había fantaseado con despertarse con un suave beso en sus labios por parte de Smoker mientras le llevaba el desayuno a la cama. Después de comer, harían el amor dulcemente antes de levantarse, y en la ducha lo harían una vez más antes de poder salir cada uno a sus respectivas actividades ese día, no sin antes despedirse con palabras cursis y unos cuantos besos más.
Pero nada de lo que esperaba ocurrió.
Smoker se había marchado en la madrugada, cuando el frío te hacía no querer levantarte nunca. Una llamada de emergencia le hizo abandonar el departamento tan deprisa que apenas y pudo explicarle lo que sucedía mientras se despedía. Para Ace no hubo palabras de buenos días, ni desayuno, ni besos y tampoco sexo cuando despertó; sólo ese lugar vacío en el colchón que ni siquiera pudo guardar el calor del cuerpo del mayor para reconfortarle.
El gesto de molestia del pecoso no desapareció durante toda esa mañana, ni siquiera cuando desayunó esos waffles congelados que Smoker le había dejado en el fregadero. Después de su insípida primer comida del día, Ace tomó el tren ligero a la escuela; el sitio estaba tan atiborrado de gente que apenas y podía respirar; cuando quiso bajar una señora obesa le obstruyó el paso y no pudo bajar a tiempo. Terminó bajando un par de estaciones más adelante y luego tuvo que tomar un taxi para llegar a tiempo; para cuando el pecoso llegó al instituto estaba tan tenso que muchos de sus compañeros de clase no lo reconocieron en cuanto entró al aula.
- ¡Ace-kun!- la única que no parecía temerle era su amiga Vivi, quien le saludaba enérgica mientras entraba al salón- ¡Ace-kun, buenos días! ¡Tengo una sorpresa para ti!- por un momento el pecoso creyó que el destino le sonreía; su amiga era buena cocinando y siempre que intentaba una nueva receta era el primero en probarla, pero su fantasía de un delicioso desayuno llegó a su fin cuando levantó la mirada y se dio cuenta que, en efecto, ese no era su día- me dijo que no sabía dónde buscarte, así que lo traje conmigo
Detrás de Vivi distinguió una figura alta y delgada de cabello negro, mirada cansada y unas ojeras bien marcadas. No hizo falta pensar demasiado para saber que tenía que sacar a ese tipo de ahí antes que sus compañeros hicieran conjeturas equivocadas respecto a él. Ace se puso de pie, y tan rápido como pudo, tomó a Law de una de las muñecas y lo arrastró fuera del salón, de los pasillos y de cualquier otra mirada indiscreta, terminando finalmente en los baños de caballeros
- ¡¿Qué demonios crees que haces aquí?!- pese a que estaba la posibilidad que alguien estuviese usando los sanitarios, y por tanto estuviese escuchando, Ace no contuvo su voz ni su enojo. Al contrario, se dio el lujo de sacar todo lo que venía oprimiéndole el pecho desde esa mañana
- necesitaba verte- la respuesta del moreno fue simple y sincera, al igual que el abrazo con el que envolvió al más joven, dándose el lujo de soltar un profundo suspiro sobre la oreja del pecoso- desapareciste de pronto, estaba preocupado
- ¡Preocupado y una mierda!- de un empujón se sacó al otro de encima, dejando espacio suficiente entre ambos para verse frente a frente- ¡¿Acaso sabes lo que estás haciendo?! ¡Eres un acosador!
- el que lo sea o no parece no afectarte demasiado- el médico ni siquiera parecía asustado. Es más, era como si disfrutara la situación- ha sido divertido, o al menos eso decías anoche- la afirmación del otro le hizo temblar. Ace no recordaba nada de la noche anterior cuando, al despertar, se vio en el mismo lecho que Law. La única evidencia que quedaba de ello era las imágenes que el médico tenía, pues en su cuerpo no encontró indicio alguno- Incluso afirmaste que era mejor estar conmigo que con el bombero
- ¡¿Me crees tan imbécil para tragarme ese cuento?!- ya para ese momento Ace había perdido el control. Estaba a dos palabras retóricas de golpear al médico- ¡Yo amo a Smoker! ¡Jamás diría algo como eso! ¡En vez de inventar historias absurdas, ¿Por qué no sólo desapareces?!
De pronto la dicha y el sarcasmo desaparecieron del rostro de Law. Sus labios trazaron una perfecta línea horizontal y su mirada se volvió profundo abismo sin fondo, o al menos así lo sintió Ace. Ya no fueron necesarias más palabras pues el joven médico sólo se marchó sin volver a mediar palabra con él. Aun escéptico, Ace se asomó fuera del baño y en el pasillo ahora casi vacío; después miró por la ventana, distinguiendo la silueta del médico saliendo del instituto...
De verdad se había ido.
Con una sensación agridulce, el pecoso sonrió; de saber que deshacerse de ese tipo era tan sencillo lo hubiera hecho desde hace tiempo.
Sólo para no hacerse ilusiones, Ace esperó hasta el final del día, temiendo que Law apareciera en algún rincón, observándole desde las sombras. Pero tampoco pasó. El joven médico no lo esperó fuera del colegio al terminar las clases ni fue a visitarlo a la cafetería, tampoco lo encontró merodeando en el tren de regreso a casa o en alguna de las calles que recorrió. Ni siquiera lo encontró en la hotline, aunque eso ya era de por sí imposible; todavía no comprendía cómo era que Law lo había encontrado ahí en primer lugar... pero ahora no estaba, y quizá no volvería a encontrarlo.
Al fin tenía algo de paz... o mejor dicho, al fin estaba solo.
Y ese sentimiento de soledad no tardó en transformarse en un verdadero monstruo conforme pasaban los días. Con Smoker ocupado con el próximo evento de caridad de la estación de bomberos, apenas y tenían tiempo de verse e intercambiar algunas palabras. Sin compañía, Ace no se animaba a salir al cine o visitar las tiendas departamentales; y ahora que ni siquiera estaba Law, le resultaba vergonzoso andar por ahí, sin alguien a su lado. Fue así que sus días se convirtieron en una rutina lineal; del enormemente vacío apartamento de Smoker a la aburrida escuela, luego de la escuela al café y por último del café a la casa, donde hacía ese otro trabajo por las noches y luego se iba a la cama... y listo; antes de poder intentar algo nuevo, otro día concluía.
Por suerte, el evento de ese sábado se encargaría de mejorar todo.
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Varios días después, Sábado por la tarde.
Cubrió su turno en la cafetería por la mañana, por lo que Ace tuvo toda la tarde para prepararse para el evento de caridad de la Estación de Bomberos. Como alumno responsable quizá era mejor terminar sus deberes, pero le quedaba todavía el domingo completo para ello, así fue como toda su atención quedó concentrada en darse una ducha, planchar y vestirse perfectamente con su nuevo traje y aplacar esos cabellitos rebeldes que a veces saltaban sobre su frente.
- joder, esta maldita cosa no queda bien- maldijo el pecoso frente al espejo mientras trataba de ajustarse la corbata al cuello. Tras hacer mal el nudo, chasqueó la lengua y deshizo todo por enésima vez para volverlo a hacer. El ruido de la puerta principal abriéndose lo puso en alerta; alguien acababa de entrar- ¡Smoker, no puedo atar la corbata!- gritó desde la habitación y su amado no tardó en acudir a él- creí que llegarías antes- le reclamó en cuanto lo vio
- tenía algo que hacer y se me hizo algo tarde. Pude haberte avisado por celular pero el que lo hayas perdido es un verdadero lío- el mayor arrojó la maleta que llevaba al hombro directo al suelo y se encargó de ayudar al pecoso, quien sólo levantó el mentón para dejarse hacer- podría comparte uno y me lo irías pagando con tu sueldo, ¿no es mejor idea?
- No, quiero comprarlo yo mismo- trataba de memorizar cómo ponerse la corbata él solo, pero ver el reflejo invertido en el espejo lo hacía más confuso de lo que ya era- ya tuve suficiente con el regaño de mi abuelo para que tú también termines recriminándome por lo mismo
- lo sé, lo lamento. Es sólo que es frustrante no saber en dónde estás- tras terminar con su corbata, Smoker lo sujetó por los hombros y se tomó el tiempo para admirarle de pies a cabeza; era increíble cómo la ropa adecuada le hacía ver tan tremendamente atractivo- estás perfecto. Si te hubieras vestido así cuando me pediste una cita la primera vez ni siquiera me habría importado que sólo eras un mocoso
- por favor, no me lo recuerdes- esa etapa de su vida fue tan vergonzosa por lo que prefería no hablar de ella. Ace reconocía que era mucho más testarudo cuando joven, pero no fue hasta que entró a la universidad que se dio cuenta de lo infantil que fue en ese entonces.
- ¿por qué no? Fue bastante preciado para mí- su diestra acarició la mejilla del menor para llamar su atención, y de paso, hacer que se sonrojara- alguien había activado la alarma contra incendios de la preparatoria, por lo que no tardamos en llegar pero sólo encontramos una pequeña fogata dentro de un bote de basura... y un precioso chico con pecas pidiéndome una cita
- ¡Por favor, no digas más!- hasta él reconocía que eso, además de estúpido, fue peligroso. Avergonzado, intentó ocultarse tras las palmas de sus manos, pero Smoker lo sujetó por las muñecas para dejar vía libre hasta sus labios. Fue sólo un instante, pero esa caricia sutil bastaba para darle mil años de vida- Smoker, debemos irnos o llegaremos tarde...
- espera en la sala, estaré listo en diez minutos- le regaló un beso más antes de meterse a la ducha.
Tras perderse unos momentos en el éxtasis de sus recuerdos, Ace fue a esperar a la sala. Esos diez minutos pasaron en menos de un parpadeo; pronto los dos estaban vestidos con sus mejores galas de camino al evento de caridad. De entre los dos, el más nervioso era Ace; no sólo nunca había asistido a un evento tan importante, también conocería a los amigos y compañeros de su pareja... para él era el equivalente a conocer a su familia, conocer algo de su amado que hasta ese entonces desconocía.
Cuando Ace se convenció que no había por qué temer, llegaron al sitio del evento, un salón sobriamente ambientado con luces tenues, una alfombra roja y personas en traje negro organizando todo; ¡Hasta los tipos del valet parking lucían elegantes! El pecoso no pudo moverse de su sitio hasta que Smoker pasó su brazo por su espalda para tomarle del hombro y llevarle adentro.
El interior del salón se veía incluso más elegante; mesas con largos manteles blancos, cristalería fina y cubiertos relucientes; la prensa no dejaba de tomar fotografías a personalidades importantes y al evento en sí; sería una gran noticia. Hasta donde Ace sabía, ese evento de beneficencia consistiría en una cena de gala, condecoraciones a los bomberos y algunas presentaciones artísticas que justificaran el costo del boleto. Lo recaudado con el costo de admisión y las donaciones dentro del evento sería para apoyar al departamento de bomberos de la ciudad.
- Smoker, qué bueno que hayas venido- un hombre maduro de cabello corto rosado se acercó a ellos; la cicatriz sobre su rostro delataba que era un bombero también... aquellos valientes hombres portaban sus cicatrices con orgullo. Quizá fue su mirada fija la que hizo que el otro le prestara atención y estirara su diestra hacia él- hola, soy Fullbody. Tú debes ser Ace- discretamente, el pecoso se limpió el sudor de la mano en su pantalón antes de responder su saludo- Smoker nos comentó que vendría con un familiar, ¡Pero la verdad no se parecen mucho! ¡jajaja! ¡Se ve que tú sí tienes humor! ¡Y además eres más guapo!
- ¡Fullbody-san!- una linda chica de lentes apareció y tiró del pelirrosa, llevándoselo mientras pedía disculpas con un ademán
- son un poco escandalosos, pero son buenas personas- Smoker volvió a tomarlo por el hombro, esta vez con un poco más de fuerza, y le guió a la mesa que estaba reservada para ellos dos y otras cuatro personas.
Las mesas se llenaron poco después y la cena dio inicio con una suave música clásica de fondo. Ace tuvo que esforzarse demasiado para no devorar todo de un bocado pero era prácticamente imposible cuando cada platillo era más pequeño que un puño; era ridículo haber usado más de diez cubiertos para algo que bien podía tomar con sus manos. Lo peor de todo era que, al terminar la cena, su estómago seguía quejándose; esas porciones diminutas ni siquiera habían sido un aperitivo para él. Sin embargo, Smoker lo conocía tan bien que le tomó la mano por debajo de la mesa mientras le murmuraba "te prepararé algo a llegar a casa", brindándole un poco de tranquilidad.
Sus manos permanecieron unidas hasta que el mayor tuvo que abandonar la mesa; el maestro de ceremonias lo había llamado a él y a otros renombrados bomberos para dar inicio a la ceremonia de condecoración, entre ellos un par de las personas que estaban sentados a su lado, dejando algunos sitios vacíos en la mesa. El hombre llamado Fullbody pareció haber esperado ese momento, pues apenas los otros se levantaron se sentó junto al pecoso, meneando una botella de licor y un par de copas en sus manos
- es para el brindis, ¿Qué dices Ace?- la pregunta no tuvo importancia pues Fullbody sirvió el licor en dos vasos antes que siquiera pudiera responder- por Smoker y su ascenso- chocó su copa con la de Ace y le dio un largo trago a su bebida, terminándose hasta la última gota. Golpeó la mesa con la copa vacía y soltó un suspiro de satisfacción antes de servirle otra más- estoy seguro que será un buen comandante, sólo desearía que no fuese tan serio. No me puedo imaginar cómo es que tiene novia
- supongo que debe tener algún encanto- para no hablar de más, el pecoso daba pequeños sorbos al licor
- ¿Smoker? ¿con encanto? ¡Ja! No lo creo. Incluso los demás bomberos de la estación y yo pensamos que esa tal Ann sólo era una excusa para alejar a nuestra comandante
- ¿alejar?- pese al mal presentimiento, Ace se atrevió a lanzar esa pregunta al aire
- la comandante Hina ha estado tras él por años- la mano de Fullbody se levantó en el aire, señalando a una bella mujer de cabello rosado y envidiable cuerpo enfundado en un ceñido vestido rojo, quien estaba sentada en la mesa principal a tres lugares del peliplateado- un día, Smoker comenzó a esparcir rumores que tenía pareja. Nunca nos ha mostrado fotografías, pero tampoco creo que una "invención" pueda llamarle tantas veces en un día
- Smoker quiere mucho a su pareja- cada cosa que decía era cuidadosamente pensada antes de salir de sus labios, pero eso no impedía que Ace quisiera marcar territorio; aquella mujer que presumía de poder enamorar a Smoker era muy bella, sin embargo, Smoker seguía con él; eso no hacía más que dar veracidad a sus sentimientos
- ¡¿Conoces a Ann?!- el pelirrosa se exaltó como si acabase de encontrar un verdadero tesoro- ¡¿Cómo es ella?! ¡¿Es tan linda como Smoker presume?!}
- oh sí, es bastante linda. Es un poco pequeña, de cabello corto y muy divertida- narraba el pecoso, imaginándose a él mismo como una chica
- ¡Puede que sea linda, pero no podrá igualar la belleza madura de la Comandante!- el hombre parecía orgulloso de sus palabras, como si aquella mujer fuera su amante o algo así- ¡Si estuviera en el lugar de Smoker, elegiría a la comandante sin pensarlo dos veces!
- ¡Fullbody-san!- la misma chica de lentes apareció, y como en la última ocasión, sujetó al pelirrosa de la oreja y se lo llevó a rastras hacia un lugar desconocido del salón.
Justo después de esa extraña conversación, la intensidad de las luces bajó para concentrar toda la atención en el escenario. El capitán de bomberos se puso de pie y pasó al estrado principal para dar un discurso motivacional antes de entregar las condecoraciones. La prensa ocupaba las mesas principales frente al escenario, el cual no tardaron en saturar de flashes y cámaras. En total hubo 14 condecoraciones, dos ascensos y un homenaje para los bomberos fallecidos en el cumplimiento de su deber. Las medallas y títulos fueron entregados por el mismísimo alcalde de la ciudad, quien fue el primero en hacer una gran donación para la causa.
El salón estalló en aplausos y gritos de emoción; la gente se puso de pie y los bomberos celebraban el éxito de sus compañeros. Aun con aquel escándalo, Ace pudo ver perfectamente cuando la bella comandante se acercó a Smoker para abrazarlo, quizá felicitándole por su ascenso, despertando la incomodidad en el pecoso. Ver a su pareja siendo tan amable con alguien más siempre despertaría celos en él, pero lo que realmente le enfurecía era que, por unos segundos, Ace pensó que esos dos se veían muy bien juntos.
Aprovechando que la prensa estaba sobre los recién condecorados, Ace abandonó el evento, subiéndose al primer taxi que encontró en el camino.
- ¿A dónde lo llevo?- la pregunta del taxista le trajo a la realidad, ¿A dónde se supone que iba? No quería volver al departamento de Smoker y tampoco a su departamento; la cafetería ya estaba cerrada a esa hora y la casa de Vivi estaba alejada. Aunque sólo fueron unos segundos, el pecoso se tomó su tiempo para responderle- ¿joven?
- al... al hospital general...
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En cuanto Ace puso un pie dentro del hospital literalmente no supo a dónde ir; había tantos letreros señalando a diferentes direcciones, tantas personas yendo y viniendo, tantas voces y él ni siquiera sabía en dónde buscar; en cuanto a funciones en el hospital, el pecoso no sabía nada de él, quizá sólo debía preguntar. Se acercó al área de recepción, donde la señora que atendía apenas y despegó la vista de su pantalla para verlo, como indicándole que hablara
- disculpe, ¿Sabe dónde puedo encontrar al doctor Law?- preguntó el pecoso educadamente como solía hacer, pero la única respuesta que recibió fue un gesto de desprecio
- ¿quién?- la chica se enderezó en su silla y se giró hacia su izquierda, donde una de las enfermeras iba pasando- ¿tú conoces al tal doctor Law?
- ¿Law? Ummm creo que lo he escuchado- la enfermera se recargó sobre el escritorio de la recepcionista, tratando de recordar.
El ambiente se puso algo incómodo; se suponía que el joven médico era alguien reconocido o al menos debía serlo como para atender a las víctimas de un incendio, ¿Cómo es que no sabían nada de Law?
- ¡Oh, chico!- al verle, un doctor se acercó donde ellos, agitando su mano a aire como saludo- eres el chico de la cafetería, ¿cierto? El novio de Trafalgar
- ¿Trafalgar?
- ¡Ah, ya recordé!- exclamó la enfermera- es el Trafalgar Law que nos apoya con los turnos, ¿verdad? Vaya, no sabía que tenía un novio
- esperen, él no es mi...
- ¿Acaso Trafalgar y tú pelearon? -le interrogó el hombre de bata blanca- hace media hora Trafalgar salió diciendo que iba por un café, pero ya que estás aquí supongo que no fue al local donde trabajas
- y-yo... yo no fui a trabajar esta noche- no entendía ni por qué se excusaba con ese hombre que no conocía. Ace le sonrió nervioso e intentó irse, mas al darse la vuelta se quedó de piedra; Law acababa de entrar al hospital, y como dijo el otro médico, llevaba un vaso de café con una impresión que no reconoció- ¡Entonces sí fuiste a otra cafetería!- le señaló acusador, pero la única respuesta que obtuvo de él fue un prácticamente imperceptible gesto de sorpresa
- viniste a verme...- murmuró el moreno tan bajo que apenas y se escuchó
- ¡no vine a verte! ¡Yo...!- su voz se ahogó por completo al ver al joven médico acercarse a él, y entregándole su vaso de café a su compañero, lo besó sin importarle que todos estuvieran mirando...
Continued...
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bueno, ya me voy a dormir que es bien tarde xD disculpen si encuentran alguna incoherencia, pero lo subí sin editar; si hay algo que encuentren raro avísenme, y no se les olvide dejarme sus comentarios!!
Ah, por cierto, Feliz Día a todas las Mamás nwn
nos vemos~
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